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Año: dos mil veintidós materia: biología simple
Tipo: Apuntes
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Los eritrocitos, también conocidos como glóbulos rojos, son células altamente especializadas cuya principal función es el transporte de oxígeno desde los pulmones hacia los tejidos, y de dióxido de carbono en dirección inversa. A diferencia de otras células del cuerpo humano, los eritrocitos maduros carecen de núcleo y orgánulos internos, lo que maximiza el espacio disponible para la hemoglobina, la proteína encargada de fijar y transportar los gases respiratorios. Una característica clave que permite a los eritrocitos cumplir eficazmente su función es su estructura altamente flexible y deformable. Esta propiedad es posible gracias a su citoesqueleto, una red de proteínas que se encuentra justo debajo de la membrana plasmática. El citoesqueleto eritrocitario no solo mantiene la forma biconcava característica de estas células, sino que también les permite resistir tensiones mecánicas al atravesar los estrechos capilares del sistema circulatorio. Comprender la composición y el funcionamiento del citoesqueleto eritrocitario es fundamental no solo para entender la fisiología celular básica, sino también para el estudio de diversas patologías hematológicas, como la esferocitosis hereditaria o la eliptocitosis, en las cuales se ve alterada la integridad estructural de estas células. RESUMIDO: 🧬 Origen del citoesqueleto del eritrocito El citoesqueleto del eritrocito se ensambla durante la eritropoyesis , el proceso de formación de eritrocitos en la médula ósea. Durante este proceso, los precursores eritroides (como los eritroblastos) sintetizan las proteínas estructurales necesarias para el citoesqueleto. Una vez que el eritrocito madura y expulsa su núcleo, no puede sintetizar más proteínas , por lo que el citoesqueleto debe mantenerse funcional durante toda su vida útil (~120 días en humanos). 🧬 Localización del citoesqueleto del eritrocito El citoesqueleto se encuentra justo debajo de la membrana plasmática , formando una red tridimensional en la cara interna de esta membrana. Esta red está anclada a proteínas transmembranales que conectan el citoesqueleto con el exterior celular y participan en la estabilidad y deformabilidad del eritrocito. 🧬 Composición principal del citoesqueleto del eritrocito Espectrina (α y β) : forma una red flexible en forma de malla. Actina : se une a la espectrina en los puntos de unión.
Anquirina : conecta la red de espectrina-actina con proteínas de membrana como la banda 3. Proteína 4.1 y 4.2 : estabilizan las uniones y ayudan a conectar con la membrana. Banda 3 y glicoforina C : proteínas integrales de la membrana que sirven de anclaje. 🩸 Función del citoesqueleto del eritrocito Mantener la forma bicóncava del eritrocito. Permitir flexibilidad y deformación al pasar por capilares estrechos. Evitar la lisis celular por tensiones mecánicas. EXTENDIDO FUNCIONES PRINCIPALES Los eritrocitos, o glóbulos rojos, desempeñan un papel esencial en el transporte de gases respiratorios, siendo responsables de llevar oxígeno desde los pulmones hacia los tejidos corporales, y de facilitar el retorno del dióxido de carbono desde los tejidos hacia los pulmones para su eliminación. Además de esta función principal, también participan en la regulación del pH sanguíneo, el equilibrio ácido-base y, en menor medida, en la respuesta inmunitaria.
La hemostasia es la facultad del organismo para mantener la sangre en los vasos sanguíneos en el momento en que ocurre alguna lesión, iniciando con la acumulación plaquetaria, la creación de coágulos para taponar una hemorragia, y una vez reparado el daño, disolver los coágulos formados. La hemostasia consta de dos etapas: Primaria: Cuando entran en función las plaquetas sanguíneas, acumulándose en la zona dañada para formar lo que se conoce como taponamiento hemostático de plaquetas. Secundaria: A través de diversas proteínas plasmáticas como la fibrina, se genera un coágulo que tapona la lesión, impidiendo que la sangre salga. El proceso de coagulación se debe a la puesta en marcha de diversas reacciones químicas en las que tienen un papel clave los 13 factores de coagulación conocidos, convirtiendo el fibrinógeno, que es una proteína soluble, en fibrina, de naturaleza insoluble, constituyendo así la estructura del coágulo. La mayor parte de las proteínas que intervienen en el proceso de coagulación de la sangre son generadas en las células endoteliales vasculares. LA HOMEOSTASIS EN LA SANGRE
La homeostasis sanguínea es el conjunto de procesos fisiológicos que mantienen el equilibrio interno de la sangre, asegurando condiciones óptimas para el funcionamiento celular y la salud general del organismo. Este equilibrio es esencial para la supervivencia, ya que permite la adaptación a cambios ambientales y metabólicos.