Docsity
Docsity

Prepara tus exámenes
Prepara tus exámenes

Prepara tus exámenes y mejora tus resultados gracias a la gran cantidad de recursos disponibles en Docsity


Consigue puntos base para descargar
Consigue puntos base para descargar

Gana puntos ayudando a otros estudiantes o consíguelos activando un Plan Premium


Orientación Universidad
Orientación Universidad

Zabaleta estudio de la historia naciónal, Transcripciones de Derecho Documental

Estudio de la historia naciónal por Zabaleta

Tipo: Transcripciones

2024/2025

Subido el 13/06/2025

luis-miguel-quispe-3
luis-miguel-quispe-3 🇧🇴

1 documento

1 / 120

Toggle sidebar

Esta página no es visible en la vista previa

¡No te pierdas las partes importantes!

bg1
50 AÑOS
DE HISTO
erté Zavaleta
pf3
pf4
pf5
pf8
pf9
pfa
pfd
pfe
pff
pf12
pf13
pf14
pf15
pf16
pf17
pf18
pf19
pf1a
pf1b
pf1c
pf1d
pf1e
pf1f
pf20
pf21
pf22
pf23
pf24
pf25
pf26
pf27
pf28
pf29
pf2a
pf2b
pf2c
pf2d
pf2e
pf2f
pf30
pf31
pf32
pf33
pf34
pf35
pf36
pf37
pf38
pf39
pf3a
pf3b
pf3c
pf3d
pf3e
pf3f
pf40
pf41
pf42
pf43
pf44
pf45
pf46
pf47
pf48
pf49
pf4a
pf4b
pf4c
pf4d
pf4e
pf4f
pf50
pf51
pf52
pf53
pf54
pf55
pf56
pf57
pf58
pf59
pf5a
pf5b
pf5c
pf5d
pf5e
pf5f
pf60
pf61
pf62
pf63
pf64

Vista previa parcial del texto

¡Descarga Zabaleta estudio de la historia naciónal y más Transcripciones en PDF de Derecho Documental solo en Docsity!

5 0 AÑOS

DE HISTO

erté Zavaleta

COLECCION

OBRAS COM PLETAS

EL PODER DUAL

CLASES SOCIALES Y CON OCIM IEN TO

EL ESTADO EN AMERICA LATINA

LA FORMACION DE LA CONCIENCIA NACIONAL

1998 Todos los Derechos reservados

por Editorial “Los Amigos del Libro" Cochabamba, Casilla 450 La Paz, Casilla 4241

Registro de la Propiedad Intelectual bajo Depósito Legal N° 2 - 1 - 87 - 91

NA: 1525

ISBN: 84 - 8370 - 190 - 1

Primera Reimpresión de la Primera Edición

Impreso en Bolivia - Printed in Bolivia Editores: Los Amigos del Libro Impresores: Impresiones Poligraf

INDICE

Pág.

ZAVALETA MERCADO:

LA HISTORIA DEL PRESENTE

La problemática histórica recorre de punta a can to la obra de René Zavaleta Mercado. Así tras una inicial intuición publicada en 1963 bajo el nombre de "Apuntes para una Historia Natural de Bolivia", dedicó tres sendos trabajos a este fascinante tópico: "El Desarrollo de la Con ciencia Nacional" (1967), "Consideraciones Generales so bre la Historia de Bolivia, 1932-1971" y "Lo Nacional- Popular en Bolivia" (1986)

En todos ellos un tema medular se presenta re currentemente: la conflictiva conjugación entre nación, clases sociales y poder político. Se diría a primera vista que se trata de una ritual historia política. Precisamente en las "Consideraciones Generales", que conjuntamente "El Poder Dual" (1974) marcan el fin de la transición zavaletia- na desde el nacionalismo al marxismo, la historia bolivia na queda dividida en cuatro grandes períodos o momen tos: la decadencia de Charcas, la Guerra del Chaco, la Revolución de 1952 y la reconstitución militarista barrien- tista y ovandista. Zavaleta Mercado parece ofrecemos allí nada más que una visión lineal de la constitución, auge y caída de la "casta encomendera" boliviana y los frustrados intentos populares, por afirmar su propia visión de la so ciedad. Se trataría, al parecer, de una mirada a un álgido medio siglo, quizá más rigurosa y diferente en sus conclu siones a las lecturas tradicionalistas, pero siempre cortada por los moldes normativos de la historiografía politizante. De una aproximación al pasado como un pretexto o un simple antecedente, cuando no un exquisito "aparte", es-

crito mientras el autor prepara otras obras, esta vez teóricas y capitulares.

