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Este documento proporciona una visión general del desarrollo reproductivo humano, desde la gametogénesis hasta las etapas de la infancia y la adolescencia. Se describen los procesos de formación de gametos, la fecundación, la segmentación y el desarrollo embrionario. además, se aborda la asignación de sexo, la crianza diferencial, el desarrollo de la identidad de género y la educación sexual en las diferentes etapas de la vida. Se incluye información sobre controles médicos en hombres y mujeres, incluyendo la importancia del papanicolaou y el autoexamen testicular. El texto también detalla los cambios producidos por la deficiencia de testosterona en el varón. en resumen, el documento ofrece una valiosa información para comprender el desarrollo reproductivo y la salud sexual a lo largo de la vida.
Tipo: Apuntes
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El desarrollo se inicia con la fecundación, proceso mediante el cual el gameto masculino o espermatozoide y el gameto femenino u ovocito se fusionan y originan un cigoto. Los gametos derivan de las células germinales primordiales (CGP) que se forman en el epiblasto durante la segunda semana y posteriormente se trasladan a la pared del saco vitelino. Durante la cuarta semana, estas células empiezan a migrar desde el saco vitelino hacia las gónadas en desarrollo, donde llegan hacia el final de la quinta semana. Para prepararse para la fecundación, las células germinales experimentan el proceso de Gametogénesis, que incluye una meiosis para reducir el número de cromosomas y el de citodiferenciación para acabar de madurar. Teoría cromosómica de la herencia: Los seres humanos poseen, aproximadamente 23000 genes en 46 cromosomas, los genes situados en un mismo cromosoma suelen heredarse juntos, por lo que se conocen como genes ligados. En las células somáticas, los cromosomas aparecen agrupados en 23 cromosomas homólogos que forman el numero diploide de 46. Existen 22 pares de cromosomas emparejados llamados autosomas y un par de cromosomas sexuales. Si el par sexual es XX, el individuo es genéticamente femenino; si este par es XY, el individuo es genéticamente masculino. Mitosis La mitosis es el proceso mediante el cual una célula se divide y origina dos células hijas genéticamente idénticas a la célula madre. Antes de que una célula entre en mitosis, el ácido desoxirribonucleico (ADN) de todos sus cromosomas se replica. Durante esta fase de replicación, los cromosomas son extremadamente largos y se disemina de manera difusa por todo el núcleo, de manera que no pueden reconocerse mediante un microscopio óptico. Cuando se inicia la mitosis, los cromosomas empiezan a enrollarse, contraerse y condensarse, estos eventos marcan el inicio de la profase. En este momento, cada cromosoma está formado por dos subunidades paralelas, llamadas cromátidas que están unidas por una región estrecha común a ambas llamada centrómero. Durante la metafase, las cromátidas se disponen alineadas en el plano ecuatorial y entonces su estructura doble se hace claramente visible. Todas las cromátidas están ancladas por unos microtúbulos que se extienden desde el centrómero hasta el centriolo formando el huso mitótico. Pronto, el centrómero de cada cromosoma se divide lo que marca el inicio de la anafase, y a continuación las cromátidas migran hacia polos opuestos del huso. Finalmente, durante la telofase los cromosomas se desenrollan y se alargan, el envoltorio nuclear se reestablece y el citoplasma se divide. Meiosis: La meiosis es la división celular que tiene lugar en las células germinales para generar los gametos femeninos y masculinos, es decir, el ovulo y el espermatozoide respectivamente. La meiosis requiere dos divisiones celulares: la meiosis I y la meiosis II, para que la cantidad de cromosomas se reduzca al número haploide que es de 23. A diferencia de lo que sucede en la mitosis, los cromosomas homólogos se alinean en parejas, proceso que recibe el nombre de sinapsis. El emparejamiento se realiza de manera exacta punto a punto, excepto en el caso de la combinación XY. Luego, los pares homólogos se separan en dos células hijas, lo que reduce el número de cromosomas, poco después, la miosis II separa las cromátidas hermanas. Así, cada gameto contiene 23 cromosomas. Entrecruzamiento: El entrecruzamiento es uno de los acontecimientos fundamentales de la meiosis I, y consiste en el intercambio de segmentos de cromátidas entre los cromosomas homólogos emparejados. Durante el proceso de separación, los puntos de intercambio quedan temporalmente unidos y forman una estructura parecida a una X, llamada quiasma. El resultado de las divisiones meióticas es el siguiente:
Ciclo ovárico: Estos ciclos sexuales están controlados por el hipotálamo, la hormona GnRH actúa sobre las células del lóbulo anterior de la hipófisis que, a su vez, secreta gonadotropinas, estas hormonas, FSH y LH estimulan y controlan cambios cíclicos en el ovario. Al inicio de cada ciclo, la FSH estimula entre 15 y 20 folículos en fase primaria para que crezcan. En condiciones normales, solo uno de estos folículos alcanzará la plena madurez, y únicamente se liberará un ovocito; los otros folículos degeneran y se vuelven atrésicos. La FSH también estimula la maduración de las células foliculares (granulosa) que rodean el ovocito, a su vez, la proliferación de estas células está regulada por el factor de transformación del crecimiento Beta (TGF-β). Las células de la teca interna producen testosterona al ser estimuladas por la LH, este andrógeno difunde a las células de la granulosa que producen a la enzima aromatasa (por estimulo de la FSH), que aromatiza a la testosterona 17 - β- estradiol, que es la hormona que circula en la sangre de la mujer en la primera fase del ciclo sexual femenino. Debido a la producción de estos estrógenos:
