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descripción y fotografias de cerámicas africanas con su simbología
Tipo: Monografías, Ensayos
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Poblado de Pouss, Camerún.
Arte y barro
Art et argile
E
n esta exposición, realizada con gran entusiasmo, hemos querido presentar una completa selección de vasijas, muestra de la creación artística en barro de África subsa- hariana. Las piezas proceden todas de nuestra colección: algunas las hemos ido recolectando in situ desde mediados de 1980’, otras proceden de distintas colecciones europeas. La cerámica africana es parte fundamental de la herencia artística de este continente. Mercedes y yo nos hemos sentido siempre cautivados por sus formas, tan sugerentes e innovado- ras. A nuestro entender, las vasijas constituyen un segmento imprescindible en el arte africano que no siempre ha sido justamen- te valorado, eclipsado por el esplendor de la estatuaria en madera. Más que simples recipientes, las vasijas que exhibimos son obras de arte cuyas formas y estilos dependen de su origen y función. Algunas destacan por sus rasgos antropomorfos, como la cerámica yoruba nº65 con cabeza de mujer, elaborado peinado y actitud meditativa. Otras sobresalen por su factura, minuciosa y original, como las vasijas de la cultura Calabar nº7 y 8 con su exquisito detalle y su juego geométrico. La cerámica posee tanto funciones domésticas (guardar ali- mentos y enseres), como propósitos específicamente rituales. La pátina provocada por el paso del tiempo y el uso contribuyen a realzar su belleza. Una pieza empleada para guardar la manteca de karité, con el tiempo, cogerá una pátina brillante. Si ésta, en cambio, tiene una finalidad ritual y la rociaron con cereales, cer- vezas y vinos locales tomará una pátina más espesa o de costra mientras que, si la vasija se usa para hervir el agua o cocinar, adquirirá una textura ahumada por el fuego… Todos estos aspectos ensalzan el carácter de la pieza, le confieren personali- dad y, lo que es más importante, despiertan sentimientos en quiénes las observan o las tocan. Funcional, la cerámica africana también constituye un testimonio de la historia de las culturas que la crearon. Las piezas descubiertas, junto a otras reliquias, en yacimientos del valle del Níger, por ejemplo, han arrojado luz sobre las antiguas civilizaciones de este continente. Pese a que muchos pueblos siguen empleando cerámicas en su día a día, éstas se ven reemplazadas por recipientes de plásti- co y metal. Por ello, nos gustaría que esta exposición fuese un pequeño homenaje a todos aquellos alfareros - hombres y mujeres - que realizaron estas vasijas que tanto admiramos.
David Serra Ester
D
ans cette exposition réalisée avec un gran enthousias- me, nous avons voulu présenter un vaste ensemble de poteries, reflet de la création artistique en argile d’Afrique noire. Les pièces proviennent toutes de notre collection: certaines, sont le fruit de collectes menées sur le terrain depuis 1980’, d’autres ont été acquises dans différentes collections européennes. La céramique africaine est un héritage artistique essentiel de ce continent. Mercedes et moi avons toujours été captivés par ses formes, si belles et novatrices. À notre sens, les poteries cons- tituent une modalité incontournable de l’art africain bien qu’elles n’aient pas été appréciées à leur juste valeur, eclipsées par la splendeur de la statuaire en bois. Plus que des récipients, les poteries que nous exhibons sont des oeuvres d’art dont les formes et les styles dépendent de leur origine et de leur fonction. Certaines se détachent par leurs traits anthropomorphes, telle la jarre Yoruba nº65 à la tête de femme, coiffure élaborée et attitude méditative. D’autres, se distin- guent par leur facture, minutieuse et originale, comme les réci- pients Calabar nº7 et 8, avec leurs décors géométriques et exquis. La poterie possède tant des fonctions domestiques (stocka- ge d’aliments et de biens divers) que rituelles. La patine impo- sée par le temps et l’usage contribue à en rehausser la beauté. Une pièce employée pour conserver le beurre de karité, avec le temps, prendra une patine luisante. Au contraire, si l’objet a un usage rituel et a reçu des libations de céréales, bières et vins locaux, il adoptera une patine épaisse et crouteuse alors que, s’il est utilisé pour bouillir de l’eau ou pour la cuisine, il acquérira une texture fumée… Tous ces aspects exaltent le caractère de la pièce, lui confèrent une personnalité et, ce qui est plus important, réveillent des sentiments chez ceux qui les observent ou les tou- chent. Fonctionnelle, la céramique africaine est aussi un témoigna- ge de l’histoire des cultures qui l’ont créée. Les pièces découvertes avec d’autres reliques dans des sites de la Vallée du Niger, par exem- ple, ont éclairé le passé des anciennes civilisations de ce continent. Bien que de nombreux peuples continuent de se servir de poteries quotidiennement, celles-ci sont remplacées chaque fois plus par des récipients en plastique et en métal. Pour cela, nous voudrions que cette exposition soit un hommage à tous ces potiers - hommes et femmes - qui ont realisé ces céramiques que nous admirons tant.
