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Paradigma social en la medicina: la socioantropología de la salud, Guías, Proyectos, Investigaciones de Sociología de Salud y Enfermedad

El paradigma social en la medicina, también conocido como socioantropología de la salud. Describe cómo este enfoque surgió en oposición al modelo mecanicista, buscando destacar la relación entre la enfermedad y las condiciones de vida, así como los factores socioculturales que influyen en la salud. Se explican las características clave de este paradigma, como su enfoque colectivista, su carácter transformador y comprometido, y la importancia que le otorga a la comunicación y participación del paciente. También se mencionan algunas críticas a este modelo, como su tendencia a la masificación y su falta de eficacia política. En general, el documento ofrece una visión integral de cómo la medicina social aborda la salud y la enfermedad desde una perspectiva sociocultural.

Tipo: Guías, Proyectos, Investigaciones

2023/2024

Subido el 04/06/2024

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RESUMEN de: Hermenéutica de la medicina. Socioantropología de la salud (Raggio, A., 2014).
Realizado por Prof. Yanina Frezzotti para la materia SOCIOANTROPOLOGÍA DE LA SALUD (Unnoba, 2019).
PARADIGMA SOCIAL
1) Hermenéutica (contexto histórico social)
Es un paradigma que surgió en el siglo XVIII, con la primera Revolución Industrial, destacando la relación de la salud con
los oficios. En el siglo XIX, el paradigma social logró un nuevo impulso por parte de los movimientos obreros de Europa.
En oposición al modelo mecanicista, surgen investigaciones tendientes a destacar la relación de la enfermedad con las
condiciones de vida y el desgaste físico en el ámbito laboral.
También los estudios etnográficos de la antropología contribuyeron al desarrollo de la medicina social, ya que se
interesaba por las prácticas curativas de las sociedades simples de forma integral, considerando la medicina en relación
al contexto socio-cultural y descuidando las variables biológicas.
Otro factor que propició el desarrollo de este paradigma en el siglo XIX fue la falta de respuestas eficaces por parte de la
medicina mecanicista. Eran tiempos anteriores al descubrimiento de las vacunas, los antibióticos y la anestesia. El
paradigma mecanicista, aferrado a lo biol ógico, dejaba un vacío que el paradigma social intentaba llenar con su
intervención sobre variables sociales, culturales y ecológicas. Luego, cuando la medicina mecanicista logró resultados
visibles con el desarrollo de sus estrategias medicamentosa y quirúrgica, hubo un rebrote biologicista que le restó
adeptos al paradigma social. Frente a esto, la medicina social entró en declive y prácticamente quedó abandonada
desde 1920 hasta 1950.
A partir de mediados del siglo XX, con el desarrollo de la sociología de la salud, se incrementó el interés en estudiar otras
causas aparte de las biológicas. También se desarrolló el terreno de la salud mental y se empezó a reconocer la
existencia del factor psicosomático en el desarrollo de la enfermedad, su evolución y su tratamiento. Además, se formó
la Organización Mundial de la Salud (OMS), influenciada por la medicina social.
2) Concepto de Salud:
La salud es vista como el estado de bienestar integral: psíquico, físico y social. La enfermedad es la interrupción o
bloqueo de ese estado de bienestar, ocasionado por una disfunción social.
Detrás de la disfunción orgánica de los pacientes hay una sociedad o una cultura que no está cumpliendo con ellos en lo
económico, en las relaciones laborales, en lo habitacional, en los servicios básicos, en las libertades y derechos
individuales, en la seguridad, en la ecología, en la satisfacción de las necesidades afectivas y sexuales o en l as formas de
recreación que propone.
Su hipótesis central afirma que:
- La enfermedad es la expresión corporal de los aspectos indeseables del sistema sociocultural. Esta idea es r espaldada
por dos hipótesis auxiliares:
- Determinadas condiciones de vida y estilos de vida, generados por la extracción sociocultural y la localización
geográfica, favorecen o previenen el desarrollo de determinadas patologías.
- Considerar las variables culturales mejora la eficacia de los tratamientos, ya que favorece la aceptación del paciente y
facilita la aplicación de la terapéutica.
Este planteo toma el cuerpo como un elemento biológico que forma una unidad con los demás componentes de la
persona: la psíquis, la cultura y el conjunto de interacciones. En conclusión, la teoría de la medicina social reconoce la
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Realizado por Prof. Yanina Frezzotti para la materia SOCIOANTROPOLOGÍA DE LA SALUD (Unnoba, 2019). PARADIGMA SOCIAL

