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Principales barreras de acceso a servicios de salud para personas LGBTI, Apuntes de Anatomía Dental

Este documento analiza las principales barreras de acceso a los servicios de salud que enfrentan las personas lesbianas, gay y bisexuales (lgb) en nuestro país. Se abordan aspectos como la discriminación y el estigma social, la falta de capacitación del personal de salud, las dificultades específicas para la atención de la salud sexual y reproductiva de esta población, y las barreras logísticas que dificultan el acceso a los servicios. El documento resalta la importancia de generar instancias de educación y sensibilización dentro de los establecimientos de salud para mejorar la atención y promover la inclusión de la diversidad sexual. Se concluye que es responsabilidad de los profesionales de la salud informarse, comunicar y educar de manera efectiva para lograr un cambio favorable en la atención de la población lgb.

Tipo: Apuntes

2023/2024

Subido el 27/06/2024

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Principales barreras de acceso a servicios de salud
para personas lesbianas, gay y bisexuales
Main barriers in access to healthcare services for lesbian, gay and bisexual
people
Manuel Catalán Águila 1
RESUMEN
Esta revisión teórica está dirigida a hacer visibles algunas dificultades encontradas en los servicios
de salud de nuestro país para una población no mayoritaria, como lo es la población LGBT (les-
bianas, gays, bisexuales, transexuales) y para fines de este estudio, específicamente, la población
LGB.
Palabras clave: discriminación, minorías sexuales y de género, accesibilidad a los servicios de salud.
ABSTRACT
This revision attemps to make visible some of the difficulties found in our country in relation to heal-
thcare services access of a non-majority population, such as the LGBT population (lesbian, gay, bisexual,
transgender) and for the purposes of this study, specifically of the LGB population.
Key words: discrimination, sexual and gender minorities, health services accessibility.
INTRODUCCIÓN
Históricamente, se han marcado diferencias entre poblaciones con determinadas características conside-
radas mayoritarias y poblaciones carentes de éstas, o poseedoras de características diferentes, constituyendo
las denominadas minorías. Existe una teoría expuesta por Ian Meyer, denominada “estrés de las minorías”
(minority stress), la cual se refiere al estrés crónico (aditivo al estrés vivido por las personas en general) que
sufren los individuos pertenecientes a grupos minoritarios, debido a la estigmatización y discriminación
derivada de procesos sociales, con repercusiones negativas en la salud mental de estos individuos (1, 2).
Los derechos de estas minorías han sido muchas veces vulnerados, como se ha visto a lo largo del
tiempo, teniendo como causa distintas razones dependiendo de la minoría; sin embargo, manteniendo la
intolerancia y discriminación como factores comunes transversales. Dentro de esta categoría, las mino-
rías, encontramos entonces grupos de distintas: nacionalidades, religiones, etnias, niveles socioeconómicos,
orientaciones sexuales, discapacidades físicas, entre otros (3).
En otra arista, la Organización Mundial de la Salud (OMS, 1948) en su Constitución define salud como “un
estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermeda-
des”, siendo esta definición aún vigente (4). La salud es también un derecho para todos los seres humanos,
como expone la Organización de las Naciones Unidas en su Declaración Universal de Derechos Humanos
(ONU, 2015): “toda persona tiene derecho a un nivel de vida adecuado que le asegure, así como a su familia,
la salud y el bienestar, y en especial la alimentación, el vestido, la vivienda, la asistencia médica y los servicios
sociales necesarios” (5). Tomando esto en cuenta, no deberían existir dificultades o barreras que condicionen
el acceso a la atención de salud por parte de las poblaciones con características no dominantes.
Recibido el 29 de mayo de 2018. Aceptado el 21 de junio de 2018
1 Médico Cirujano, Universidad de Chile. Comisión de Género y Salud COLMED. Correspondencia a: mcatalanaguila@gmail.com
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Cuad Méd Soc (Chile) 2018, 58 (2): 43-47 ORIGINALES:
Atención de Salud y Género
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Principales barreras de acceso a servicios de salud