David Serra Ester
«El mundo es un cántaro de agua, cuando hemos bebido de él lo pasamos al siguiente, porque ha llegado su turno». Proverbio Bambara, Malí.
«Le monde est une jarre d’eau, quand on y a bu on la passe au suivant car son tour est arrivé». Proverbe Bambara, Mali.
El barro, los dioses y los hombres: el arte de la cerámica en el África negra
L’argile, les dieux et les hommes: l’art de la poterie en Afrique noire
P
racticada en el conjunto del continente africano 1 , la cerámica se halla en el centro de las actividades cotidia- nas - ya sean profanas o sagradas - de las sociedades que habitan en él. Vasijas, jarras, graneros y demás recipientes se encuentran en todos los hogares para almacenar y preparar ali- mentos. Asimismo, las cerámicas ocupan un lugar importante en los altares dedicados a los ancestros y las tumbas de ilustres difuntos, con el fin de honrar su memoria. Pocos objetos asu- men en África tantas funciones; una particularidad que se explica por la naturaleza misma de su materia, así como por el simbolismo que le es asociado. Creados con Tierra, fuente de toda vida según la Tradición, las cerámicas permanecen unidas a dicho elemento matricial tanto por sus formas redondas como por su condición de contenedor. Tantas características que, por otra parte, hacen de la producción cerámica una prác- tica muy regulada.
La cerámica: símbolo de vida En África, las cerámicas proponen una metáfora de la vida. El proceso de modelado del barro, así como su transformación por el fuego recuerdan el gesto creador de los dioses demiurgos que recogen diversos mitos fundacionales. En efecto, en numerosas tradiciones orales - como las de los Dogón de Malí 2 y los Yoruba de Nigeria^3 - se cuenta como las divinidades dieron forma al universo y a los hombres a partir de arcilla, como si de la elaboración de una vasija se tratara. La asimilación que sugieren estas fábulas entre la creación de la vida y la práctica de la cerámica se manifiesta, a su vez, a tra- vés del lenguaje. Los términos empleados para describir un reci- piente de barro remiten por completo al cuerpo humano. Así, una vasija posee una panza, labios, cuello y pies. Del mismo modo, algunas palabras propias a la alfarería se emplean también para referirse a una etapa del embarazo. En la jefatura de Babessi, en el Grassland camerunés, las mujeres recurren al verbo me both (modelar con arcilla) para designar los primeros meses de la gestación^4. El vínculo entre las cerámicas y los hombres cobra mayor fuerza conforme éstos progresan en la vida. Los momentos más importantes de la existencia - nacimiento, iniciación, boda, muerte, etc. - van asociados a la entrega de un tipo particular de cerámica. Entre los Yoruba y los Bariba^5 , por ejemplo, las jóvenes reciben al casarse una vasija con mantequilla, como la
P
ratiquée sur l’ensemble du continent africain 1 , la céra- mique se trouve au centre des activités quotidiennes - aussi bien profanes que sacrées - des sociétés qui y habi- tent. Jarres, cruches, greniers et autres récipients sont présents dans tous les foyers pour conserver et préparer les aliments. De même, bon nombre de poteries sont placées sur les autels dédiés aux ancêtres, ainsi que sur les tombes d’illustres défunts afin d’en honorer la mémoire. Peu d’objets assument en Afrique autant de fonctions; une particularité qui s’explique par la nature même de son matériau et le symbolisme qui lui est associé. Créées à partir de Terre, source de toute vie d’après la Tradition, les céramiques demeurent liées à cet élément matriciel par leurs formes rondes et leur condition de contenant. Autant de carac- téristiques qui, par ailleurs, font de la production céramique une pratique très réglée.
