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Este trabajo analiza la problemática epistemológica de la pedagogía, una tarea compleja y necesaria. Se aborda la distinción entre los términos pedagogía y educación, y se explora la construcción científica de la pedagogía a lo largo de la historia, destacando la influencia del positivismo y la cibernética. Se presentan diferentes modelos y principios de demarcación científica de la pedagogía, como el modelo relacional de jean piaget, que la concibe como un sistema abierto de comunicación dentro de las ciencias humanas. Finalmente, se establece la especificidad identificante de la pedagogía como una disciplina científica y tecnológica cuyo objeto de estudio, la educación, cambia constantemente por la influencia de las formaciones culturales, lo que recrea la relación teoría-práctica y emerge como una nota distintiva de su cientificidad.
Tipo: Guías, Proyectos, Investigaciones
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Isabel Velázquez Universidad Nacional de Santiago del Estero, Argentina
Este trabajo busca sumarse a aquellos que reflejan la creciente y cada vez mayor preocupación por comprender y explicar la problemática científica de la Pedagogía otorgando cada vez más sentido a su existencia. Parafraseando a Sarramona [2] se diría que si la Pedagogía no existiese, la realidad nos exigiría su invención.
La reflexión sobre la problemática epistemológica de la Pedagogía, es una Tarea que resulta compleja y necesaria. Compleja , por la diversidad de líneas conceptuales provenientes de distintos campos del saber que se entrecruzan generando paradigmas, antinomias y posturas encontradas. Necesaria , por tres razones fundamentales:
a) la apertura hacia una nueva conceptualización de “ciencia” e “investigación científica” alejada de la perspectiva epistemológica y metodológica positivista, que abre la posibilidad de una mirada distinta sobre la cientificidad y por ende de la pedagogía y de la educación. Hecho que se sintetiza en la afirmación de Prigogine “ La ciencia de hoy no es ya la ciencia clásica ” [1].
b) El impacto de los actuales acontecimientos políticos-culturales-sociales-económicos de naturaleza global, ponen en evidencia la necesidad del estudio del fenómeno educativo desde una postura epistemológica (el encuentro y conflicto entre las culturas occidentales y orientales, el fenómeno de la globalización, los grandes descubrimientos tecnológicos y científicos, la Reforma educativa, entre otros).
c) El avance significativo de las ciencias auxiliares de la Pedagogía (Biología, Psicología, Sociología, Filosofía, entre otras) y la emergencia de nuevas áreas de conocimiento que, como la Informática, han provocado transformaciones relevantes en la constitución bio-psico-espiritual del hombre y en su entorno cultural y social, ampliando sustancialmente el ámbito de aplicación del conocimiento pedagógico. Los aportes de estas ciencias auxiliares exigen una revisión al interior de la Pedagogía en cuanto a re-crear conceptos, teorías, enfoques, metodologías, instrumentos, técnicas.
Un claro ejemplo de la necesidad de analizar esta problemática, lo constituye el presente ensayo que se genera a partir de un proyecto de investigación de la Facultad de Ciencias Exactas y Tecnologías de la Universidad Nacional de Santiago del Estero, denominado “Estudio sistemático de impactos y derivaciones metodológicas-técnicas de la Informática Aplicada (Bio-psico-socio-Tecno-cultural)”, aprobado por Cicyt-UNSE. Uno de cuyos subproyectos, trata sobre los “Desarrollos en Informática Educativa”. Para el tratamiento de dichos desarrollos, se consideró pertinente una aproximación a la problemática del estudio científico de la educación como marco de referencia de las acciones y decisiones adoptadas al abordar este tema.
Para el estudio científico de la educación se utiliza como opción metodológica, a la perspectiva histórica. Ella ayuda a comprender como la Pedagogía fue asumiendo diversas identidades a través del tiempo. Y como los diferentes paradigmas científicos y sus distintas conceptualizaciones promovieron cambios en las definiciones de lo que es la educación y la pedagogía.
Se pretende iniciar una reflexión, para elaborar la construcción de un mapa disciplinar de la Pedagogía desde el análisis y evaluación de modelos teóricos que trascienden la dimensión coyuntural.