Afirmarlo así sería simplificar en extremo su pensamiento pues la inmersión zavaletiana en el conti nente de la historia es profundo, total, al extremo que for ma parte inseparable de su proceso de conocimiento so cial, de su epistemología. Gracias a ello, y como veremos luego, su método es por demás sugerente y, re conozcámoslo, provocador e innovador; aunque en varios aspectos en las "Consideraciones Generales" simplemente intuya o esboce aspectos normativos que sólo serán desa rrollados posteriormente en lo "Nacional - Popular en Bo livia".

Antes de empezar a descubrir lo que se esconde tras la formalidad aparente advirtamos de principio que no nos interesa rastrear en estas páginas los trabajos zava- letianos en un intento de inútil precisión, destinado a co rregirle una fecha o rectificarle un nombre. Nos preocupa un aspecto totalmente diferente. Sondeando la totalidad de su producción histórica, incluido el trabajo que se pu blica a continuación, queremos presentar su visión general de la historia boliviana y los problemas metodológicos que ello conlleva.

.- EL DISCURSO DEL METODO

Una cosa es absolutamente clara: lo factual, el precisismo de los datos, las cosas tal cual sucedieron, pasión única de ciertos historiadores atrapados dentro los muros de la mecánica y la hermeneútica positivista, cons- tituye para Zavaleta Mercado tan sólo una de las caras

Este acertó, que puede extenderse hacia el desen- trañamiento de varios horizontes sociológicos, es utilizado constantemente por Zavaleta Mercado para explicar la conducta de las clases sociales principalmente en sus obras posteriores a las "Consideraciones Generales"

Leamos dos creativas afirmaciones de Zavaleta sobre este punto y que pertenecen a esa época:

"Las clases sociales y los hombres hacen la historia creyendo que la hacen pero en realidad la repiten de un modo in consciente, es cierto que transformándola" (1986:149).

El propio 52, constituye a su entender un digno ejemplo de este tipo de aprendizaje dramático.

"Yo no conozco - escribirá en 1982 - un caso de memoria histórica más patente que el de abril. La desintegración de la unidad del combate, la logística de masa, la transformación de la cantidad en calidad militar son recuerdos de la Guerra del Chaco donde en las únicas ocasiones en que se venció fue en las que se practicó de esa manera. Pero es algo que viene de muy atrás y pertenece a la lógica de la multiplicidad boliviana" (162).

En buenas cuentas existirían distintos momentos cognoscitivos o constitutivos que marcarían el derrotero posterior de una nación o una clase. Circunstancia irre- luctible e inexplicable por el simple devenir de un modo le producción a otro. Empero, este giro hacia un marxis mo, muy próximo a A. Gramsci o E.P. Thompson, apenas se halla insinuado en las "Consideraciones Generales". Es critas bajo el innegable influjo del marxismo estructuralis- - ta francés, todavía prima en ellas la idea que la revelación

clasista depende de la ubicación productiva y sus posibili dades objetivas. Que ser "clase" implica un destino mani fiesto y una voluntad de ser. "Nadie es lúcido cuando su so porte clasista no le da elementos para serlo", nos dice allí, poco antes de afirmarnos que el proletariado que venció en abril de 1952 "no era en realidad proletariado" pues "al mismo tiempo era una clase tan victoriosa como im potente",

Años más tarde un Zavaleta Mercado más bien culturalista se encargará de relativi 2 ar esta condición,, aunque sin negarla. Entiende entonces que los hábitos, códigos y prejuicios que conforman una cultura política y definen la normatividad de la construcción clasista, están grabados históricamente, en los intramu ros de la experien cia que una clase/masa posee consigo misma y en relación a sus "otros”. Precisamente, hablando del proletariado mi nero, nudo y locus, para él, de la política boliviana contem poránea, afirma que:

"Para una clse obrera como ésta, es más importante su acumulación orgánica que su número y condición económica

Esta nueva perspectiva le permitirá romper con una tradición reduccionista (Como la que en Bolivia sos tiene Guillermo Lora) y ver a las clases sociales tanto como lugares en producción, cuanto como acumulaciones históricas ("su puesto productivo y modo de ser", como solía afirmar).

Seamos empero extremadamente precavidos al tocar este punto. Para Zavaleta, pasiones y creencias anti guas no son las únicas que cuentan en la formación de una

fechas muerta, sino como un conjunto contradictorio y se lectivo de recuerdos vivos que hacen de una clase lo que verdaderamente es, mucho más allí de lo que le permitiría quedarse en las determinaciones abstractas del mero sus trato económico.

