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Tipo: Resúmenes
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Caracterización de la filosofía y su relación con otros tipos de conocimiento
El filósofo es considerado un “ingeniero de conceptos”, ya que estudia la estructura del pensamiento del mismo modo
que el ingeniero estudia la estructura de los materiales. Estudiar una estructura implica conocer cómo funcionan sus
partes, cómo se relacionan entre sí y qué sucedería si se introdujesen cambios.
La filosofía (“amor a la sabiduría” en griego) nace en Grecia en el Siglo VI como un replanteamiento de las creencias.
Estudia la estructura de la visión humana, compuesta por conceptos e ideas que vamos adquiriendo a lo largo de la
vida. Nuestras ideas y conceptos se pueden comparar con la lente a través de la cual vemos el mundo. En la filosofía, el
objeto de estudio es el lente en sí mismo.
La filosofía, a su vez, se relaciona con diferentes ciencias :
Sociología : en la filosofía se tiene una visión profunda sobre cuestiones infinitas, se busca establecer los
principios generales que rigen el conocimiento en general. Muchas de estas cuestiones surgen del contacto
con la sociedad.
Psicología: la psicología es la primera hija de la filosofía, etimológicamente significa “ciencia que estudia el
alma”. La mente es tanto el medio para interpretar, analizar y explicar el mundo, así como un medio para que la
filosofía alcance sus fines.
Historia: representa la praxis de la filosofía, agrupa acciones que realiza el hombre para hacerse de la verdad.
Sin filosofía no hay historia.
Religión: la filosofía busca a través de razonamientos e ideas, explicar las creencias y conceptos que se manejan
en las religiones.
Filosofía y ciencia
A lo largo de nuestra vida nos formulamos preguntas tales como: ¿Qué soy? ¿Qué es la conciencia? ¿Puedo sobrevivir a
la muerte temporal? ¿Por qué existe algo? ¿Cuál es la diferencia entre pasado y presente? A diferencia de preguntas
tales como ¿cuándo sube la marea?, las cuales pueden ser respondidas mediante la experiencia o el conocimiento
empírico , las preguntas anteriores requieren un mayor grado de reflexión o lo que se denomina autorreflexión o
capacidad de reflexionar sobre sí mismos, sobre la posición tomada, sobre la compresión de lo que decimos,
preguntarnos si lo que decimos es “objetivamente” cierto. De esta manera observamos el andamiaje de nuestro
pensamiento, hacemos ingeniería de conceptos.
La reflexión es importante porque forma un continuo con la práctica. Lo que pensamos sobre las cosas que hacemos
influye en nuestra manera de hacerlas. Puede influir en nuestras investigaciones, en nuestras actitudes.
Así mismo, la reflexión puede ser vista como algo peligroso, ya que no hay forma de saber por adelantado a donde nos
puede llevar. Mucha gente se siente incómoda o se indigna ante ciertas preguntas filosóficas. Algunos temen que sus
ideas puedan salir peor paradas de lo que desearían si se pusieran a pensar en ellas.
El error filosófico se presenta cuando se interpretan motivaciones humanas desde un conjunto equivocado de
categorías, sin comprender su naturaleza. Por ejemplo, no siempre el hombre actúa de manera egoísta, puede que la
gente esté dispuesta a preocuparse por los demás o, aunque sea poner algo de su parte.
Filosofía y ética
En la formación de una persona, se cruzan diferentes aspectos cognitivos (manejo y aplicación de información),
actitudinales (relación con los demás), y ciertas destrezas vinculadas a la toma de decisiones. En la ética se ponen en
juego todos estos factores.
Cuando hablamos de ética, erróneamente la vinculamos sólo con la idea del bien o el mal. Más bien debe
relacionársela con el hombre. La ética es lo referente a la bondad o maldad vinculadas al hombre y su manera de
pensar, decidir, actuar y sostener las consecuencias de esa acción.
La ética fundamentalmente consiste en el esfuerzo de guiar nuestras acciones de manera arbitraria e imparcial
mediante acciones.
Diferencias entre ética y moral
A la hora de diferenciar la moral de la ética , hay que aclarar ciertos aspectos. Ética etimológicamente proviene de
“ethos” que inicialmente significaba “morada” y luego pasó a ser “carácter o modo de ser”, al igual que moral, que
inicialmente significada “costumbre” y luego pasó a ser “carácter o modo de ser”.
La moral prescribe normas y leyes, a diferencia de la teoría que únicamente describe una situación. Por ejemplo, “Juan
asesinó a su tía”, es una acción que sin dudas está sujeta a algún tipo de juicio moral, y nos despierta inmediatamente
juicio valorativo. Para determinar si un acto es moral o inmoral es necesario un código de referencia, mientras que lo
moral-amoral señala el alcance de la moralidad de la humanidad. Si una obra es amoral, está desprovista de sentido
moral.
Adela Cortina define la moral como aquellos principios, normas y valores que determinan si un acto es bueno o malo.
La ética por su parte, se encarga de reflexionar sobre los problemas morales e intenta justificar códigos de la
comunidad. Mientras la moral se pregunta qué debemos hacer, la ética se cuestiona por qué lo debemos hacer.
La ética cumple con tres funciones: define qué es la moral, principios, normas, fundamenta la moral, y aplica a los
diferentes ámbitos los resultados anteriores.
Paul Ricouer concibe la ética vinculada a la decisión de vivir juntos. Se trata de comprender que con las decisiones
tomadas respecto al bien y el mal, estamos decidiendo la comunidad que formamos, cómo es nuestro vínculo con los
otros y cómo nos cuidamos mutuamente. De acuerdo a este filósofo, la concreción personal se logra llevada a cabo
en amistad, en una comunidad medida por instituciones.
Michael Foucault concibe la ética como el uso reflexivo de la libertad. “Uso” supone aquello que se realiza se
incorpora, se apropia tanto a nivel conceptual como de acción. De este modo, se entiende que sea reflexivo desde el
punto de vista gramatical. Finalmente, no hay ética sin libertad.