para personas lesbianas, gay y bisexuales

Main barriers in access to healthcare services for lesbian, gay and bisexual

people

Manuel Catalán Águila 1 RESUMEN

E

sta revisión teórica está dirigida a hacer visibles algunas dificultades encontradas en los servicios de salud de nuestro país para una población no mayoritaria, como lo es la población LGBT (les- bianas, gays, bisexuales, transexuales) y para fines de este estudio, específicamente, la población LGB. Palabras clave: discriminación, minorías sexuales y de género, accesibilidad a los servicios de salud. ABSTRACT This revision attemps to make visible some of the difficulties found in our country in relation to heal- thcare services access of a non-majority population, such as the LGBT population (lesbian, gay, bisexual, transgender) and for the purposes of this study, specifically of the LGB population. Key words: discrimination, sexual and gender minorities, health services accessibility. INTRODUCCIÓN Históricamente, se han marcado diferencias entre poblaciones con determinadas características conside- radas mayoritarias y poblaciones carentes de éstas, o poseedoras de características diferentes, constituyendo las denominadas minorías. Existe una teoría expuesta por Ian Meyer, denominada “estrés de las minorías” ( minority stress ), la cual se refiere al estrés crónico (aditivo al estrés vivido por las personas en general) que sufren los individuos pertenecientes a grupos minoritarios, debido a la estigmatización y discriminación derivada de procesos sociales, con repercusiones negativas en la salud mental de estos individuos (1, 2). Los derechos de estas minorías han sido muchas veces vulnerados, como se ha visto a lo largo del tiempo, teniendo como causa distintas razones dependiendo de la minoría; sin embargo, manteniendo la intolerancia y discriminación como factores comunes transversales. Dentro de esta categoría, las mino- rías, encontramos entonces grupos de distintas: nacionalidades, religiones, etnias, niveles socioeconómicos, orientaciones sexuales, discapacidades físicas, entre otros (3). En otra arista, la Organización Mundial de la Salud (OMS, 1948) en su Constitución define salud como “un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermeda- des”, siendo esta definición aún vigente (4). La salud es también un derecho para todos los seres humanos, como expone la Organización de las Naciones Unidas en su Declaración Universal de Derechos Humanos (ONU, 2015): “toda persona tiene derecho a un nivel de vida adecuado que le asegure, así como a su familia, la salud y el bienestar, y en especial la alimentación, el vestido, la vivienda, la asistencia médica y los servicios sociales necesarios” (5). Tomando esto en cuenta, no deberían existir dificultades o barreras que condicionen el acceso a la atención de salud por parte de las poblaciones con características no dominantes. Recibido el 29 de mayo de 2018. Aceptado el 21 de junio de 2018 1 Médico Cirujano, Universidad de Chile. Comisión de Género y Salud COLMED. Correspondencia a: mcatalanaguila@gmail.com Cuad Méd Soc (Chile) 2018, 58 (2): 43-47 ORIGINALES: Atención de Salud y Género