sangrado menstrual. Si el ovocito es fecundado, la gonadotropina coriónica humana (GCh) secretada por el sincitiotrofoblasto del embrión evita la degeneración del cuerpo lúteo, este continúa creciendo y forma el cuerpo lúteo del embarazo. Al término del tercer mes, el tamaño de esta estructura equivale a un tercio o una mitad del tamaño del ovario, se continúa secretando progesterona hasta el final del cuarto mes, a partir de entonces se retiran lentamente a medida que la cantidad de progesterona secretada por el componente trofoblástico de la placenta es la adecuada para el mantenimiento del embarazo. Fecundación: proceso mediante el cual los gametos femeninos y masculinos se fusionan, tiene lugar en la región ampollar de las trompas de Falopio. Los espermatozoides se desplazan desde el cuello del útero hasta la trompa gracias a su propia propulsión y a las contracciones musculares del útero y la citada trompa. El viaje desde el cuello uterino hasta la trompa puede tomar tan poco como 30 minutos o prolongarse hasta 6 días. Una vez en el istmo, pierden movilidad y dejan de migar. En el momento de la ovulación, estos recuperan la movilidad quizás gracias a los quimioatrayentes producidos por las células del cumulo que rodean el ovulo y nadan hacia la ampolla. Los espermatozoides no son capaces de fecundar el ovocito inmediatamente después de llegar al aparato genital femenino: para adquirir esa capacidad, primero tienen que experimentar un proceso de capacitación y uno de reacción acrosómica. La capacitación es un periodo de acondicionamiento dentro del tracto femenino, dura aproximadamente 7 hs, tiene lugar en las trompas de Falopio consiste en interacciones epiteliales entre los espermatozoides y la superficie mucosa de la trompa. Durante esta etapa, la capa de glucoproteínas y las proteínas seminales se eliminan de la membrana plasmática que recubre la región acrosómica de los espermatozoides. Solo los espermatozoides capacitados pueden atravesar las células de la corona y experimentar la reacción acrosómica. La reacción acrosómica, tiene lugar después de la unión a la zona pelúcida, esta inducida por proteínas de zona. La reacción culmina con la liberación de las enzimas necesarias para penetrar la zona pelúcida, incluidas sustancias del tipo de la acrosina y la tripsina. Las fases de la fecundación son:
integrina para la laminina inducen la sujeción, los receptores para la fibronectina estimulan la migración. La implantación es el resultado de una acción trofoblástica y endométrica mutua. El útero en el momento de la implantación: La pared del útero está formada por 3 capas:
Día 8: En el octavo día del desarrollo, el blastocito esta parcialmente sumergido en el estroma endometrial, el trofoblasto se ha diferenciado en dos capas: 1) una capa interna de células mononucleadas llamadas, citotrofoblasto y 2) una zona externa multinucleada sin límites celulares distinguibles que recibe el nombre de sincitiotrofoblasto. Se encuentran células en mitosis en el citotrofoblasto, pero no en el sincitiotrofoblasto. Las células del citotrofoblasto se dividen y emigran hacia el sincitiotrofoblasto donde se fusionan y pierden sus membranas celulares individuales. La masa celular interna o embrioblasto también se diferencian en dos capas: 1) una capa de células cubicas pequeñas adyacentes a la cavidad del blastocito conocida como capa hipoblastica y 2) una capa de células cilíndricas largas adyacentes a la cavidad amniótica que se conoce como capa epiblastica. Juntas estas dos capas forman un disco plano, al mismo tiempo aparece una pequeña cavidad dentro del epiblasto, esta cavidad se agranda y se convierte en la cavidad amniótica. Día 9: El blastocito esta más inmerso en el endometrio y la zona de penetración en el epitelio superficial está cerrada por un coagulo de fibrina. En el polo embrionario aparecen vacuolas a nivel del sincitio, cuando estas vacuolas se fusionan forman grandes lagunas, razón por la cual esta fase del desarrollo del trofoblasto se conoce como periodo lagunar. En el polo abembrionario, unas células aplanadas forman una membrana delgada, la membrana exocelómica o de Heuser, que reviste la superficie interna del citotrofoblasto. El hipoblasto por poliinvaginación cubre el blastocele por dentro y forma el endodermo extraembrionario que toma el nombre de saco vitelino primitivo. Días 11 y 12: En este momento, el blastocito produce un pequeño bulto en la luz del útero. El trofoblasto se caracteriza por la presencia de espacios lagunares en el sincitio que forman una red intercomunicada. Las células del sincitiotrofoblasto penetran más profundamente en el estroma y erosionan el revestimiento endotelial de los capilares