La ética como praxis
La ética es considerada una praxis (unión de la teoría con la práctica), ya que no es un conocimiento teórico que nos
interesa poseer por el sólo gusto de saber. Muchas de nuestras acciones conllevan una decisión ética.
Como praxis, la ética supone que la teoría, mediante conceptos, juicios y proposiciones, orienta la acción para que esta
no sea ciega. Permite que el hombre no actúe automáticamente, sino que sea fruto de una decisión medida en su
realidad humana, que lo transformen y lo comprometan en la construcción de su propia identidad.
En lo que remite a la praxis, es necesario diferenciar la ética personal de la ética profesional. La ética personal es aquel
conjunto de normas que nacen en el seno de una sociedad y ejercen influencia en la conducta de cada individuo,
mientras que la ética profesional refiere a situaciones específicas que viven ciertos profesionales. Cada profesión tiene
su propio código ético.
Dilemas morales
Un dilema consiste en una situación problemática en la cual hay sólo dos instancias posibles, pero ninguna de ellas es
completamente viable o satisfactoria. Cuando el dilema es moral, genera un conflicto de valores en donde cualquier
decisión nos provocará “problemas de conciencia”. Ej: un padre que le comunica al médico que no quiere donarle un
riñón a su hija, aquí el médico debe guiarse por la sinceridad o la pasión a la hora de comunicárselo a la niña. En este
caso, primero se debe pensar la situación, luego considerar normas o principios éticos, luego tomar la decisión, luego
llevar a cabo la acción y finalmente aceptar el retorno.
Relación de la ética con otros saberes
Primero es importante determinar que la ética es una rama de la filosofía, ocupada de la moralidad de los actos
humanos.
Se vincula con la política , ya que el hombre y su práctica son parte del bien común
Se relaciona con la antropología , ya que recién luego de definir qué es el hombre y cómo define su humanidad,
podemos avanzar en sus actos y la moralidad de estos.
Se vincula con la psicología en el punto que decidir, actuar y recibir retornos suponen cuestiones cognitivas,
afectivas.
Se relación con la sociología , ya que se ocupa de estudiar las relaciones de los hombres entre sí, sus reglas
El origen de la filosofía
Milesios e itálicos
La filosofía antiguamente se definía como la búsqueda de la verdad sobre la naturaleza del universo y del hombre. El
origen de la filosofía occidental se produjo primero entre los jonios , alrededor del año 600 a.C.
Aristóteles la reconoció́
como el origen de toda filosofía: la maravilla, la curiosidad por la naturaleza de las cosas. Los
jonios se preguntaban ¿por qué las cosas son como son y acontecen cómo acontecen? A su vez reflejaban una actitud
de desapego y notable indiferencia por la religión tradicional, impulsada por los poemas homéricos.
Los principales representantes de la filosofía jónica eran Tales, Anaximandro y Anaxímenes, todo de Mileto, la ciudad
más rica y poderosa de Jonia. Fueron astrónomos, agrimensores y geógrafos. Tales predijo eclipses, Anaximandro
inventó el reloj de sol. Todos se sentían atraídos por los meteoras, o fenómenos atmosféricos y por los movimientos de
los cuerpos celestes. Ellos consideraban que el origen de los cuerpos celestes estaba en los meteoras. Se oponían
totalmente a la manera de pensar de lo eterno, trascendente mundo de las estrellas que se hizo dominante en la
filosofía griega posterior.
Tales explicó la cosmología o el origen del universo a través de una materia primordial viviente y única, indefinida en
su extensión, llamada “humedad” (“hyron” en griego). Anaximandro la llamó “indefinido-ilimitado” (“apeiron” en
griego), concebido como una figura esférica.
Anaxímenes la llamó “aire” (“halito” en griego), asemejando la vida del universo a la del hombre, cuyo principio es
justamente el aire. Los tres autores coincidieron en llamar a dicha materia “divina”, haciendo referencia a que era
viviente y eterna. Concibieron el proceso de origen del universo como una separación y nueva combinación de los
opuestos (“caliente” y “frío”, “húmedo” y “seco”). Estos opuestos son cosas “lo calor”, “lo húmedo”. Todo este proceso
se hallaba gobernado por una ley o ritmo de equilibrio llamada “justicia” o “dike” en griego.
El método de los milesios no se apoyaba en una argumentación razonada, ya que tiene como base unos pocos hechos
observados de manera no sistemática. En realidad, se aproxima más al forjador de mitos que al auténtico hombre de
ciencia. Apelaban a las técnicas sin mostrar una verdadera inclinación científica.
El segundo origen se produjo entre los itálicos , que surgieron luego de la caída de Jonia en la zona de Italia Meridional y
Sicilia. Aquí llegó Pitágoras, emigrado de Samoa, y fundó la confraternidad pitagórica o también llamada escuela itálica.
Detrás de ella se encontraba el movimiento religioso conocido como “orfismo”, basado en rituales de purificación y
una extensa literatura de Orfeo, adoptado como profeta. Su doctrina determinaba que el hombre es una mezcla divina
y terrenal, y la purificación y liberación del elemento divino es el fin al cual apuntan los órficos. El alma era un dios
inmortal encarcelado en el cuerpo condenado.
En la escuela itálica la búsqueda de la verdad era diferente a los milesios. Adoptaron de los órficos la doctrina que
proclamaba que el alma era divina e inmortal, y estaba encarcelada en el cuerpo y condenada a reencarnaciones hasta
que se purifique y retorne al mundo divino. Los itálicos se preguntaban ¿cómo puedo librar el cuerpo de esta muerte y
volver a ser un Dios? Según Pitágoras lo que hace que el alma sea divina es el intelecto, el poder de conocer la verdad
eterna. Esa verdad estaba expresada como un elemento de forma, límite y armonía y por el orden de los cuerpos
celestes. Este orden se vincula con la principal ideología de Pitágoras, quien sostenía que la realidad de las cosas podía
ser expresada en términos numéricos. Esta fue la raíz que luego dio origen a la física y matemática. Según los
pitagóricos el orden, límite, contorno son todos elementos del bien, mientras que la oscuridad, el desorden y el
movimiento son todos elementos del mal.
