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La Importancia de la Salud: Factores Determinantes y Promoción en el Ámbito Escolar, Esquemas y mapas conceptuales de Ciencias de la Vida

Este documento aborda la conceptualización de la salud según la organización mundial de la salud (oms) y los factores determinantes sociales que influyen en ella. Se enfatiza la importancia de crear entornos escolares saludables y las estrategias como las escuelas promotoras de salud. Se incluyen componentes como el fomento de estilos de vida saludables, la participación de familias y comunidad, y la importancia de la nutrición y la actividad física.

Tipo: Esquemas y mapas conceptuales

2017/2018

Subido el 06/02/2024

samanta-ivette-quintana-sanchez
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1.1 Salud física y mental
La salud se define como un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente
como la ausencia de enfermedades (Organización Mundial de la Salud, OMS, 1948). En la salud
influyen factores biológicos, psicológicos, emocionales, sociales, económicos, medioambientales,
políticos y culturales, que se vinculan con la calidad de vida y el desarrollo integral de las personas.
Condiciones demográficas, socioeconómicas, e incluso epidemiológicas, como la presencia de
ciertas enfermedades en el lugar donde vivimos son determinantes sociales de la salud, es decir,
circunstancias en que las personas nacen, crecen, viven, trabajan, envejecen y que tienen una
influencia directa en su salud (OMS, 2009). Por ejemplo, vivir en un lugar cercano a un río, canal, o
desagüe residual, es un determinante de salud, sea por la fauna que pueda generarse, moscas,
mosquitos; predisposición a enfermedades por contacto con agua contaminada, etc.; aspectos que
derivan en la adopción de hábitos benéficos a la salud, como cubrir cubetas de agua para evitar la
acumulación de insectos.
Por su parte, la salud mental se define como el equilibrio que debe existir entre las personas y el
entorno socio-cultural que los rodea; considera el bienestar emocional, psíquico y social que
repercute en cómo se piensa, siente, actúa y reacciona ante momentos de estrés (IMSS, 2020). Es
decir, se refiere a la a capacidad del individuo y el grupo social para interactuar entre sí y con el
medio ambiente, logrando el máximo bienestar individual y colectivo.
La salud mental es el resultado de la armonía entre los factores psicológicos, biológicos,
contextuales y ambientales. El desequilibrio entre ellos genera efectos adversos para el desarrollo
y bienestar, incluso un trastorno mental.
Las principales manifestaciones clínicas de la enfermedad mental reflejan una alteración de las
funciones cerebrales, como:
Atención (trastorno por déficit de atención)
Memoria (demencia)
Pensamiento (esquizofrenia)
Estado de ánimo (depresión)
Sensopercepción (esquizofrenia)
Aprendizaje (trastornos del desarrollo infantil)
Conducta (trastorno obsesivo compulsivo), entre otro
Dichos trastornos interfieren en la vida y la productividad del individuo (Secretaría de Salud, s/f).
1.2 Estilos de vida saludable
El estilo de vida es definido por la Organización Mundial de la Salud (OMS, 1998) como una forma
de vivir que se basa en patrones de comportamiento, determinados por la interacción entre las
características personales individuales, las interacciones sociales y las condiciones de vida
socioeconómicas y ambientales.
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¡Descarga La Importancia de la Salud: Factores Determinantes y Promoción en el Ámbito Escolar y más Esquemas y mapas conceptuales en PDF de Ciencias de la Vida solo en Docsity!

1.1 Salud física y mental La salud se define como un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente como la ausencia de enfermedades (Organización Mundial de la Salud, OMS, 1948). En la salud influyen factores biológicos, psicológicos, emocionales, sociales, económicos, medioambientales, políticos y culturales, que se vinculan con la calidad de vida y el desarrollo integral de las personas. Condiciones demográficas, socioeconómicas, e incluso epidemiológicas, como la presencia de ciertas enfermedades en el lugar donde vivimos son determinantes sociales de la salud, es decir, circunstancias en que las personas nacen, crecen, viven, trabajan, envejecen y que tienen una influencia directa en su salud (OMS, 2009). Por ejemplo, vivir en un lugar cercano a un río, canal, o desagüe residual, es un determinante de salud, sea por la fauna que pueda generarse, moscas, mosquitos; predisposición a enfermedades por contacto con agua contaminada, etc.; aspectos que derivan en la adopción de hábitos benéficos a la salud, como cubrir cubetas de agua para evitar la acumulación de insectos. Por su parte, la salud mental se define como el equilibrio que debe existir entre las personas y el entorno socio-cultural que los rodea; considera el bienestar emocional, psíquico y social que repercute en cómo se piensa, siente, actúa y reacciona ante momentos de estrés (IMSS, 2020). Es decir, se refiere a la a capacidad del individuo y el grupo social para interactuar entre sí y con el medio ambiente, logrando el máximo bienestar individual y colectivo. La salud mental es el resultado de la armonía entre los factores psicológicos, biológicos, contextuales y ambientales. El desequilibrio entre ellos genera efectos adversos para el desarrollo y bienestar, incluso un trastorno mental. Las principales manifestaciones clínicas de la enfermedad mental reflejan una alteración de las funciones cerebrales, como:  Atención (trastorno por déficit de atención)  Memoria (demencia)  Pensamiento (esquizofrenia)  Estado de ánimo (depresión)  Sensopercepción (esquizofrenia)  Aprendizaje (trastornos del desarrollo infantil)  Conducta (trastorno obsesivo compulsivo), entre otro Dichos trastornos interfieren en la vida y la productividad del individuo (Secretaría de Salud, s/f). 1.2 Estilos de vida saludable El estilo de vida es definido por la Organización Mundial de la Salud (OMS, 1998) como una forma de vivir que se basa en patrones de comportamiento, determinados por la interacción entre las características personales individuales, las interacciones sociales y las condiciones de vida socioeconómicas y ambientales.

Se denomina estilos de vida saludable al conjunto de hábitos, comportamientos y conductas que llevan a los individuos a un nivel de bienestar y satisfacción plena de sus necesidades en la vida (Campo, et.al., 2017). Están relacionados con la práctica de actividad física y deportiva; la adquisición de comportamientos alimentarios equilibrados, los hábitos de higiene; el cuidado de la salud mental, relaciones sociales positivas, etc. Promoción de la salud en el ámbito escolar La Promoción de la salud permite a las personas tener mayor control sobre su salud mediante acciones de autocuidado y cuidado colectivo, que suponen la capacidad para responsabilizarse de las decisiones relacionadas con la calidad de vida. Consta de tres componentes (OMS, 2016; 1986):  Buena gobernanza sanitaria , lo que significa tener en cuenta las repercusiones sanitarias en todas las decisiones gubernamentales, y dar prioridad a las políticas que eviten que la gente enferme o se lesione.  Educación para la salud , para adquirir conocimientos, aptitudes e información que permitan elegir opciones saludables.  Ciudades saludables , como promotoras y responsables del cuidado y promoción de la salud Es decir, se ocupa de la salud desde la prevención y atención a las causas que puedan afectarla. De acuerdo con la Carta de Ottawa, la cual es el principal referente en el tema. La Educación para la Salud, como parte de la promoción de la salud, se ocupa de promover un comportamiento sano. Las conductas cotidianas de una persona pueden ser la causa de un problema de salud, pero también pueden ser la solución (OMS, 1998). A través de la Educación para la salud se busca la reflexión en torno al comportamiento y su impacto en la salud. Aprender a cuidarse y promover la salud forma parte de los aprendizajes de la Educación para la salud, la cual debe ser transversal junto con otros componentes que favorezcan la formación integral y socioemocional de niñas, niños y adolescentes. La promoción y educación para la salud deben responder de forma coherente a las diferentes necesidades de salud que se plantean en las sociedades. Para abordarlas, tres son las áreas de intervención prioritarias: problemas de salud, estilos de vida y transiciones vitales. Estas áreas de intervención van a condicionar los objetivos y planteamientos de la formación, ya que son necesarios conocimientos, actitudes y habilidades para comprender y abordar estas necesidades en salud y los factores con ellas relacionados (Gutiérrez, 2003); aspectos que revisaremos más adelante. 2.1 Escuelas promotoras de salud Una de las estrategias de la promoción de la salud para incidir en el ámbito escolar, son las Escuelas Promotoras de Salud.

  • Fomentar el desarrollo emocional y social.
  • Guiar la estructura de la formación del profesor empleando el marco referencial de la escuela promotora de salud.
  • Promover infraestructuras higiénico-sanitarias favorables, seguras y sostenibles para el desarrollo humano y la calidad de vida.
  • Fortalecer conocimientos, actitudes y prácticas adecuadas en alimentación saludable y actividad física. Las escuelas deben ser entornos seguros y saludables en los que niñas, niños y adolescentes puedan desarrollarse plenamente. Para lograrlo, es necesario que la comunidad educativa se implique activamente en acciones preventivas que fomenten el bienestar físico, mental, emocional y social, acciones que revisaremos más adelante. ¿Cuál es la responsabilidad que tienen las y los docentes en la transmisión de mensajes saludables? En toda acción formativa interfieren supuestos, creencias, experiencias que determinan la práctica educativa. El proceso de enseñanza y aprendizaje implica la construcción activa de conocimiento a partir de expectativas, significados, emociones e incluso curiosidades; en ese sentido, promover mensajes, así como prácticas saludables debe evocar un sentido de identificación y empatía a fin de incorporar y vincular la salud con el bienestar personal y social. La docencia es una labor preventiva y modeladora de conductas. El vínculo salud y bienestar se fortalece con los hábitos de nuestro día a día, desde las porciones y tipo de alimento que consumimos; el ejercicio que realicemos por mínimo que sea, incluso caminar mientras hablamos por teléfono ya es benéfico para nuestra salud; el tiempo y calidad de nuestro sueño; así como los hábitos de higiene que mantenemos. Cuidar de nuestra salud tiene un efecto dominó, las acciones que se tomen de manera personal, influirán en la salud de las personas que nos rodean, un ejemplo… salir un día por la noche, está fresco y no llevar suéter o una buena chamarra, es probable enfermar y contagiar a personas cercanas. A continuación, se revisarán acciones que se pueden llevar a cabo de manera cotidiana y que tienen un impacto positivo en la salud. 1.1 Nutrición De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, la nutrición es la ingesta de alimentos en relación con las necesidades dietéticas del organismo. Una buena nutrición (una dieta suficiente y equilibrada combinada con el ejercicio físico regular) es un elemento fundamental para la salud. Hablar de nutrición es desarrollar el concepto de alimentación correcta; es decir, aquella que proporciona los nutrientes que el cuerpo necesita para mantener el correcto funcionamiento del organismo, conservar o restablecer la salud, minimizar el riesgo de enfermedades, garantizar la reproducción, gestación, lactancia, desarrollo y crecimiento adecuado (Ministerio de Salud y Protección Social, 2020). En niñas, niños y adolescentes, promueve el crecimiento y desarrollo

