











Prepara tus exámenes y mejora tus resultados gracias a la gran cantidad de recursos disponibles en Docsity
Gana puntos ayudando a otros estudiantes o consíguelos activando un Plan Premium
Prepara tus exámenes
Prepara tus exámenes y mejora tus resultados gracias a la gran cantidad de recursos disponibles en Docsity
Prepara tus exámenes con los documentos que comparten otros estudiantes como tú en Docsity
Los mejores documentos en venta realizados por estudiantes que han terminado sus estudios
Estudia con lecciones y exámenes resueltos basados en los programas académicos de las mejores universidades
Responde a preguntas de exámenes reales y pon a prueba tu preparación
Consigue puntos base para descargar
Gana puntos ayudando a otros estudiantes o consíguelos activando un Plan Premium
Comunidad
Pide ayuda a la comunidad y resuelve tus dudas de estudio
Descubre las mejores universidades de tu país según los usuarios de Docsity
Ebooks gratuitos
Descarga nuestras guías gratuitas sobre técnicas de estudio, métodos para controlar la ansiedad y consejos para la tesis preparadas por los tutores de Docsity
Esta guía proporciona una descripción detallada del proceso de análisis del examen general de orina (ego) en el laboratorio clínico. Abarca desde la recolección de la muestra hasta la interpretación de los resultados, incluyendo información sobre los materiales necesarios, la preparación de la muestra, el examen físico-químico y el examen microscópico. La guía también incluye una sección sobre la importancia del ph en la orina y su relación con el equilibrio ácido-base del cuerpo.
Tipo: Ejercicios
1 / 19
Esta página no es visible en la vista previa
¡No te pierdas las partes importantes!
El examen general de orina (EGO) es un método analítico que permite estudiar los componentes de la orina, tanto a nivel microscópico como en sus características fisicoquímicas. Este examen proporciona información importante para el diagnóstico o seguimiento de diversas enfermedades, como infecciones del tracto urinario, diabetes, enfermedades renales, entre otras. El EGO es un examen de rutina, rápido, de bajo costo y fácil acceso en los servicios de salud.
1.1 Antecedentes
El Hospital General de Cadereyta fue fundado el 16 de agosto de 1950. Es un hospital de nivel II que ofrece 5 especialidades y servicios a pacientes de más de 180 municipios y localidades alrededor del municipio.
1.2 Misión
Ser un hospital con cultura de calidad, que facilite a su personal trabajar de manera organizada para apoyar de forma ágil, eficiente y eficaz a sus pacientes. Contar con programas de enseñanza que permitan que el personal en formación destaque por su nivel académico.
1.3 Visión
Ser reconocidos como un Hospital que brinda servicios de salud con calidad, eficiencia, oportunidad y seguridad, ofreciendo trato amable y humanitario a pacientes y familiares. Fortalecer el segundo nivel de atención y generar un impacto positivo en la calidad de vida de la población del semidesierto de Querétaro.
1.4 Giro
El Hospital General es una unidad pública dedicada principalmente a proporcionar servicios médicos para la atención de una variedad de enfermedades en niños, mujeres, adultos mayores y pacientes en general. Cuenta con instalaciones para la hospitalización de los pacientes y áreas generales, pediátricos y geriátricos.
1.5 Área de desarrollo del proyecto
Laboratorio Clínico.
2.1 Título del proyecto
Guía para el análisis del examen general de orina en el laboratorio clínico del hospital general de Cadereyta.
2.2 Objetivo del proyecto
Elaborar una guía de apoyo en la realización de procedimientos en la determinación del examen general de orina (EGO).
2.3 Objetivos específicos
I. Clasificar los procedimientos de acuerdo a su naturaleza química. II. Realizar la guía con los procedimientos para el Examen General de Orina (EGO).
2.4 Justificación
La motivación principal de este proyecto radica en la necesidad de informar y recopilar evidencia e información globalizada sobre el examen general de orina. Este proyecto se justifica desde los procesos que deben ser mejorados en el área de laboratorio clínico, brindando material de apoyo al personal encargado de procesar muestras en uroanálisis, para la preparación analítica y postanalítica de las muestras recibidas.
El examen general de orina (EGO) es un examen de rutina, rápido, de bajo costo y fácil acceso en los servicios de salud. Proporciona información importante para el diagnóstico de diversas enfermedades como infecciones del tracto urinario, diabetes y enfermedades renales.
