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Desarrollo de la primera fase del reto: identificación del agente causal de cáncer cervicouerino
Tipo: Guías, Proyectos, Investigaciones
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Como bien sabemos, el desarrollo de las células humanas normales depende de la información contenida en el ADN de las células, además de que el ADN es el quien conforma nuestros genes, y que además controla el funcionamiento de nuestras células. Existen genes que controlan cuándo las células crecen, se dividen y mueren. Dichos genes se dividen en: Oncogenes: Son los genes que ayudan a las células a crecer, dividirse y mantenerse vivas. Genes supresores de tumores: Son aquellos genes que ayudan a mantener bajo control el crecimiento celular o que provocan que las células mueran en el momento oportuno. Los virus de los papilomas humanos (VPH) contienen dos proteínas conocidas como E6 y E7, las cuales desactivan a algunos genes supresores de tumores, como el p53 y el Rb. Esto permite que las células que recubren el cuello uterino crezcan demasiado y desarrollen cambios en genes adicionales, lo que en algunos casos puede causar cáncer. La mayoría de las mujeres con VPH no padece cáncer de cuello uterino, y otros factores de riesgo (como el fumar y la infección por VIH) influyen en qué mujeres expuestas a VPH son más propensas a padecer cáncer de cuello uterino. Figura 1. Etapas del CaCu
El proceso de infección ocurre principalmente, a través de receptores de integrinas presentes en las células basales. Sin embargo, también puede ser iniciada por lesiones epiteliales pequeñas, siendo poco el acceso a las células básales, donde produce un amplio espectro de cambios morfológicos una vez infestadas. En el núcleo de la célula hospedera, el virus se replica en una relación de 25 a 50 células, y mediado por la actividad de 4 proteínas multifuncionales: E1/E2, E6 y E7. E1/E2 : Es la región que generalmente se rompe cuando el genoma viral se inserta en el genoma hospedador. La disrupción de E2 libera los promotores virales de las oncoproteínas E6 y E7 e incrementa la expresión de estos genes transformantes. E6 : Es una oncoproteína que se une al producto génico del gen supresor de tumor p53, lo cual, lleva a formar un complejo E6-p53 que es blanco posterior para la degradación, y provoca fallos en los mecanismos de proliferación y apoptosis. E7 : Es una oncoproteína que promueve la trascripción viral por dos vías, las cuales son:
el factor de transcripción E2F, el cual es fundamental en la promoción de la síntesis del ADN.
dependiente de quinasa 2, la cual controla la progresión del ciclo celular. Figura 2. Ciclo replicativo del CaCu
Una vez realizada la prueba de detección de VPH, si el resultado es positivo puede ser clasificado según su nivel de riesgo. El siguiente esquema muestra los diferentes serotipos de VPH y su respectiva clasificación.
Cuando el resultado de la prueba da positivo para cáncer cervicouterino, la muestra patológica suele verse de la siguiente manera. Además, en la prueba es posible visualizar de la presencia de las proteínas p (color café) y la ki-67 (color rojo). Adicional a esto, la siguiente imagen muestra cómo es que se ve el cuello uterino de manera normal, cuando hay ajo y alto riesgo de contraer CaCu; y finalmente, cuando ya está presente el cáncer. Figura 4. Muestra patológica positiva a CaCu. Figura 5. Cuello uterino con y sin la presencia del CaCu.
Etapas IB y IIA: En caso de que la paciente desee conservar su fertilidad: Someterse a una cervicectomía radical con disección de los ganglios linfáticos pélvicos, y en caso de ser necesario, la extirpación de los ganglios linfáticos paraaórticos. Si a la paciente no le interesa conservar su fertilidad: Realizarse una histerectomía radical con la respectiva extirpación de los ganglios linfáticos pélvicos junto con algunos del área paraaórtica. Someterse a un tratamiento de radiación mediante la combinación de la braquiterapia y la radioterapia, adicional del rayo externo en caso de no ser candidata a cirujía. Etapa IIA1: La paciente deberá realizarse alguno de los dos posibles tratamientos que se describen a continuación. Realizarse una histerectomía radical con la respectiva disección de los ganglios linfáticos pélvicos y tomar muestras de los gangliois linfáticos paraaórticos; si se encuentran células cancerosas en la muestra, deberá someterse a cirujía y posteriormente a radioterapia y quimioterapia. Radiación con braquiterapia y posiblemente quimioterapa. Etapas IB3 y IIA2: Para estos casos, los tratamientos a seguir son: Quimiorradiación. Histerectomía radical y disección de los ganglios linfáticos pélvicos, además de tomar muestras de los ganglios linfáticos paraaórticos. Si la muestra arroja un resultado positivo acélulas cancerosas, se tendrá que someter adicionalmente a una cirugía seguida de radioterapia. Quimiorradiación seguida de una histerectomía. Etapas IIB, III e IVA: En estas etapas de desarrollo del cáncer, el único tratamiento a seguir es la quimiorradiación.
Etapa IVB: Esta etapa del cáncer no se considera curable, ya que, para este entonces, el cáncer ya se habrá propagado de la pelvis hacia otras partes del cuerpo. La única opción de tratamiento es la radioterapia con quimioterapia adicional, esto para tratar de desacelerar el crecimiento del cáncer y tratar de ayudar a aliviar los síntomas.
Según la Secretaría de Salud mexicana, “En año 2013 ocurrieron en el país 269,332 defunciones en mujeres mexicanas, de las cuales, el cáncer de mama y el cervicouterino ocuparon un 25% de esa cifra”. Como vimos en su descripción, la prueba de Tamizaje junto con la citología es una de las tácticas más efectivas para detectar si una mujer padece de cáncer cervicouterino, por lo cual, aplicarla en las mujeres mexicanas es de vital importancia ya que así podemos prevenir si no en su mayoría, por lo menos un cierto porcentaje de este padecimiento, así como el número de defunciones que ocurren por no tener una detección temprana del cáncer.