maternos, estos capilares que están congestionados y dilatados, se conocen como sinusoides. Las lagunas sincitiales se comunican con las sinusoides y la sangre materna entra en el sistema lagunar. A medida, que el trofoblasto va erosionando cada vez más sinusoides, la sangre materna empieza a fluir a través del sistema trofoblástico y se establece la circulación uteroplacentaria. Aparece una nueva población de células entre la superficie interna del citotrofoblasto y la superficie externa de la cavidad exocelómica. Estas células forman un tejido conjuntivo laxo y delgado, llamado mesodermo extraembrionario que acabara llenando todo el espacio entre el trofoblasto que queda en su parte externa y el amnios y la membrana exocelómica que quedan en su parte interna. Pronto se desarrollan grandes cavidades en el mesodermo extraembrionario que cuando confluyen forman un nuevo espacio llamado celoma extraembrionario o cavidad coriónica, que rodea el saco vitelino primitivo y la cavidad amniótica. El mesodermo extraembrionario que reviste el citotrofoblasto y el amnios recibe el nombre de mesodermo somatopléurico extraembrionario ; el revestimiento que cubre el saco vitelino se conoce como mesodermo esplacnopléurico extraembrionario. El crecimiento del disco bilaminar es relativamente lento, los espacios intercelulares se llenan de extravasados y el tejido se vuelve edematoso, estos cambios son conocidos como reacción decidual. Día 13: Hacia el día decimotercero del desarrollo, la cicatriz superficial del endometrio generalmente ya ha desaparecido. El trofoblasto se caracteriza por estructuras en forma de vellosidades. Las células del citotrofoblasto proliferan localmente, penetran en el sincitiotrofoblasto y forman columnas celulares rodeadas por sincitio. Estas columnas se conocen como vellosidades primarias. El hipoblasto produce otras células que migran por la parte interna de la membrana exocelómica, estas células proliferan y poco a poco van formando una nueva cavidad dentro de la cavidad exocelómica, esta nueva cavidad se conoce como saco vitelino secundario o saco vitelino definitivo. Durante su formación se desprenden grandes fragmentos de la cavidad exocelómica, estos fragmentos son los quistes exocelómicos que a menudo se encuentran en el celoma extraembrionario o cavidad coriónica. Mientras, el celoma extraembrionario se expande y forma la cavidad coriónica, entonces el mesodermo extraembrionario que reviste el interior del citotrofoblasto pasa a denominarse placa coriónica. El único lugar por el que el mesodermo extraembrionario atraviesa la cavidad coriónica es el pedículo de fijación. Con el desarrollo de los vasos sanguíneos, ese pedículo se convierte en el cordón umbilical.
Gastrulación: Formación del mesodermo y el endodermo embrionarios. La gastrulación es un proceso que establece las tres capas germinales (ectodermo, mesodermo y endodermo) del embrión, se inicia con la formación de una línea primitiva en la superficie del epiblasto. Al principio esta línea está mal definida, pero entre 15 y 16 días ya es claramente visible en forma de un surco estrecho con regiones ligeramente abultadas en ambos lados. El extremo cefálico de la línea llamado nódulo primitivo rodea una pequeña fosita primitiva. Las células del epiblasto migran hacia la línea primitiva, al llegar a la región de la línea adopta forma de matraz, se separan del epiblasto y se deslizan debajo de él. Este movimiento se conoce como invaginación , la migración y la especificación de las células están controladas por el factor de crecimiento de los fibroblastos 8 (FGF-8). Este factor controla los movimientos celulares disminuyendo la cadherina E, una proteína que normalmente mantiene las células epiblasticas juntas. El FGF-8 también controla la especificación celular en el mesodermo mediante la regulación de la expresión de Brachyury (gen T), después de invaginarse algunas células desplazan el hipoblasto y crean el endodermo embrionario, mientras que otras se sitúan entre el epiblasto y el endodermo acabado de formar y generan el mesodermo. Las células que quedan en el epiblasto forman el ectodermo , así gracias al proceso de gastrulación, el epiblasto genera todas las capas germinales y las células de estas capas originan todos los tejidos y órganos del embrión.
A su vez, estos vasos están en contacto con el sistema circulatorio intraembrionario y unen la placenta con el embrión. Por esto, cuando el corazón empieza a latir durante la cuarte semana del desarrollo, el sistema velloso a esta preparado para suministrar al verdadero embrión los nutrientes y el oxígeno que necesita. Mientras, las células citotrofoblásticas de las vellosidades van penetrando progresivamente en el sincitio que las recubre hasta alcanzar el endometrio materno. Allí, entran en contacto con extensiones parecidas de los tallos vellosos contiguos y forman una delgada cubierta citotrofoblástica externa, está cubierta va rodeando todo el trofoblasto y une firmemente el saco coriónico al tejido endometrial materno. Las vellosidades que se extienden desde la placa coriónica hasta la decidua basal, parte del endometrio donde se formara la placenta, reciben el nombre de vellosidades de anclaje o de troncales. Aquellas que nacen de los lados de las mismas se denominan vellosidades libres (terminales) y a través de ellas se realiza el intercambio de nutrientes y otros productos. La cavidad coriónica se agranda y hacia el día 19 o 20, el embrión queda anclado a su cubierta trofoblástica por un estrecho pedículo de fijación, más adelante, el pedículo de fijación se convertirá en el cordón umbilical que unirá la placenta con el embrión.