La orina es la prueba que con mayor frecuencia se ve influenciada por las condiciones de recolección y procesamiento de la muestra. Es importante que la muestra se procese en el laboratorio clínico lo más pronto posible, y
pediátricos u oligo-anúricos, el volumen de muestra puede ser menor, en cuyo caso se indicará el volumen inicial de orina recolectada en el informe, teniendo en cuenta que a menor volumen puede haber menor probabilidad de pesquisa de elementos.
Se recomienda utilizar tubos de centrífuga de un solo uso (desechables) y con capacidad entre 10 a 12 ml, preferiblemente de plástico inerte y transparente, libres de interferentes químicos. En caso de reutilizar tubos, estos deben estar perfectamente limpios y secos. Se sugiere usar tubos graduados para facilitar el enrasado al llenarlos. Idealmente, deben usarse tubos con tapa para evitar derrames accidentales de orina y la formación de aerosoles al centrifugar. La forma del tubo debe ser cónica, lo que permite una mejor separación entre el sedimento y el sobrenadante.
Para el examen físico, se observará el color y turbidez de la muestra.
Para el examen químico, se colocará una gota de la orina sobre cada cuadro pequeño de la tira reactiva y se procederá a la lectura en el equipo Rotina
Para el examen microscópico, previo a la centrifugación (3000 rpm por 5 minutos), se tirará el sobrante urinario y se analizará únicamente el sedimento en el microscopio, utilizando un objetivo 40x.
ANÁLISIS FÍSICO
El aspecto de la orina se analiza visualmente, comparando el nivel de traslucidez y turbidez de cada muestra. El aspecto de la orina recién emitida puede ser transparente y/o límpido, sin descartar la posible aparición de una turbidez normal. En la primera orina de la mañana, debido a la gran concentración de sales, puede presentar un aspecto ligeramente turbio o turbio por la formación de precipitados en forma de cristales.
El aspecto de la orina se puede reportar de tres formas:
Transparente
El aspecto de la orina es transparente o límpido, y cualquier variación a este criterio debe ser analizada y comprobada por estudios complementarios.
Ligeramente Turbio
Presenta una pequeña y moderada presencia de contenido coloidal y sedimentación, lo que puede confirmar la mínima presencia de células epiteliales, moco, espermatozoides, líquido prostático, materia fecal o menstruación.
Turbio
Algunas de las causas patológicas del aspecto turbio en la orina son la presencia de ácido úrico, fosfatos, carbonatos, bacterias, cálculos, contaminación con materia fecal, eritrocitos, espermatozoides, fosfaturia, leucocitos, levaduras, líquido prostático, mucina, pus, tejido epitelial y urato. También puede tornarse turbia cuando la orina se guarda bajo refrigeración, por precipitación de uratos amorfos, con una precipitación rosada o con una turbidez blanquecina por fosfatos.
La orina normalmente tiene un color amarillo muy tenue, generado por urocromos como porfirinas, bilirrubinas y uroeritrina. Un color diferente al normal no necesariamente indica una enfermedad, ya que puede verse alterado por el consumo de medicamentos, alimentos o drogas.
Algunos colores de orina y sus posibles causas:
Anaranjado: Urobilina, colorantes alimenticios, nitrofurantoína, piridina, quinaquina, riboflavina, serotonina, sulfosalazina. Rosa: Eritrocitos, aminopirina. Rojo castaño púrpura: Porfobilina, porfobilinógeno, uroporfirina, fenolftaleína, remolacha, infección del tracto urinario por Pseudomonas, amitriptilina, vitaminas del complejo B, triantinero. Rojo: Colorantes alimenticios, metildopa, piridina, fenolsulfonftaleina, fenolftaleína, bromosulfaleina, antipirina.
La importancia del pH en orina radica en su aporte para determinar la existencia de trastornos sistémicos del equilibrio ácido-base de origen metabólico o respiratorio, y para el manejo de alteraciones urinarias que requieren que la orina se mantenga en un pH específico. La orina mantiene un rango entre 5.5 a 6.5 en la primera orina de la mañana.
La medición del pH es útil para controlar programas específicos de medicación o dieta cuando es deseable mantener la orina ácida o alcalina. Por ejemplo, el mantenimiento de la orina alcalina reduce la probabilidad de que los cálculos de ácido úrico se repitan.