II.- LA HISTORIA ES MULTIPLE

Vayamos un poco más lejos de lo dicho líneas a- rriba. René Zavaleta en la última etapa de su vida, asumió críticamente y con soluciones creadoras las limitaciones de un "marxismo sin nación", Por ello, para desandar lo mal andado, introdujo la temátiqa de lo abigarrado,, es decir, la compleja fusión y a la v e z separación de los ritmos históricos que marcan particularmente nuestra sociedad. Desde esa óptica Bolivia condensaría, en el mismo mo mento, experiencias y memorias distintas.

Cabría, con él, hablar entonces de distintas his torias y paralelas hegemónicas.

Así, la historia boliviana tendría sus propias re giones y tonalidades diversas. No cabe duda que sostener la multiplicidad y simultaneidad de los pisos y planos históricos equivale a echar por tierra la trayectoria lineal y acumulativa que toda la anterior producción histórica pos tulaba para el país. Esto es una historia que de modo dere cho, tenía como en historieta, un mal principio y un buen final.

Nos preguntamos: ¿dónde quedó entonces la unicidad de la historia nacional?. No olvidemos que la i- magen de una historia común cuyas circulaciones concén

tricas terminan por atarse en un mismo nudo está íntimamente asociada a la construcción del Estado nacio nal desiderátum de los acertijos de todas las corrientes ideológicas bolivianas. Cruzando provocativamente un poco más lejos, Zavaleta nos ofrece una cadente imagen de múltiples historias y no una historia lineal y uniforme. No puede haberla, en todo caso, en un país donde la "substancia social" señala diversos tiempos que corren y se agregan sin confundirse, que se juntan sin penetrarse for mando "algo así como distintos niveles de vida y de concien c ia ”. ,

Esta diversidad constitutiva de los sujetos, de los tiempos y sincronías que maneja la historia boliviana tiene su propia explicación. En la relación, usando un lenguaje clásico, base-superestructura, se observa que mientras:

"El aislamiento de las relaciones sociales a las rela ciones de producción explica la nueva unidad del mundo, el málisis de la superestructura (...) se refiere a la diversidad ca racterial de la historia del mundo " (1986).

Es decir, que mientras en el capitalismo la base “conómica tiende a la homogeneidad; la superestructura, erritorio de la historia y la memoria, muestran una am-

lia diversidad en sociedades que, como la Boliviana, la egularidad capitalista no ha penetrado en todos sus po- ;)S. ¿Qué consecuencias tiene todo esto para nuestro nálisis? Veamos.

La singularidad de las formaciones sociales, lo ¡verso de la combinación de sus planos históricos exige, ara Zavaleta, abandonar la idea de una teoría universal,

una mirada por consiguiente de una sociedad distinta a aquella que pervive en su tranquila cotidianeidad.

¿Qué momentos más anómalos produjo la his toria boliviana que aquéllos que transcurren en el centro mismo de la Guerra del Chaco y el 52 y sus posteriores re mates?. Precisamente, y no por azar, las ideas capitales "Las Consideraciones Generales" circulan profusamente en tom o a ellos intentando, grabando las constantes que gobiernan el curso de nuestra historia.

III.- BUSCANDO INDIOS

Ahora bien, lo que es válido como formalización teórica para una nación, lo es igualmente, para las clases sociales; las (re) conocemos en los momentos de crisis, de peligro, que es cuando explota toda su historia.

Esta frase, extraída de las "Consideraciones Generales" revela mucho de las ideas que predominan en Zavaleta Mercado en aquel entonces (1977):

"(...) La presencia de los campesinos indios (.. Jes, en l a historia del país, siempre una presencia esporádica y por ex- p losiones. Cuando entran en la historia del país es como si entra- r an al movimiento viniendo desde la geografía, es decir como un m alón"n

Cabe advertir que su visión es ciertamente es- lasmódica, congruente con su método, pero extremada- aente reductiva de la historia india, únicamente momen- :>s "marcados por alzamientos y levantamientos". Los "tomentos de aparente silencio, de la "adaptación en re

sistencia" que ahora preocupan a la moderna historia so cial no cuentan lamentablemente para él.

En las "Consideraciones Generales", René Zava leta muestra además su convicción, compartida por mu chos teóricos izquierdistas dedos 70s., que la revolución del 52 con su "vasta democratización" tx^ rn u ió a los indios "en hombres interiores del marco humano del Estado" hasta co locarlos como soporte, en su calidad de productores inde pendientes, del "núcleo conservador del país". Tácita alianza con la nueva rosca ("Es el explotado el que es la base del poder de los explotadores "), que se expresa muy bien en la figura de René Barrientos.

En la misma obra tampoco se encuentra una me diación convincente entre las dimensiones étnicas y clasis tas. Mejor: si lo segundo abunda por todo el texto, lo pri mero muestra en cambio un largo vacío. *

Sólo en sus últimos escritos ya no cayó en la trampa de reducir lo popular, es decir la historia real de las clases y fracciones subalternas, a lo meramente obrero. Y lo hizo escapando de la camisa de fuerza que cierto marxismo le colocaba para entender las sociedades andi nas. Ello, a diferencia de su tradición previa, le permitió insertar la dimensión india, así sea de modo parcial, en el territorio del pasado. Si se quiere, jugar con las categorías de clase y etnia en una perspectiva de larga duración. Sin duda que para que ello aconteciera debieron producirse.

Por un lado de manera más evidente que desde fines de los 70s la masa campesina empezaba a despren derse de la tutela estatal aproximándose al movimiento

CONSIDERACIONES GENERALES SOBRE

LA HISTORIA DE BOLIVIA (1932-1971)

El amor, el poder, la guerra. En eso consiste la ver dad de la vida. Pues bien, fue en el Chaco, lugar sin vida, donde Bolivia fue a preguntar en qué consistía su vida. Aquí, donde el propio tuscal se retuerce tal si lo seco se hubiera convertido en dolor, es donde ocurrió la guerra, punto de partida del periodo que hemos de analizar pero también de toda la Bolivia moderna. Boquerón, Nanawa, Picuiba, Kilómetro 7, Cañada Strongest, dejan de ser topó nimos inertes; ahora contienen sus propios muertos. Nom bres vivos para todo el mundo. Es como sí solamente allá la historia hubiese perdido su propia rutina y no hay duda de que entonces, sólo entonces, aprendieron los bolivianos que el poder es algo por lo que se debe matar y morir.

I. La memoria histórica

La guerra, desde luego, era evitable. Cualquiera que fuese el grado de abigarramiento de los títulos enseñados por las partes, cualquiera el grado de gravedad de los incidentes previos a la guerra misma, en cualquier forma, parece evidente que habría sido posible convenir una solución arbitral. Es una mala política de estado pensar que la única salida para todo es la imposición total del principio que uno mismo sostiene. ¿Por qué, en efecto, los dos países más pobres de la zona tenían que lanzarse a una aventura tal? Era como si la sintieran una obligación hacia sí mismos, acaso porque suponían que lo único que les quedaba era su honor. La negociación era lo que pedía la lógica pero no eran lógicos los hombres que debían pensar la negociación. El arbitraje habría sido posible pero

sólo si se hubiera tratado de países no sometidos a semejantes presiones emocionales, acumuladas y no racionalizadas jamás. En esto, que parece casi la voluntad de destruirse, algo nihilista y misterioso, quizá donde haya que tentar una explicación no sea en el razonamiento coetáneo a los sucesos sino en la carga que lo condicionaba, es decir, en el fondo histórico de los dos países. Después de todo ¿acaso no es verdad que había sido Asunción el centro de la colonización del Rio de la Plata entero y después, en el tiempo republicano, ya el Paraguay, un país modesto pero también armónico, comparable en ello al Chile de entonces pero de manera quizá más saludable? Hay en esto un desencuentro. Los historiadores ven a los países desde la perspectiva del presente y no yerran por fuerza en ello porque la cosa se conoce en su remate; pero cada país, en cambio, se ve a sí mismo con los ojos de su memoria. Que el país .como tal estanque su conocimiento en un momento de su pasado o que lo mistifique carece de importancia sustancial porque aquí lo que importa es qué es lo que cree que es. El componente de la memoria colectiva en la ideología es, sin duda, algo más importante de lo que se supone por lo común.

Otro tanto ocurre cuando se piensa en el virreinato del Río de la Plata, en teoría el marco de referencia al que debía remitirse Bolivia en cuanto a sus orígenes políticos. Suele darse por sentado que el centro del virreinato estuvo siempre en Buenos Aires. Lo cierto empero es que no fue Charcas que se constituyó con relación al virreinato sino el virreinato que se constituyó fundándose en Charcas. El virreinato del Perú estuvo formado por dos audiencias y a de Charcas reunía las actuales Argentina, Bolivia, Para

lo