El periodo embrionario o periodo de organogénesis, transcurre entre la tercera y octava semana del desarrollo y es la etapa durante la cual las tres capas germinales, el ectodermo, mesodermo y endodermo, originan diversos tejidos y órganos específicos. Derivados de la capa germinal ectodérmica: Al inicio de la tercera semana, la capa germinal ectodérmica tiene forma de disco, siendo más ancho en la región cefálica que en la región caudal. La aparición de la notocorda y el mesodermo precordal induce el ectodermo subyacente a engrosarse y formar la placa neural. Las células de esta placa forman el neuroectodermo, la inducción del cual representa el primer acontecimiento del proceso de neurulación. Regulación molecular de la inducción neural El aumento de la señalización del factor de crecimiento de los fibroblastos (FGF) junto con la inhibición de la actividad de la proteína morfogénica ósea 4 (BMP-4) , que pertenece a la familia del factor de transformación del crecimiento β (TGF-β) y es responsable del desplazamiento en dirección ventral del ectodermo y el mesodermo, provoca la inducción de la placa neural. La presencia de BMP-4 que penetra en el mesodermo y el ectodermo del embrión en gastrulación induce la formación de la epidermis a partir del ectodermo, mientras que el mesodermo forma el mesodermo de las palcas intermedia y lateral. Si el ectodermo no queda expuesto a BMP “por defecto” se convierte en tejido nervioso. La secreción de otras tres moléculas, nogina, cordina y folistatina , inactiva la BMP. Estas tres proteínas se encuentran en el organizador, la notocorda y el mesodermo precordal. Su función es la de neuralizar el ectodermo inhibiendo BMP y hacer que el mesodermo se convierta en notocorda y en mesodermo paraxial. La inducción de las estructuras de la placa neural caudal (rombencéfalo y medula espinal) depende de dos proteínas secretadas, WNT3a y FGF. Además, parece que el ácido retinoico (AR) interviene en la organización del eje craneocaudal, ya que puede provocar la redeterminacion de los segmentos craneales en otros más caudales mediante la regulación de la expresión de los genes de homeosecuencia. Neurulación: Proceso mediante el cual la placa neural forma el tubo neural. Al final de la tercera semana los bordes laterales de la placa neural se elevan para formar los pliegues neurales , y la región central deprimida forma el surco neural. Los pliegues neurales se acercan entre ellos por encima de la línea media, donde se fusionan. La fusión empieza por la región cervical y avanza craneal y caudalmente, así se forma el tubo neural. Hasta que la fusión no se completa, los extremos cefálico y caudal del tubo neural se comunican con la cavidad amniótica a través de los neuróporos anterior (craneal) y posterior (caudal) , respectivamente. El neuróporo craneal se cierra, aproximadamente hacia el día 25, mientras que el neuróporo posterior se cierra el día 28, en este momento se ha completado la neurulación y el sistema nervioso central está representado por una estructura tubular cerrada con una parte caudal estrecha, la medula espinal y una parte cefálica mucho más ancha que se caracteriza por diversas dilataciones, las vesículas encefálicas.
Células de la cresta neural La cresta neural experimentara una transición epiteliomesenquimatosa y entrara en el mesodermo subyacente a medida que abandone el neuroectodermo por desplazamiento y migración activa. Con el termino mesodermo se designan las células derivadas del epiblasto y de los tejidos extraembrionarios. La palabra mesénquima hace referencia a cualquier tejido conjuntivo embrionario, poco organizado, independientemente de cuál sea su origen). Una vez cerrado el tubo neural, las células de la creta procedentes de la región del tronco abandonan el neuroectodermo y migran por una de las siguientes vías: 1) Una vía dorsal a través de la dermis y 2) una vía ventral a través de la mitad anterior de cada somita. Las células que siguen la primera vía entraran en el ectodermo a través de unos orificios de la lámina basal y formaran los melanocitos y los folículos pilosos de la piel. Las que siguen la segunda vía se convertirán en ganglios sensitivos, neuronas simpáticas y entéricas, células de Schwann y células de la medula suprarrenal. Las células de la cresta neural también forman los pliegues neurales craneales, a partir de los cuales migran para abandonar el tubo neural. Estas células contribuyen a la formación del esqueleto craneofacial, las neuronas de los ganglios craneales, las células gliales y los melanocitos , entre otros tipos celulares. Cuando el tubo neural se ha cerrado, en la región cefálica del embrión se observan dos engrosamientos ectodérmico bilaterales, las placodas auditivas y las placodas del cristalino. Durante las fases siguientes del desarrollo, las placodas auditivas se invaginan y forman las vesículas auditivas , que se desarrollaran en estructuras necesarias para la audición y el mantenimiento del equilibrio. Aproximadamente en el mismo momento aparecen las placodas del cristalino. Estas placodas también se invaginan y durante la quinta semana forman los cristalinos de los ojos. En términos generales, la capa germinal ectodérmica origina los órganos y las estructuras que están en contacto con el mundo exterior:
La diferenciación sexual es un proceso complejo en el que intervienen muchos genes, incluidos algunos que son autosómicos, la clave para el dimorfismo sexual es el cromosoma Y, que contiene el gen que determina la formación de testículos llamado “Gen SRY” en su brazo corto (Yp11). La proteína SRY es el factor que determina la formación de los testículos; bajo su influencia tiene lugar el desarrollo masculino; en su ausencia se establece el desarrollo femenino. Gónadas: No adquieren características morfológicas masculinas o femeninas hasta la 7° semana de desarrollo. Al principio aparecen como un par de crestas longitudinales, las crestas genitales o gonadales. Las células germinales no aparecen en las crestas genitales hasta la 6° semana, las CG primigenias se originan en el epiblasto, migran a través de la línea primitiva y hacia la 3° semana residen entre células endodérmicas en la pared del saco vitelino, cerca del alantoides. Durante la 4° semana migran mediante movimientos ameboideos a lo largo del mesenterio dorsal del intestino posterior, llegan a las gónadas primitivas a comienzos de la 5° semana e invaden las crestas genitales en la 6° semana; si no consiguen llegar a las crestas, no se desarrollan. Poco antes de la llegada de células primigenias y durante la misma, el epitelio de la cresta genital prolifera y las células epiteliales se introducen en el mesénquima subyacente, aquí forman los cordones sexuales primitivos, estos cordones conectan con el epitelio superficial y es imposible diferenciar entre la gónada masculina y la femenina (Gónada indiferenciada). Testículo: Si el embrión es masculino, las CGP llevan un complejo cromosómico sexual XY, bajo la influencia del gen SRY del cromosoma Y, que codifica el factor que determina la formación de los testículos, los cordones sexuales primitivos siguen proliferando y se introducen profundamente en la medula para formar el testículo o cordones medulares. Los cordones se dividen en una red de líneas celulares diminutas que más tarde originan los túbulos de la red testicular, luego una capa densa de tejido conjuntivo fibroso separa los cordones testiculares del epitelio superficial (Túnica albugínea). En el 4° mes, los cordones testiculares se componen de CGP y de células sustentaculares o células de Sertoli derivadas del epitelio superficial de la glándula. Las células intersticiales de Leydig procedentes del mesénquima original de la cresta gonadal, se encuentran entre los cordones testiculares. Hacia la 8° semana, las células de Leydig comienzan a producir testosterona y el testículo tiene capacidad para influir en la diferenciación sexual de los conductos genitales y los genitales externos. Los cordones testiculares son sólidos hasta la pubertad, momento en el que adquieren una luz, formándose así los túbulos seminíferos. Una vez canalizados se unen a los túbulos de la red testicular que a su vez se introducen en los conductillos eferentes, estos constituyen las partes restantes de los túbulos excretores del sistema mesonéfrico. Se unen a la red testicular y al conducto mesonéfrico o Wolff que se convierte en el conducto eferente. Ovario: En el embrión femenino con una dotación cromosómica sexual de XX y sin cromosoma y los cordones sexuales primitivos se disocian en grupos de células irregulares. Estos grupos ocupan la parte medular del ovario, más tarde, desaparecen y son sustituidos por un estroma vascular que forma la medula ovárica. El epitelio superficial de la gónada femenina sigue proliferando. En la 7° semana origina una segunda generación de cordones, los cordones corticales, durante el tercer mes estos cordones se dividen en grupos aislados de células, estas siguen proliferando y empiezan a rodear cada ovogonio con una capa de células epiteliales llamadas células foliculares, el ovogonio y las células forman el folículo primario. En embriones con una configuración cromosómica sexual XX los cordones medulares de la gónada involucionan y se forma una segunda generación de cordones corticales. Conductos genitales: Etapa indiferenciada: Inicialmente ambos embriones tienen 2 pares de conductos genitales: los conductos mesonéfricos (de Wolff) y los conductos paramesonefricos (de Müller). En un inicio, los dos conductos se hallan separados por un tabique, pero más tarde se fusionan para formar la cavidad uterina. La punta caudal de los conductos combinados se proyecta hacia la pared posterior del seno urogenital, donde forma el tubérculo paramesonefrico o de Müller; los conductos paramesonefricos se abren al seno urogenital en cada extremo del tubérculo de Müller.