adecuado; en los adultos, permite conservar o alcanzar un peso saludable, y en ambos, previene el desarrollo de enfermedades. El Plato del bien comer es una guía de alimentación que forma parte de la Norma Oficial Mexicana (NOM), para la promoción y educación para la salud en materia alimentaria, ilustra la clasificación de los alimentos en tres grupos: verduras y frutas; cereales y leguminosas y alimentos de origen animal. Ningún alimento contiene todos los nutrimentos que el cuerpo necesita, de ahí la importancia de que la dieta diaria sea completa y variada. Se recomienda realizar tres comidas principales (desayuno, comida y cena); y si es necesario, dos colaciones o refrigerios. Si bien la alimentación es importante, también lo es la cantidad de agua que se ingiere diariamente; la Secretaría de Salud propone la Jarra del bien beber, una guía con las bebidas y cantidades que se pueden consumir diariamente para una correcta hidratación, para eso se propuso también la jarra del bien beber. 1.2 Activación física La actividad física es todo movimiento del cuerpo que hace trabajar a los músculos y requiere más energía que estar en reposo. Caminar, correr, bailar, nadar, practicar yoga son ejemplos de actividad física (NIH, 2008). Por lo general el término actividad física se refiere a los movimientos que benefician la salud. Existen Recomendaciones sobre actividad física para la salud, la OMS las categoriza de acuerdo con el grupo de edad a las que se dirigen. ¿Cuáles son los beneficios de la actividad física? Durante la actividad física se produce una contracción de los músculos involucrados. Esta contracción genera la liberación de neurotransmisores, cuya función es trasladar información de una neurona hacia otra. Entre los neurotransmisores que se liberan están la dopamina, la serotonina y la norepinefrina, cada uno de ellos interviene en algún proceso específico:

  • La dopamina, contribuye a regular el estrés y los procesos de recompensa.
  • La serotonina ayuda a regular el comportamiento social, el apetito, la digestión, el sueño y la memoria.
  • La norepinefrina influye en el mantenimiento de la atención y un efecto positivo en el estado motivacional y energético.
  • Y todos estos neurotransmisores regulan el estado anímico, por lo que su presencia cobra mayor relevancia. Además, la actividad física estimula la generación de nuevas neuronas. Como se explicó, diversos son los beneficios de la activación física; ahora revisemos la importancia para nuestra salud del descanso y el sueño. 1.3 Sueño saludable
  • Hogar
  • Escuela y comunidad El bañarse, lavarse las manos, los dientes, etc., son fundamentales para prevenir enfermedades, por ello, la higiene debe ser aprendida desde la infancia, aprender conductas para desarrollar hábitos cotidianos. Los hábitos de higiene no solo previenen las enfermedades, mejoran la salud en general, influyen en el desarrollo, impactan en el bienestar y en la imagen de sí mismo. Tienen efectos sociales que no solo están relacionados en la trasmisión de enfermedades de persona a personas, sino también de la carga emocional en cuanto a aceptación o autoestima se refiere. Si en la infancia se adquieren hábitos saludables, estos se mantendrán en gran medida a lo largo de la vida, y ayudarán a prevenir enfermedades y desarrollar una vida saludable; por ello, la escuela, es el lugar ideal para la aplicación de programas de promoción de la salud. Nutrición, actividad física o higiene son aspectos que contribuyen al bienestar de la persona, sin embargo, el manejo de emociones como estrés, tristeza, enojo o ansiedad son indispensables para el desarrollo de una vida saludable. En el siguiente tema abordaremos aspectos concretos dentro de la salud mental, como es el manejo de aquellas emociones que no hacen sentir bien a las personas, lo cual no significa que sean negativas per se. Desde la práctica docente, es importante que de manera individual se aprenda a identificarlas e incluso manejarlas, para así apoyar a los demás.