  1. Hermenéutica (contexto histórico social) Es un paradigma que surgió en el siglo XVIII, con la primera Revolución Industrial, destacando la relación de la salud con los oficios. En el siglo XIX, el paradigma social logró un nuevo impulso por parte de los movimientos obreros de Europa. En oposición al modelo mecanicista, surgen investigaciones tendientes a destacar la relación de la enfermedad con las condiciones de vida y el desgaste físico en el ámbito laboral. También los estudios etnográficos de la antropología contribuyeron al desarrollo de la medicina social, ya que se interesaba por las prácticas curativas de las sociedades simples de forma integral, considerando la medicina en relación al contexto socio-cultural y descuidando las variables biológicas. Otro factor que propició el desarrollo de este paradigma en el siglo XIX fue la falta de respuestas eficaces por parte de la medicina mecanicista. Eran tiempos anteriores al descubrimiento de las vacunas, los antibióticos y la anestesia. El paradigma mecanicista, aferrado a lo biológico, dejaba un vacío que el paradigma social intentaba llenar con su intervención sobre variables sociales, culturales y ecológicas. Luego, cuando la medicina mecanicista logró resultados visibles con el desarrollo de sus estrategias medicamentosa y quirúrgica, hubo un rebrote biologicista que le restó adeptos al paradigma social. Frente a esto, la medicina social entró en declive y prácticamente quedó abandonada desde 1920 hasta 1950. A partir de mediados del siglo XX, con el desarrollo de la sociología de la salud, se incrementó el interés en estudiar otras causas aparte de las biológicas. También se desarrolló el terreno de la salud mental y se empezó a reconocer la existencia del factor psicosomático en el desarrollo de la enfermedad, su evolución y su tratamiento. Además, se formó la Organización Mundial de la Salud (OMS), influenciada por la medicina social.
  2. Concepto de Salud: La salud es vista como el estado de bienestar integral: psíquico, físico y social. La enfermedad es la interrupción o bloqueo de ese estado de bienestar, ocasionado por una disfunción social. Detrás de la disfunción orgánica de los pacientes hay una sociedad o una cultura que no está cumpliendo con ellos en lo económico, en las relaciones laborales, en lo habitacional, en los servicios básicos, en las libertades y derechos individuales, en la seguridad, en la ecología, en la satisfacción de las necesidades afectivas y sexuales o en las formas de recreación que propone. Su hipótesis central afirma que:
  • La enfermedad es la expresión corporal de los aspectos indeseables del sistema sociocultural. Esta idea es respaldada por dos hipótesis auxiliares:
  • Determinadas condiciones de vida y estilos de vida, generados por la extracción sociocultural y la localización geográfica, favorecen o previenen el desarrollo de determinadas patologías.
  • Considerar las variables culturales mejora la eficacia de los tratamientos, ya que favorece la aceptación del paciente y facilita la aplicación de la terapéutica. Este planteo toma el cuerpo como un elemento biológico que forma una unidad con los demás componentes de la persona: la psíquis, la cultura y el conjunto de interacciones. En conclusión, la teoría de la medicina social reconoce la

Realizado por Prof. Yanina Frezzotti para la materia SOCIOANTROPOLOGÍA DE LA SALUD (Unnoba, 2019). biología pero centra su atención en la distribución espacial y social de la enfermedad. Lo biológico es el ámbito donde se manifiesta la enfermedad, pero no donde se origina.