Regulación molecular del desarrollo del conducto genital SRY es un factor de transcripción y el principal gen para el desarrollo de los testículos. Parece que actúa conjuntamente con el gen autosómico SOX9, un regulador de la transcripción que también puede inducir la diferenciación testicular. En un inicio, SRY o SOX9, o ambos, inducen la secreción de FGF-9 en los testículos y este actúa como factor quimiotáctico que hace que los túbulos del conducto mesonéfrico penetran en la cresta gonadal. El SRY hace aumentar, directa o indirectamente la producción de factor de esteroidogenesis 1 (SF1), que estimula la diferenciación de las células de Sertoli y de Leydig; SF1 en conjunto con SOX9 eleva la concentración de AMH, causando un retroceso de los conductos paramesonefricos (de Müller). En las células de Leydig, SF1 regula al alza los genes para las enzimas que sintetizan la testosterona; esta se introduce en las células de los tejidos diana, donde puede permanecer intacta o bien ser convertida en dihidrotestosterona por una enzima 5-α- reductasa. Los complejos testosterona – receptor intervienen en la virilización de los conductos mesonéfricos para formar el conducto eferente, las vesículas seminales, los conductillos eferentes y el epidídimo; los complejos dihidrotestosterona – receptor modulan la diferenciación de los genitales masculinos externos. WNT4 , es el gen que determina la formación de los ovarios. Este gen regula al alza (por incremento) DAX1, miembro de la familia de receptores hormonales nucleares, que inhiben la función de SOX9. Además, WNT4 regula la expresión de otros genes responsables de la diferenciación ovárica, aunque estos otros genes diana todavía no han sido identificados. Los estrógenos también intervienen en la diferenciación sexual y bajo su influencia, los conductos paramesonefricos son estimulados para formar las cavidades uterinas, el útero, el cuello uterino, y la vagina superior. Además, en esta etapa la indiferenciación, los estrógenos actúan sobre los genitales externos para formar los labios mayores, los labios menores, el clítoris y la vagina inferior. Conductos genitales en el sexo masculino: A medida que el mesonefro involuciona, algunos túbulos excretores, los túbulos epigenitales establecen contacto con cordones de la red testicular y al final forman los conductillos eferentes del testículo; justo por debajo de la entrada de los conductillos eferentes, los conductos mesonéfricos se alargan y se vuelven muy contorneados formando el epidídimo. Desde la cola del epidídimo hasta la parte incipiente de la vesícula seminal, los conductos mesonéfricos adquieren una gruesa cubierta muscular y forman el conducto deferente. La región de los conductos más allá de las vesículas seminales constituye el conducto eyaculador. Conductos genitales en el sexo femenino. Los conductos paramesonefricos se convierten en los principales conductos genitales en el sexo femenino, pueden identificarse tres partes en cada conducto: 1- Una parte vertical craneal se abre en la cavidad abdominal, 2- Una parte horizontal que atraviesa el conducto mesonéfrico y 3- una parte vertical caudal que se fusiona con su homólogo del lado opuesto. Con el descenso del ovario, las primeras dos partes se convierten en la trompa uterina o de Falopio y las partes caudales se fusionan para formar la cavidad uterina. Una vez que los conductos se han fusionado en la línea media, se establece un amplio pliegue pélvico transverso, este pliegue se extiende desde los extremos laterales de los conductos paramesonefricos fusionados hacia la pared de la pelvis, constituye el ligamento ancho del útero. El útero y los ligamentos anchos dividen la cavidad pélvica en la bolsa rectouterina y la bolsa uterovesical; los conductos paramesonefricos fusionados originan el cuerpo y el cuello del útero. Están rodeados por una capa de mesénquima que forma la cubierta muscular del útero, el miometrio y su recubrimiento perineal, el perimetrio. Vagina: Poco después que los conductos paramesonefricos alcancen el seno urogenital, se forman dos evaginaciones solidas a partir de la parte pélvica del seno, estas evaginaciones, los bulbos seno vaginales proliferan y forman una sólida placa vaginal. Hacia el 5° mes, la excrecencia vaginal se halla canalizada por completo, las expansiones de tipo alar de la vagina que hay alrededor del final del útero, los fondos de saco vaginales son de origen paramesonefrico, por lo tanto, la vagina tiene un origen doble, con la parte superior que procede de la cavidad uterina y la parte inferior derivada del seno urogenital.
La sexualidad infantil abarca los primeros años y culmina con el complejo de Edipo entre los 3 y 5 años, luego de un relativo apaciguamiento llamado “Periodo de latencia”, resurge en la pubertad y en la adolescencia, donde se reinicia como sexualidad genital adulta. Amnesia infantil , fue Freud el que llamo la atención sobre este fenómeno, los seres humanos no pueden recordar su infancia sino a partir de los 6 u 8 años. Antes solo retienen en su memoria algunos retazos fragmentarios de recuerdos deformados. La conclusión es que las vivencias de la infancia se cubren activamente en un determinado momento con un manto de olvido por el efecto de fuerzas psíquicas muy poderosas que se instalan progresivamente en el Yo. El mecanismo psicológico en juego se denomina “Represión”, impide que esos recuerdos e impresiones accedan a la conciencia o los desaloja si han llegado a ella, pero no evita que tengan otros efectos sobre la vida mental del sujeto en etapas ulteriores. Lo que esta en juego en la sexualidad son experiencias de placer, pero las del adulto tienen sus orígenes históricos en sus experiencias infantiles y su enumeración es infinita. Etapa Oral: Las primeras manifestaciones de la sexualidad aparecen en el niño de pecho, el ejemplo del chupeteo se toma como modelo: “Cuando después de mamar se queda dormido sobre el seno materno, presenta una expresión de goce y placer parecida a la del adulto después de un orgasmo”. Luego, satisfecha la necesidad de alimento, el chupar el seno se continua con el chupetear, que inicia no porque tenga hambre, sino por reiterar una experiencia de placer. Inicialmente, las sensaciones de placer se localizan en la zona bucolabial, la primera zona erógena, considerándose el placer logrado por el acto de chupetear como placer sexual. No tarda el niño en reemplazar el pecho materno por una zona de su propio placer. Etapa Anal: Es la 2da zona erógena que toma