Docsity
Docsity

Prepara tus exámenes
Prepara tus exámenes

Prepara tus exámenes y mejora tus resultados gracias a la gran cantidad de recursos disponibles en Docsity


Consigue puntos base para descargar
Consigue puntos base para descargar

Gana puntos ayudando a otros estudiantes o consíguelos activando un Plan Premium


Orientación Universidad
Orientación Universidad

infecciones quirúrgicas y fisiología del dolor, Apuntes de Cirugía General

infecciones quirúrgicas y fisiología del dolor; cirugía e instrumentación veterinaria.

Tipo: Apuntes

2023/2024

Subido el 31/03/2025

kate-baltazar-castillo
kate-baltazar-castillo 🇻🇪

2 documentos

1 / 4

Toggle sidebar

Esta página no es visible en la vista previa

¡No te pierdas las partes importantes!

bg1
Los antibióticos que afectan la pared celular bacteriana, como las penicilinas y cefalosporinas, actúan inhibiendo su
síntesis mediante la unión a las proteínas transportadoras de penicilina, lo que provoca lisis celular. Las penicilinas
son efectivas contra grampositivos y algunos gramnegativos, pero pueden ser inactivadas por penicilasas. Las
cefalosporinas tienen diferentes generaciones con eficacia variable contra grampositivos y gramnegativos, siendo las
de cuarta generación más amplias en espectro.
algunos antibióticos, como las cefalosporinas de tercera y cuarta generación, tienen menor eficacia contra bacterias
grampositivas. Por lo tanto, a menudo se combinan con otros fármacos para lograr un efecto de amplio espectro y
asegurar que se pueda tratar eficazmente una variedad de infecciones bacterianas. Esta combinación puede ayudar a
superar la resistencia y mejorar la cobertura frente a diferentes tipos de bacterias.
Infecciones quirúrgicas y
selección de antibióticos
El descubrimiento de la penicilina en 1941 marcó el inicio de la era moderna de los antibióticos, que han salvado muchas
vidas, pero su uso incorrecto ha generado resistencia bacteriana. Este problema se ha exacerbado por prácticas
quirúrgicas inadecuadas y el uso excesivo de antibióticos en pacientes quirúrgicos.
El tratamiento antibiótico puede ser preventivo o terapéutico, y debe basarse en la microflora esperada. El éxito del
tratamiento depende de reducir las bacterias para que las defensas del huésped puedan funcionar. Se prefieren
antibióticos bacteriostáticos cuando las defensas están intactas, mientras que se necesitan bactericidas si están
comprometidas. También es esencial abordar factores perjudiciales en las heridas para mejorar los resultados.
1. Bacteriostáticos: Inhiben el crecimiento bacteriano.
2. Bactericidas: Matan las bacterias.
La clasificación depende de la relación entre la concentración bactericida mínima (CBM) y la concentración inhibidora
máxima (CIM). Si esta relación es baja (menos de 4), el antibiótico es bactericida; si es alta, es bacteriostático.
La efectividad del antibiótico depende de su capacidad para alcanzar el tejido afectado sin dañar al huésped. La
resistencia ocurre cuando la dosis efectiva supera lo que el paciente puede tolerar. Además, los antibióticos actúan a
través de diferentes mecanismos, como alterar la pared celular o inhibir la síntesis de proteínas y ADN.
Los antibióticos se dividen en dos categorías:
Destrucción de la pared celular bacteriana:
Inhibición de la síntesis de proteínas :
Las tetraciclinas son efectivas contra muchas bacterias grampositivas y gramnegativas, pero no funcionan bien
contra estafilococos, enterococos y Pseudomonas spp. Pueden interferir con la absorción de calcio, causando
decoloración dental y afectando el crecimiento óseo en animales jóvenes y hembras preñadas.
Las tetraciclinas son efectivas contra muchas bacterias grampositivas y gramnegativas, pero no funcionan bien
contra estafilococos, enterococos y Pseudomonas spp. Pueden interferir con la absorción de calcio, causando
decoloración dental y afectando el crecimiento óseo en animales jóvenes y hembras preñadas.
eritromicina se absorbe bien en el sistema gastrointestinal y se distribuye en la mayoría de los tejidos, pero tiene
un espectro reducido y puede causar náuseas. Sus derivados, como claritromicina y azitromicina, son efectivos
contra bacterias aerobias y anaerobias, además de Mycoplasma spp. y microorganismos intracelulares, con buena
absorción y alta concentración tisular, permitiendo una dosificación diaria.
clindamicina: un derivado de lincomicina, es efectiva contra patógenos grampositivos y muchas bacterias anaerobias,
siendo útil en infecciones resistentes a penicilina y eritromicina. Sin embargo, su espectro es limitado y no es eficaz
contra bacterias gramnegativas.
aminoglucósidos son antibióticos bactericidas que alteran la síntesis de proteínas al unirse irreversiblemente
a los ribosomas bacterianos, siendo efectivos contra bacterias gramnegativas y grampositivas, especialmente
Enterobacteriaceae y Pseudomonas. Sin embargo, son ineficaces contra microorganismos anaerobios, tienen
limitada absorción oral y pueden causar nefrotoxicidad y ototoxicidad, aunque su uso en combinación con
antibióticos β-lactámicos potencia su eficacia y previene la resistencia bacteriana.
pf3
pf4