Los presocráticos posteriores
Heráclito tenía un pensamiento basado en la primitiva cosmología milesia. Sentía absoluto despareci ó́ por las ideas
populares y opiniones de otros filósofos. Despreciaba la “polimatía”, que implicaba las matemáticas y la astronomía
pitagórica como fuente de estudio del universo. Creía apasionadamente en el cambio como ley de todos los seres “No
es posible entrar dos veces en el mismo río”. Según él, todas las cosas se hallan en perpetuo cambio, ya que en ninguna
parte se puede hallar el reposo eterno. Como buen admirador de los milesios, consideraba que el origen del universo
se produjo gracias al choque de los opuestos (malo- bueno, caliente-frío). Estaba en contra de la idea de “opción” de un
elemento sobre otro tal cual exponían los pitagóricos (luz sobre oscuridad, orden sobre desorden), ya que para él era
imposible concebir un elemento sin el otro.
Ese mundo de cambio y conflicto expuesto por Heráclito se encontraba regulado por un principio de orden y medida.
La justicia y sus ministros (“furias”) se encargaban de conservar los cuerpos celestes dentro de los límites. De todas
maneras, en un nivel más alto, Heráclito definió́
al principio gobernante como “Logos” , que se basaba en la “universal
proporción de la mezcla”, la ley o principio de medida-orden-proporción-equilibrio de los cuerpos celestes u opuestos.
Heráclito consideraba al Logos como un Dios, una inteligencia eternamente viva al igual que el fuego.
Parménides perteneci ó́ a los itálicos y fue un joven contemporáneo de Heráclito. Se caracterizó por ser el primer
filósofo griego que razona o acude al razonamiento lógico. Sostenía la idea de que el camino de la verdad se fundaba en
“lo que es, es, y es imposible que no sea”. Rechazaba fervientemente e incluso consideraba una ilusión la idea de que
las cosas cambian o “son y no son”, tal cual fundamentaban los filósofos anteriores.
Su “uno primordial” es considerado divino y permanece inalterado e inmutable, no puede disminuir, dividirse. No
nace ni muere, no se mueve ni cambia, está limitado y tiene la forma de una esfera que ocupa la totalidad del espacio.
Su clara ideología por la unidad, el reposo y el límite mediante un proceso de razonamiento lógico lo llevó al polo
opuesto de Heráclito.
La teoría de Parménides fue mutando con el tiempo y los filósofos posteriores consideraron más que una única
materia vigente la combinación de diferentes cuerpos, cada uno inmutable, eterno y dotado de características del
“uno parménideo”.
El primer pluralista contemporáneo de Parménides fue Empédocles de Acrágas , figura dentro de la filosofía órfica. El
elemento pasivo se encuentra representado por las cuatro raíces: fuego, agua, tierra y aire. Hay dos causas movientes:
el principio unificador, Amor o Afrodita, así como el principio separativo, Discordia o Ares. El proceso cósmico es un
ciclo donde cada una de esas causas prevalece alternativamente. Solo en las etapas intermedias, donde no hay ni
completa separación ni fusión de elementos, pueden existir entes particulares tal como los conocemos.
Contrapesando a Empédocles, se encuentra el frío y despojado jonio Anaxágoras de Clazómenes. En su ideología surge
el sentido común como actitud intelectual y la indiferencia religiosa propia de los milesios. Consideraba que todas las
sustancias naturales (carne, hueso), las sustancias orgánicas (animales, vegetales) así como las sustancias
meteorológicas (calor, frío) y los opuestos referidos a la nutrición (dulce, amargo) son elementales, es decir nunca
podrá resolverlos en elementos aún más últimos.
Su causa moviente es el “nous” o “inteligencia”. Es esencialmente móvil y constituye el origen del movimiento
ordenado de todo lo demás. Este movimiento es un proceso gradual de separación y distinción a partir de una mezcla
original, surgiendo así la existencia del universo y de las cosas particulares tal como las conocemos.
Anaxágoras explicaba la sensación afirmando que experimentamos calor, frío por la presencia en nosotros de los
correspondientes opuestos. Lo caliente en nosotros es enfriado, lo frío calentado.
Empédocles, en cambio, sostenía que conocemos lo semejante por lo semejante. El fuego por la presencia del fuego,
el aire por el aire.
Esta discusión llevó luego a Aristóteles a desarrollar la doctrina de la percepción sensible.
Por último, dentro de los pluralistas se encontraban los atomistas , representados por Leucipo de Mileto, quien
superaba las dificultades de la teoría de Parménides simplemente ignorándolas. Su postura era mucho más
materialista y mecanicista que la de Empédocles y Anaxágoras. Sus cuerpos elementales son los átomos, consideradas
pequeñas masas de materia primordial, imposibles de analizar en partes desde el punto de vista físico, pero sí desde el
punto de vista lógico. Las únicas realidades fundamentales eran los átomos y el vacío. Las cosas que se encuentran en
los mundos se forman gracias al encuentro casual de los átomos en su infinito vacío.
Mito y logos
El “paso del mito al logos” es una expresión que hace referencia al origen de la filosofía como superación de las formas
míticas, religiosas y sagradas del pensamiento (jonios-itálicos) a un pensamiento posterior filosófico-racional que
incluye además de la filosofía a la ciencia (presocráticos posteriores).
dos epidemias de peste que cayeron sobre la cuidad matando a un tercio de la población. La juventud se caracterizaba
por estar fuera de control, e incluso mutilar estatuas sagradas. Esta sucesión de calamidades demandaba alguna
explicación.
Los aristócratas de Atenas consideraban que todos estos males eran provocados por la contaminación ideológica que
había sufrido la juventud desatando así la furia de los dioses. Sostenían que los nuevos intelectuales habían convertido
la desmesura (“hybris” en griego) en moneda corriente.