primacía sin que la primera desaparezca del todo y con ello se inicia esta etapa. El niño reconoce a su madre como una persona diferente y separada de él. Experimenta sensaciones de placer con la eliminación de orina (erotismo uretral) y de los excrementos (erotismo anal) y tratará de obtener de estos actos toda la satisfacción posible. Bajo la presión del ambiente, iniciará el proceso del control de esfínteres que tendrá la percepción de un nuevo poder, el de retener las haces y oponerse a la madre o de doblegarse a la demanda por su amor. El niño no siente en principio repugnancia por sus excrementos, a los que considera una parte de su propio cuerpo, se separara de ellos con dificultad o los utiliza como regalo a las personas que mas quiere; “se entabla entonces, en tormo al proceso de control de esfínteres, la lucha entre mantener su fuente de placer o renunciar a ellas en pos del amor del objeto”. En lugar de sentir placer frente a los excrementos experimentará repugnancia, sensación que nunca lo abandonara, serán sucios todos los contenidos del interior del cuerpo, la limpieza y la pulcritud son una de las demandas sociales a las que deberá sujetarse con un menor o mayor grado de sometimiento. El placer puede ahora provenir de mantenerse limpio, de ser ordenado y pulcro como la demanda del objeto, entre la sensación de placer con los excrementos y la repugnancia intervino la represión a la manera de un dique para contenerla, posteriormente el dinero y su manejo asumirán alguno de los significados con que son vividos los objetos de esta etapa. Etapa Fálica: Con el tiempo el niño, a fuerza de explorar su propio cuerpo, se encuentra con los genitales que no tardan en ocupar interés y la modalidad a través de la busca experiencias de placer. De esta manera ingresa a otra fase denominada “Etapa genital infantil”, en esta los deseos de investigación se hace mucho más manifiestos: el interés del niño por saber se centra en los genitales propios y en los de sus hermanos, amigos y padres, curiosidad, acompañada por una intensa actividad masturbatoria. Según Freud, hasta ese momento el niño, si bien distingue varones y mujeres y emplea adecuadamente el genero masculino y femenino, en su decir, “no reconoce la diferencia de sexos, atribuyendo a ambos el idéntico órgano sexual masculino, determinando la primicia de un solo sexo, es por eso que esta etapa suele denominarse etapa fálica”. Cuando el varón esta expuesto a percibir a sus hermanas o amigas la ausencia del pene comienza:
− Por negarse al testimonio de sus sentidos, pues no puede imaginarse a un ser humano desprovisto de una parte del cuerpo al que el atribuye tan importante valor, desmiente sus percepciones. − El niño también esta bajo el efecto de ciertas amenazas externas que le fueron dirigidas en ocasión de la atención excesiva que le dedicara a su pene y cae de esta manera en lo que se llama “complejo de castración”, cuya evolución y resolución determinara en parte el desarrollo de su sexualidad, por las amenazas teme llegar a perder un órgano valorado y necesario para su satisfacción. Las niñas que consideran un signo de inferioridad la falta de aquello que los varones los hacen sentir tan orgullosos, puede terminar “envidiando” loa posesión de este órgano. El clítoris puede reemplazar en la niña el pene, siendo el órgano de su actividad autoerótica. Complejo de Edipo: Al llegar a los 2 o 3 años de edad, el niño llega a tener un “yo” mas integrado, las distintas partes del cuerpo de la madre, sus variados estados de ánimo, sus roles opuestos de madre buena que gratifica y madre mala que frustra, son reconocidos por el niño. Este ha mantenido hasta el momento con la madre una relación llamada “Dual” (exclusiva y excluyente). Con el padre también, aunque tal vez inicialmente no tan intensa; este niño quiere tener a la madre por si solo, la madre llega a ser un verdadero objeto de amor para el niño. Desde esa relación con la madre, el padre o los hermanos comienzan a ser sentidos como intrusos a quienes se desea reemplazar, hacer desaparecer o que se mueran, al niño le enoja cualquier muestra de afecto entre los padres. “se trata de un apasionamiento sensual, corporal, con la madre y de celos, rivalidad y odio asesino con el padre”. La niña tiene idénticos sentimientos amorosos hacia el padre y trata de sacar del medio a la madre, tanto el niño como la niña sufren mucho durante este periodo, tienen sueños de angustia o manifestaciones sintomáticas. Los impulsos nucleares del complejo son entonces las fantasías incestuosas con el padre de sexo opuesto y los deseos de muerte con el rival del mismo sexo. Simultáneamente, el complejo de Edipo, opera el temor de la castración, el niño teme las consecuencias de que sus impulsos signifiquen la perdida de su pene, sus propias observaciones lo convencen de esta posibilidad, sus deseos edípicos entran en conflicto y esto lo lleva a abandonarlos o mantenerlos inconscientes. En la niña, la situación es algo mas complicada, no puede sino reconocer que ha sido provista de este órgano tan preciado como el del varón, lo que la lleva a profundos sentimientos de envidia. Se torna hostil contra la madre por haber permitido que naciera en esas condiciones y así, desilusionada con ella, busca al padre como su principal objeto de amor y espera ocupar el lugar de la madre con él y tener hijos con él. De esta manera, tanto para el varón como para la mujer, el deseo va a estar ligado a la prohibición, a la efectividad de lo que se conoce como la ley, en obediencia a la ley de prohibición del incesto. Con el declinar de los impulsos edípicos, la masturbación genital que era un complemento, disminuye o temporalmente desaparece hasta la pubertad, así en lugar de desear u odiar a sus padres que él cree que prohíben y repudian sus deseos, se torna como ellos en el rechazo de esos deseos como resultado de identificarse con los aspectos prohibidores de los padres. Cuando en la adolescencia resurja el problema de la elección de objeto de amor, la presencia del complejo se atestiguará inconscientemente en la marca edípica que detentara el o los objetos elegidos, la resolución de la crisis edípica también permitirá el acceso a la genitalidad y al tipo de genitalidad de que se trate. Finalmente, el complejo de Edipo tiene una fuerte influencia sobre la estructuración de la personalidad, sobre la internalización de la autoridad en el sujeto, en la conformación de los ideales que compartirá o confrontará con su familia, la sociedad, etc.
