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Tipo: Apuntes
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LA INTERNET DE
LAS COSAS—
UNA BREVE RESEÑA
Para entender mejor los
problemas y desafíos de un
mundo más conectado
Karen Rose, Scott Eldridge, Lyman Chapin
LA INTERNET DE
LAS COSAS—
UNA BREVE RESEÑA
Para entender mejor los problemas y desafíos de un
mundo más conectado
© 2015 Internet Society (ISOC).
Este trabajo tiene una licencia Creative Commons Attribution/NonCommercial/ShareAlike 4.0 Unported.
La Internet de las cosas es un tema emergente
de importancia técnica, social y económica. En
este momento se están combinando productos
de consumo, bienes duraderos, automóviles y
camiones, componentes industriales y de servicios
públicos, sensores y otros objetos de uso cotidiano con
conectividad a Internet y potentes capacidades de análisis de
datos que prometen transformar el modo en que trabajamos,
vivimos y jugamos. Las proyecciones del impacto de la IoT
sobre Internet y la economía son impresionantes: hay quienes
anticipan que en el año 2025 habrá hasta cien mil millones de
dispositivos conectados a la IoT y que su impacto será de US$
11.000.000.000.000.
Sin embargo, la Internet de las Cosas también plantea
importantes desafíos que podrían dificultar la realización
de sus potenciales beneficios. Noticias sobre ataques a
dispositivos conectados a Internet, el temor a la vigilancia y las
preocupaciones relacionadas con la privacidad ya han captado
la atención del público. Los desafíos técnicos siguen allí, pero
además están surgiendo nuevos desafíos de políticas, jurídicos
y de desarrollo.
Este documento informativo está diseñado para ayudar a la
comunidad de la Internet Societys a navegar los diálogos que
rodean a la Internet de las Cosas a la luz de las predicciones
contradictorias sobre sus promesas y los peligros que implica.
La Internet de las Cosas plantea un amplio conjunto de ideas
complejas y que se entrelazan desde diferentes perspectivas.
RESUMEN EJECUTIVO
Resumen ejecutivo
Se analizan cinco áreas temáticas clave de la IoT para explorar
algunos de los desafíos y cuestiones relacionadas con la
tecnología más urgentes. Estos incluyen la seguridad; la
privacidad; la interoperabilidad y los estándares; cuestiones
legales, reglamentarias y relacionadas con los derechos; y
economías emergentes y cuestiones relacionadas con el
desarrollo.
SEGURIDAD
PRIVACIDAD
Si bien en el contexto de la tecnología de la información las consideraciones de seguridad no son nuevas, los atributos de muchas implementaciones de la IoT presentan desafíos de seguridad nuevos y únicos. Hacer frente a estos desafíos y garantizar la seguridad en los productos y servicios de la IoT debe ser una prioridad fundamental. Los usuarios deben poder confiar en que los dispositivos de la IoT y los servicios de datos relacionados serán seguros y estarán libres de vulnerabilidades, especialmente a medida que esta tecnología sea más difundida y se integre a nuestra vida diaria. Los dispositivos y servicios de la IoT poco seguros pueden servir como potenciales puntos de entrada de ataques cibernéticos y exponer los datos de los usuario al robo al dejar flujos de datos con una protección inadecuada.
La naturaleza interconectada de los dispositivos de la IoT significa que cada dispositivo mal
asegurado conectado a Internet podría afectar la seguridad y la resistencia de Internet a nivel global. Este desafío se ve amplificado por otras consideraciones, como el despliegue a gran escala de dispositivos homogéneos, la capacidad de algunos dispositivos de conectarse automáticamente a otros y la posibilidad de que estos dispositivos sean desplegados en entornos no seguros.
Por principio, los desarrolladores y usuarios de dispositivos y sistemas de la IoT tienen la obligación colectiva de asegurar que no estén exponiendo a los usuarios y la propia Internet a daños potenciales. Por lo tanto, se necesitará un enfoque colaborativo para desarrollar soluciones eficaces y adecuadas ante los desafíos de seguridad de la IoT, soluciones que se adapten bien a la escala y complejidad de los problemas.