A principios de la Guerra de Esparta, los atenienses incorporaron el delito de impiedad , para aquellos que pusieran en
duda la existencia de los dioses. Se buscaba así atacar a los intelectuales más visibles de la nueva mentalidad.
a muerte a Anaxágoras, por enseñar que el Sol, la Luna y los cometas eran piedras. De
todas maneras, logró huir de la cuidad.
demolía antiguas ideas de lo justo y lo bueno, criticaba la democracia, mostraba indiferencia por las instituciones.
El primer cargo anunciado por Meleto contra Sócrates fue el delito de impiedad , al no creer en los dioses que cree la
cuidad e introducir divinidades nuevas. El segundo, el delito de corromper a los jóvenes argumentando que estos eran
apartados de la sabiduría convencional y así se debilitaban los lazos con la ciudad, alejándolos de la moral transmitida
de generación en generación. El castigo propuesto era la muerte.
Sócrates luego de aceptar la condena propuso una condena alternativa: que se le diera el mismo trato que a los
vencedores de los Juegos Olímpicos, alojándolo de por vida en un edificio público y alimentándolo a costas del pueblo.
Esto fue rechazado.
Sócrates tampoco aceptó la multa que ofrecieron pagar varios de sus discípulos hijos de aristócratas.
Después de la condena estuvo encerrado un mes entero, ya que la ejecución no podía ser de inmediato por cuestiones
religiosas. Sus amigos le propusieron fugarse, pero él no aceptó.
Finalmente, un día de primavera, envuelto en su túnica y luego de beber la cicuta, falleci .ó́
Mayéutica
La mayéutica fue un método inductivo y dialéctico utilizado por Sócrates, donde mediante el diálogo un maestro
efectuaba a un individuo un conjunto de preguntas acerca de un determinado tema, en forma correlativa y ordenada,
con el único objetivo de guiarlo hacia una respuesta, para que pudiera reflexionar con las propias ideas que yacían en
su interior.
A través de esto, se lograba llegar a la esencia de las cosas, entendiendo “qué es lo que hace, que una cosa sea lo que
es, y no otra cosa diferente”.
El maestro actuaba como un intermediario entre el individuo y la verdad, buscaba que el interlocutor mediante
la deducción lógica pueda alcanzar el verdadero conocimiento que hasta ese momento era desconocido.
Platón naci ó́ en Atenas y muri en la misma ciudad. A los 20 años entró en contacto con Sócrates,
ó́
quien determinaría
decisivamente su pensamiento, y en cuya boca puso la mayor parte de sus doctrinas.
Al igual que Sócrates defendía una ética eudaimonista basada en las virtudes. “Eu” significa bueno y “daimon”
divinidad o espíritu. Sostiene que las normas morales tienen por objetivo alcanzar la felicidad, la cual no es un estado
pasajero de euforia, sino que es un estado permanente que se va ganando a lo largo de la vida. Su concepción de
felicidad abarca un aspecto austero , ya que está distanciada de los placeres corporales, así como abnegado , ya que
superpone la vida en comunidad por sobre la individual.
Su campo de especialidad no fue sólo la filosofía, también estudió matemática, astronomía, física, política y
sociología. Pero si se debiera señalar otra actividad donde alcanzó idéntica genialidad que en la filosofía hay que
mencionar el arte, Platón fue uno de los más grandes artistas de palabra, uno de los escritores más grandes de todos
los tiempos. Sus textos logran la perfecta armonía de broma con seriedad, parodia o sátira con alegoría.
Planteo del problema
Al igual que la doctrina socrática, Platón consideraba que el verdadero saber no se relaciona a lo cambiante, sino a algo
permanente, no a lo múltiple sino a lo uno.
Platón se comprometió́
a determinar la índole o el modo de ser de las cosas (“ideas”), e investigar todo su dominio, no
sólo los conceptos éticos, sino también matemáticos, metafísicos, etc.
Considera el conocimiento sensible o que se alcanza por medio de los sentidos como una opinión, vacilante y
contradictoria. Determina que el verdadero conocimiento es riguroso, permanente y constante “2+2=4”. Así como la
ciencia se refiere a lo que realmente es, su objeto no puede ser sensible, vacilante y cambiante. Platón busca lo
inmutable y absoluto, el conocimiento objetivo, basado en conceptos, definiciones.
El modo de ser de lo sensible, y el de las ideas. Los dos mundos.
Como lo permanente e inmutable no se encuentra en el mundo sensible , Platón postula el mundo inteligible o de las
“ideas”. En Platón la palabra idea hace referencia al aspecto intelectual o conceptual con que algo se presenta: el
aspecto de la silla no se mide en sí es cómoda, incómoda, roja o verde sino en el aspecto de ser silla. No es algo que se
detecta con los sentidos sino con la propia inteligencia. De ahí el término inteligible, proveniente de la “esencia”.
Las cosas iguales y las cosas sensibles son cambiantes, contradictorias e imperfectas, se las conoce mediante los
sentidos (cosas sensibles), en tanto que la propia igualdad y todas las ideas son inmutables, idénticas y perfectas, se la
conoce mediante la inteligencia y la razón (entes inteligibles). La belleza es siempre belleza, en tanto que las cosas o
personas bellas, llega un momento que dejan de serlo.
Según Platón, antes de nacer el hombre habitó en el mundo de las ideas o inteligible, donde las contempló y conocido
su totalidad y pureza. Al venir al mundo fue cuando el cuerpo atraves ó́ un
río o Leteo y allí se olvida el saber de las
ideas. Contemplando las cosas sensibles que ve, va recordando más o menos los entes inteligibles. Ej: al ver dos
personas bellas recordamos la belleza, al ver leños iguales recordamos la igualdad.