  1. Cuerpo de conocimientos: Este paradigma no significa el abandono de lo biológico sino una ampliación del análisis de la salud con la incorporación de variables históricas y socioculturales. Pretende una interpretación de la salud y la enfermedad de carácter integrador , holístico, opuesta al reduccionismo biologicista dominante, que contemple la relación de los estados corporales con el contexto sociocultural. Lleva a cabo un análisis diacrónico de la enfermedad, donde se estudia su historia social. Reconstruye el proceso de formación de la enfermedad, rastreando todas las variables que pudieron desatarla. Con esto, aborda la patología de manera integral, holística, desde una perspectiva de multicausalidad. Se define como cientificista , pero está escasamente desarrollado ya que no tiene demasiada acumulación de conocimientos. A pesar de que es un paradigma viejo, le falta consolidar sus hipótesis generales con un cuerpo de hipótesis auxiliares y con enunciados observacionales que amplíen la corroboración y la información empírica. El crecimiento lento y discontinuo que ha tenido, fue consecuencia de que las condiciones sociales y políticas nunca lo favorecieron. Esto se debe a que se trata de un paradigma disfuncional al sistema capitalista. Buscar la casusa de la enfermedad en lo social y cultural, lo hace un paradigma crítico del sistema. Por este motivo, ha sido rechazado tanto por los organismos de salud privados como por el Estado y sus políticas de salud, lo que lo privó de los recursos necesarios para avanzar en sus investigaciones. No obstante, a partir de los años 50, se impulsa una corriente multidisciplinaria (psicología, antropología, sociología y medicina) que estudia la relación entre las condiciones-estilos de vida y la enfermedad, que el paradigma mecanicista no atiende.
  2. Terapéutica: Se focaliza en las relaciones sociales, sobre todo las asociadas al trabajo y los afectos. Toma las relaciones laborales pretendiendo reducir los efectos de la explotación del cuerpo en el trabajo, estudiando las condiciones materiales de trabajo perjudiciales para la salud. También busca las causas de patologías en las relaciones afectivas, estudiando las condiciones más satisfactorias para la sexualidad y las formas de interacción familiar más propicias para la conservación de la salud. También hay trabajos que se sumergen en otros factores sociales de morbilidad y mortalidad, como la

Realizado por Prof. Yanina Frezzotti para la materia SOCIOANTROPOLOGÍA DE LA SALUD (Unnoba, 2019). movilizar los recursos (políticos, culturales, materiales) de la comunidad, venciendo resistencias y sumando adhesiones para modificar estilos y condiciones de vida.

  • Es relativista , porque considera la cultura de la comunidad. Sabe que las modificaciones de las condiciones y los estilos de vida no pueden ser el resultado de una imposición cultural, autoritaria y etnocéntrica, sino de un proceso autogestionado por la propia comunidad. Es un cambio social que la terapéutica sugiere, asiste y acompaña, pero que debe ser impulsado y ejecutado por la propia comunidad. Por lo mismo, entiende al paciente como ser social, portador de una cultura, que puede favorecer o entorpecer el recupero de la salud. Eso hace que haya que considerar esa cultura como facilitadora del tratamiento y sus efectos.
  • Institucionalmente, es anticorporativista , promoviendo la descentralización y la activa participación del paciente y su grupo. Trata de evitar la complejidad, la jerarquización, la burocracia y las divisiones especializadas propias de la corporación mecanicista. Es un modelo horizontal e interdisciplinario , accesible , que busca generar canales de comunicación y participación del paciente.
  • No es una terapéutica pragmática, es prolongada y compleja. Trata de evitar la inmediatez y simplicidad del mecanicismo; atacando las causas más profundas de la enfermedad, aunque esto implique un proceso de largo plazo y de grandes esfuerzos. Esto conlleva ser preventiva, transformadora, comunicativa, activadora y comprometida.
  • Es preventiva porque su objetivo no es eliminar el padecimiento y aliviar los síntomas inmediatos de un paciente en particular. No busca contrarrestar la enfermedad sino erradicarla. La misión que persigue es la de evitar nuevos padecimientos, modificando las condiciones de vida y los estilos de vida que los ocasionan. Recién se considera exitosa cuando logra la reducción de los niveles de enfermedad en toda la comunidad.
  • Es transformadora : exige modificar la interacción política y económica que repercuten en las condiciones y estilos de vida favoreciendo la enfermedad.
  • Es activadora : la transformación social no puede ser realizada por el médico. Él puede denunciar la relación causal entre determinadas condiciones y pautas de vida con determinadas patologías, pero para cambiarlas se requiere la intervención sobre la realidad. El único que puede modificar las condiciones es el paciente en colaboración de su grupo de pertenencia. Para que emprenda dicha tarea, el médico debe desarrollar un proceso de concientización, capacitación, estimulación y motivación del paciente. Es decir, activar su iniciativa.

Realizado por Prof. Yanina Frezzotti para la materia SOCIOANTROPOLOGÍA DE LA SALUD (Unnoba, 2019).