El potencial de la Internet de las Cosas depende de estrategias que respeten las opciones de privacidad individuales correspondientes a un amplio espectro de expectativas. Los flujos de datos y la especificidad que permiten los dispositivos de la IoT puede liberar un valor único e increíble para los usuarios, pero las preocupaciones con respecto a la privacidad y los potenciales daños podrían dificultar la adopción plena de la Internet de las Cosas. Esto significa que los derechos de privacidad y las expectativas con respeto a la privacidad de los usuarios son esenciales para asegurar la confianza de los usuarios en Internet, en los dispositivos conectados y en los servicios relacionados.
De hecho, la Internet de las Cosas está redefiniendo el debate sobre las cuestiones de
privacidad, ya que muchas implementaciones pueden cambiar drásticamente las formas en que se recogen, analizan, emplean y protegen los datos personales. Por ejemplo, la IoT amplifica las preocupaciones sobre el potencial de una mayor vigilancia y seguimiento, la dificultad de poder optar por no ser incluidos en ciertas recolecciones de datos y la potencia que tiene la agregación de los flujos de datos de la IoT para obtener retratos digitales detallados de los usuarios. Si bien estos desafíos son importantes, no son imposibles de superar. Para aprovechar las oportunidades, se deberán desarrollar estrategias para respetar las opciones de privacidad individuales considerando un amplio espectro de expectativas, sin dejar de fomentar la innovación en nuevas tecnologías y servicios.
Resumen ejecutivo
INTEROPERABILIDAD / ESTÁNDARES
CUESTIONES LEGALES, REGLAMENTARIAS Y DE DERECHOS
CUESTIONES RELACIONADAS CON LAS ECONOMÍAS
EMERGENTES Y EL DESARROLLO:
Un entorno fragmentado de implementaciones técnicas propietarias de IoT podría inhibir su valor para los usuarios y la industria. Si bien la interoperabilidad plena entre productos y servicios no siempre es posible o necesaria, los compradores podrían ser reacios a adquirir productos y servicios de la IoT si hay falta de flexibilidad en su integración, gran complejidad en cuanto a su propiedad y preocupación con respecto a posibles dificultades para cambiar de proveedores de tecnología ( lock-in ).
Además, los dispositivos de la IoT mal diseñados y configurados pueden tener consecuencias
negativas para los recursos de red a los cuales se conectan y para Internet en un sentido más amplio. Contar con estándares apropiados, modelos de referencia y mejores prácticas también ayudará a frenar la proliferación de dispositivos que podrían alterar a Internet. El uso de estándares genéricos, abiertos y ampliamente disponibles (como el Protocolo de Internet) como componentes de los dispositivos y servicios de la IoT permitirá mayores ventajas para los usuarios, más innovación y más oportunidades económicas.
El uso de dispositivos de la IoT plantea nuevas cuestiones reglamentarias y legales y también amplifica los problemas legales que ya existen en torno a Internet. Estas cuestiones son de amplio alcance y muchas veces el rápido ritmo con que cambia la tecnología de la IoT supera la capacidad de adaptación de las estructuras políticas, legales y reglamentarias asociadas.
Un conjunto de cuestiones tiene que ver con los flujos de datos transfronterizos, que se producen cuando los dispositivos de la IoT recogen datos personales en una jurisdicción y, para su procesamiento, los transmiten a otra jurisdicción donde las leyes de protección de datos son diferentes. Además, los datos recogidos por los dispositivos de la IoT podrían ser mal utilizados y potencialmente provocar
resultados discriminatorios para ciertos usuarios. Otros problemas legales relacionados con los dispositivos de la IoT incluyen el conflicto entre la vigilancia por parte de las agencias de seguridad y los derechos civiles, las políticas de retención y destrucción de datos, y la responsabilidad legal por los usos accidentales, las violaciones de la seguridad y los fallos en la privacidad.
Aunque los desafíos legales y reglamentarios son de alcance amplio y complejo, la adopción de los principios rectores de la Internet Society para promover la capacidad del usuario para conectarse, hablar, innovar, compartir, elegir, y confiar es una consideración fundamental para la evolución de leyes y reglamentos sobre la IoT que propicien los derechos de los usuarios.
La Internet de las Cosas encierra la promesa de aportar beneficios sociales y económicos a las economías emergentes y en desarrollo. Esto incluye, entre otras, áreas tales como la agricultura sostenible, la calidad y el uso del agua, el cuidado de la salud, la industrialización y la gestión del medio ambiente. Como tal, la IoT promete ser una herramienta para lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas.
