CARTA DE UN ZAPATERO ARREPENTIDO
Estimable señor,
le escribo como respuesta a su respetable carta;
¿cómo es que usted dice?; ¿No amar mi trabajo?
realmente siento mucho provocar esos pensamientos, puesto eso no era lo que
quería proclamar con aquello que siempre ha sido parte de mi vida.
Lamento plenamente el hecho tan atroz el cual no tiene justificación, me he
dedicado bastante tiempo a esto y que lamentablemente el hecho ocurrido de que
unos zapatos inservibles se le haya sido entregados es bastante triste…
Mi vida se ha basado en reparar zapatos, y el hecho de que no hayan quedado de la
mejor manera, queda en mi disculparme, y así como le repito el acto atroz que sea
hecho no tiene justificación,
lamento que sus zapatos no sean la sintonía de sus pies,
ni de que la textura de aquello sea embellecedora,
que los zapatos no sean utilizables ni transferible y mucho menos agradables.
Estimado señor, aunque sé que no tiene idea de la vida de un simple zapatero
quiero engrandecer mi nombre y mi trabajo, un error es cometido por cualquiera,
Y no estoy dejando que quizás.
No sea mi culpa, asumo la responsabilidad y los hechos; si bien, el trabajo no asido
de su conformidad con gusto puedo intentar repararlos de nuevo, no puedo
prometer que quizás queden igual pero sí que serán unos grandes zapatos, que le
brindaran de gran amoldamiento
Alexia ortiz reyes derecho y complejidad
EL COLEGIO DE MORELOS
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