Los aspectos mencionados en los párrafos precedentes, emergen como núcleos temáticos que le otorgan coherencia al ensayo y se los desarrolla según la siguiente organización: a partir de esta introducción; en el apartado dos, se presenta una distinción y vinculación entre la Pedagogía y la educación; en el tercer apartado, se sintetizan las perspectivas epistemológicas y metodológicas que históricamente se vincularon con la posibilidad de establecer el estatuto científico de la Pedagogía; en el cuarto apartado se abordan las ideas de Jean Piaget y Wilfred Carr; como puntos de partida para la elaboración del mapa disciplinar de la Pedagogía; en el quinto apartado, se plantea la posibilidad de considerar la Pedagogía como ¿Disciplina científica? ¿Disciplina tecnológica? En el apartado sexto, se puntualizan las consideraciones finales de este ensayo, a modo de avance en las conclusiones parciales sobre una problemática sin resolver.
Al realizar una búsqueda bibliográfica sobre el campo disciplinar de la Pedagogía se percibe, en algunos escritos, la confusión entre los términos Pedagogía y educación.
Al respecto Ricardo Nassif en su Pedagogía General, (pág. 43) expresa “ No sólo lógica sino cronológicamente la realidad educativa precede a la pedagogía. La reflexión y la sistematización han llegado tardíamente con respecto al hecho educativo, tan antiguo como el hombre. Pero se han constituido sobre él, pues la práctica alimenta a la teoría y la teoría debe volverse sobre la práctica para enriquecerla”.
Cronológicamente, quienes se ocupan del tratamiento de la educación en la etapa previa a la aparición de la Pedagogía fueron los filósofos griegos, siglo IV a. de C.; fuente de conocimientos de donde emana la tradición intelectual occidental.
Según los filósofos griegos, “la educación está íntimamente relacionada con la promoción de la libertad humana mediante el desarrollo de las capacidades innatas de los individuos para pensar por sí mismos; deliberar, juzgar y escoger sobre la base de sus propias reflexiones racionales”. [4]
Durante este período surge la palabra pedagogía. Etimológicamente deriva del griego paidós: niño y agogía: conducción. El concepto primitivo hacía alusión al esclavo que cuidaba de los niños y los acompañaba a la escuela. Es decir que, en su origen, el significado de Pedagogía esta indirectamente relacionado con el de educación y distante del concepto actual del término.
Se debe aclarar que en este escrito se asume que la Pedagogía es una disciplina y por eso le compete la teoría, mientras que el fenómeno educativo de naturaleza práctica, es el objeto de estudio.
Los giros en la problemática científica tienden a superar la disyunción excluyente entre la aproximación nomotética derivada del positivismo y la aproximación hermenéutica derivada de la fenomenología para construir por un movimiento de sinergia, una nueva perspectiva.
¿Qué características pueden advertirse en el seno de la Pedagogía en relación con las nuevas perspectivas epistemológicas citadas? Esther Díaz se acerca a la respuesta con la siguiente expresión: “una pedagogía del presente que no reniega del pasado pero que apuesta al futuro”. [7].
La construcción científica del campo de la Pedagogía, históricamente puede y debe rescatarse ya que su presente está atravesado por aspectos que han reforzado la idea de su existencia y de su complejidad.
Período (^) EpistemológicaPerspectiva Características de la Pedagogía
Pre-científica
Fuerte vínculo con la Filosofía
Es un período primitivo en la evolución científica de la pedagogía. En realidad, se habla de educación más que de Pedagogía. La educación es objeto de tratamiento de los grandes filósofos Platón, Aristóteles, entre otros, quienes otorgan categorías humanistas al fenómeno que, en lo sucesivo quedaría determinado por el tema de los valores, la libertad y el fin. La educación se estudia por medio de una metodología especulativa. Aparece la Pedagogía en su nueva acepción, como disciplina que considera el problema total de la educación aunque aun no como conocimiento independiente y unitario de un objeto sino integrada a la política y a la filosofía (Platón y Aristóteles). En 1803 se divulga el “Tratado de Pedagogía” de Manuel Kant y en 1806, la Pedagogía General deducida del fin de la educación de Juan Federico Herbart, constituyen intentos por lograr autonomía. En el siglo XVIII la Pedagogía adquiere un significativo desarrollo por el desenvolvimiento del saber psicológico y el mundo social. comenzó a generalizarse en Alemania en la 2da mitad del siglo XVIII. El primero en aplicar el vocablo fue Ernesto Cristian Trapp en su obra “Ensayo de una Pedagogía” publicada en 1780. Luego se vinculó con la Teología durante la Edad Media. Con un fuerte contenido ideológico y por efecto de la obra de Juan Amós Comenio (1592-1670) quien estructura y da fundamento científico a la Didáctica, en el siglo XVII la Pedagogía queda eclipsada por la Didáctica y se convierte en una metódica de la instrucción.