  • Es comunicativa , porque no es posible relevar las variables culturales, sociales, históricas y ecológicas que motivaron la enfermedad sin una prolongada e intensa comunicación con el paciente. Este diálogo comienza en el diagnóstico y se extiende durante el tratamiento, cuando el médico debe persuadir al paciente y su grupo en la transformación social.
  • Es comprometida porque requiere pensar de forma crítica e involucrarse con el cambio social. El pensamiento crítico se desarrolla en la medida en que cuestiona la cultura y la sociedad y busca modificarlas para prevenir la enfermedad. Para esto es necesario activar al paciente y su grupo social, lo que requiere involucrarse y entablar una relación con ellos.
    1. Paciente:
  • No es culpable de su enfermedad sino víctima de la sociedad. No es responsable de su enfermedad, ni de su biología; en realidad, es víctima del sistema social en que está inserto. Las interacciones sociales (familia y trabajo), los hábitos y las condiciones materiales de vida lo predisponen a la enfermedad. El sistema social no le brinda los medios y las posibilidades de desarrollar plenamente su vida afectiva y laboral.
  • Es activo y responsable del recupero de sus salud. Aunque no es responsable de su enfermedad, sí deberá ser participativo en la ejecución de su tratamiento. La sanación requiere erradicar los factores patológicos de sus condiciones y estilo de vida, lo que necesita de su intervención y su capacitación.
  • Está acompañado , tanto por su grupo de pertenencia como por el equipo médico. No es un paciente solitario porque la terapéutica requiere la intervención de toda la comunidad. El paciente, si quiere modificar el contexto social que provoca la patología, debe articular su iniciativa con la de sus pares, desarrollar una práctica colectiva que permita avanzar en la transformación sociocultural pretendida. Además, a su tradicional grupo de pertenencia, se agrega el equipo interdisciplinario que lo atiende como paciente. La terapéutica del paradigma social exige que el equipo médico se involucre con el paciente y su grupo a partir de una intensa comunicación para el análisis de las variables socioculturales que exige el diagnóstico y la persuasión que implica el tratamiento.
  • Es un paciente capacitado y concientizado. La terapéutica del paradigma social exige que el paciente y su grupo comprendan plenamente el sentido social, cultural e histórico que tiene la enfermedad.

Realizado por Prof. Yanina Frezzotti para la materia SOCIOANTROPOLOGÍA DE LA SALUD (Unnoba, 2019).

  1. Reduccionista: al darle tanta relevancia a lo social, desatiende lo biológico. Mientras el paradigma mecanicista se basaba en la monocausalidad biológica, este se concentra en la monocausalidad social. Aunque se manifiesta como multicausal, en la práctica médica no le da la suficiente consideración ni a lo orgánico, ni a la curación de los síntomas.
  2. Masificador: no se considera al paciente como persona individual, sino sólo como una manifestación de lo colectivo. En la práctica médica, esto significa centrar la preocupación en la prevención, descuidando la curación del paciente.
  3. No tiene instituciones propias: no logra salir de la crítica y pasar a la acción social, generando formas de organización cívica alternativas al corporativismo mecanicista. A pesar del desarrollo del tercer sector, con el crecimiento de las Organizaciones no gubernamentales (ONG), fundaciones, grupos de autoayuda, de voluntariado social, etc., no se destacan entre ellos la presencia de los que atienden temas de salud desde la perspectiva médica social.
    1. Carece de eficacia política: los médicos del paradigma social no han sabido encontrar una forma alternativa de acumulación de poder o de articular sus demandas con otros grupos de interés, lo que les resta eficacia práctica para obtener algunas victorias en la reducción de los niveles de morbilidad. Cada vez que choca con el sistema, queda aislado y sin respuestas.
  4. Carece de eficacia curativa. Su tratamiento tiene un componente preventivo muy fuerte. Los recursos prácticos de esta medicina se concentran en el plano prepatológico, lo que hace que sea una medicina impotente frente a las demandas de pacientes que ya presentan síntomas. Su preocupación es evitar que una enfermedad prolifere pero no tiene propuestas frente a la enfermedad ya manifiesta.
  5. Carecen de eficacia teórica. A pesar de ser un paradigma con 300 años de vigencia, tiene un cuerpo de conocimiento pobre, con escasas investigaciones, poco material bibliográfico, falta de hipótesis auxiliares e información para corroborar sus enunciados. Por otra parte, la formación académica de los médicos sigue siendo biologicista, no hay ámbitos de formación integral, con contenidos de ciencias naturales y sociales.Pese a que todas las críticas son reales, también son reales los postulados de este paradigma y muy lamentable que no se tengan en cuenta en la formación profesional médica. Las variables culturales, sociales e históricas reclaman a gritos su intervención en la interpretación y la solución del problema de la enfermedad.