La poterie: symbole de vie En Afrique, les poteries proposent une métaphore de la vie. Le processus de mise en forme de l’argile, tout comme sa transfor- mation par le feu rappellent l’action des divinités démiurges dont se font écho les mythes fondateurs. En effet, dans de nom- breuses traditions orales - comme celles des Dogon du Mali 2 et les Yoruba du Nigeria^3 -, il est relaté comment les dieux mode- lèrent l’univers et les hommes à partir d’argile, comme s’il s’agissait d’œuvres céramiques. L’assimilation entre la création de la vie par les dieux et la pratique de poterie que construisent ces fables se manifeste éga- lement à travers le langage. Les termes employés pour décrire un récipient se rapportent au corps humain; aussi possède-t’il une panse, des lèvres, un cou, et des pieds. A l’inverse, certains mots propres à la poterie sont employés pour décrire une étape particulière de la grossesse. Dans la chefferie de Babessi, dans le Grassland camerounais, les femmes se servent par exemple du verbe me both (modeler avec de l’argile) pour désigner égale- ment le début de la gestation^4. Ce lien qui unit les poteries aux hommes se renforce au fur et à mesure que ces derniers progressent dans leur vie. Les moments forts de l’existence - naissance, initiation, mariage, mort, etc. - sont associés à un type de récipient particulier. Chez les Yoruba et les Bariba^5 , par exemple, les jeunes mariées reçoi- vent en cadeau une jarre contenant du beurre comme la pièce nº46, pour marquer leur nouveau statut. Les femmes Kurumba
pieza nº46, para marcar su estatus. Las mujeres Kurumba (Burkina Faso), en cambio, obtienen graneros adornados con motivos en relieve como el objeto nº70 al dar a luz a su primer hijos, mientra que, en país Dowayo (Camerún), las viudas ya sólo emplean singulares vasijas con tres pies para cocinar 6. Arte de los dioses creadores y símbolo de la vida humana, la cerámica africana se antoja como una modalidad artística dotada de una dimensión espiritual que trasciende su vocación práctica. Una particularidad que determina su práctica.
Un arte de hombres y mujeres La actividad de los alfareros está sometida a reglas estrictas que dependen de las costumbres de cada etnia, así como del tipo de recipientes que se debe producir. Dichas normas tienen que ver, en primer lugar, con la identidad del artesano. En África, la pro- ducción de cerámicas comunes es una prerrogativa de las mujeres. Amas del hogar, controlan la creación de toda suerte de utensilios de uso doméstico que atesoran con orgullo a lo largo de toda su vida. La elaboración de recipientes ceremoniales, por contra, recae en varones. La razón de este privilegio radica en qué tan sólo los hombres son instruídos en los misterios de la esfera sagrada, habitada por incontables fuerzas sobrenaturales. Las características formales de numerosas vasijas rituales refuerza también esta división. Muchas se distinguen, en efecto, por sus decorados antropomorfos; un tipo de motivos que las mujeres no deben modelar, so pena de volverse estériles^7. Como toda regla, esta separación entre alfarería doméstica (femenina) y cerámica ritual (masculina) conoce excepciones. Entre los Ga’anda y los Mambila (Nigeria y Camerún), las mujeres asumen la elaboración de singulares vasijas con forma humana, destinadas a rituales de curación, mientras que, entre los Hausa de Níger, son los hombres quienes se encargan de la creación de cerámicas de uso profano.
(Burkina Faso), elles, se font offrir des greniers ornés en relief tels l’objet nº70 lorsqu’elles accouchent de leur premier enfant tandis qu’en pays Dowayo (Cameroun), quand les femmes per- dent leurs époux, elles n’emploient plus qu’une singulière pote- rie tripode pour cuisiner^6. Art des dieux créateurs et symbole de la vie humaine, la poterie africaine apparaît donc comme une modalité artistique douée d’une dimension spirituelle qui transcende sa fonction utilitaire. Une particularité qui en détermine la pratique.