El test de pH se basa en la combinación de tres indicadores: rojo de metilo, azul de bromotimol y fenolftaleína, que reaccionan con los iones de
Análisis de orina: Glucosa, proteínas,
hemoglobina, bilirrubina, cuerpos cetónicos y
urobilinógeno
La glucosa es un carbohidrato sumamente importante para todas las células del organismo. Su regulación y niveles en la sangre dependen de diversos factores. Debido a que el líquido se desplaza constantemente, la glucosa se eliminará por la orina, y a la concentración plasmática a la cual comienza a eliminarse la sustancia en la orina se le denomina umbral.
La detección de la glucosa se basa en una reacción específica glucosa- oxidasa-peroxidasa, en la cual la D-glucosa se oxida enzimáticamente por el oxígeno del aire y se convierte en D-gluconolactona. El peróxido de hidrógeno resultante oxida, bajo la catálisis de la peroxidasa, al indicador TMB para dar una coloración azul-verdosa que sobre el papel reactivo amarillo provoca un cambio de color a verde.
Lo normal es que no haya glucosa en la orina, porque el riñón trata de absorber la cantidad adecuada de glucosa. Sin embargo, cuando hay demasiada glucosa, generalmente cuando la glucosa en la sangre es mayor a 180, el riñón ya no puede absorber toda la glucosa que se está filtrando, por lo que esta glucosa se queda en la orina y se excreta del cuerpo. Esto es un mecanismo de protección natural del cuerpo cuando hay un exceso de azúcar.
Algunos medicamentos utilizados para tratar la diabetes, como la canaglifozina, dapaglifozina y empaglifozina, bloquean la capacidad de absorción del riñón, lo que hace que la glucosa permanezca en la orina y se excrete a través de ella.
La reacción de detección de proteínas se basa en el denominado error de proteína de los indicadores de pH. La zona de test de proteínas contiene una mezcla tampón y un indicador sometido a un cambio de color de amarillo a verde en presencia de proteína, aunque el pH se mantenga constante. El indicador reacciona de forma especialmente sensible a la albúmina secretada cuando existe lesión renal.
La proteinuria es un síntoma frecuente en las enfermedades renales, pero también es inespecífico. Existen diferentes tipos de proteinuria:
Proteinuria benigna: Se observa en personas con riñones sanos, sobre todo hasta los 30 años, y constituyen el 90% de las proteinurias detectadas en este grupo de edad. Pueden ser causadas por estrés físico o emocional, ortostatismo, hipotermia, calor, embarazo o el uso de fármacos vasoconstrictores.
Proteinuria extrarrenal: Se detecta en cuadros clínicos agudos, como cólicos, ataques epilépticos, infartos, ataques cerebrales, lesiones cardíacas y estados postoperatorios. Proteinuria renal: Aumento de la permeabilidad de los capilares glomerulares debido a procesos patológicos. Pueden ser de origen glomerular, tubular o post-renal.
La hemoglobina es el pigmento que contienen los eritrocitos. Cuando los glóbulos rojos se hemolizan (descomponen) en los vasos sanguíneos, las partes quedan libres en el torrente sanguíneo. Si el nivel de hemoglobina en la sangre se eleva demasiado, entonces dicha hemoglobina comienza a aparecer en la orina, lo cual se denomina hemoglobinuria.
La tira reactiva para orina puede detectar hematuria (presencia de eritrocitos) en la orina. Esto puede deberse a enfermedades renales, infecciones urinarias, inflamación de los riñones, alteraciones en la próstata o cáncer renal. En el caso de las mujeres, también es posible la identificación de hematuria durante el período menstrual.
La bilirrubina es un pigmento que se forma por la degradación de la hemoglobina. Cuando la bilirrubina se conjuga con el ácido glucurónico, se vuelve soluble en agua y puede ser eliminada por vía renal.
La reacción del test de bilirrubina es la unión de la bilirrubina con una sal de diazonio estable en un medio ácido del papel reactivo, formando una coloración azoica rojo violeta.
La bilirrubina conjugada (directa) puede encontrarse en la orina en casos de lesión del parénquima hepático, trastornos de la secreción de bilirrubina, obstrucción del flujo biliar, entre otros.
Los cuerpos cetónicos son productos químicos que el cuerpo produce cuando no puede utilizar la glucosa disponible como fuente de energía y utiliza las grasas. Esto ocurre cuando se tiene una resistencia muy elevada a la insulina o en casos de agotamiento pancreático.
La prueba de cuerpos cetónicos se basa en la reacción de las cetonas con nitroprusiato y ácido acetoacético, produciendo un cambio de color que va del rosa claro para resultados negativos hasta un color rosa o púrpura más oscuro para resultados positivos.
El urobilinógeno es un metabolito intestinal de la bilirrubina, parcialmente absorbido en el intestino y posteriormente eliminado en la orina. Valores
Falsos positivos y falsos negativos en la
detección de leucocitos
Orinas contaminadas por secreciones genitales Balanitis o vaginitis Fiebre Glomerulonefritis Nefrocalcinosis Tumores nefro-urológicos Malformaciones del tracto urinario Trauma renal Nefritis intersticial por fármacos
Esterasa en orinas poco concentradas por administración de antibióticos como cefalexina o gentamicina Presencia de proteinuria Niveles altos de ácido ascórbico en la orina Tiempo de contacto insuficiente entre la orina y la tira reactiva
Eritrocitos en la orina
El análisis químico con tira reactiva que indica la presencia de hemoglobina se confirma con el análisis microscópico. En condiciones normales, el sedimento urinario no debería contener eritrocitos, o solo de 0 a 5 células por campo. Los eritrocitos en la orina se observan con forma redonda bicóncava y un diámetro de 7-8 μm. El reporte de eritrocitos se realiza por campo visual del microscopio, pudiendo ir desde 0-3 células por campo hasta incontables. Imágenes 6.1.a y 6.1.b muestran ejemplos de reportes de eritrocitos.
Crenocitos: Eritrocitos con cambios en la osmolaridad urinaria, no indicativos de hemorragia renal. Acantocitos: Eritrocitos con protrusiones de la membrana, pueden indicar deficiencia de piruvato-quinasa, vitamina E, anemia hemolítica, quemaduras o insuficiencia renal. Imágenes 6.3.a y 6.3.b muestran ejemplos de acantocitos.
Leucocitos en la orina
Los leucocitos aparecen como células granuladas redondas, de 7-15 μm de diámetro. Imágenes 6.1.c y 6.1.d muestran ejemplos de reportes microscópicos de leucocitos en la orina.
Cristales urinarios y su importancia clínica
Un cristal se compone de átomos dispuestos en un modelo que se repite periódicamente en las tres caras dimensionales, con caras planas lisas, rugosas o irregulares, debido a su composición química. Los compuestos cristalinos urinarios se dividen en dos grandes grupos: las sustancias amorfas y las sustancias cristalinas. Los cristales tienen formas geométricas definidas, mientras que las sustancias amorfas no lo tienen. Una característica de los cristales es que su forma es previsible a partir de la estructura elemental. El resultado del arreglo de los elementos de simetría (los ejes de simetría, los planos de simetría y el centro de simetría) son 6 sistemas cristalinos.
El crecimiento cristalino en el tracto urinario necesita que determinados eventos urinarios y anatómicos coincidan en el tiempo y espacio mientras la orina transita o permanece en la vejiga del paciente (4 a 6 horas), lo que indica que la cristaluria hallada en el examen general de orina es un fenómeno agudo del tracto urinario. Además, está demostrado que la litiasis es la expresión crónica de múltiples eventos de crecimiento cristalino, lo que sugiere que el crecimiento de fase aguda (cristal), el estado transitorio activo del crecimiento (drusa) y la expresión crónica macroscópica de dichos eventos cristalinos (cálculo), necesitan de las mismas condiciones del microambiente urinario.
Un cristal se genera a partir de una orina que está sobresaturada, es decir, cuando la orina contiene una concentración de soluto (sustancia a cristalizar) mayor que la concentración de equilibrio para una temperatura dada. Para que se produzca el proceso de cristalización, debe ocurrir una transformación por interacción de fases, ya sea líquido-sólido, donde existe una reorganización de las estructuras, o sólido-sólido, donde el sólido inicial y final tienen la misma estructura cristalina y la misma composición química.
Algunos fármacos que son excretados por la orina, principalmente antibióticos, pueden formar cristales cuando la dosis recetada es elevada, la diuresis se encuentra disminuida o el pH de la orina es ácido. Estos eventos de cristaluria medicamentosa son poco frecuentes y pueden ser asintomáticos e incluso originar fallos renales agudos.
Cilindros urinarios
Normalmente, los cilindros urinarios pueden sugerir patologías como:
Pielonefritis aguda o crónica Glomerulonefritis Nefritis intersticial aguda Procesos inflamatorios de origen renal
La composición celular del cilindro, es decir, la cantidad de mononucleares o polimorfonucleares que contenga, es un buen indicador del proceso patológico que originó su aparición en la orina. Dentro de la matriz del cilindro se hallan inmersos leucocitos provenientes de una exudación intrarenal o de un exudado leucocitario de ganglios linfáticos renales.
Cilindros granulosos
Los cilindros granulosos se originan a partir de cilindros celulares, ya sean de eritrocitos, leucocitos, células renales o una combinación de estos. Al no ser expulsados por el filtrado glomerular, sufren degeneración y destrucción celular, por lo que se observan gránulos gruesos. Estos cilindros pueden aparecer en enfermedades agudas y crónicas del riñón.
Cilindros epiteliales
Los cilindros epiteliales se forman cuando se agregan células del epitelio de los túbulos renales por destrucción de los mismos. Esto puede ocurrir por la pérdida de integridad del epitelio tubular, lo que ocasiona fuga del líquido filtrado glomerular al intersticio y obstrucción al paso de la orina en los túbulos por las células tubulares dañadas.
Cilindros céreos
Los cilindros céreos se forman por la máxima degeneración del material celular de cilindros celulares, como consecuencia de la permanencia del cilindro en la luz tubular. Tienen una gran refringencia y presentan hendiduras o muescas en los bordes, características de las estrechas torsiones espirales de los túbulos contorneados donde se forman. Su presencia indica siempre una enfermedad renal crónica grave.
Cilindros eritrocitarios
Los cilindros eritrocitarios se observan cuando eritrocitos isomórficos, en su mayoría producto de una trasudación de la "vasa recta" hacia los túbulos, se integran en una matriz proteica. Su presencia puede indicar una lesión tubular o una glomerulonefritis.
Células basales
Las células basales integran la capa interior del epitelio uretral. Se presentan en el sedimento urinario de forma esférica o ligeramente oval, son las células más pequeñas (15-30 micras). El núcleo es esférico, de membrana fina, y el citoplasma es finamente granular y uniforme, de bordes bien definidos y de coloración rojiza.
Células intermedias
Las células intermedias se alojan en el estrato medio del epitelio uretral. Son células de forma oval o con un ligero aspecto poliédrico, miden de 30- micras, el citoplasma es granular fino y obtienen diferentes tonalidades rojizas, generalmente no presentan pliegues. El núcleo tiende a ser central y mide de 9-11 micras, normalmente esferoide, aunque en ocasiones es oval con una segmentación central.
Células superficiales
Las células superficiales son las más comúnmente halladas en el sedimento urinario. Miden de 40-60 micras, son poliédricas, de múltiples lados y generalmente presentan pliegues, su citoplasma es granular, fino y se tiñen de color rojizo; su núcleo es pequeño de 5-7 micras, oval o redondo, normalmente excéntrico y picnótico.
Células transicionales profundas del urotelio
Estas células tienen una forma ovoide o esferoide y, en ocasiones, con una prolongación en forma alargada. Su citoplasma es granular grueso, miden de 15-25 micras ligeramente más grandes que un leucocito, y su núcleo es oval o elíptico, con una membrana nuclear gruesa y cromatina granular fina, midiendo 7-10 micras y presentando un nucléolo central evidente.
Células transicionales de la región intermedia del urotelio
Estas células son de forma poliédrica, con un citoplasma granular grueso que se tiñe con mayor intensidad, de pocos lados y generalmente rectos, midiendo de 20-30 micras. El núcleo es único, redondo y de membrana nuclear gruesa, midiendo de 7-10 micras, y presenta partículas de cromatina.
Célula urotelial de pelvis renal
Tienen un tamaño promedio de 15-25 micras, con un citoplasma granular grueso y una cauda muy larga y delgada. Tienen uno o más núcleos redondos u ovoides, con membrana nuclear gruesa y nucléolos bien definidos. Pertenecen a un tejido epitelial de transición, y su descamación es de origen patológico.
Célula uretral navicular
Se encuentran en la unión de la uretra y la vejiga. Su descamación es patológica.
Célula de uretra prostática
Tienen un tamaño promedio de 15-25 micras, son cilíndricas con citoplasma granular fino. Tienen una pequeña cauda cerca del núcleo, que es polar, con membrana nuclear bien definida y nucléolo. Es común encontrarlas en racimos, y su descamación es de origen patológico.
Célula urotelial superficial
Tienen un tamaño promedio de 35-65 micras, con lados rectos y bordes regulares. Tienen un citoplasma granular grueso y dos o más núcleos redondos u ovoides, con membrana nuclear gruesa y nucléolos bien definidos. La relación núcleo-citoplasma es cercana a 1:8-1:10. Pertenecen a un tejido epitelial de transición, y su descamación es de origen patológico.