El conocimiento a priori
El conocimiento a priori hace referencia a aquel conocimiento independiente de la experiencia, que la experiencia no
puede cambiarlo, ni fundamentarlo. Ej: dos más dos es igual a cuatro. Más allá que lo aprendimos por medio de la
experiencia, como por ejemplo con un ábaco o los dedos de la mano, esto no ha sido más que una ayuda para pensar
algo que no es empírico. Todo conocimiento empírico se limita a un número de casos, por ejemplo, decir que “todos
los cisnes son negros”.
El conocimiento a priori se refiere a una afirmación universal y necesaria, que vale para todos los casos y que tiene que
ser así. Podemos decir que dos más dos es cuatro, así como que dos marcianos más dos marcianos son cuatro
marcianos, más allá que no existan. Este conocimiento no se refiere a hechos (de facto) sino que es un conocimiento de
derecho (de jure) o necesario.
Los dos mundos: doxa y episteme
Así como existen dos tipos de mundos: el sensible y el inteligible, también existen dos tipos de conocimiento: la doxa u
opinión y la episteme o el conocimiento científico.
Doxa Episteme
Saber superficial, parcial y limitado,
vinculado a los sentidos.
Saber explicativo, metódico, sistemático y
crítico.
Versa sobre las apariencias. Versa sobre las causas y fundamentos de
cosas, objetos y situaciones reales.
Saber sobre lo que otros dicen, y por eso
es engañoso.
Saber basado en pruebas y datos de la
realidad.
Conocido como “saber vulgar”. Conocido como “saber científico”.
Basado en parámetros ilógicos e
irracionales.
Basado en parámetros lógicos y racionales.
La postura de Parménides era bastante más extrema que Platón, ya que separaba al mundo sensible de un ente único,
inmutable, inmóvil mediante la razón. Según él, el mundo sensible equivalía a nada, y como tal no se podía extraer
ningún tipo de conocimiento, sólo ignorancia. Platón tenía una visión más flexible, ya que consideraba que el mundo
sensible actuaba como un ser intermedio, imperfecto, una mezcla de ser y no-ser. Allí todo era imperfecto y estaba
desde lo fragmentario hasta el mundo de las ideas presidido por el Bien.
La Justicia
Según Platón la Justicia es el mayor de todos los bienes o fines, siendo incluso deseado por aquellos que se amparan en
la injusticia.
El filósofo sostiene que existe un isomorfismo entre la polis y los individuos. Es decir, las estructuras que se encuentren
en las polis serán análogas a análogas a las que existan en el hombre, y por lo tanto lo que sea justo en un lado también
lo será en otro.
La polis ideal debe estar conformada por tres estamentos.
Virtud: prudencia o sabiduría para alcanzar el bien general. Alma: racional o aquella que aporta conocimiento
inteligente/racional para adquirir conocimientos y tomar decisiones.
polis y el cumplimiento de las órdenes. Alma: irascible o aquella que se vincula a nuestra decisión y corazón para
llevar a cabo las acciones.
para someterse voluntariamente a la autoridad de los gobernantes. Alma: concupiscible o aquella vinculada a los
deseos e instintos.
La justicia actúa como una virtud no asociada a ninguno de los estamentos anteriores, sino que lo hace como la
perfecta armonía o coordinación con que cada estamento o parte del alma cumple con la función que le corresponda
según la virtud. Posibilita que tanto los estamentos como las almas se subordinen a los gobernantes y al alma racional.
La idea del Bien
Platón propone que el Bien es una idea suprema y como tal es difícil de alcanzar. Por esto, no se debe tratar al Bien en
sí mismo, sino compararlo con el Sol. Para observar algo no basta con el ojo, sino que se precisa la luz que el Sol otorga.
No basta con el “ojo del alma” sino que se precisa el Bien para otorgarle inteligibilidad a las ideas (gnoseológico).
Además, el Bien hace ser a las ideas, les da vida a las cosas (ontológico). Por último, se dice que el bien es teleológico
porque es el fin último hacia lo cual todo se dirige, la meta suprema.
La Alegoría de la Caverna
Platón utilizó la Alegoría de la Caverna para dar forma plástica a las teorías esbozadas, así como para expresar
dramáticamente la condición y el destino del hombre.
Dentro de una caverna se encuentran al fondo hombres sentados y encadenados, de tal manera que no pueden ni
siquiera girar la cabeza o inclinarla. Se ven obligados a mirar la pared que tienen enfrente y las sombras que allí se
exponen.
A su espalda, subiendo la pendiente se encuentra una pared baja y detrás de ella hombres portando cajas u objetos
similares a sus hombros. Esto permite reflejar la luz por encima de esos objetos y reproducir sombras al fondo de la
caverna.
Aún más arriba de la pendiente, en la hoguera se termina por salir al mundo exterior donde están los árboles, los
animales, los cuerpos celestes, y, en definitiva, el Sol.
La caverna representa nuestro mundo, el mundo sensible, mientras que el exterior representa el mundo real o el
mundo de las ideas, y cuya forma más alta es el Bien, simbolizado por el Sol. El mundo sensible consiste en un mundo
de sombras, apariencias, y los hombres que habitan en la caverna son prisioneros de este mundo. Solo el conocimiento
propiamente dicho, basado en la ciencia y en definitiva la filosofía nos podrá liberar.
La Alegoría narra el proceso de desanimalización del hombre, de realización o educación hasta llegar a su realización
completa o alcanzar el Bien.
bien al contenido de una cosa.
Así como Platón colocaba las cosas en un mundo trascendente, para Aristóteles las formas son inmanentes a las cosas
sensibles. Materia y forma coexisten como dos elementos inseparables.
Todas las cosas sensibles devienen, cambian, se mueven, son dinámicas. Producto de esto es necesario introducir dos
nuevos conceptos. La potencia es la materia considerada dinámicamente en sus posibilidades. Por ejemplo, el árbol
es una mesa, en posibilidad, ya que si es talado y manufacturado puede convertirse en una mesa. Se dice que el “árbol
es mesa en potencia”. Por otro lado, se encuentra el acto , que es la forma dinámicamente consumada o establecida,
realizada. Por ejemplo, el árbol que observamos en la calle es un “árbol en acto”. Acto se opone a potencia como
realidad se opone a posibilidad.