El alcance de los desafíos de la IoT no se limitará a los países industrializados. Las regiones en
desarrollo también deberán responder para hacer realidad los potenciales beneficios de la IoT. Además, se deberán abordar las singulares necesidades y desafíos de la implementación en las regiones menos desarrolladas, entre ellos el grado de preparación de la infraestructura, los incentivos para el mercado y la inversión, los requerimientos en cuanto a las habilidades técnicas y los recursos de políticas.
La Internet de las Cosas—Una breve reseña
en la industria de la tecnología, las políticas y los
círculos de ingeniería y se ha convertido en noticia
de primera plana, tanto en la prensa especializada
como en los medios populares. Esta tecnología se
encarna en una amplia gama de productos, sistemas
y sensores en red, que aprovechan los avances en la potencia
de cálculo, la miniaturización de los componentes electrónicos y
las interconexiones de red para ofrecer nuevas capacidades que
antes no eran posibles. Una gran cantidad de conferencias,
informes y artículos de noticias están discutiendo y debatiendo
el potencial impacto de la “revolución de la IoT”, desde nuevas
oportunidades de mercado y modelos de negocio hasta las
preocupaciones con respecto a la seguridad, la privacidad y la
interoperabilidad técnica.
La implementación a gran escala de dispositivos de la IoT promete transformar muchos aspectos de la forma en que vivimos. Para los consumidores, los nuevos productos de la IoT —electrodomésticos, componentes de automatización del hogar y dispositivos de gestión de energía con conexión a Internet— nos están llevando hacia una visión de la “casa inteligente” que ofrece mayor seguridad y eficiencia energética. Otros dispositivos personales de la IoT —entre ellos los dispositivos portátiles para monitorear y gestionar la actividad física y los dispositivos médicos con conexión a Internet— están transformando la forma en que se ofrecen los servicios de salud. Esta tecnología promete ser beneficiosa para las personas mayores o con discapacidad, mejorando sus niveles de independencia y calidad de vida a un costo razonable.^1 Los sistemas de la IoT como los vehículos conectados en red, los sistemas de tráfico inteligentes y los sensores integrados
en carreteras y puentes nos acercan más a la idea de “ciudades inteligentes”, que ayudan a minimizar la congestión y el consumo de energía. La tecnología de la IoT ofrece la posibilidad de transformar la agricultura, la industria y la producción y distribución de energía mediante el aumento de la disponibilidad de información a lo largo de la cadena de valor de la producción por medio de sensores conectados en red. Sin embargo, la IoT plantea muchas preguntas y desafíos que se deben tener en cuenta y abordar para que se puedan realizar sus potenciales beneficios.
Diferentes empresas y organizaciones dedicadas a la investigación han publicado una amplia gama de proyecciones sobre el potencial impacto que tendrá la IoT sobre Internet y sobre la economía en los próximos cinco a diez años. Por ejemplo, Cisco ha proyectado que para el año 2019 habrá más de 24 mil millones de objetos conectados
INTRODUCCIÓN
Introducción
a Internet, 2 aunque Morgan Stanley anticipa que para el año 2020 habrá 75 mil millones de dispositivos conectados en red. 3 Considerando un período de tiempo más largo, Huawei sube la apuesta y anticipa que en 2025 habrá 100 mil millones de conexiones a la IoT.^4 El McKinsey Global Institute sugiere que el impacto financiero de la IoT sobre la economía global puede llegar a ser de $3.9 a $11.1 mil millones en 2025. 5 Aunque la variabilidad de las predicciones las vuelve cuestionables, en conjunto permiten entrever una influencia y un crecimiento significativos.
Algunos observadores ven a la IoT como un mundo “inteligente”, revolucionario y totalmente interconectado; un mundo de progreso, eficiencia y oportunidades, con el potencial de añadir un valor equivalente a miles de millones para la industria y la economía global.^6 Otros advierten que la IoT representa un mundo más oscuro, un mundo de vigilancia y violaciones a la privacidad en el cual los consumidores estarán atrapados. Los titulares sobre ataques cibernéticos a automóviles conectados a Internet,^7 las preocupaciones con respecto a la vigilancia que surgen de las funciones de reconocimiento de voz de los televisores “inteligentes”^8 y los temores con respecto a la privacidad que se derivan del posible uso indebido de los datos de la IoT 9 han captado la atención del público. Sumado a la gran cantidad de información que publican los medios populares y el marketing, este debate sobre “promesas contra peligros” puede hacer que la IoT sea un tema complejo y difícil de entender.