La población LGBT (lesbianas, gays, bisexuales y transexuales), cuya calidad de minoría última- mente es controversial gracias a su visibilización, ha sufrido discriminación a raíz de su orientación sexual y/o identidad de género a lo largo de las últimas décadas. Esta discriminación también ha estado presente en el acceso a servicios de salud. Existen diversas organizaciones anti-discrimi- nación para proteger y seguir visibilizando a dicha población en nuestro país (2). No obstante, hay muchos ámbitos que quedan fuera del objetivo o del alcance directo de estas organizaciones o agru- paciones, a pesar de que algunas pudieran tener mayor influencia o impacto en ellos; y la atención de salud, es un ejemplo de ello. Cabe destacar que, para fines de este estudio el foco de las barreras de salud estará en población LGB. ¿QUÉ BARRERAS DE ACCESO A SALUD TIENE HOY EN DÍA LA POBLACIÓN LGB? En nuestra sociedad actual, en los estableci- mientos de salud se cometen en ocasiones errores u omisiones de importancia variable (incluso vio- lencia física o emocional) con repercusiones que pueden llegar a ser incluso fatales, en lo que res- pecta a atención de población LGB (6). Puede ser por parte de cualquier persona que integre el esta- blecimiento de salud, sea o no profesional, y cuyo rol sea no necesariamente clínico, refiérase admi- nistrativo, gestión u otros. A pesar de ello, este es- tudio se centra principalmente en las dificultades que se presentan en una entrevista clínica, donde se debe indagar acerca de los antecedentes del pa- ciente con fines determinados. Esta atención es generalmente otorgada por profesionales (médi- cos/médicas, enfermeros/enfermeras, matrones/ matronas, entre otros). De este modo, una barrera transversal de acceso al sistema de salud es la discriminación en sí mis- ma, en sus diversas formas, relacionada con los aspectos socioculturales heteronormativos pro- pios de la sociedad actual. Esto se evidencia prin- cipalmente a la hora de revelar o no la orientación sexual y/o identidad de género en una primera consulta, en lo que concierne a atención clínica. El/la profesional de salud muchas veces no pre- gunta al respecto, ya sea por haber asumido que toda persona consultante es heterosexual, por no encontrarlo relevante o por no querer abordar el tema. Para adolescentes LGB es más complejo si van acompañados de algún familiar, ya sea madre, padre u otro, y ellos desconocen su orientación sexual, puesto que la consulta médica no es el me- jor lugar para dar a conocer su orientación a la familia (7). Además de la asunción de la heterosexualidad, se dejan de lado problemas que a priori parecie- ran ser de personas heterosexuales, como lo son temas de índole legal, reproducción asistida y adopción (y lo que éstas conllevan: paternidad, maternidad) y violencia de pareja; esta última siendo incluso igual o más frecuente que en pare- jas heterosexuales en estudios internacionales (8, 9). En este contexto, estudios demuestran que la adherencia a tratamientos y el nivel de satisfac- ción es mayor en pacientes que son atendidos por profesionales que no asumen la heterosexualidad como única sexualidad y se muestran cómodos al trabajar con población LGB (10). Otra barrera individual surge en las dificultades que los/las profesionales de salud pueden tener al hacer un acercamiento respetuoso en adolescen- tes que aún no hacen una aceptación de la propia identidad sexual. No tener este proceso solucio- nado puede traducirse en: autoestima baja, dificul- tades para mantener relaciones, autoflagelación y otras conductas de riesgo, que no son exploradas a menos que se sospechen dentro del contexto de la entrevista clínica (11). Esto puede llegar incluso al grado del suicidio. Estudios muestran que en la población LGBT los procesos relacionados con el suicidio, tanto ideación como e intento, son más prevalentes que en la población heterosexual (12). Si no es preguntado, no se genera la instancia para que estos problemas se verbalicen y tomen la im- portancia que realmente tienen. Existe una escasa confianza, debido al débil vínculo formado entre profesional y paciente; la comunicación no es flui- da y se pasa por alto información muchas veces relevante en la historia clínica (10). La actitud del/la profesional al sospechar o tener la certeza de la homo- o bisexualidad del paciente se percibe también como barrera. Dicha actitud se sustenta en base de la propia visión, prejuicios o ideas preconcebidas que posee acerca de las orientaciones sexuales no mayoritarias; pu- diendo adoptar una actitud distante, lejana e incó- moda, llegando a la evitación del contacto físico, y consecuentemente, traduciéndose en un examen físico incompleto o inexistente. Un ejemplo de ello sería evitar el examen genital o contacto fí- sico en general por miedo a contagio de alguna infección o simplemente repulsión (13, 14). Los/las profesionales pueden utilizar expresio- nes verbales o paraverbales que no son apropiadas o que son utilizadas de manera errónea, incluso Catalán M.