El cambio y las cuatro causas
El término movimiento tiene un sentido más amplio para Aristóteles que nuestro lenguaje, y es sinónimo de cambio
general. Así, el filósofo distingue cuatro tipos de cambio:
Cambio o movimiento substancial : aquí la substancia viene al ser, aparece, nace o se destruye, corrompe o
muere. Ej.: el nacimiento de un niño, la muerte de un anciano.
Cambios accidentales:
o Cambio cuantitativo: refleja aumento o disminución. Ej.: el crecimiento de una planta.
o Cambio cualitativo: refleja una alteración. Ej.: el cambio de color del cabello.
o Cambio local o de lugar: refleja lo que corrientemente llamamos “movimiento”.
Todo cambio lleva consigo una causa , de otro modo sería ininteligible. Para Aristóteles, el conocimiento inteligible es
siempre conocimiento por las causas. Así, distingue cuatro causas:
1. Causa formal: constituye la forma específica o propia de la especie, del ente que se trate, esté o no plenamente
realizada. Ej.: se dice que el niño Fernández es un hombre, y con esto no se quiere decir que sea hombre hecho y
derecho, sino que pertenece a la especie humana. Se lo determina en función de la forma que todavía no está
plenamente realizada, en función del adulto.
2. Causa final: La forma es considerada causa final, ya que constituye el “fin”, aquello hacia lo cual el individuo se
orienta. Consiste en la perfección a que la cosa tiende. Se trata de una concepción teleológica de la realidad. En el
ejemplo anterior, determina el objetivo o ideal que el individuo trata de alcanzar.
3. Causa eficiente: consiste en el motor o estímulo que desencadena el proceso de desarrollo. No se encuentra en el
individuo en cuestión, sino en otro diferente: por ejemplo, en el caso del niño, la causa eficiente será el padre, en
el caso de una mesa la causa eficiente será el carpintero. Mientras que la causa final opera como meta, la causa
eficiente opera “desde atrás”, y es exterior a la cosa en desarrollo.
4. Causa material: es una condición pasiva, pero necesaria para el substrato que recibe la forma y se mantiene a
través del cambio. La materia permite que el mundo no sea un mundo de puras formas, sino uno sensible y
cambiante.
Siempre que toda substancia está constituida por materia, y materia signifique potencia, y esto algo no realizado,
imperfecto, resultará que todas las cosas del mundo sean imperfectas, en mayor o menor medida, debido a que
ninguna llega a adecuarse a la forma consumada o acto.
En el fondo, las causas se reducen a dos: forma y materia. La materia como substrato indeterminado, y la forma como
principio de todas las determinaciones.
La escala de la naturaleza
Se ha visto que para Aristóteles, la realidad está constituida por las cosas individuales y concretas, y que a su
vez estas al momento predominante, lo que las hacer ser o les da realidad es la forma, o el acto.
En el primer peldaño de la realidad, se encuentran los cuatro elementos sublunares : tierra, agua, aire y fuego.
Constituyen la materia existente más elemental posible, las cosas sensibles más simples. A su vez cada uno está
formado por materia (materia pura) así como forma (característica propia de cada elemento, caliente y frío, seco y
húmedo).
El segundo peldaño lo constituyen las substancias homeoméricas , es decir aquellas cuyas partes son
homogéneas, como los minerales o tejidos. Son divisibles, ya que, si se corta un pedazo de madera, obtenemos
dos trozos de madera. Ej.: madera, mármol, hierro.
El tercer grado lo constituyen los cuerpos anoneoméricos , es decir, los órganos, como por ejemplo el corazón. Son
indivisibles, ya que, si se corta un corazón en dos, no hay dos corazones. Su materia la constituyen los tejidos y su forma
la función que cumple cada órgano. En cuarto lugar, se encuentra el reino vegetal. La materia es los órganos, mientras
que su forma la constituye la vida vegetal o el alma vegetativa (función de nutrición, crecimiento y reproducción).
En quinto lugar, se encuentra el reino animal , cuya materia es la vida y la forma el alma o vida sensitiva (tiene la
función de percibir, sentir placer, dolor, deseo).
Por último, el sexto grado lo conforma el hombre , cuya materia próxima es la vida sensitiva, y su forma el alma
racional. Es considerado el ente más complejo y rico de la escala natural, además contiene a todos los estratos
anteriores.
Por encima del hombre se encuentra Dios , ente considerado puro acto, sin un gramo de potencia. Es algo considerado
plenamente, de manera perfecta. Aristóteles considera que es necesaria la existencia de tal ente, para explicar el
hecho del movimiento. Según el filósofo es un ente impersonal, no creador del mundo, sino indiferente respecto al
curso de este, tendiendo muy poco que ver con el Dios cristiano.
La ética: medios y fines
De acuerdo a Aristóteles, la naturaleza es teleológica, es decir está orientada a un “fin”. Cuando un cuerpo cae, se
debe a que tiene como fin el “lugar natural” hacia donde se dirige. El hombre constantemente obra, realiza acciones.
Y lo que hace, lo hace porque lo considera un “bien”. Pero ocurre que hay bienes que no son sólo “medios” para
lograr otros. Por ejemplo, trabajar puede ser un medio para obtener dinero, mientras que otros son considerados
“fines” , como por ejemplo la diversión o entretenimiento que el dinero nos brinde.
Aristóteles considera que ese fin al cual apuntamos debe ser final, algo último que deseemos por sí mismo y no por otra
cosa. En segundo lugar, tiene que ser algo que se baste a sí mismo, que sea autárquico. Tal bien supremo es llamado
“felicidad”.
De todas maneras, Aristóteles critica las teorías hedonistas, que consideran que la felicidad consiste en el placer, ya
que estas suponen que hay tres almas: vegetativa, sensitiva, racional, y el placer, según el filósofo, se vincula con el
alma sensitiva, propia de los animales. Según Platón, una vida de placeres es puramente animal. Aristóteles tampoco
sostiene que la felicidad se logra mediante los honores, ya que estos no dependen de nosotros, sino del
reconocimiento de los demás.