Célula urotelial intermedia
Tienen un tamaño promedio de 25-40 micras, con lados rectos y bordes regulares. Tienen un citoplasma granular grueso y un núcleo redondo u ovoide, con membrana nuclear gruesa y un nucléolo bien definido. La relación núcleo-citoplasma es cercana a 1:6-1:9. Pertenecen a un tejido epitelial de transición, y su descamación es de origen patológico.
Célula urotelial basal
Tienen un tamaño promedio de 20-30 micras, son redondas u ovales, con bordes regulares.
Tienen un citoplasma granular grueso y un núcleo redondo u ovoide, con membrana nuclear gruesa y un nucléolo bien definido. La relación núcleo-citoplasma es cercana a 1:4 – 1:9. Pertenecen a un tejido epitelial de transición, y su descamación es de origen patológico.
Célula uretral superficial
Tienen un tamaño promedio de 55-75 micras, con un contorno irregular y pliegues en los bordes. Tienen un citoplasma granular fino y un núcleo picnótico muy pequeño. La relación núcleo-citoplasma es de 1:30 – 1:70. Pertenecen a un tejido epitelial estratificado uretral, y pueden descamarse de manera natural.
Célula uretral intermedia
Tienen un tamaño promedio de 35-55 micras, con un contorno irregular y pliegues en los bordes. Tienen un citoplasma granular fino y un núcleo oval invaginado, con membrana nuclear fina y sin nucléolos aparentes. La relación núcleo-citoplasma es de 1:20 – 1:40. Pertenecen a un tejido epitelial estratificado.
Célula uretral basal
Tienen un tamaño promedio de 14-20 micras, son redondas u ovales, con bordes regulares. Tienen un citoplasma granular fino y un núcleo redondo u ovoide, con membrana nuclear fina y sin nucléolos aparentes. La relación núcleo-citoplasma es cercana a 1:4-1:6. Pertenecen a un tejido epitelial estratificado uretral, y pueden descamarse de manera natural, aunque su hallazgo abundante puede relacionarse con patologías.
Las bacterias pueden evidenciarse en forma de cocos, bacilos o filamentosas. Es normal ver pequeñas cantidades de bacterias en la orina, ya que no es estéril. La presencia de bacterias junto a síntomas como poliuria, urgencia miccional, disuria, nitritos y leucocitos positivos, es diagnóstica de infección de vías urinarias. Las infecciones urinarias ocurren cuando una bacteria sube a partir de la uretra, infecta la vejiga (cistitis) y puede ascender a los riñones (pielonefritis). La presencia de bacterias en ausencia de síntomas, nitritos y leucocitos positivos, probablemente indique una contaminación al momento de la toma de la muestra.
El examen general de orina es una herramienta fundamental en el diagnóstico preliminar de diversas patologías, tanto a nivel de las vías urinarias y renales, como de enfermedades sistémicas. Algunos estudios destacan su utilidad en la evaluación de pacientes con litiasis renal y en el seguimiento de infecciones del tracto urinario.
La correcta recolección, manipulación y análisis de la muestra de orina son cruciales para obtener resultados confiables. Aspectos como el tiempo de recolección, la temperatura de almacenamiento y el uso de tiras reactivas deben ser cuidadosamente controlados.
Diversos estudios han evaluado la calidad del examen general de orina en diferentes entornos de atención médica. Estos análisis han permitido identificar áreas de mejora en los procesos pre-analíticos, analíticos y post- analíticos, con el fin de optimizar la fiabilidad y utilidad de esta prueba diagnóstica.
La orina también puede proporcionar información valiosa sobre la epidemiología, resistencia antimicrobiana y opciones terapéuticas en el manejo de las infecciones del tracto urinario adquiridas en la comunidad.
El control de calidad es fundamental para garantizar la precisión y confiabilidad de los resultados del examen de orina. Diversas guías y manuales proporcionan lineamientos para implementar programas de aseguramiento de la calidad en los laboratorios clínicos.
El análisis del sedimento urinario puede revelar la presencia de diversos elementos, como eritrocitos, leucocitos, cristales y células epiteliales. La correcta interpretación de estos hallazgos es crucial para el diagnóstico y seguimiento de diversas patologías.
La presencia de cristales en el sedimento urinario puede indicar un riesgo aumentado de formación de cálculos renales. El análisis de estos cristales y su relación con factores de riesgo litogénico es relevante en el manejo de la litiasis renal.