Vista previa parcial del texto

¡Descarga infecciones quirúrgicas y fisiología del dolor y más Apuntes en PDF de Cirugía General solo en Docsity!

Los antibióticos que afectan la pared celular bacteriana, como las penicilinas y cefalosporinas, actúan inhibiendo su síntesis mediante la unión a las proteínas transportadoras de penicilina, lo que provoca lisis celular. Las penicilinas son efectivas contra grampositivos y algunos gramnegativos, pero pueden ser inactivadas por penicilasas. Las cefalosporinas tienen diferentes generaciones con eficacia variable contra grampositivos y gramnegativos, siendo las de cuarta generación más amplias en espectro. algunos antibióticos, como las cefalosporinas de tercera y cuarta generación, tienen menor eficacia contra bacterias grampositivas. Por lo tanto, a menudo se combinan con otros fármacos para lograr un efecto de amplio espectro y asegurar que se pueda tratar eficazmente una variedad de infecciones bacterianas. Esta combinación puede ayudar a superar la resistencia y mejorar la cobertura frente a diferentes tipos de bacterias.

Infecciones quirúrgicas y

selección de antibióticos

El descubrimiento de la penicilina en 1941 marcó el inicio de la era moderna de los antibióticos, que han salvado muchas vidas, pero su uso incorrecto ha generado resistencia bacteriana. Este problema se ha exacerbado por prácticas quirúrgicas inadecuadas y el uso excesivo de antibióticos en pacientes quirúrgicos. El tratamiento antibiótico puede ser preventivo o terapéutico, y debe basarse en la microflora esperada. El éxito del tratamiento depende de reducir las bacterias para que las defensas del huésped puedan funcionar. Se prefieren antibióticos bacteriostáticos cuando las defensas están intactas, mientras que se necesitan bactericidas si están comprometidas. También es esencial abordar factores perjudiciales en las heridas para mejorar los resultados.

  1. Bacteriostáticos: Inhiben el crecimiento bacteriano.
  2. Bactericidas: Matan las bacterias. La clasificación depende de la relación entre la concentración bactericida mínima (CBM) y la concentración inhibidora máxima (CIM). Si esta relación es baja (menos de 4), el antibiótico es bactericida; si es alta, es bacteriostático. La efectividad del antibiótico depende de su capacidad para alcanzar el tejido afectado sin dañar al huésped. La resistencia ocurre cuando la dosis efectiva supera lo que el paciente puede tolerar. Además, los antibióticos actúan a través de diferentes mecanismos, como alterar la pared celular o inhibir la síntesis de proteínas y ADN. Los antibióticos se dividen en dos categorías: Destrucción de la pared celular bacteriana: Inhibición de la síntesis de proteínas : Las tetraciclinas son efectivas contra muchas bacterias grampositivas y gramnegativas, pero no funcionan bien contra estafilococos, enterococos y Pseudomonas spp. Pueden interferir con la absorción de calcio, causando decoloración dental y afectando el crecimiento óseo en animales jóvenes y hembras preñadas. Las tetraciclinas son efectivas contra muchas bacterias grampositivas y gramnegativas, pero no funcionan bien contra estafilococos, enterococos y Pseudomonas spp. Pueden interferir con la absorción de calcio, causando decoloración dental y afectando el crecimiento óseo en animales jóvenes y hembras preñadas. eritromicina se absorbe bien en el sistema gastrointestinal y se distribuye en la mayoría de los tejidos, pero tiene un espectro reducido y puede causar náuseas. Sus derivados, como claritromicina y azitromicina, son efectivos contra bacterias aerobias y anaerobias, además de Mycoplasma spp. y microorganismos intracelulares, con buena absorción y alta concentración tisular, permitiendo una dosificación diaria. clindamicina: un derivado de lincomicina, es efectiva contra patógenos grampositivos y muchas bacterias anaerobias, siendo útil en infecciones resistentes a penicilina y eritromicina. Sin embargo, su espectro es limitado y no es eficaz contra bacterias gramnegativas. aminoglucósidos son antibióticos bactericidas que alteran la síntesis de proteínas al unirse irreversiblemente a los ribosomas bacterianos, siendo efectivos contra bacterias gramnegativas y grampositivas, especialmente Enterobacteriaceae y Pseudomonas. Sin embargo, son ineficaces contra microorganismos anaerobios, tienen limitada absorción oral y pueden causar nefrotoxicidad y ototoxicidad, aunque su uso en combinación con antibióticos β-lactámicos potencia su eficacia y previene la resistencia bacteriana.

El ciprofloxacino oral es más económico que el enrofloxacino, pero su biodisponibilidad en perros (30%-40%) es considerablemente menor que en humanos (70%-80%), lo que a menudo resulta en dosis inadecuadas. Por otro lado, el marbofloxacino tiene amplio espectro contra patógenos en infecciones quirúrgicas y es seguro para perros, manteniendo niveles plasmáticos efectivos con una sola inyección IV de 2-4 mg/kg durante 12-24 horas. Las fluoroquinolonas y las sulfas potenciadas inhiben la síntesis del ADN al inactivar la ADN-girasa, siendo bactericidas rápidas y efectivas en infecciones de tejidos blandos, neumonía y urinarias causadas por gramnegativos y estafilococos. Sin embargo, su eficacia contra cocos grampositivos y anaerobios es variable, y se ha observado un aumento de resistencia en patógenos como Staphylococcus aureus resistente a meticilina (SARM), lo que ha generado preocupaciones en el ámbito sanitario. Los efectos secundarios incluyen vómitos y lesiones en cartílagos en animales jóvenes. Inhibición de la síntesis de ADN Las combinaciones de trimetoprim y sulfonamida son efectivas para tratar osteomielitis, prostatitis, neumonía, traqueobronquitis, pioderma e infecciones urinarias. Actúan como bactericidas al inhibir la síntesis de folato y tienen un amplio espectro de actividad contra estreptococos, estafilococos y Nocardia spp., aunque no son efectivas contra Pseudomonas. Este tratamiento combinado presenta menor riesgo de desarrollar cepas resistentes. Los efectos secundarios pueden incluir queratoconjuntivitis seca, trombocitopenia, anemia y hepatopatía, siendo algunas razas como los dóberman pinscher y rottweilers más susceptibles a estos efectos. Causas del fracaso de la antibioticoterapia El éxito del tratamiento con antibióticos depende de administrar la dosis adecuada en el sitio de la infección para que el sistema inmunitario pueda controlar la infección. Las causas del fracaso de los antibióticos son: Dosis inadecuada (superior o inferior). Frecuencia y vía de administración incorrectas. Duración inadecuada del tratamiento. Selección incorrecta de antibióticos (sin basarse en cultivos y antibiogramas). Incapacidad del antibiótico para tratar la causa de la infección (cuerpos extraños o implantes). Incapacidad para alcanzar el tejido diana a una dosis suficiente (ej., atravesar la barrera hematoencefálica). Dosis inadecuada (superior o inferior). Frecuencia y vía de administración incorrectas. Duración inadecuada del tratamiento. Selección incorrecta de antibióticos (sin basarse en cultivos y antibiogramas). Incapacidad del antibiótico para tratar la causa de la infección (cuerpos extraños o implantes). Se clasifican según su gravedad: Infecciones quirúrgicas Causas de resistencia a los antibióticos: Destrucción enzimática del antibiótico (ej., producción de β-lactamasas). Alteración de la permeabilidad bacteriana al antibiótico (ej., barrera natural en estreptococos). Alteración estructural del objetivo del antibiótico (ej., cambios en proteínas ribosomales). Desarrollo de rutas metabólicas alternativas que evitan la acción del antibiótico específico.

Importancia de las prácticas quirúrgicas La correcta aplicación de principios asépticos, esterilización y desinfección es crucial para prevenir infecciones. Uso profiláctico y terapéutico Las bacterias endógenas son responsables de la mayoría de las infecciones, aumentando el riesgo cada vez que una nueva persona entra al quirófano. se deben usar antibióticos profilácticos para prevenir infecciones durante la contaminación potencial. Estos antibióticos complementan, pero no reemplazan, las técnicas asépticas. Es crucial seleccionar fármacos basados en los microorganismos más comunes, como Staphylococcus spp., E. coli y Pasteurella spp., asegurando que sean eficaces contra al menos el 80% de ellos. La cefazolina es recomendada para perros con problemas hemostáticos. La administración debe hacerse entre 30 minutos y 1 hora antes de la cirugía y suspenderse al finalizar o en las 24 horas siguientes. Uso profiláctico Uso terapéutico se basa en el juicio clínico y debe ser selectivo para combatir los microorganismos responsables de la infección, siendo poco tóxico y efectivo en el sitio afectado. Se indican en infecciones sistémicas, en la zona quirúrgica o en cirugías contaminadas. La antibioterapia comienza antes de la cirugía y se continúa por 2-3 días después de la resolución aparente de la infección. Si no hay mejoría en ese tiempo, se debe reconsiderar el tratamiento y evaluar factores como la sensibilidad del patógeno y posibles focos de infección no drenados. El tratamiento complementario, como el drenaje de fluidos infectados y el desbridamiento de tejido necrosado, es esencial para mejorar la eficacia de la antibioterapia. Selección de los antibióticos: Determinar qué sistema está implicado y cuál es el microorganismo más probable Cefazolina alcanza concentraciones adecuadas para prevenir el crecimiento bacteriano de la mayoría de los contaminantes comunes Momento en que se administran los antibióticos: Entre 30 minutos y 1 hora antes de realizar la primera incisión quirúrgica Dosis de cefazolina: 22 mg/kg Vías de administración del antibiótico: Intravenosa; puede repetirse cada 1,5-2 horas, dependiendo de la duración de la cirugía Duración de la administración de los antibióticos: Se suspende inmediatamente después de cerrar la herida quirúrgica o en las 24 horas siguientes Selección del antibiótico: implica identificar el sistema afectado y el microorganismo patógeno. Es crucial obtener muestras antes de iniciar el tratamiento. Se debe elegir un antibiótico que alcance el tejido diana, sea económico y de fácil administración, preferiblemente oral si se requiere tratamiento tras la hospitalización. La terapia debe comenzar tras obtener muestras, siguiendo las dosis recomendadas. Se evalúa la mejoría del paciente después de 2-3 días; si no hay mejoría, se reconsidera el antibiótico. Indicaciones generales Intervenciones quirúrgicas de más de 90 minutos. Implantes de prótesis (mallas, marcapasos, prótesis vasculares). Pacientes con prótesis que se someten a cirugía (limpieza dental, cirugía colorrectal). 4. Heridas gravemente infectadas o traumatizadas. Intervenciones ortopédicas, como sustitución completa de cadera y reparación de fracturas abiertas/extensas. Intervenciones respiratorias, incluyendo resección de lóbulos infectados y cierre de fístulas broncoesofágicas. Intervenciones gastrointestinales como anastomosis del colon, colectomía y cirugía anal/rectal. Cirugía hepatobiliar con infección. Intervenciones urogenitales en casos de infección urinaria durante cirugía renal, ureteral o vesical. Ejemplos de intervenciones quirúrgicas en las que se aconseja el uso de antibióticos profilácticos