Un art d’hommes et de femmes L’activité des potiers est soumises à des règles strictes qui varient selon les coutumes de chaque ethnie et le type de récipients produits. Ces normes concernent tout d’abord l’identité de l’ar- tisan. En Afrique, la production usuelle est essentiellement dévolue aux femmes. Maîtresses du foyer, elles contrôlent la création de toute sorte d’ustensiles domestiques qu’elles accu- mulent avec fierté tout au long de leur existence. L’élaboration de récipients cérémoniels, par contre, semble plutôt une préro- gative masculine. La raison de ce privilège tient au fait que la sphère du sacré - hantée par d’incomptables forces surnaturelles
Contexte de création Le déroulement du travail du potier obéit de même à des prin- cipes dictés par la tradition. De nombreuses précautions doivent être prises pour honorer la Terre et s’attirer la complicité des
País Tamberma, Togo.
poblado. Del mismo modo, los alfareros deben respetar conduc- tas precisas de orden sexual para preservar la harmonía de su comunidad. Los hombres deben mantenerse castos las noches que preceden su trabajo, mientras que las mujeres han de renun- ciar a manipular arcilla durante la menstruación o el embarazo, para no perder su fertilidad^10. El tipo de cerámicas que debe realizar el alfarero determina también el marco y el ritmo de su trabajo, en particular cuando se trata de una vasija ritual. Destinadas a asumir funciones mági- cas en el transcurso de diversas ceremonias - ritos de curación, funerales, intronizaciones de nuevos reyes, etc. - estos recipientes sagrados deben ser modelados en un contexto particular para revelarse eficaces. Las vasijas reservadas para el culto de las divi- nidades yoruba Shango y Erinle , por ejemplo, requieren ser crea- das en la oscuridad del taller, « allá donde la Tierra puede ver y sentir »^11. A su vez, entre los Cham y los Mwona del noreste de Nigeria, los recipientes empleados con fines curativos - los iti- nate - son modelados siguiendo las instrucciones precisas de un especialista en rituales^12. El alfarero empieza por aplicar la pella de barro sobre el enfermo, antes de modelarla dándole una
la Terre peut voir et sentir »^11. De même, chez les Cham et les Mwona du nord-est du Nigeria, les récipients employés dans des rites de guérison - les itinate -, sont créés d’après les instruc- tions précises du devin et spécialiste en rituels 12. Le potier com- mence par mettre la motte d’argile en contact avec le malade, puis il façonne l’objet en lui donnant des traits humains. La poterie est ensuite sacralisée par le devin au moyen de libations: l’objet possède alors une force capable d’absorber la maladie dans sa panse, et de liberer ainsi le patient de sa souffrance. La production de poteries domestiques dépend, elle, de fac- teurs plus prosaïques. En effet, elle n’est conditionnée que par le climat. Créées à ciel découvert, dans les cours des maisons des potières, les céramiques nécessitent d’un temps ensoleillé et sec pour assurer un bon séchage. Il s’agit donc d’une activité liée à la saison sèche, dont la période et la durée varient selon la lati- tude de chaque région. À l’inverse des céramiques rituelles - réalisées généralement sur commande -, la fabrication des réci- pients à usage domestique se fait de façon continue. L’activité ne cesse que les jours de marchés, quand les potiers vendent ou échangent leur production contre quelques denrées.
Lalibela, Etiopía.
forma humana. El adivino sacraliza luego la vasija por medio de libaciones; el objeto posee entonces una fuerza capaz absorber la enfermedad en su panza, liberando así al paciente de su dolencia. La producción de cerámicas domésticas depende de factores más prosaicos. En efecto, tan sólo se encuentra condicionada por el clima. Creadas al aire libre, en los patios de las casas, las cerá- micas necesitan un tiempo soleado y seco para secarse como es debido. Se trata pues de una actividad ligada a la estación seca, cuya época y duración dependen de la latitud de cada región. Contrariamente a las cerámicas rituales - realizadas general- mente por encargo -, la fabricación de objetos para el hogar se lleva a cabo sin parar. La actividad tan sólo cesa en los días de mercado, en los que los alfareros venden o intercambian su pro- ducción por alimento.
Arte de un tiempo en el que los hombres vivían en simbiosis con la Tierra y los Espíritus, la cerámica africana es reemplazada, poco a poco, en los mercados por nuevos tipos de recipientes en metal y plástico, más ligeros y resistentes. No obstante, su fuerza sigue vigente. La cerámica, a través de sus usos, sus formas y las reglas que sostienen su creación, remiten a unas creencias ances- trales cuestionadas por el reciente proceso de modernización de las sociedades africanas. Bellas y conmovedoras, dichas creaciones se alzan hoy como valiosos objetos de memoria...