Todas las personas son sexuadas, es decir, tienen un cuerpo sexuado en femenino o en masculino que les permite pensar, entender, expresar, comunicar, disfrutar, sentir y hacer sentir. El cuerpo sexuado es, por tanto, el lugar donde la sexualidad reside y se hace posible. La sexualidad está íntimamente relacionada con el placer, la comunicación y el intercambio afectivo. Es algo que, según la Organización Mundial de la Salud, “nos motiva a buscar afecto, placer, ternura e intimidad”. El sexo (el cuerpo sexuado) y la sexualidad van unidos; y no son sólo aspectos importantes de la vida humana, sino que la constituyen desde que nacemos hasta que morimos. La sexualidad es, por
contactos adecuados, a la vez que lo hacemos de los “contactos inadecuados” que serían todos aquellos en los que la persona adulta deposita intención erótica. − Recordar y recuperar temas de la pareja tanto en lo afectivo como en lo erótico y trasmitir que lo “sexual” en estas edades de los niños es algo más que la higiene de los genitales (retraer el prepucio o limpiar en dirección vulva- ano) Control de 2 a 6 años − Se continúan controlando y explorando los genitales en cada consulta. − Hablar de “la curiosidad sexual” relacionado con lo cognitivo-perceptual y no como un capítulo específico sobre lo sexual. Explorar el área de la comunicación, resaltando qué significa la curiosidad, cómo resolverla y cómo ir forjando cimientos que permitan que la comunicación en este tema sea una constante en la familia. − Aparecen las preguntas inesperadas por parte de los niños. − Es importante dar a la familia claves que les permitan resolver estos puntos. Las claves son sencillas: naturalidad, empatía, buena disposición, contestar al niño o a la niña mejor que a la pregunta, decir la verdad, utilizar palabras sencillas y entendibles, hablar del tema cuando sea necesario. − Trasmitir así que lo importante es poder hablar y habilitar espacios de diálogo. − En cuanto al tema de relaciones interpersonales y los celos. Se trata de que el niño o la niña aprenda que, si las personas adultas se quieran entre ellas o que quieran también a otro bebé, no le restará cariño a él o ella. Estableciendo que todos los cariños son compatibles. − Es pertinente que a estas edades se trate el tema de la autoexploración y manipulación genital, de modo que las familias se den cuenta de cómo se educa también con la actitud respecto a estas conductas. − Explicar lo que significa la masturbación infantil, la importancia de la intimidad, de lo privado y su contraste con lo público. − Explicar a las familias la importancia de las palabras, así como el tono afectivo que se utiliza. Explicar también “los juegos” y, al igual que la curiosidad, será importante dar claves. En este período explicar a la familia sobre aspectos de la identidad sexual, la identidad de género y lo poco que tienen que ver con la orientación del deseo. Control de 6 a 11 años − Se continúan controlando y explorando los genitales en cada consulta. − Las familias van a preguntar menos. Lo sexual pocas veces se presenta ahora de manera “urgente”. Ya no son habituales las conductas de masturbación en público. − A partir de los seis años se suele tener conciencia de las normas sociales y, por lo tanto, la masturbación forma parte de la intimidad o de lo prohibido, que recordemos no es exactamente lo mismo, aunque ambas situaciones puedan darse en la misma habitación. De hecho, cuando la masturbación en público se presenta a partir de estas edades la causa más común es la “llamada de atención”. − Tampoco son frecuentes ahora las preguntas inesperadas. Los niños habrán internalizado y aprendido, para bien o para mal, cómo hablar de este tema o cómo callar. El niño o la niña ya sabrá que puede hablar con sus padres o habrá buscado otras fuentes de información. − El interés de los niños por temas relacionados con lo sexual continúa estando presente. Por lo que es necesario sugerir a los padres hablar de esos temas, aunque no surjan preguntas. Animar a las familias a que se permitan hablar y comentar lo que aparece en la televisión, internet, entre otros, habilitando espacios de reflexión y diálogo. Propiciando el diálogo de las familias con sus hijos y de ellos con sus padres. − Los comentarios del equipo de salud ya no pueden dirigirse sólo a la familia o a quien acompañe al niño o a la niña sino también al propio niño/sujeto de derecho que es el protagonista de la consulta. − Incorporar al niño para que aprenda que se lo tiene en cuenta y se puede hablar con él, que aprenda a conocerse, aceptarse y expresarse. − Es importante hacer consciente a la familia, de que también se educa con el modelo de hombre o mujer, con el modelo de pareja, con lo que se habla, y lo que se calla, con la actitud, el papel que juegan los afectos, la comunicación, naturalidad y el respeto.