En síntesis, la Internet Society se preocupa por la IoT porque representa un componente cada vez mayor de la forma en que las personas y las instituciones probablemente interactuarán
con Internet en sus vidas personales, sociales y económicas. Incluso si resultan ser correctas las proyecciones más modestas, una explosión de aplicaciones de la IoT podría provocar un cambio fundamental en la forma en que los usuarios interactúan con —y se ven afectados por— Internet, plantseando nuevas cuestiones y diferentes dimensiones de los desafíos existentes que atravesarán a todos los usuarios/ consumidores, la tecnología, las políticas y el derecho. Probablemente la IoT también tendrá diferentes consecuencias en diferentes economías y regiones, por lo que llevará un variado conjunto de oportunidades y desafíos a todo el mundo.
Este documento informativo está diseñado para ayudar a la comunidad de la Internet Society a comprender los diálogos que rodean a la Internet de las Cosas a la luz de las predicciones contradictorias sobre sus promesas y los peligros que implica. Presenta una descripción de alto nivel de los conceptos básicos de la IoT y algunas de las principales cuestiones y preguntas que esta tecnología plantea desde la perspectiva de la Internet Society y los valores fundamentales que nuestra organización promueve.10, 11^ También reconoce algunos de los aspectos únicos de la Internet de las Cosas que la convierten en una tecnología transformacional para Internet.
Dado que el presente pretende ser un documento de naturaleza general, en este momento no proponemos para ISOC ningún curso de acción específico sobre la IoT. Más bien consideramos que este documento es una fuente de información y un punto de partida para el debate sobre cuestiones relacionadas con la IoT dentro de la comunidad de ISOC.
La Internet de las Cosas—Una breve reseña
La Internet de las Cosas—Una breve reseña
El término “Internet de las Cosas” (IoT) fue empleado
por primera vez en 1999 por el pionero británico
Kevin Ashton para describir un sistema en el cual
los objetos del mundo físico se podían conectar a
Internet por medio de sensores.^12 Ashton acuñó
este término para ilustrar el poder de conectar
a Internet las etiquetas de identificación por
radiofrecuencia (RFID)^13 que se utilizaban en las cadenas de
suministro corporativas para contar y realizar un seguimiento
de las mercancías sin necesidad de intervención humana. Hoy
en día, el término Internet de las Cosas se ha popularizado para
describir escenarios en los que la conectividad a Internet y la
capacidad de cómputo se extienden a una variedad de objetos,
dispositivos, sensores y artículos de uso diario.
Aunque el término “Internet de las Cosas” es relativamente nuevo, el concepto de combinar computadoras y redes para monitorear y controlar diferentes dispositivos ha existido durante décadas. Por ejemplo, a fines de la década de 1970 ya había en el mercado sistemas disponibles para monitorear los medidores conectados a la red eléctrica de forma remota a través de las líneas telefónicas.^14 En la década de 1990, los avances en la tecnología inalámbrica permitieron la difusión de soluciones corporativas e industriales “máquina a máquina” (M2M) para monitorear y operar diferentes equipos. Sin embargo, muchas de estas primeras soluciones M2M se basaban en redes dedicadas especialmente construidas para este propósito y en estándares propietarios o específicos de la industria,^15 no en redes basadas en el Protocolo de Internet (IP) y los estándares de Internet.
El uso del protocolo IP para conectar a Internet dispositivos que no son computadoras no es una idea nueva. El primer “dispositivo” para Internet —una tostadora conectada vía IP que se podía encender y apagar a través de
Internet— se presentó en una conferencia sobre Internet realizada en 1990.^16 Durante los años siguientes se fueron conectando otras “cosas” vía IP, entre ellas una máquina de refrescos 17 en la Universidad Carnegie Mellon en Estados Unidos y una cafetera^18 en el Trojan Room de la Universidad de Cambridge en el Reino Unido (que permaneció conectada a Internet hasta 2001). Luego de estos coloridos inicios, una robusta área de investigación y desarrollo dedicada a las “redes de objetos inteligentes”^19 ayudó a sentar las bases de la Internet de las Cosas como la conocemos hoy.
Si la idea de conectar objetos entre sí y a Internet no es nuevo, es razonable preguntar por qué la Internet de las Cosas es un tema que hoy en día está ganando popularidad.
Desde una perspectiva amplia, la confluencia de diferentes tendencias tecnológicas y de mercado 20 está permitiendo interconectar dispositivos más pequeños de forma económica y sencilla:
ORÍGENES, IMPULSORES Y
APLICACIONES
¿Qué es la Internet de las Cosas?
Desde este punto de vista, la IoT representa la convergencia de una variedad de tendencias en las áreas de la computación y la conectividad que se vienen dando desde hace muchas décadas. En la actualidad, una amplia gama de sectores de la industria —entre ellos el sector automotriz, la salud, la manufactura, la electrónica de consumo y para el hogar— están analizando el potencial de incorporar la tecnología de la IoT en sus productos, servicios y operaciones.
En su informe titulado “Unlocking the Potential of the Internet of Things’’, el McKinsey Global Institute 24 describe la amplia variedad de potenciales aplicaciones en términos de “entornos” donde se espera que la IoT creará valor para la industria y también para los usuarios.
Muchas organizaciones han desarrollado sus propias taxonomías y clasificaciones de las aplicaciones de la IoT y sus casos de uso. Por ejemplo, “IoT industrial” es un término ampliamente utilizado por empresas y asociaciones para describir aplicaciones de la IoT que se relacionan con la producción de bienes y servicios, por ejemplo, en la industria manufacturera y los servicios públicos. 26 Otros discuten la IoT según el tipo de dispositivo, por ejemplo, dispositivos para vestir^27 y electrodomésticos. 28 Aún otros abordan la IoT en el contexto de implementaciones integradas basadas en su ubicación, por ejemplo “hogares inteligentes” o “ciudades inteligentes’’. 29 Sea cual fuera la aplicación, es evidente que los casos de uso de la IoT se podrían extender a casi todos los aspectos de nuestras vidas.
A medida que crece el número de dispositivos conectados a Internet, se espera que la cantidad de tráfico que generan aumentará significativamente. Por ejemplo, Cisco estima que el tráfico generado por dispositivos que no son computadoras personales aumentará del 40% en 2014 a casi el 70% en 2019. 30 Cisco también pronostica que el número de conexiones “máquina a máquina” (“M2M “) (incluyendo las aplicaciones industriales, residenciales, para el cuidado de la salud, automotrices y otros mercados verticales de la IoT) aumentará del 24% de todos los dispositivos conectados en 2014 al 43% en 2019.
Una consecuencia de estas tendencias es que en los próximos diez años podría producirse un cambio en la noción popular de lo que significa estar “en Internet”. Como señaló Neil Gershenfied,
Profesor del MIT, “…[E]l rápido crecimiento de la World Wide Web puede haber sido la carga que ahora está disparando la verdadera explosión a medida que las cosas empiezan a utilizar la Red”. 31
En el pensamiento popular, la World Wide Web se ha convertido prácticamente en sinónimo de la propia Internet. Las tecnologías web facilitan la mayoría de las interacciones entre las personas y el contenido, lo que las convierte en una característica definitoria de la experiencia de Internet actual. La experiencia web se caracteriza en gran medida por la participación activa de los usuarios que descargan y generan contenidos a través de sus computadoras y teléfonos inteligentes. Si las proyecciones de crecimiento para la IoT se convierten en realidad, podríamos ser testigos de un cambio hacia una interacción más pasiva en Internet, una interacción entre usuarios y objetos tales como componentes de automóviles, electrodomésticos y dispositivos de monitoreo personal; estos dispositivos envían y reciben datos en nombre del usuario, con poca intervención humana e incluso sin que nadie tenga conciencia de lo que está ocurriendo.
Si la interacción más frecuente con Internet —y la información derivada e intercambiada a través de dicha interacción— proviene de la participación pasiva con objetos conectados en el entorno más amplio, la IoT podría forzar un cambio en esta forma de pensar. La potencial realización de este resultado —un “mundo hiperconectado”— es una prueba de la naturaleza de propósito general de la arquitectura de Internet, que no impone limitaciones inherentes a las aplicaciones o servicios que pueden hacer uso de la tecnología. 32
70%
Cisco estima que el tráfico generado por
dispositivos que no son computadoras
personales aumentará del 40% en 2014
a casi el 70% en 2019.
¿Qué es la Internet de las Cosas?
ENTORNO EJEMPLOS
CUERPO HUMANO
Dispositivos unidos al cuerpo humano o colocados dentro del mismo.
Dispositivos (para vestir e ingeribles) para monitorear y mantener la salud y el bienestar de las personas, manejar enfermedades, aumentar la aptitud física y la productividad
HOGAR
Edificios de vivienda
Controladores y sistemas de seguridad para el hogar
PUNTOS DE VENTA
Espacios comerciales
Tiendas, bancos, restaurantes, estadios, cualquier lugar donde los consumidores consideren y compren; sistemas de autopago, ofertas en compras presenciales, optimización del inventario
OFICINAS
Espacios donde trabajan trabajadores del conocimiento
Gestión de la energía y la seguridad en los edificios de oficinas; mejora de la productividad, incluso para los empleados móviles
FÁBRICAS
Entornos de producción estandarizados
Lugares con rutinas de trabajo repetitivas, como hospitales y granjas; eficiencia operativa, optimización del uso de los equipos y el inventario
OBRAS
Entornos de producción a medida
Minería, petróleo y gas, construcción; eficiencia operativa, mantenimiento predictivo, salud y seguridad
VEHÍCULOS
Sistemas dentro de vehículos en movimiento
Vehículos, incluyendo automóviles, camiones, barcos, aviones y trenes; mantenimiento basado en la condición, diseño, basado en el uso, análisis de preventa
CIUDADES
Entornos urbanos
Espacios públicos e infraestructura en entornos urbanos; sistemas de control adaptativo de tráfico, contadores inteligentes, monitoreo ambiental, gestión de recursos
EXTERIORES
Entre entornos urbanos (y fuera de otros entornos)
Los usos exteriores incluyen las vías de ferrocarril, los vehículos autónomos (fuera de los centros urbanos) y la navegación aérea; el enrutamiento en tiempo real, la navegación conectada, el seguimiento de envíos
FUENTE: McKinsey Global Institute^25
“ENTORNOS” PARA APLICACIONES DE LA IOT
La Internet de las Cosas—Una breve reseña
CASILLA 2
La Internet de las Cosas (IoT) es un marco en el que todas las cosas tienen una representación y una presencia en Internet. Más específicamente, la Internet de las Cosas tiene como objetivo ofrecer nuevas aplicaciones y servicios que sirvan de puente entre el mundo físico y el virtual, en que las comunicaciones ‘máquina a máquina’ (M2M) representan la comunicación básica que permite las interacciones entre las cosas y las aplicaciones en la nube.
Oxford Dictionaries^38 ofrece una definición concisa que invoca a Internet como un elemento de la IoT:
Internet de las Cosas (sustantivo): Interconexión a través de Internet de dispositivos de computación integrados en objetos cotidianos, que les permite enviar y recibir datos.
Todas las definiciones describen escenarios en los que la conectividad de red y la capacidad de cómputo se extiende a una constelación de objetos, dispositivos, sensores y artículos de uso diario que habitualmente no se consideran “computadoras”. Las diferentes definiciones de la IoT no necesariamente son contradictorias, sino que más bien enfatizan diferentes aspectos del fenómeno de la IoT desde diferentes puntos de vista y casos de uso.
Sin embargo, la variedad de definiciones podría ser una fuente de confusión en el diálogo sobre cuestiones de la IoT, sobre todo en las discusiones entre grupos de partes interesadas o segmentos de la industria. En años recientes se produjo una confusión similar con respecto a la neutralidad de la red y la computación en la nube, ya que las diferentes interpretaciones de los términos a veces obstaculizan el diálogo. Si bien probablemente sea necesario desarrollar una definición única de la IoT, se debe reconocer que en las discusiones se deben tener en cuenta los diferentes puntos de vista existentes.
Para los propósitos de este trabajo, los términos “Internet de las cosas” e “IoT” en líneas generales se refieren a la ampliación de la conectividad de red y la capacidad de cómputo a objetos, dispositivos, sensores y elementos que habitualmente no se consideran computadoras. Estos “objetos inteligentes” requieren una mínima intervención humana para generar, intercambiar y consumir datos; muchas veces tienen conectividad con capacidad de recolección remota, análisis y gestión de datos.
Los modelos de redes y comunicaciones para objetos inteligentes incluyen algunos en que los datos intercambiados no atraviesan Internet ni una red basada en el protocolo IP. Incluimos estos modelos en nuestra descripción amplia de la “Internet de las cosas” utilizada para este trabajo. Lo hacemos porque probablemente los datos generados o procesados por estos objetos inteligentes finalmente atravesarán puertas de enlace con conectividad a redes basadas en IP o se incorporarán de alguna otra forma a características de productos accesibles a través de Internet. Por otra parte, los usuarios de los dispositivos de la IoT probablemente estarán más preocupados por los servicios prestados y por las implicancias de la utilización de estos servicios que por cuándo o dónde los datos atraviesan una red basada en IP.
Para los propósitos de este trabajo,
los términos “Internet de las cosas” e
“IoT” en líneas generales se refieren a
la ampliación de la conectividad de red
y la capacidad de cómputo a objetos,
dispositivos, sensores y elementos
que habitualmente no se consideran
computadoras.
La Internet de las Cosas—Una breve reseña
Desde el punto de vista operativo, es útil pensar en
cómo se conectan y comunican los dispositivos de la
IoT en términos de sus modelos de comunicación. En
marzo de 2015, el Comité de Arquitectura de Internet
(IAB) dio a conocer un documento para guiar la
creación de redes de objetos inteligentes (RFC 7452),^39
que describe un marco de cuatro modelos de comunicación
comunes que utilizan los dispositivos de la IoT. En la discusión
siguiente se presenta este marco y se explican las principales
características de cada modelo.
El modelo de comunicación dispositivo a dispositivo representa dos o más dispositivos que se conectan y se comunican directamente entre sí y no a través de un servidor de aplicaciones intermediario. Estos dispositivos se comunican sobre muchos tipos de redes, entre ellas las redes IP o la Internet. Sin embargo, para establecer comunicaciones directas de dispositivo a dispositivo, muchas veces se utilizan protocolos como Bluetooth,^40 Z-Wave^41 o ZigBee^42 , como se muestra en la Figura 1.
Estas redes dispositivo a dispositivo permiten que los dispositivos que, para comunicarse e intercambiar mensajes, se adhieren a un determinado protocolo de comunicación logren su función. Por lo general, este modelo de comunicación se utiliza en aplicaciones como sistemas de automatización del hogar, que habitualmente utilizan pequeños paquetes de datos para la comunicación entre dispositivos con requisitos relativamente bajos en términos de la tasa de transmisión. Los dispositivos para la IoT residenciales —bombillas de luz, interruptores, termostatos y cerraduras— normalmente se
envían pequeñas cantidades de información (por ejemplo, un mensaje del estado de bloqueo de una puerta o un comando para encender una luz) en un escenario de automatización del hogar.
Este enfoque de comunicación dispositivo a dispositivo ilustra muchos de los desafíos de interoperabilidad que se discuten más adelante en este trabajo. Según lo describe un artículo del IETF Journal, “muchas veces estos dispositivos se relacionan en forma directa, en general tienen [mecanismos de] seguridad y confianza integrados; además, utilizan modelos de datos específicos para cada dispositivo que requieren esfuerzos de desarrollo redundantes [por parte los fabricantes de dispositivos]”.^43 Esto significa que los fabricantes deben invertir en desarrollar la forma de implementar formatos de datos específicos de diferentes dispositivos antes que métodos abiertos que permitan el uso de formatos de datos estándares.
Desde el punto de vista de los usuarios, esto significa que los protocolos de comunicación dispositivo a dispositivo subyacentes no son compatibles, lo que los obliga a seleccionar una
MODELOS DE COMUNICACIÓN
DE LA INTERNET DE LAS
COSAS
Comunicaciones ‘dispositivo a dispositivo’
¿Qué es la Internet de las Cosas?