Elena Martínez-Jacquet
Art d’un temps où les hommes vivaient en symbiose avec la Terre et les Esprits, la poterie africaine est remplacée petit à petit, sur les marchés, par de nouveaux types de récipients en métal et en plastique, beaucoup plus légers et résistants. Cependant, sa force demeure inchangée. La céramique, tant par ses usages, ses formes et les règles qui soutendent sa création, renvoie, comme peu d’autres manifestations artistiques, à des croyances ancestrales, aujourd’hui remises en cause par le processus de modernisation des sociétés africaines. Belles et touchantes, ces créations apparais- sent désormais comme des précieux objets de mémoire...
Elena Martínez-Jacquet
Poblado lacustre de Ganvié, Benín.
1 Barley; 1994, p.18. Une seule région - le Kasai congolais - ne pratique pas la poterie, faute de gisements d’argile. 2 Griaule; 1966, p. 23. 3 Barley; 1994, p. 50. 4 Forni; 2007, p. 44. 5 Berzock; 2005, p. 107-108. 6 Barley; 1994, p.72. 7 Barley; 1994, p. 63. Ceci est particulièrement vrai dans les sociétés du Grassland camerounais. 8 M. Griaule; 1966, p. 92. Associées dans les mythes, l’apparition de l’industrie céramique et le travail du fer sont également liées dans le temps, comme en témoignent le résultat des recherches menées sur de nombreux sites archéologiques de la vallée du Niger, par exemple. 9 Barley; 1994, p.52. 10 Berzock; 2005, p. 21. 11 Barley, 1994, p.53. 12 Berzock; 2005, p.131.
1 Barley; 1994, p.18. Una sola región - el Kasai congoleño - no produce cerámica ya que no posee yacimientos de arcilla. 2 Griaule; 1966, p. 23. 3 Barley; 1994, p. 50. 4 Forni; 2007, p. 44. 5 Berzock; 2005, p. 107-108. 6 Barley; 1994, p.72. 7 Barley; 1994, p. 63. Dicha constatación es particularmente cierta en las sociedades del Grassland camerunés. 8 M. Griaule; 1966, p. 92. Asociados en los mitos, la aparición de la industria cerámica y el trabajo del hierro se encuentran también ligados en el tiempo, como revelan los resultados de investigaciones arqueológicas llevadas a cabo en el valle del Níger. 9 Barley; 1994, p.52. 10 Berzock; 2005, p. 21. 11 Barley, 1994, p.53. 12 Berzock; 2005, p.131.
Vasijas de África negra: técnicas de creación
Récipients d’Afrique noire: techniques de création
L
la cerámica africana refleja un saber-hacer transmitido de generación en generación. Se trata de una producción realizada por completo a mano con técnicas muy rudi- mentarias, cuyo origen se pierde en tiempos remotos. Una pella de barro, un trozo de calabaza, una piedra y una tela húmeda son suficientes para que un alfarero pueda modelar cualquier tipo de recipiente mientras que, para cocerlo, tan sólo se requiere un fuego al aire libre. La sencillez de los medios contrasta con la variedad y la elegancia de las formas obtenidas. Jarras, vasijas, cuencos y graneros sorprenden por la delicadeza de su perfil, la regularidad de sus paredes y la finura de sus decorados; tantos ras- gos que elevan la alfarería africana al rango de arte.
Preparación de la arcilla Lejos de ser homogéneas, las técnicas para dar forma a las cerámi- cas varía, en África, de una región a otra según las propiedades de la arcilla disponible y los conocimientos propios de cada etnia. La creación de una vasija empieza por la colecta de materia arcillosa. El barro se extrae en canteras a cielo abierto o en los lechos de los ríos cercanos a los poblados. La tierra se transporta luego en grandes cestas - a pie o a lomo de asno - hasta el taller del alfarero, donde la arcilla recibe una larga preparación. Primero se deja secar la tierra, antes de reducirla en polvo y tamizarla para extraer cualquier impureza: piedras, ramitas, inclusiones de minerales, etc. Luego, se deja en remojo la arcilla machacada durante varias horas para devolverle una textura plástica. La consistencia de la pasta se corrige, a continuación, añadiendo materiales como arena, paja, conchas y fragmentos de cerámica machacados, etc; unos elementos insensibles a los cam- bios térmicos que reducen los riesgos de caída de las paredes durante el montaje de la vasija y evitan la aparición de grietas en el momento de la cocción. La mezcla obtenida se amasa con gestos vigorosos de manos y pies, antes de ser separada en pellas para su elaboración.
Montaje El montaje de las vasijas se realiza a mano, excepto en alguna etnia - como los Hausa de Níger - donde se emplea el torno. Las técnicas de creación son numerosas y pueden ser combina- das entre sí para lograr variadas formas. Uno de los métodos más comunes en África - en particular para la elaboración de peque- ños recipientes - es el vaciado. La forma del objeto se esboza
L
a poterie africaine reflète un savoir-faire traditionnel transmis de génération en génération. Il s’agit d’une pro- duction réalisée entièrement à la main avec des tech- niques très rudimentaires, dont l’origine se perd dans la nuit des temps. Une motte d’argile, un morceau de calebasse, un galet et un tissu humide suffisent aux potiers pour modeler toute sorte de récipients tandis que, pour les cuire, seul un feu à ciel décou- vert est nécessaire. La simplicité des moyens contraste avec la variété et l’élégance des formes obtenues. Cruches, jarres, plats et greniers étonnent par la délicatesse de leur galbe, la régularité de leurs parois et la finesse des décors de surface; autant de caracteristiques qui élèvent la poterie africaine au rang d’art.
Préparation de l’argile Loin d’être homogènes, les techniques de mise en forme des poteries africaines varient d’une région à une autre en fonction de la nature de l’argile disponible et des connaissances propres à chaque ethnie. La création d’un pot commence par l’approvisionnement en matière argileuse. La terre est extraite de carrières à ciel ouvert ou des lits des cours d’eaux proches des villages. Le matériau est transporté - à pied ou à dos d’âne - dans de grandes nacelles jusqu’à l’atelier, où l’argile est longuement préparée. La terre est d’abord séchée, réduite en poudre et tamisée afin d’en extraire les impuretés : cailloux, brindilles, inclusions de minéraux, etc. Ensuite, l’argile pilée est trempée dans de l’eau pendant de longues heures pour lui rendre une texture plastique. La consis- tance de la pâte est ensuite contrôlée par l’ajout de dégraissants: sable, paille, coquilles pilées, tessons broyés, etc.; des matériaux insensibles aux changements thermiques qui contribuent à réduire les risques d’affaissements pendant la mise en forme du pot et évitent la formation de craquelures lors de la cuisson. Le mélange obtenu est ensuite pétri avec des gestes vigoureux des pieds et des mains, avant d’être séparé en mottes pour leur façonnage.
Mise en forme Le montage des poteries se fait à la main, excepté dans quelques ethnies - comme chez les Haoussa du Niger - où l’emploi du tour est attesté. Les techniques de mise en forme sont multiples et admettent d’être combinées pour obtenir des effets variés. Une des méthode les plus courantes en Afrique - notamment
hundiendo el puño directamente en la pella de barro, al tiempo que se elevan las paredes estirando la arcilla. El perfil se trabaja luego desde el interior de la cavidad mientras que, desde el exterior, el alfarero controla la anchura de las paredes. Entre los Dogón y los Bambara de Malí, se recurre con más frecuencia al moldeado. Esta técnica consiste en tomar la huella de otra forma que puede ser cóncava - un hoyo en el suelo del taller o la base de una cerámica usada - o convexo - una vasija del revés. Cuando el molde empleado es cóncavo, el alfarero dispone en la cavidad del objeto un disco de arcilla que estira, golpeándolo con un mazo, para que tome la curva del molde.Tras un corto tiempo de secado, el artesano hace pivotar la forma que está montando, dejando libre una parte del molde sobre la que extiende nuevamente arcilla fresca. Esta operación se repite tan- tas veces como es necesario, hasta obtener una pieza esférica. El moldeado sobre forma convexa consiste en el proceso inverso ya que el alfarero trabaja a partir de la cara externa del molde. Este método es particularmente adecuado para la creación de formas abiertas (cuyo ancho de boca es mayor a la altura del objeto), así como de recipientes de grandes dimensiones, com- plejos de montar. Finalmente, conviene mencionar la “técnica
pour la création de petits récipients - est le creusage direct de l’argile. La forme de l’objet est ébauchée en enfonçant le poing dans une motte de terre plastique, alors que les parois sont éti- rées vers le haut. Le galbe est ensuite travaillé depuis l’intérieur de la cavité tandis que, depuis l’extérieur, le potier contrôle l’épaisseur des parois. Chez les Dogon et les Bambara du Mali, la forme du récipient est plutôt obtenue par moulage. Cette technique consiste à prendre l’empreinte d’une forme déjà exis- tante qui peut-être concave - un trou ménagé dans le sol de l’atelier ou le fond d’une vieille poterie - ou convexe - une grande jarre renversée. Lorsque le moule est concave, le potier dispose dans la cavité de l’objet un disque d’argile qu’il étale soigneusement avec un maillet afin qu’il prenne la courbe du moule. Après un court temps de séchage, l’artisan fait pivoter la forme qu’il vient de travailler, dégageant ainsi une partie du moule sur laquelle il étale à nouveau de l’argile fraîche. Cette opération est répétée autant de fois que nécessaire, jusqu’à l’ob- tention d’une pièce sphérique. Le moulage sur forme convexe, lui, obéit à un procédé inverse puisque le potier travaille à par- tir de la face externe du moule. Cette méthode est particulière- ment adaptée pour la création de formes ouvertes (dont la lar-
Poblado de Tcharé, Togo.
También pueden conseguirse bellos efectos bruñiendo la cerá- mica ya cocida con un instrumento liso como una piedra o una vaina vegetal; un gesto que se repite a menudo para devolver al objeto un aspecto lustroso que el uso tiende a rebajar.
Secado y cocción Una vez adornadas, las cerámicas se dejan secar durante largas horas, alternando momentos de sol y sombra. De este modo, el alfarero evita que el agua contenida de forma natural en la arcilla se evapore demasiado deprisa, lo que podría conllevar la formación de fisuras - o incluso una rotura - durante la coc- ción. Cuando las vasijas se encuentran perfectamente secas, se disponen según su tamaño - las más grandes en el centro y las pequeñas alrededor - en el área de cocción, habilitada en fosa o en hacina. Los recipientes se colocan en el suelo, sobre un lecho de combustible - paja, excrementos animales, ramajes, etc. - y se cubren con otra capa de paja o ramas. En algunas regiones, como en el poblado de Ouri en país Bwa (Burkina Faso), se
tendre un objet ayant du relief : une corde, une chaîne ou un épi de maïs; on parle alors de décors par impression Un autre procédé fréquent, le pastillage, permet, lui, d’obtenir des décors en relief. Il s’agit d’une technique très simple, consistant à appli- quer sur la surface de l’objet des petits cylindres ou des pastilles d’argile. Certaines poteries présentent plutôt un décor d’en- gobe. Cette technique ornementale consiste à appliquer sur l’objet - par trempage ou au pinceau - une préparation d’argile délayée, que certains potiers enrichissent avec de la poudre d’oxydes de fer afin d’obtenir une teinte d’un rouge intense, comme celles qui caractérisent l’ensemble de poteries du nord du Mali reproduit en nº1 et 2. Bien que rare, la peinture est employée dans quelques sociétés - comme chez les Jerma du Niger - pour rehausser leurs créations. Les pigments employés
Séchage et cuisson Une fois décorées, les poteries subissent un long séchage alter- nant des moments d’exposition au soleil et des moments d’om- bre. De cette façon, le potier évite que l’eau contenue naturel- lement dans l’argile ne s’évapore trop rapidement, ce qui pour- rait entraîner des fissures - voire, même, un éclatement - lors de la cuisson. Lorsque les poteries sont parfaitement sèches, elles sont disposées selon leur taille - les plus grandes au centre et les plus petites autour - sur l’aire de cuisson, aménagée en fosse ou
Mercado de cerámica de Mopti al borde del río Níger, Malí.
cuecen en cambio las vasijas en pequeñas estructuras de barro, similares a un sencillo horno. Una vez colocadas las cerámicas, el alfarero prende fuego al combustible por la parte inferior de la estructura. Si la paja, ramas o excrementos son abundantes y secos, las llamas pueden alcanzar una temperatura de 700 - 900ºC. Una temperatura relativamente baja gracias a la que se consigue evitar que las partículas presentes en la arcilla se solidifiquen del todo, favo- reciendo de este modo que puedan contraerse y distenderse según las variaciones térmicas a las que se encuentran sometidas. Resulta de este proceso unas cerámicas muy resistentes, particu- larmente adaptadas para la cocción de alimentos sobre el fuego del hogar.Tras permanecer expuestos un corto tiempo - una hora o dos - a las llamas, los recipientes se dejan enfriar lentamente, antes de ser usados o vendidos en los mercados.
Considerada a menudo como una producción menor den- tro de las artes tradicionales africanas, la cerámica seduce por la creatividad y la sensibilidad estética que exprimen sus formas y sus decorados, realizados con técnicas ancestrales de una sencil- lez desconcertante. En efecto, el perfil de vasijas como la pieza Bozo nº30 y el cuenco Calabar nº7 desafía la perfección geo- métrica de la esfera, el brillo de los barnices vegetales emplea- dos en Burkina Faso (vasija nº32) iguala la intensidad del metal, mientras que las figuras modeladas de las jarras del Congo nº53, 54 y 56 se antojan, por su fuerza expresiva y la calidad de su fac- tura, como un arte perfectamente maduro. La riqueza de la cerámica africana manifiesta pues un domi- nio absoluto de las infinitas posibilidades que ofrece el barro, así como una búsqueda estética a través de la que la dimensión uti- litaria de la cerámica trasciende en arte.
Elena Martínez-Jacquet
en meule. Les récipients sont placés sur un lit de combustibles posé à même le sol - paille, excréments animaux, branchages, etc. - puis, ensevelis sous une autre couche de branchages ou de paille. Dans certaines régions, comme dans le village de Ouri en pays Bwa (Burkina Faso), les poteries sont cuites par contre sur des petites structures en terre, semblables à un four rudimentaire. Lorsque la disposition des pots est terminée, le potier allume le feu par le bas de la structure de cuisson. Si le combustible est abondant et sec, les flammes peuvent atteindre une température de 700 - 900ºC ; une température relativement basse dont l’avantage majeur est d’éviter que les particules contenues dans l’argile ne se solifient complètement, favorisant qu’elles se contractent et se détendent au gré des changements thermiques. Il en résulte des poteries très résistantes, particulièrement adaptées pour être exposées aux flammes du foyer. Après un cours temps d’exposition aux flammes - une heure ou deux -, les récipients sont laissés à refroidir lentement, avant d’être utilisés ou transpor- tés au marché, où ils seront vendus.
Tenue trop souvent pour une production mineure dans le panorama des arts traditionnels africains, la poterie séduit par la créativité et le sens de l’esthétique qu’expriment ses formes et ses décors, issus pourtant de techniques ancestrales d’une sim- plicité déroutante. En effet, le galbe de pièces comme la jarre Bozo nº30 ou le bol Calabar nº7 défie la perfection géomé- trique de la sphère, la brillance des vernis végétaux employés au Burkina faso (jarre nº32) égale en intensité le métal, tandis que les figures modelées sur les cruches du Congo nº53, 54 et 56 apparaissent, par leur force expressive et la qualité de leur facture, comme un art parfaitement abouti. La richesse de la céramique africaine manifeste donc une par- faite maîtrise des possibilités infinies qu’offre la matière argileuse, tout comme une recherche esthétique au travers de laquelle la dimension utilitaire de la poterie africaine est transcendée pour devenir de l’art.
Elena Martínez-Jacquet
Vida
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Ritual 62
Arte 80
L’histoire de la céramique africaine est ancienne de plusieurs millénaires. Attestée au Proche Orient dès le IXème millénaire avant notre ère, cette technique se serait répandue d’est en ouest, à travers du Sahara, et de nord à sud, au rythme des migrations des groupes nomades de chasseurs-cueilleurs qui sillonnaient le continent en quête de terres fertiles. La sédentarisation progressive de ces peuples entraîna la nécessité d’un abondant matériel domestique, favorisant ainsi la création de poteries et la diversification de ses formes et de ses usages. Avec l’apparition des premiers foyers de civilisation, comme la culture Nok au Nigeria (VIIIème s. av. JC
La cerámica africana posee varios milenios de historia. Conocida en Oriente Próximo desde el IX milenio aC, esta técnica se habría difundido de este a oeste, a través del Sahara, y de norte a sur, al ritmo de las migraciones de los pueblos nóma- das de cazadores recolectores que recorrían el continente en busca de tierras férti- les. La progresiva sedentarización de dichas gentes conllevó la necesidad de un material doméstico abundante, favoreciendo la creación de vasijas, así como la diver- sificación de sus formas y usos. Con la aparición de los primeros núcleos de civili- zación, como la cultura Nok (Nigeria, s.VIII aC - s.III dC) o el reino de Axum en Etiopía (s.I - XII), la cerámica africana aparece como una modalidad artística madu- ra y original. Las piezas presentadas en esta sección - entre las que destacan la vasi- ja Calabar nº8 y el lavapies de Axum nº12 - dan cuenta de ello.
Orígenes: el nacimiento de la cerámica africana
Origines: la naissance de la céramique africaine