Cientificista
Positivista
En el proyecto de la Modernidad, el discurso pedagógico puso énfasis en establecer los pasos de una acción instrumental determinada por un plano político y productivista; la Pedagogía pasó a ser una técnica de conducción social, de corte experimental despojada de su sentido humanista y cerca de una pretendida “neutralidad” en pos de salvaguardar la objetividad como criterio fundamental de cientificidad. Durante este período surge la idea de una nueva denominación: Ciencias de la educación (CE). Esta iniciativa, se sitúa en la mitad del siglo XX cuando la Pedagogía se fundamenta en las concepciones positivistas y se sistematiza a la luz del modelo de las ciencias naturales. El hecho educativo es estudiado por medio de la observación, la experimentación y la inducción. Se intenta indagar las leyes del fenómeno educativo de igual manera que las ciencias físicas indagan las leyes naturales. La denominación de la CE pone de manifiesto el desplazamiento en el área de influencia de la disciplina desde lo que se designa como “pedagogía” consolidada en las publicaciones de obras alemanas (Kant, Herbart) hasta lo que deviene en “CE” de raíz anglo –sajona.
Científica
Fenomenológica-Crítica
Una denominación reciente (fines del siglo XX) es la de Teoría de la Educación/ Ciencia Crítica de la educación. Esta denominación representa a un movimiento de reacción en contra de las concepciones positivistas para alejar a la Pedagogía de la consideración de la educación como fenómeno natural del aprendizaje o hecho cultural de la socialización. Al respecto, Carlos Cullen (1997, pag.20, 29), epistemólogo argentino expresa: " No se trata de preguntarnos qué es objetivamente la educación porque no existe la posibilidad de determinar a priori desde una razón “pura” o sujeto trascendental, la objetividad de las prácticas sociales como si fueran meros fenómenos naturales. Se trata de pensar la educación, pero no orientados por la pregunta en torno a sus presuntas propiedades esenciales, ni tampoco por la pregunta en torno a sus presuntas cualidades objetivas. Nos interesa su historicidad y su discursividad social". Aparece con mucha fuerza en la tradición europea relacionada a la perspectiva crítica fundamentada en un nuevo concepto de racionalidad vinculada a la práctica y la emancipación del hombre (Habermas). El estatuto científico de la Pedagogía ofrece un panorama diversificado en cuanto a posturas, enfoques y doctrinas en pos de superar el monismo naturalista y dar un nuevo ideal de formación humana que favorezca el desenvolvimiento de todas las fuerzas esenciales del hombre en relación con el contexto sociocultural con el que se relaciona.
Históricamente la manera de concebir el conocimiento pedagógico ha promovido respuestas a los problemas educativos contextuales y coyunturales.
La actualidad no escapa a esta premisa. La irrupción y evolución de la Informática a partir de la década del 60, y la fuerza de su impacto bio-psico-socio-cultural ha producido importantes transformaciones en el modo de pensar, sentir y obrar en y con el mundo.
Este hecho, ha vinculado la Pedagogía con la Informática, así como la Pedagogía y con otras ciencias; movimiento que está ocasionando una verdadera revolución en el pensamiento científico y tecnológico dando lugar a problemáticas nuevas que actúan, a su vez, como generadores de nuevas perspectivas de reflexión e investigación sobre las posibilidades de cientificidad de la Pedagogía, por ejemplo el avance e impacto de la Cibernética.