de la sociedad. Esto conlleva a un cambio de acti- tud que refleja posibles prejuicios, o directamente juicios de valor a la hora de atender a personas. Dentro de los prejuicios existentes encontramos: temor de seducción, higiene deficiente, entre otros (13). Existen profesionales de salud que están ple- namente capacitados/as para enfrentar una en- trevista con sujetos LGB. Sin embargo, no es la situación mayoritaria, dado que una gran parte de los miembros de los establecimientos de salud no recibe una adecuada formación de pregrado en lo que respecta a diversidad y sexualidad, a excep- ción de las que pudiesen ser más afines por su re- lación con salud mental u órganos genitales (16). Los profesionales que no se dedican a sexua- lidad propiamente tal, no cuentan con una edu- cación satisfactoria otorgada, derivado en infor- mación limitada e imprecisa. Muchas veces no utilizan los términos adecuados y no siempre es- tán conscientes de las necesidades de la comuni- dad LGB, lo que refleja una oferta insuficiente de servicios de salud para ellos (6,13,16). Si el profesional no indaga u orienta la atención hacia estas necesidades particulares (además de las necesidades más generales por el hecho de ser persona), muchas veces se sesgan las recomenda- ciones de salud, llevando a diagnósticos incom- pletos y tratamientos inadecuados o innecesarios. Todo esto, sumado al funcionamiento del sistema de salud, hace difícil que se pueda lograr una aten- ción clínica idónea. Es importante señalar, por el contrario, que muchos/as profesionales si cuentan con las herra- mientas efectivas y necesarias para enfrentar una consulta o atención de personas LGB; debido a su interés personal en informarse sobre el tema, recibiendo educación de postítulo o postgrado, cambiando paradigmas previamente asimilados. ¿CÓMO SE PUEDEN DERRIBAR ESTAS BARRERAS MENCIONADAS? Lo principal es, en primera instancia, visibilizar la situación. Estas barreras existen y están sucedien- do en nuestra sociedad, en los establecimientos nacionales de salud. En segundo lugar, informar. Existe información en internet sobre discrimina- ción, sobre las comunidades LGBT, sobre las mi- norías en general. Como en todo orden de cosas, es de responsabilidad del lector (en este contexto, el miembro del equipo de salud) discernir entre la información útil y la que no lo es tanto, y dejar de lado la que no es verídica o confiable. Durante la formación profesional de pregrado en carreras de la salud, las mallas curriculares de- bieran incluir más asignaturas relacionadas con la sexualidad. En los establecimientos de salud se podrían generar instancias multidisciplinarias de educación, idealmente en forma de capacitaciones por personal habilitado; pero también realizando actividades entre los mismos miembros del equi- po. A modo de ejemplo, el desarrollo de nuevos protocolos, manuales o afiches informativos pu- diera ser útil e inclusivo a la vez, cumpliendo un rol de difusión. Es a su vez importante, que sean todas las personas que allí trabajen las que partici- pen, independiente de su función específica como parte del establecimiento (16). A nivel más global, la realización de campañas de difusión de información sobre discriminación y sexualidad a distintos niveles: junta de vecinos, comunidad, comunas, e incluso país; con el fin de generar una conciencia colectiva sobre la impor- tancia que tiene cambiar las conductas poco inclu- sivas y discriminadoras hacia la población LGBT y minorías en general. CONCLUSIONES Para tener una postura afirmativa acerca de di- versidad sexual en salud, hay que informarse al respecto. Los/las profesionales de la salud son los que están en contacto con este tópico constante- mente, al momento de atender pacientes de diver- sas sexualidades. Hay, entonces, responsabilidad por parte de ellos y ellas para cambiar la situación actual en relación a las barreras que tiene la comu- nidad LGB en el acceso a los servicios de salud de nuestro país, en cuanto son agentes de salud y, por tanto, deben promoverla mediante comunicación y educación efectiva, sin importar a quién. No basta solamente con decir que no se discrimina, si no, intervenir con actitudes positivas, respeto e inclusión para lograr un cambio favorable, en lo que respecta a la atención en salud y muchos otros aspectos. REFERENCIAS

  1. Meyer I. Minority stress and mental health in gay men. Journal of Health and Social Behavior. 1995, Vol. 36, nº 1, p. 38-56.
  2. Gómez F, Barrientos J. Efectos del pre- juicio sexual en la salud mental de gays y lesbianas en la ciudad de Antofagasta, Chile. Sexualidad, Salud y Sociedad. Revista Latinoamericana. ISSN 1984-6487 / n.10 - abr. 2012 - pp.100-123. Catalán M.
  1. Derechos de las minorías: Normas in- ternacionales y orientaciones para su aplica- ción. © 2010 Naciones Unidas. [Documento en línea]. Disponible: https://www.ohchr.org/ Documents/Publications/MinorityRights_sp.pdf
  2. Organización Mundial de la Salud. Constitución de la Organización Mundial de la Salud, 1948. [Documento en línea]. Disponible: http://www.who.int/gb/bd/PDF/ bd46/s-bd46_p2.pdf.
  3. Declaración universal de Derechos Humanos. © 2015 Naciones Unidas. [Documento en línea]. Disponible: http://www.un.org/es/do- cuments/udhr/UDHR_booklet_SP_web.pdf
  4. Bernal M. Provisión de servicios afirma- tivos de salud para personas LGBT (Lesbianas, Gays, Bisexuales y Transgeneristas). Bogotá, Colombia: Colombia Diversa, 2010. [Documento en línea]. Disponible http://colombiadiversa. org/colombiadiversa/documentos/otros-docu- mentos/provision-de-servicios-salud.pdf
  5. Peña F, Rodríguez J. Orientaciones ge- nerales de atención a niños, niñas y adolescentes LGBTI para profesionales de salud mental. Chile: Fundación Todo Mejora, 2013. [Documento en línea]. Disponible: https://todomejora.org/ wp-content/uploads/2015/10/Guia-TM-2- logo-nuevo.pdf
  6. Black M C, Basile K C, Brieding M J, Smith S G, Walters M L, Merrick M T. et al. The National Intimate Partner and Sexual Violence Survey (NISVS): 2010 Summary Report. Atlanta, GA: National Center for Injury Prevention and Control, Centers for Disease Control and Prevention, 2011. [Documento en línea]. Disponible: https://www.cdc.gov/violencepre- vention/pdf/nisvs_report2010-a.pdf
  7. Neville S, Henrickson M. Perceptions of lesbian, gay and bisexual people of primary heal- thcare services. J. Adv Nurse. Aug. 2016, 55(4): 407-15.
  8. Taylor B. ‘Coming out’ as a life tran- sition: homosexual identity formation and its implications for health care practice. Journal of Advanced Nursing, 1999, 30, 520–525.
  9. Hatzenbuehler M. The Social Environment and Suicide Attempts in Lesbian, Gay, and Bisexual Youth. Pediatrics; 2001, 127(5): 896–903.
  10. Tomicic A, Gálvez C, Quiroz C, Martínez C, Fontbona J, Rodríguez J et al. Suicidio en po- blaciones lesbiana, gay, bisexual y trans: revisión sistemática de una década de investigación (2004- 2014). Rev. méd. Chile. Jun 2016; 144(6): 723-733.
  11. Mejía A, Benavides L. Barreras de acceso a servicios de salud de las personas lesbianas, gay, bisexuales y transgénero de Bogotá D.C. Alcadía Mayor de Bogotá – Secretaría de Planeación,
  12. Barón Vioque S, Cascone M, Martínez Valle C. Estigma del sistema de género: apren- dizaje de los modelos normativos, bullying y es- trategias de resiliencia. Política y Sociedad, 2013, Vol.50 Núm. 3 837-864.
  13. Shidlo A, Schroeder M, Drescher J & editors. Sexual conversion therapy: ethical, clinical and research perspectives. New York: Haworth Medical Press; 2001.
  14. Montero A, González MI. Guía de orientaciones y recomendaciones para la aten- ción de adolescentes y jóvenes gays, lesbianas y bisexuales en el nivel primario de salud. Centro de Medicina Reproductiva y Desarrollo Integral de la Adolescencia de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile, 2016. [Documento en línea]. Disponible: http://observatorioninez.consejoin- fancia.gob.cl/wp-content/uploads/2017/02/ G U I A - D E - O R I E N T A C I O N E S - Y - RECOMENDACIONES.pdf Olavarría Gambi M. Acceso a la Salud en Chile. Acta Bioética, Año XI, 2005, Nº 1, 2005, pp. 47

Cuad Méd Soc (Chile) 2018, 58 (2): 43- ORIGINALES: Atención de Salud y Género