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Las expectativas del profesor y su indicendcia en el contexto institucional
Tipo: Resúmenes
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«Todo acto educativo implica una referencia obligada a un proceso de adquisición de saberes; entendiendo por saberes todos los contenidos específicos de las distintas áreas del aprendizaje escolar, como las destrezas, normas y valores, actitudes e intereses que vehiculan los sistemas educativos.» El sentido del acto educativo, de forma que éste implica la apropiación de un conjunto de saberes por parte del alumno, independientemente de la naturaleza y la cantidad de dichos saberes. Desde esta perspectiva, el fin primordial del acto de enseñar consiste en facilitar la incorporación de forma significativa de nuevos conocimientos a los ya existentes en los alumnos. El acto de procurar un aprendizaje significativo en el alumno pasaría, asimismo, por el conocimiento y la valoración de los intereses y motivaciones de aquél, así como las características personales y ambientales y que de alguna forma pueden influir, directa o indirectamente, en la relación persona/objeto de conocimiento. El papel del profesor consistiría en crear las condiciones necesarias para que el encuentro alumno/objeto de conocimiento adecuado y coherente con el fin de garantizar un aprendizaje significativo. Pero aunque esta afirmación es cierta, no queda del todo completa; hay también una voluntad explícita de incidir y/o intervenir sobre el proceso de aprendizaje del alumno. Esta intervención educativa exige del profesor la evaluación continuada de las actividades del alumno. El profesor, a través del acto pedagógico, interviene, puntualiza, pide y da explicaciones, resume experiencias, anima al alumno, anticipa dificultades, fomenta la reflexión, (Coll, 1985); en pocas palabras: ayuda al alumno a aprender. La concepción del profesor como aquel que «crea las condiciones idóneas para que el alumno sea capaz de apropiarse del conocimiento» y se enriquece y se entiende como la de «mediador activo entre el sujeto y la tarea de aprendizaje» EL PAPEL DE LAS EXPECTATIVAS EN LA RELACION EDUCATIVA Podemos considerar las expectativas como las inferencias que una persona hace a partir de una información, correcta o falsa, y que implican la esperanza de ocurrencia de un suceso relacionado con la información sobre la cual tales juicios han sido realizados. Variables del alumno como fuente de información En resumen, podríamos afirmar que las características de los alumnos, más o menos directas, son la fuente principal para el establecimiento de expectativas por parte del profesor y que, de alguna forma, estas últimas influyen en el rendimiento de los alumnos.
Características del profesor y formación de expectativas Se ha dedicado bastante investigación a conocer qué características personales y conductales definen al «buen profesor», pero apenas se ha estudiado la influencia de rasgos personales sobre la percepción diferencial de las características de los alumnos y la formación de expectativas. Una de las decisiones más generalmente adoptadas para medir la eficacia del profesor ha consistido en las evaluaciones de los alumnos. Si bien al comienzo de este tipo de investigación se dudaba de la fiabilidad y la validez de las evaluaciones, en la actualidad se concluye que dichas evaluaciones aportan información válida y fiable de muchos de los aspectos de la enseñanza eficaz. La conducta del profesor en el aula como expresión de las expectativas La conducta verbal del profesor en clase, además de otras conductas (forma de agrupar a los alumnos entre sí, distribución espacial de éstos, asignación de tareas de apredizaje diferentes, etc.), es el principal vehículo de transmisión de expectativas del profesor a los alumnos. La conducta verbal se convierte en la principal fuente de información de la que dispone el profesor para comunicar a los alumnos el comportamiento que espera de ellos y la variable principal de establecimiento de diferencias entre éstos. Autoevaluación del alumno sobre la conducta del profesor A partir de las conclusiones expuestas en el apartado anterior se evidencia que el alumno media entre la conducta del profesor y los efectos de ésta sobre su comportamiento. Si bien el profesor puede afectar directamente el rendimiento del alumno a través de un tratamiento diferencial (distintas oportunidades para aprender, material de prácticas distinto, etc.), sin que ello implique procesos interpretativos por parte del alumno éste tratamiento desigual puede también informar a los alumnos acerca de la conducta que el profesor espera que se produzca y, de este modo, afectar el autoconcepto y la motivación del estudiante. Si bien el profesor puede afectar directamente el rendimiento del alumno a través de un tratamiento diferencial (distintas oportunidades para aprender, material de prácticas distinto, etc.), sin que ello implique procesos interpretativos por parte del alumno éste tratamiento desigual puede también informar a los alumnos acerca de la conducta que el profesor espera que se produzca y, de este modo, afectar el autoconcepto y la motivación del estudiante. En general, los profesores serán capaces de minimizar las expectativas negativas hacia algunos alumnos y maximizar los efectos de unas expectativas apropiadas si: a) El profesor dirige y supervisa el trabajo y el aprendizaje del alumno, de manera que este último se encuentre en un estado de ansiedad óptimo, procurando siempre motivarlo a través de la comparación de lo que era capaz de hacer antes y lo que puede hacer después de cada unidad instruccional. b) El profesor fija metas, tanto para el grupo como para cada alumno en concreto, en función de sus posibilidades y no ciñéndose exclusivamente a los objetivos expresados en el curriculum.