Expresa Esther Diaz “En otras épocas se sostenía que la Pedagogía debía conducir a la perfección del ser humano. En plena época tecnológica y digital, esos valores evidentemente están siendo descartados. Hoy el ideal del “hombre ilustrado” le está dejando su lugar al ideal de la capacidad de aprender. Antes el conocimiento se acumulaba, ahora se descarta. Mejor dicho se aprenden cosas que en poco tiempo dejan de tener vigencia. Por ejemplo, los programas de computación que “envejecen” tan pronto como se los comienza a manejar con cierta soltura. Se trata entonces de estar abiertos a nuevas capacidades e informaciones, más que a la adquisición definitiva de los conocimientos” [7].
En el transcurso de su historia, la Pedagogía “no ha generado ella misma pautas teóricas, metodológicas y aun técnico-instrumentales propias. Las teorizaciones fuertes le vienen proporcionadas de otras disciplinas, aun de la Sociología empírica” [6].
Sin embargo, dado el carácter inter, multi y transdisciplinar de la Pedagogía resulta interesante y enriquecedor una mirada a dichos antecedentes, porque ellos trasuntan una parte de la problemática que, abordada desde una nueva conceptualización de “ciencia” e “investigación científica” distinta a la emanada del positivismo, nos aproxima al mapa disciplinar de la Pedagogía.
dimensiones y características pertenecientes a cada uno de los cuatro vértices que componen el modelo piagetiano.
En las CE encontramos la participación de las dimensiones nomotéticas, históricas, jurídica, normativa y reflexiva -filosófica.
Figura 1 Ubicación de las CE en la estructura de las Ciencias Humanas Las CE serían subsidiarias y complementarias de las CH. Subsidiarias, porque las bases teóricas para comprender en profundidad la complejidad y el sentido de los procesos y fenómenos educativos en su dimensión psicosocial se elaboran en aquellas disciplinas. No es un trasvase, sino una plataforma de conceptos y teorías interpretativas contrastadas y verificadas o no, en la investigación experimental, suministradas desde las CH.
Complementaria, porque los fenómenos y procesos educativos y de forma singular la práctica pedagógica, abren continuamente nuevos espacios al conocimiento científico y a la investigación en CH. Si el hombre es un continuo hacerse, la práctica educativa proporciona el marco para la comprensión y la superación por los individuos de una comunidad, de las características de la realidad sociohistórica que potencian, a la vez que limitan, el desarrollo individual y colectivo. En los procesos educativos convergen la dimensión psicológica y social, teórica y práctica, explicativa y normativa, por lo que se ofrece como un espacio privilegiado para analizar, investigar y comprender tanto la construcción genética del psiquismo como la constitución y reproducción o transformación de las distintas formaciones sociales y sus secuelas institucionales consecuentes.
En cuanto a la dimensión histórica de las CE, la comprensión de los hechos educativos y de las estructuras y sistemas, las características que presentan su constitución y funcionamiento actual no existen como tales por azar, por casualidad o por determinación sobrenatural; muy al contrario son el resultado de la incidencia de factores psicológicos, sociales, culturales, económicos, religiosos que, en diverso grado, han incidido en el transcurso del desarrollo histórico de cualquier comunidad. Sólo reconstruyendo de forma crítica el proceso histórico podremos comprender las características que manifiestan en la actualidad los fenómenos e instituciones educativas.
En CE, adoptando esta perspectiva crítica en el método histórico, es necesario vincular tanto la historia de las ideas pedagógicas como de las prácticas y sus sistemas educativos a los procesos
Ciencias Nomotéticas
Ciencias Históricas
Ciencias Jurídicas
Disciplinas Filosóficas
socioeconómicos y socioculturales acaecidos en las comunidades sociales dentro de las cuales aquellos se producen, funcionan e influyen.
La dimensión normativa es un componente esencial de las CE ya que el objetivo de ellas no se agota en la constatación y explicación de lo existente, sino que por el contrario, una de las parcelas de su objeto, la práctica educativa, se define por su orientación constitutiva a conformar, a configurar lo existente.
Parece, pues, evidente que la dimensión normativa es una dimensión constitutiva de las CE, en forma singularmente más acentuada que en otras disciplinas humanas, pues su objeto es el proceso de la configuración de la realidad humana individual. Toda práctica educativa, desde la más libertaria a la más dictatorial o impositiva, implican la existencia de una normativa que hace referencia a un modelo ideal de hombre y de educación.
