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¿Por qué Irán debería tener la bomba atómica?, Trabalhos de Relações Internacionais

¿Por qué Irán debería tener la bomba atómica?

Tipologia: Trabalhos

2025

Compartilhado em 10/04/2025

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Kenneth N. Waltz
¿Por qué Irán debe tener
la bomba?
Cita recomendada:
Waltz, Kenneth N., (2013) “¿Por qué Irán debe tener la bomba?”, Foreign Affairs
Latinoamérica, Vol. 13: Núm. 1, pp. 123-127. Disponible en: www.fal.itam.mx
LATINOAMÉRICA
volumen 13 número 1
enero-marzo 2013
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Kenneth N. Waltz

¿Por qué Irán debe tener

la bomba?

Cita recomendada: Waltz, Kenneth N., ( 2013 ) “¿Por qué Irán debe tener la bomba?”, Foreign Affairs Latinoamérica , Vol. 13 : Núm. 1 , pp. 123 - 127. Disponible en: www.fal.itam.mx

L AT I NOAMÉRICA

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e n e r o - m a r z o 2 0 1 3

(^123) material original de foreign affairs. Volumen 91 Número 4 Kenneth N. Waltz es investigador sénior del Saltzman Institute of War and Peace Studies y profesor adjunto de Ciencias Políticas en la Columbia University. ¿Por qué Irán debe tener la bomba? El equilibrio nuclear significaría estabilidad Kenneth N. Waltz c Durante los últimos meses , hemos sido testigos de un acalorado debate sobre cuál sería la mejor manera como Estados Unidos e Israel podrían responder a las actividades nucleares de Irán. Mientras la polémica continúa, Estados Uni- dos ha reforzado su de por sí férreo régimen de sanciones contra la república islá- mica; además, la Unión Europea anunció en enero que tenía planeado iniciar un embargo contra el petróleo iraní el 1 de julio. Aunque Estados Unidos, la Unión Europea e Irán han vuelto recientemente a la mesa de negociaciones, aún se per- cibe cierta sensación de crisis. No debería de ser así. La mayoría de los comentaristas y formuladores de políti- cas públicas estadounidenses, europeos e israelíes advierten que un Irán con armas nucleares podría ser el peor resultado posible del actual estancamiento. De hecho, probablemente sería el mejor resultado posible: el que tiene más posibilidades de restablecer la estabilidad en el Medio Oriente. el poder requiere equilibrio La crisis por el programa nuclear iraní podría terminar de tres maneras dife- rentes. Primero, la diplomacia, de la mano con importantes sanciones, podría con- vencer a Irán de abandonar su deseo de tener armas nucleares. Pero este resultado es poco probable: los antecedentes históricos indican que un país empeñado en adquirir armas nucleares rara vez puede ser disuadido. Castigar a un Estado con sanciones económicas no hace fracasar irremediablemente su programa nuclear.

Kenneth N. Waltz

125 foreign affairs latinoamérica.^ Volumen 13 Número 1

El monopolio nuclear regional de Israel, que ha demostrado ser extremada- mente duradero en las cuatro últimas décadas, ha generado, desde hace tiempo, inestabilidad en el Medio Oriente. En ninguna otra región del mundo hay un Estado nuclear solitario y no controlado. El arsenal nuclear de Israel, no el deseo de Irán de tener uno, es lo que ha contribuido más a la crisis actual. El poder, des- pués de todo, requiere equilibrio. Lo que resulta sorprendente del caso de Israel es que haya tardado tanto en surgir una posible balanza. Por supuesto, es fácil comprender por qué Israel desea seguir siendo la única potencia nuclear de la región y por qué está dispuesto a utilizar la fuerza para ase- gurarse dicha condición. En 1981 , Israel bombardeó Iraq para evitar un desafío a su monopolio nuclear; lo mismo sucedió con Siria en 2007 , y ahora está conside- rando una acción similar contra Irán. Pero los actos mismos que han permitido que Israel mantenga su ventaja nuclear en el corto plazo han prolongado un desequili- brio que es insostenible en el largo plazo. La probada capacidad de Israel para ata- car impunemente a sus posibles rivales nucleares ha hecho que sus enemigos estén inevitablemente ansiosos por desarrollar los medios para impedir que Israel vuelva a atacarlos. De esta manera, sería mejor analizar las tensiones actuales, no como las primeras etapas de una crisis nuclear iraní relativamente reciente, sino como las eta- pas finales de una crisis nuclear que ha durado varias décadas en el Medio Oriente y que terminarán sólo cuando el equilibrio del poder militar se restaure. temores infundados Uno de los motivos por los que se ha exagerado tanto la amenaza de un Irán nuclear es porque en la discusión se ha distorsionado por temores infundados y por malos entendidos fundamentales sobre la forma en que los Estados se comportan en general en el sistema internacional. La primera y más importante preocupa- ción, que subyace a muchas otras, es que el régimen iraní es por naturaleza irra- cional. A pesar de la creencia generalizada en sentido contrario, la política iraní no la hacen “mulás locos”, sino ayatolás perfectamente cuerdos que desean sobre- vivir como cualquier otro líder. Aunque los líderes iraníes se entregan a la retórica inflamatoria y llena de odio, no muestran propensión alguna a la autodestrucción. Sería un grave error de los formuladores de políticas públicas de Estados Unidos e Israel suponer lo contrario. Sin embargo, eso es precisamente lo que han hecho muchos funcionarios y ana- listas estadounidenses e israelíes. Retratar a Irán como irracional les ha permitido argumentar que la lógica de la disuasión nuclear no se le puede aplicar a la repú- blica islámica. Si Irán logra tener armas nucleares, advierten, no dudará en usarlas en un primer ataque contra Israel, aunque al hacerlo provocara represalias masi- vas y el riesgo de destruir todo aquello que aprecia el régimen iraní. A pesar de que es imposible estar seguro de las intenciones iraníes, es mucho más probable que si Irán desea tener armas nucleares, sea con el propósito de cubrir

¿Por qué Irán debe tener la bomba?

foreign affairs latinoamérica^126

sus necesidades de seguridad, no de mejorar su capacidad ofensiva (o de destruirse a sí mismo). Irán puede ser intransigente en la mesa de negociaciones y desafiante frente a las sanciones, pero aun así actúa para asegurar su propia defensa. Los líde- res iraníes, por ejemplo, no intentaron cerrar el estrecho de Ormuz pese a haber emitido advertencias vociferantes de que podrían hacerlo cuando la Unión Euro- pea anunció un embargo petrolero en enero. Evidentemente, el régimen iraní con- cluyó que no deseaba provocar lo que sin duda habría sido una respuesta rápida y devastadora de Estados Unidos ante una medida como ésa. Sin embargo, incluso a algunos de los observadores y formuladores de políti- cas públicas que aceptan que el régimen iraní es racional les sigue preocupando el hecho de que un arma nuclear lo envalentonaría y le daría a Teherán un escudo que le permitiría actuar de manera más agresiva y aumentar su apoyo al terrorismo. Algunos analistas temen incluso que Irán les proporcionaría armas nucleares direc- tamente a los terroristas. El problema con estas preocupaciones es que contradi- cen el historial de casi todos los Estados que tienen armas nucleares desde 1945. La historia muestra que cuando los países obtienen la bomba, se sienten cada vez más vulnerables y se tornan muy conscientes de que las armas nucleares los con- vierten en blancos potenciales a los ojos de las grandes potencias. Esta concien- cia disuade a los Estados nucleares de emprender acciones osadas y agresivas. La China maoista, por ejemplo, se volvió mucho menos belicosa después de cons- truir sus armas nucleares en 1964 ; la India y Pakistán se volvieron más cautelo- sos desde que adquirieron poder nuclear. Hay pocas razones para pensar que Irán romperá este molde. En cuanto al riesgo de que se las entreguen a los terroristas, ningún país podría transferir armas nucleares sin correr el gran riesgo de ser descubierto. La capaci- dad de vigilancia de Estados Unidos representaría un serio obstáculo, al igual que la impresionante y creciente capacidad de identificar la fuente del material físil. Además, los países nunca pueden controlar por completo, ni predecir, el com- portamiento de los grupos terroristas que patrocinan. Una vez que un país como Irán adquiera la capacidad nuclear, tendrá todas razones para mantener el con- trol total de su arsenal. Después de todo, construir una bomba es costoso y peligroso. No tendría sen- tido transferir el producto de esta inversión a grupos en los que no se puede con- fiar y que no es posible controlar. Otra preocupación muy pregonada es que, si Irán logra construir la bomba, otros Estados de la región seguirán su ejemplo, lo que daría lugar a una carrera armamentista nuclear en el Medio Oriente. Pero la era nuclear inició hace casi 70 años, y hasta ahora, los temores por la proliferación han resultado ser infunda- dos. Si se define de manera adecuada, el término “proliferación” significa propa- gación rápida e incontrolada. Nada de eso ha ocurrido; de hecho, desde 1970 , ha habido una marcada desaceleración en el surgimiento de Estados nucleares. No hay ninguna razón para esperar que esta tendencia vaya a cambiar ahora. Si Irán