Virtudes éticas y dianoéticas
Aristóteles supone que la felicidad puede encontrarse en la “virtud”. Virtud supone “excelencia”, la perfección de la
función propia de algo o alguien. La virtud del hombre consiste en la perfección en el uso de su función propia, la razón
y en el desarrollo completo de su alma racional. Sucede también que hay una parte irracional del alma: sus apetitos y
deseos. De esta manera habrá dos tipos de virtudes: las de la razón considerada en si misma (virtudes dianoéticas) y
las de la razón aplicada a la facultad desear (virtudes éticas).
Las virtudes éticas o morales son consideradas virtudes del carácter.
Las virtudes dianoéticas o intelectuales se relacionan al conocimiento. Las de la “razón práctica” se refieren a cosas
contingentes, aquellas que cuando caen bajo el poder del hombre, pueden ser de una u otra manera. Son dos: el arte y
Importancia del tomismo en la actualidad
La filosofía antigua representada por Aristóteles, aún hoy persiste en nuestra época, en gran parte textual gracias a la
filosofía de Santo Tomás de Aquino.
El pensamiento tomista fue siempre influyente, especialmente dentro de la Iglesia o en los medios a ella vinculados.
Luego de diferentes intervenciones papales recomendando estudiar dicha filosofía, se convirtió en el pensamiento
oficial de la Iglesia Católica. De acuerdo a Aquino el interés filosófico es el “medio que permite elaborar y fundamentar
el sistema didáctico de la teología”.
La religión griega y el cristianismo
La religión griega careció de todo texto sagrado (Biblia o Corán). Fueron sus artistas y poetas los encargados de forjar
las imágenes de lo divino, pero con la espontaneidad propia del artista, sin que se convierta en dogma. Sus dioses no
expresan nada trascendente, sino que son vistos como “figuras” o “aspectos”.
El cristianismo , por el contrario, es una religión revelada. La Biblia no es para el creyente obra humana, sino Palabra
Divina, porque allí Dios habla y revela al hombre su existencia, sus propósitos. Las sagradas escrituras de la Biblia no
contienen otra cosa que la propia Verdad. En este caso, Dios es trascendente respecto al mundo, está más allá de este,
totalmente separado de él, es quien ha creado todos los entes. De todas maneras, lo más característico del
cristianismo, es que instaura un momento de mediación, de puente, entre Dios y el hombre, a través de Jesús, el hijo
de Dios hecho hombre, encargado de redimir al hombre del pecado con amor y misericordia.
La filosofía cristiana
El cristianismo es religión , no filosofía. Pero encierra una concepción del hombre, de su vida y su destino, del mundo y
la divinidad , que amerita integrar un sistema de pensamiento. Para esto, tuvo que enfrentarse con los paganos, que
criticaban al cristianismo por no someterse a obligaciones rituales y militares del Estado romano y por no encerrarse en
su propio círculo (como los judíos), así como con los herejes, que representaban desviaciones ortodoxas dentro de la
doctrina cristiana.
La filosofía griega expresa un ideal “teorético” , donde la vida humana más perfecta y feliz se dedica a la contemplación
de la pura verdad y para la cual el mundo se ofrece como puro espectáculo. El pensamiento griego expresa una
metafísica de las cosas, impersonalista, en el sentido que el hombre es una cosa entre las cosas. Por otro lado, la
filosofía cristiana , en cambio, es esencialmente “personalista” , porque en su doctrina el hombre asume una jerarquía,
un carácter que lo separan de las demás criaturas. El mundo no es un espectáculo, sino un drama del que el hombre es
protagonista y donde dirime su propio destino: el interés en su salvación o en la condena eterna. El saber sólo puede
tener valor para el cristiano en función de la salvación.
Para la filosofía cristiana , todo comienza y gira en torno a la caída, el mal, el pecado original, y la vida es una terrible
realidad producto del accionar humano. En cambio, para los griegos , el mal era en definitiva apariencia, o bien
equivalente al error. Sócrates sostenía que sólo podía obrarse mal por propia ignorancia.
La razón y la fe
El principal problema del pensamiento cristiano consistía en incorporar a su mundo espiritual la filosofía griega y la
racionalidad.
1. Lo primero que hizo el cristianismo fue rechazar la razón , considerarla inadecuada para captar los contenidos de la
fe. Consideraban que la razón no podía penetrar en la Revelación, y era algo demoníaco, que llenaba al hombre de
soberbia.
2. En segundo lugar, se aplicó lo inverso, eliminando la fe y no dejando subsistir más que la razón. Si la Revelación
se opone a la razón, no puede ser verdadera. De alguna manera se rechazaba al cristianismo, siempre que este
no pudiera demostrarse racionalmente.
3. La tercera posibilidad consistía en separar la razón de la fe y considerarlas dos zonas incomunicables entre sí y
heterogéneas. Algo podría ser verdadero en materia religiosa y falso para la filosofía. El pensamiento griego de
un lado, la tradición cristiana del otro.
4. La cuarta posibilidad estaba representada por San Agustín, para que la fe era el presupuesto de la razón, la
ayuda a partir de la cual puede llegarse a alguna comprensión de la vida última.
Todas estas posibilidades dieron lugar al pensamiento de Santo Tomás de Aquino, cuya posición es la que más
relaciona ambas facultades, la razón y la fe.
Santo Tomás de Aquino
Santo Tomás de Aquino es quien representa la filosofía cristiana en su forma más perfecta. Se lo ha llamado “El genio
del orden” , ya que comienza por plantear el problema que le preocupa, pone de relieve las dificultades, presenta las
opiniones divergentes, y por último formula su propia teoría.
Según su propia definición, Santo Tomás de Aquino era considerado a sí mismo como teólogo y no filósofo. Debido a la
semejanza de su teoría con los aspectos vertidos por Aristóteles, su teoría era considerada un aristotelismo cristiano.