La normatividad educativa se caracteriza por dos componentes fundamentales y por ahora irreductibles: 1) las aportaciones del conocimiento científico sobre los hechos y fenómenos educativos y sus bases y procesos constitutivos (aportaciones producidas por las ciencias nomotéticas y por las ciencias históricas); y 2) aportaciones ofrecidas desde el campo de la filosofía, en su dimensión ideológica, en su dimensión axiológica y en su dimensión de crítica epistemológica.
En cualquier caso no podemos olvidar que la dimensión normativa que nosotros consideramos constitutiva en CE no tiene porque coincidir, y frecuentemente no coincide, con la normatividad que dirige la práctica educativa en un aquí y un ahora concreto.
Dimensión filosófica de las CE: son varias las funciones que suelen asignarse a la filosofía en las CE.
Aproximación fenomenológica a los hechos y procesos educativos, con la intención de abarcar sus peculiaridades en un intento de comprensión no de explicación, según la distinción clásica de Dilthey. Esta aproximación comprensiva, fenomenológica, aprovecharía la utilización de los más diversos métodos y procedimientos de conocimiento, desde la intuición, introspección a la deducción, experiencia personal, sentimiento, contraste de opiniones.
Función coordinadora, integradora y epistemológica. Dentro del espacio de las CE y conocido el carácter multidimensional e interdisciplinar de su estructura, la Filosofía puede ejercer una función de coordinación e integración de las diversas aportaciones procedentes de los distintos campos científicos que se ocupan de la educación. Es una auténtica estructuración de las aportaciones en esquemas y sistemas articulados capaces de ofrecer una visión y comprensión global de toda la compleja realidad educativa.
La función epistemológica de la Filosofía en las CE es la concreción de la función epistemológica de la Filosofía de la Ciencia en esta parcela del ámbito científico. Su objetivo principal será el análisis crítico de los fundamentos sobre los que se pretende construir la estructura científica, en función de la complejidad del objeto y las diferentes posibilidades metodológicas para aprehender teóricamente la amplitud y peculiaridad del mismo.
Componentes constitutivos de las CE
Componentes Básicos Componentes específicos, teórico-prácticos Ciencia específica de la educación Figura 3. Dimensión Diacrónica de las CE La dimensión teórica, cuya función es elaborar teorías específicas sobre la estructura y desarrollo de los fenómenos y procesos educativos a partir de la integración, organización y estructuración sistemática de las informaciones procedentes de las Ciencias Básicas.
configuración de la realidad
Componentes básicos de las Ciencias de la Educación
DIMENSIÓN CIENTÍFICA Ciencias Humanas
Filosofía
Componentes específicos de las Ciencias de la Educación
DIMENSIÓN TEÓRICA Integración y estructuración de la confluencia.
DIMENSIÓN PROYECTIVA Modelos de:
Figura 2. Perspectiva Sincrónica de las CE
La dimensión proyectiva, tiene por objeto la construcción de modelos formales y programas complejos de investigación y aplicación, que intenten proponer a la práctica los esquemas implícitos en las teorías.
La dimensión práctica, integra el conjunto de métodos, instrumentos, técnicas, procedimientos concretos que, a través de una aplicación activa y creadora, lleven a la práctica un proyecto o programa educativo.
Estas tres dimensiones de la educación como disciplina científica se relacionan en forma circular de tal manera que la modificación continua de los esquemas en función de la práctica exige un tratamiento nuevo e innovador generando la perspectiva diacrónica que considera el funcionamiento de la estructura (figura 3).
Desde una perspectiva sistémica concibe la educación como un sistema abierto en el que se producen relaciones internas e intercambios con los diferentes subsistemas que definen y constituyen una formación social concreta y evita las tendencias unilaterales en la explicación del fenómeno educativo.
Dos aspectos no se comparten en el presente trabajo, con respecto a las teorizaciones de Piaget; una es la denominación de CE y la otra es su referencia exclusiva al método hipotético deductivo. Aspecto que no se comparte porque se considera que dicha metodología es factible de utilización pero no de manera excluyente ya que es limitada para el estudio de la educación como fenómeno pluridimensional.
