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Hipotálamo NEUROANATOMIA SNELL
Tipo: Resúmenes
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Controla el sistema nervioso autónomo (vegetativo) y el sistema endocrino, de manera que indirectamente controla la homeostasis corporal. Su ubicación, idónea para tal propósito, es el centro del sistema límbico. En éste convergen y divergen varias vías neuronales y, a través de su profusa irrigación sanguínea, es capaz de muestrear la química sanguínea. El hipotálamo emprende las respuestas apropiadas de control mediante la integración de los datos nerviosos y químicos que recibe. El hipotálamo es la parte del diencéfalo que se extiende desde la región del quiasma óptico hasta el borde caudal de los cuerpos mamilares. Se sitúa debajo del tálamo y forma el piso y la parte inferior de las paredes laterales del tercer ventrículo. Por delante del hipotálamo existe un área que, por razones funcionales, suele incluirse en éste. Se denomina área preóptica porque se extiende hacia adelante desde el quiasma óptico hasta la lámina terminal y la comisura anterior. Por debajo, el hipotálamo se une con el tegmento del mesencéfalo. El límite lateral del hipotálamo lo conforma la cápsula interna.
Visto desde abajo (fig. 13-2), el hipotálamo se relaciona con las estructuras siguientes, en sentido anteroposterior:
Zona medial En la zona medial pueden reconocerse los siguientes núcleos hipotalámicos, desde el aspecto anterior hacia el posterior:
Conexiones nerviosas eferentes Las conexiones eferentes del hipotálamo también son numerosas y complejas; aquí únicamente se describirán las vías principales (fig. 13-6):
similar, las fibras reticuloespinales conectan al hipotálamo con las células simpáticas que se originan en los cuernos laterales grises entre el primer segmento torácico y el segundo lumbar de la médula espinal y la eferencia parasimpática sacra a nivel del segundo, el tercero y el cuarto segmentos sacros de la médula espinal.
contracción de las células mioepiteliales que rodean los alvéolos y conductos de la mama. Hacia el final del embarazo, la oxitocina se sintetiza en grandes cantidades y estimula las contracciones del parto. Más adelante, cuando el bebé se encuentra en lactancia, un reflejo nervioso originado en el pezón estimula al hipotálamo para producir más hormona. Ello ocasiona la contracción de las células mioepiteliales que ayudan a la secreción de la leche desde las mamas. El núcleo supraóptico, que produce vasopresina, actúa como un osmorreceptor. En caso de que la presión osmótica de la sangre circulante a través del núcleo sea demasiado alta, las células nerviosas incrementan su producción de vasopresina, y el efecto antidiurético de esta hormona incrementa la reabsorción de agua desde el riñón. De este modo, la presión osmótica de la sangre retorna a los límites normales. Sistema hipofisario portal De las células neurosecretoras localizadas principalmente en la zona medial del hipotálamo depende la producción de hormonas liberadoras y hormonas inhibidoras de la liberación. Estas hormonas se encuentran almacenadas en gránulos, y se transportan a lo largo de los axones de estas células hasta la eminencia media y el infundíbulo. En este sitio, los gránulos se liberan mediante
exocitosis al interior de los capilares fenestrados, en el extremo superior del sistema portal hipofisario. El sistema portal hipofisario está compuesto en cada lado por la arteria hipofisaria superior, la cual es una rama de la arteria carótida interna (véase fig. 13-78). La arteria se introduce a través de la eminencia media y se divide en grán cantidad de manojos de capilares. Estos pequeños vasos sanguíneos drenan a los vasos descendentes largos y cortos que finalizan en el lóbulo anterior de la hipófisis, dividiéndose en sinusoides vasculares que pasan entre las células secretoras del lóbulo anterior. El sistema portal transporta las hormonas liberadoras y las hormonas inhibidoras de la liberación hasta las células secretoras del lóbulo anterior de la hipófisis. Las hormonas liberadoras estimulan la producción y la secreción de corticotropina (ACTH) , folitropina u hormona foliculoestimulante (FSH) , lutropina u hormona luteinizante (LH) , tirotropina u hormona estimulante de la tiroides (TSH) y somatotropina u hormona del crecimiento (GH). La liberación de las hormonas inhibidoras frena la liberación de la melanotropina u hormona estimulante de los melanocitos (MSH) y de la hormona luteotropa o prolactina (PRL). La PRL (también llamada hormona lactogénica ) estimula al cuerpo amarillo para secretar progesterona y a la glándula mamaria para producir leche. La hormona inhibidora de la hormona del crecimiento (somatostatina) detiene la liberación de la hormona del crecimiento. En la tabla 13-2 se muestra un resumen de las hormonas liberadoras e inhibidoras hipotalámicas y de sus efectos sobre el lóbulo anterior de la hipófisis.
En la tabla 13-4 se resumen las funciones de los principales núcleos hipotalámicos. Control autónomo El hipotálamo asume el control del sistema nervioso autónomo y parece integrar la función del sistema autónomo y del sistema neuroendrino para, de esa manera, mantener la homeostasia corporal. En esencia, el hipotálamo debe considerarse como el centro nervioso superior para el control de los centros autónomos de un orden inferior situados en el tronco encefálico y en la médula espinal (fig. 13-8).
La estimulación eléctrica del hipotálamo en experimentos con animales muestra que el área hipotalámica anterior y el área preóptica influyen en las respuestas parasimpáticas; incluyen el descenso de la presión arterial, la reducción de la frecuencia cardíaca, la contracción de la vejiga, el aumento de la motilidad del tubo digestivo y un incremento de la acidez del jugo gástrico, de la salivación y de la constricción pupilar. La estimulación de los núcleos posterior y lateral ocasiona respuestas simpáticas, que incluyen elevación de la presión arterial, aceleración del ritmo cardíaco, cese del peristaltismo en el tubo digestivo, dilatación pupilar e hiperglucemia. Estas respuestas conducirían a pensar que en el hipotálamo deben existir áreas que pueden denominarse centros parasimpáticos y simpáticos. Sin embargo, se ha observado que existe una considerable superposición de funciones en estas áreas. Control endocrino Las células nerviosas de los núcleos hipotalámicos, mediante la producción de factores de liberación o factores inhibidores de la liberación (véase tabla 13-2), controlan la producción hormonal del lóbulo anterior de la hipófisis. Las hormonas del lóbulo anterior incluyen la GH, la PRL, la ACTH, la TSH, la LH y la FSH. Algunas de estas hormonas actúan directamente en los tejidos corporales, mientras que otras, como la ACTH, actúan mediante un órgano endocrino que, a su vez, produce hormonas adicionales que influyen en las actividades de los tejidos generales del cuerpo. Hay que destacar que cada uno de los diferentes estadios se halla controlado por mecanismos de retroalimentación tanto negativos como positivos.
Emoción y comportamiento La emoción y el comportamiento responden a funciones del hipotálamo, del sistema límbico y de la corteza prefrontal. Algunos autores consideran que el hipotálamo es el integrador de la información aferente recibida de otras áreas del sistema nervioso, y que aporta la expresión física de la emoción. Puede producirse un incremento de la frecuencia cardíaca, elevación de la presión arterial, sequedad de boca, palidez o rubor de la piel y sudoración. También puede producirse actividad peristáltica masiva del tubo digestivo. La estimulación de los núcleos hipotalámicos laterales puede ocasionar síntomas y signos de ira, mientras que las lesiones de estas áreas conducen a la pasividad. La estimulación del núcleo ventromedial puede motivar pasividad, mientras que las lesiones de este núcleo causan ira. Control de los ritmos circadianos El hipotálamo controla muchos ritmos circadianos, como la temperatura corporal, la actividad de la corteza suprarrenal, el recuento de eosinófilos y la secreción renal. El sueño y la vigilia, aunque dependen de las actividades del tálamo, el sistema límbico y el sistema reticular activador, también están controlados por el hipotálamo. Las lesiones de la parte anterior del hipotálamo interfieren de forma importante con los ritmos de sueño y vigilia. El núcleo supraquiasmático, que recibe fibras aferentes de la retina, parece desempeñar un papel considerable en el control de los ritmos biológicos. Los impulsos nerviosos generados como respuesta a las variaciones en la intensidad de la luz·se transmiten a través de este núcleo para influir en las actividades de muchos de los núcleos hipotalámicos.