El planteo de Santo Tomás de Aquino está plenamente representado por la doctrina de la doble verdad. El filósofo
reconoce que la fe y el conocimiento racional son diferentes, pero no admite que sean opuestos, sino perfectamente
armónicos. La razón y la revelación proceden de Dios, que es la verdad misma. Filosofía y teología tienen un mismo
objetivo: Dios. Esta armonía entre ambos conceptos, Santo Tomás lo prueba en el hecho de que la filosofía haya podido
alcanzar verdades coincidentes con las de la fe, como por ejemplo, la existencia de Dios.
Aquellas verdades que la fe enseña y que pueden alcanzarse también mediante la razón son llamadas “preámbulos de
la fe”: que Dios existe, que es uno, etc.
De todas maneras, la razón no puede alcanzar plenamente a Dios. Para la salvación son precisas verdades que superan
el poder de la razón, que sólo pueden conocerse mediante la nivelación. Son misterios o verdades sobrenaturales: la
encarnación, la resurrección. Estos no son antirracionales, sino suprarracionales, ya que no son opuestos a la razón,
sino que la superan.
Las Cinco Vías
Para Santo Tomás de Aquino, Dios ocupa un lugar central, y no meramente periférico. En la suma teológica: se estudia
primero a Dios en sí mismo, luego como creador y gobernante de todas las cosas, y finalmente se lo considera como fin
supremo de todas las criaturas racionales.
En lo que refiere a la existencia de Dios, Santo Tomás propone cinco vías o demostraciones :
“ Movimiento”.
que se mueve, lo llamamos “móvil”. Ej.: un vehículo se mueve por la calle, mis estados psíquicos no son los mismos
de ayer.
el agua cambia cuando se caliente. Llamamos “motor”, a lo que mueve, lo que lleva a lo anterior a lograr el
pasaje de un estado a otro.
que exista un primer motor inmóvil que mueva al resto.
acto y nada en potencia”.
“Causa eficiente”.
el efecto de la lluvia, que a su vez es el desprendimiento del agua de las nubes. Hay una serie de efectos
subordinados a sus causas.
lugar.
Existe una relación clara entre los siervos y los señores, los señores y sus superiores feudales, los superiores feudales
con el rey, y el rey con el emperador. Cada uno deberá correctamente su rol para ser premiado por Dios. Cada función
social tiene sus propias virtudes, por lo cual sería inadecuado que el labrado quisiera imitar las funciones del señor.
El Renacimiento determina la ruptura de esa filosofía respecto al mundo ordenado por un centro y una periferia.
Nicolás de Cusa , por ejemplo, sostiene que la separación entre el mundo sublunar y el celeste es ficticia. No hay razón
para suponer que el cambio y la corrupción sólo se den en la Tierra. Para él, el universo es una explicación de Dios
(explicatio) imperfecta e inadecuada, porque desarolla una multitud de formas donde Dios se encuetra en una unidad
indisoluble (complicatio). De acuerdo a este filósofo, de ningún lugar (tampoco de la Tierra) puede decirse que ocupe
un puesto central, ya que el mundo no tiene centro.
Copérnico determinó que la tierra deja de ocupar un puesto central, ya que en su lugar se encuentra la masa
incandescente del Sol. Los planetas son otros tantos cuerpos que vagan en el vació en torno a la hoguera central.
Giordano Bruno más adelante defendía la idea de un mundo infinito sin centro ni periferia. Según él no tenía por qué
haber un solo mundo, una sola tierra, un solo sol. Podía haber tantos como estrellas luminosas vemos en torno
nuestro.
Poco a poco fue instalándose la figura de un mundo abierto , espacio que se extiende al infinito, uniforme y
homogéneo, sin límites ni centro. Y aquí se desplazan cuerpos minúsculos, flotando en el vacío, encontrándonos
nosotros en uno de ellos.
En un universo infinito , cualquier parte puede ser centro o periferia, por lo cual no hay órdenes ni puestos exclusivos,
todo queda fijado por las relaciones que unos cuerpos guardan con otros. En el Renacimiento la Tierra deja de tener un
centro geográfico.
No sólo los lugares que cada quien ocupa en la superficie se relativizan, también lo hacen las culturas. Nuestra
civilización cristiana pasa a ser una civilización posible y no el centro de la historia humana. Todas las religiones son
válidas y tienen derechos semejantes. Al mismo tiempo se fortalecen las burguesías, los banqueros y comerciantes
constituyen un nuevo poder, ya ligado a su propia capacidad de empresa y no a la jerarquía social. Aparece así un
nuevo tipo de hombre, cuyo poder no está sujeto a las regulaciones y rangos de la sociedad antigua, sino que depende
de su función en la sociedad. Son hombres que no sienten determinado su destino por el lugar o la posición social que
ocupan, sino que están empeñados en labrárselo mediante su acción.
En resumen , el Renacimiento empieza a agrietarse, tanto la arquitectura física del mundo como su fábrica social. La
vida del hombre ya no está marcada de antemano por el autor de la farsa (obra que exponía la jeraquización de la
sociedad), sino que cada uno tiene que escribirla mientras actúa, gracias a sus propias virtudes. El individuo emprende
para ser, su acción libre le da un sitio en el mundo, no la naturaleza.
Unidad VII – El Racionalismo de Descartes
La nueva época y la crítica al pensamiento medieval
El Renacimiento marcó el momento en el cual el hombre occidental comenzó a desconfiar de las creencias
fundamentales sobre las que había vivido en el mundo medieval. Esa concepción medieval se basaba en la constante
referencia al más allá, en su interés por la salvación del hombre, despreciando de alguna manera el mundo terrenal.
En resumen, en el mundo medieval predominaba concepción religiosa del mundo y la vida, dirigida a la divinidad
(teocentrismo), a diferencia del Renacimiento, que impulsó su mirada al mundo, al cuerpo humano, a la naturaleza
(naturalismo).
El problema del método