En cambio proponemos la búsqueda de una metodología capaz de c aptar el cambio, las significaciones, las particularidades de cada disciplina sin resentir el calificativo de “método científico”. A nuestro entender, esta metodología puede emerger de los postulados de la Ciencia Crítica de la Educación.
4.2. Ciencia de la Educación desde la perspectiva de Wilfred Carr Parte de la idea de una CE enraizada en una filosofía general de la educación más que en una filosofía específica de la ciencia.
Una Ciencia Crítica de la Educación se distingue de la ciencia empirista de la educación por su objetivo general, el tipo de saber que produce y el método que emplea. El fin sería mejorar la racionalidad de la educación capacitando a los profesionales de la educación para perfeccionar por su cuenta la racionalidad de su práctica. Así, una ciencia de la educación crítica no produciría un saber teórico acerca de la práctica educativa sino aquella clase de auto-conocimiento educativo que revelaría a los profesionales de la educación las creencias incuestionadas y los supuestos no explícitos en términos de los cuales su práctica se sustentaba. Por consiguiente, una ciencia crítica de la educación no evaluaría la racionalidad de la práctica educativa empleando los métodos empíricos de las ciencias naturales, sino el método de la crítica, un método de análisis auto-crítico que, como la educación misma, profundiza la conciencia de los individuos en cuanto a cualquier reducción ideológica que pudiera distorsionar sus pensamientos y acciones y les permitiera pensar y actuar de manera más racional.
Así, desde esta perspectiva, la educación se interpretaría como una práctica social históricamente localizada y culturalmente enraizada que solo puede valorarse racionalmente situándola en la forma de vida social de la que surgió.
Carr sostiene su teoría en referencia al punto de vista de R. S. Peters quien tiende a proteger el concepto de educación del género de pensamiento utilitario que tiende a dominar la cultura contemporánea. Peters afirma que la razón es algo central para toda concepción de la naturaleza humana y que el desarrollo
La confluencia de distintas teorías le permiten conceptuar su objeto de estudio y las metodologías percibir el fenómeno educativo en sus múltiples facetas.
La dimensión proyectiva, la distingue de otras disciplinas y le otorga un papel relevante dado que interviene en la conformación del pensamiento del hombre y por ende en la construcción de lo real.
Siguiendo esta línea, Javier Echeverría enfoca el saber científico en tanto transformador del mundo y al respecto considera que “(1998, pag. 39) los estudios sobre la ciencia post-kuhnianos subrayan aspectos de la ciencia bastante diferentes de los puramente teóricos, que pueden ser resumidos de la manera siguiente: además de conocimiento, la ciencia es un conjunto de actividades (o intervenciones en el mundo) cuyos objetivos no se circunscriben a la búsqueda de la verdad o a un mejor conocimiento del mundo o de la realidad. Muchos autores recientes mantienen este tipo de tesis. Barnes, por ejemplo afirma taxativamente que “la ciencia es algo más que pensamiento e ideas; en esencia, es una actividad (Barnes, 1987, pag. 8).
Otro aporte que se rescata de Echeverría por ser pertinente a la reflexión de este trabajo es la vinculación entre educación y ciencia, relación que nos acerca a la idea de la educación como un meta- conocimiento. Este autor advierte que la educación científica está orientada a cada uno de los seres humanos, independiente de su raza, sexo, lugar de nacimiento, situación social o sistema de creencias. El orden y los contenidos de la enseñanza de la ciencia han sido previamente debatidos y evaluados en función de la modificación y transformación que se quiere imprimir a los seres humanos para que logren capacidades que les permitan actuar en el mundo y construir la realidad.
Respecto a la Pedagogía como disciplina tecnológica se destaca la producción de servicios que se incorporan al mundo real a través de los modelos teóricos que subyacen conscientes e inconscientemente en las personas y les otorgan determinadas habilidades, capacidades y actitudes.
La Pedagogía promueve la invención de estrategias y técnicas nuevas que sirven de nexo entre las demandas reales y las propuestas educativas.
Retomando las razones enunciadas en la Introducción sobre la necesidad de un estudio epistemológico de la Pedagogía y a partir del análisis efectuado, se sostiene que la Pedagogía: