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Interpretación de los sueños y olvido en la Teoría Psicoanalítica - Prof. Perez, Ejercicios de Psicología

Este documento resume el capítulo 7 del curso de teoría psicoanalítica de la universidad autónoma de entre ríos, que se centra en la interpretación de los sueños y el olvido de los mismos. Se explica cómo la memoria es infiel y falsea el recuerdo de los sueños, y cómo la censura del sueño desfigura su contenido. Se describe el examen que freud solía hacer a los pacientes para llegar a la solución del sueño, y se explican los conceptos de deseo onírico inconciente, restos diurnos, deseo de dormir y cumplimiento de deseo. Se aborda también el aparato psíquico y sus dimensiones, y se establece una equivalencia entre el trabajo del sueño y la producción de un síntoma histérico.

Tipo: Ejercicios

2023/2024

Subido el 25/10/2024

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Teoría psicoanalítica y la
interpretación de los sueños
Interpretación de los sueños: Capítulo 7 -
Resumen
A. El olvido de los sueños
Lo que recordamos del sueño y sobre lo cual ejercemos nuestra
interpretación está, en primer lugar, mutilado por la infidelidad de nuestra
memoria, que parece incapaz de conservar al sueño y quizás ha perdido el
fragmento más significativo de su contenido. Además, nuestro recuerdo del
sueño no es solo lagunar, sino que lo refleja de manera infiel y falseada.
Puede ponerse en duda que lo soñado fuera tan incoherente y nebuloso
como lo conservamos en la memoria, y también puede dudarse de que un
sueño haya sido tan coherente como lo contamos, y de que en el intento de
reproducirlo no hayamos llenado con material nuevo.
Los elementos más inciertos y menos destacados nos han servido más para
la interpretación del sueño que los elementos conservados con mayor nitidez
y certeza. Desfiguramos el sueño en el intento de reproducirlo, lo cual es un
fragmento de la elaboración a que son sometidos regularmente los
pensamientos oníricos a consecuencia de la censura del sueño. Esta
desfiguración no es algo arbitrario, sino que responde a la censura onírica.
Freud solía hacer el siguiente examen en los análisis de sueños con
pacientes: cuando el informe de un sueño le parecía de difícil comprensión,
rogaba al paciente que lo repitiera, ya que era raro que lo hiciera con
idénticas palabras. Los lugares en que el paciente modificaba la expresión le
daban a conocer los puntos débiles del disfraz del sueño.
B. La regresión
El sueño es un acto psíquico de pleno derecho, cuya fuerza impulsora son
deseos por cumplir, pero la censura psíquica los deforma mediante la
figurabilidad, condensación y desplazamiento (trabajo del sueño). El sueño
tiene la característica de ser presente, no existe el optativo, ni el "no"
(principio de no contradicción), y el pensamiento se trasmuda en imágenes
sensoriales (vivenciar alucinatorio-exclusivo del sueño) a través de la
regresión.
El aparato psíquico está construido como un aparato de reflejos, con un
extremo sensorial (sistema perceptivo) y uno motor. El sistema perceptivo
recibe los estímulos, pero nada conserva de ellos, por lo tanto carece de
memoria. El sistema de la memoria traspone la excitación momentánea del
sistema perceptivo a huellas mnémicas permanentes.
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Teoría psicoanalítica y la

interpretación de los sueños

Interpretación de los sueños: Capítulo 7 -

Resumen

A. El olvido de los sueños

Lo que recordamos del sueño y sobre lo cual ejercemos nuestra interpretación está, en primer lugar, mutilado por la infidelidad de nuestra memoria, que parece incapaz de conservar al sueño y quizás ha perdido el fragmento más significativo de su contenido. Además, nuestro recuerdo del sueño no es solo lagunar, sino que lo refleja de manera infiel y falseada. Puede ponerse en duda que lo soñado fuera tan incoherente y nebuloso como lo conservamos en la memoria, y también puede dudarse de que un sueño haya sido tan coherente como lo contamos, y de que en el intento de reproducirlo no hayamos llenado con material nuevo.

Los elementos más inciertos y menos destacados nos han servido más para la interpretación del sueño que los elementos conservados con mayor nitidez y certeza. Desfiguramos el sueño en el intento de reproducirlo, lo cual es un fragmento de la elaboración a que son sometidos regularmente los pensamientos oníricos a consecuencia de la censura del sueño. Esta desfiguración no es algo arbitrario, sino que responde a la censura onírica.

Freud solía hacer el siguiente examen en los análisis de sueños con pacientes: cuando el informe de un sueño le parecía de difícil comprensión, rogaba al paciente que lo repitiera, ya que era raro que lo hiciera con idénticas palabras. Los lugares en que el paciente modificaba la expresión le daban a conocer los puntos débiles del disfraz del sueño.

B. La regresión

El sueño es un acto psíquico de pleno derecho, cuya fuerza impulsora son deseos por cumplir, pero la censura psíquica los deforma mediante la figurabilidad, condensación y desplazamiento (trabajo del sueño). El sueño tiene la característica de ser presente, no existe el optativo, ni el "no" (principio de no contradicción), y el pensamiento se trasmuda en imágenes sensoriales (vivenciar alucinatorio-exclusivo del sueño) a través de la regresión.

El aparato psíquico está construido como un aparato de reflejos, con un extremo sensorial (sistema perceptivo) y uno motor. El sistema perceptivo recibe los estímulos, pero nada conserva de ellos, por lo tanto carece de memoria. El sistema de la memoria traspone la excitación momentánea del sistema perceptivo a huellas mnémicas permanentes.

En la formación del sueño, hay dos instancias: la criticadora (preconsciente) y la criticada (inconsciente). El sistema inconsciente es el punto de partida para la formación del sueño (deseo inconsciente, infantil, sexual, reprimido), con pensamientos oníricos que pertenecen al preconsciente (restos diurnos) y un deseo de dormir preconsciente.

La regresión en el sueño significa que la representación vuelve a mudarse en la imagen sensorial de la que alguna vez partió, regresa el material en bruto. Esto es posible porque las esclusas de la motilidad están cerradas, hay rechazo de la censura de la conciencia y atracción de las huellas mnémicas investidas.

C. Acerca del cumplimiento de deseo

Los elementos para la formación del sueño son: deseo onírico inconsciente que proviene de un deseo infantil sexual reprimido, los restos diurnos (deseos preconscientes), mociones psíquicas de cualquier otra índole, impresiones recientes y un deseo preconsciente de dormir.

El sueño, como continuador del trabajo diurno, lleva a término una tarea irresuelta de la vigilia. Durante el sueño, lo inconsciente ofrece la fuerza pulsionante (energía) para un cumplimiento de deseo. La naturaleza psíquica del desear se relaciona con el alucinar.

Freud construye una ficción de un aparato psíquico y tiempos de formación, partiendo del principio de constancia y la vivencia de satisfacción, que da lugar a la moción psíquica del deseo. La próxima vez que sobrevenga esa necesidad, se suscitará un deseo, cuya primera actividad psíquica termina en alucinar como búsqueda de una identidad perceptiva.

El aparato psíquico y el deseo

El funcionamiento del aparato psíquico

A partir de la vivencia de satisfacción, podemos hablar de la existencia de un aparato psíquico. Este aparato comienza a funcionar a partir del deseo, y el sujeto está movido por la realización de un deseo. El deseo es una corriente que parte del displacer y apunta al placer, es dinámico. Por lo tanto, el aparato está regulado por las percepciones de placer y displacer. La acumulación de la excitación es percibida como displacer y debe ser descargada.

El principio de placer y el principio de realidad

Se produce la ruptura del principio de constancia por el principio de placer: la tendencia natural al placer y la evitación del displacer (satisfacción inmediata). Sin embargo, el deseo es por definición insatisfecho, ya que no se logra una identidad perceptiva con aquella primera satisfacción. Esto hace necesario un examen de la realidad, detener la regresión y buscar otro camino que lleve a establecer desde el mundo exterior la identidad

intensidades para irrumpir perceptivamente, y el desplazamiento, que forma representaciones intermedias, de compromiso, formaciones mixtas, por condensación.

En el inconsciente no existe el "no", sino que éste es producto del sistema preconsciente/consiente (principio de la no contradicción-proceso secundario). Pensamientos que se contradicen no se cancelan, subsisten y se componen como condensados.

La vivencia de terror y la represión psíquica

La contraparte de la vivencia de satisfacción es la vivencia de terror frente a algo exterior (primer abordaje de la conceptualización del afecto). Se produce cuando actúa un estímulo de excitación dolorosa. Por lo tanto, el aparato buscará sustraerse de la percepción y del dolor (movimiento de huida). Este extrañamiento del aparato respecto del recuerdo penoso es el primer ejemplo de represión psíquica (esfuerzo de desalojo).

La inhibición y la acción motriz

A consecuencia del principio de placer, el sistema Icc es incapaz de incluir algo desagradable en las ilaciones de pensamientos. El sistema Pcc inviste el recuerdo displacentero para inhibir la acción motriz, que llevaría al displacer.

El proceso primario y el proceso secundario

Al proceso que ocurre en el primer sistema se llama proceso primario, y a aquel que ocurre en el segundo por la inhibición impuesta proceso secundario. En el Icc hay energía móvil o libre, y en el Pcc ligada. El proceso primario apunta a la identidad de percepción; el proceso secundario a la identidad de pensamiento, pensar como un todo, que equivale a un rodeo desde el recuerdo de satisfacción que se toma como representación meta, hasta la investidura idéntica del recuerdo a través de las vías que conectan representaciones.