















Prepara tus exámenes y mejora tus resultados gracias a la gran cantidad de recursos disponibles en Docsity
Gana puntos ayudando a otros estudiantes o consíguelos activando un Plan Premium
Prepara tus exámenes
Prepara tus exámenes y mejora tus resultados gracias a la gran cantidad de recursos disponibles en Docsity
Prepara tus exámenes con los documentos que comparten otros estudiantes como tú en Docsity
Los mejores documentos en venta realizados por estudiantes que han terminado sus estudios
Estudia con lecciones y exámenes resueltos basados en los programas académicos de las mejores universidades
Responde a preguntas de exámenes reales y pon a prueba tu preparación
Consigue puntos base para descargar
Gana puntos ayudando a otros estudiantes o consíguelos activando un Plan Premium
Comunidad
Pide ayuda a la comunidad y resuelve tus dudas de estudio
Descubre las mejores universidades de tu país según los usuarios de Docsity
Ebooks gratuitos
Descarga nuestras guías gratuitas sobre técnicas de estudio, métodos para controlar la ansiedad y consejos para la tesis preparadas por los tutores de Docsity
El funcionamiento de los electrodos de po2 y pco2, su calibración y mantenimiento, así como las recomendaciones para su uso en la medición de los valores de presión parcial de oxígeno y dióxido de carbono en sangre. Además, se proporciona información sobre la calibración de estos electrodos y los métodos alternativos para la medición de estos valores en sangre.
Tipo: Transcripciones
1 / 23
Esta página no es visible en la vista previa
¡No te pierdas las partes importantes!
Recomendaciones SEPAR
Tras las dos normativas anteriores dedicadas a la espirometría forzada y a las pruebas de broncoprovocación inespecífica, ésta es la tercera publicación de la serie “Recomenda- ciones SEPAR” que también versa sobre los aspectos esenciales de una metodogía des- tinada al estudio e interpretación del estado de la función pulmonar. El objetivo funda- mental de la misma es proporcionar la máxima información posible en torno a la me- dición de los gases arteriales, desde su obtención en la cabecera de la cama del enfermo hasta su procesamiento final a nivel instrumental. De ahí que se insista sobre una larga lista de normas y detalles prácticos, sin olvidar los errores de medición ni toda aquella otra información complementaria que nos ha parecido conveniente incluir. Sin embar- go, otro objetivo primordial ha sido llamar la atención, de forma indirecta, sobre la im- portancia actual que tiene la medición correcta de los gases arteriales en la clínica, a fin de mejorar el tratamiento y cuidado de los pacientes con problemas respiratorios. Sin desmerecer ni minimizar en absoluto el interés y utilidad de otras pruebas funcionales pulmonares sólidamente implantadas entre los neumólogos, como por ejemplo la espiro- metría, parece prudente recordar que la práctica de la gasometría arterial representa la prue- ba que más rápida y eficazmente puede informar sobre el estado global de la función pri- maria del aparato respiratorio; esto es, el aporte de oxígeno al organismo y la eliminación del anhí- drido carbónico del mismo. Es más, la gran expansión que ha adquirido la oxigenoterapia durante los últimos tiempos, en sus diversas facetas y modalidades, ha resaltado y consolida- do aún más la incorporación de esta técnica como instrumento de trabajo indispensable pa- ra la labor clínica, sin la cual difícilmente puede optimizarse la atención a los pacientes neu- mológicos. No está de más insistir nuevamente en que el concepto de insuficiencia respira- toria, situación clínica cuya elevada morbilidad y mortalidad conlleva unos costes sociales y económicos impresionantes, descansa exclusivamente en la medición de la presión parcial de los gases fisiológicos en sangre arterial. El grupo de trabajo ha entendido, desde el principio mismo de su actuación, que, por más específica o extraña que resulte la tarea asistencial de un especialista en neumología, muy difícilmente podrá sustraerse al conocimiento de esta prueba de laboratorio e ignorar los aspectos esenciales de su aplicación. Tal vez sea ésta una de las técnicas más convencio- nales de análisis de la función pulmonar cuyos errores de medición e interpretación re- dundan en un mayor y más inmediato perjuicio, a veces incluso gravemente irreversible para el paciente. Sin embargo, también se debe ser consciente de que las limitaciones me- todológicas son aún notorias. En los años venideros seremos testigos de importantes avances en este campo que, por un lado, simplificarán algunos de los aspectos actuales más engorrosos y, por otro, subsanarán errores instrumentales frecuentes. En este senti- do, por ejemplo, aún se está lejos de una óptima estandarización en la recogida de las muestras, su medición y el manejo de los aparatos. Esta normativa pretendería ser también de utilidad práctica para todos aquellos otros colectivos médicos (anestesiólogos, cardiólogos, cirujanos cardiotorácicos, intensivistas e internistas generales) que, al igual que los neumólogos, pueden es- tar comprometidos en el cuidado y tratamiento de pacientes con problemas de in- suficiencia respiratoria. A todos ellos mi agradecimiento.
R. Rodríguez-Roisín
Recomendaciones SEPAR
ble, (véase el apartado “Saturación de oxihemoglobina” incluido en “Medición. Fundamentos teóricos”) o a la cantidad total existente o contenido de oxígeno. Suele expresarse en mmHg o unidades torr, aunque la nomenclatura europea ha optado por el término kilopascal (kPa) del Sistema Internacional de Unidades (SI) (1 torr = 1mmHg = 0,133 kPa; 1kPa = 7,5006 mmHg o torr). En el indivi- duo sano su valor disminuye progresivamente con la edad, pero, respirando aire ambiente y a nivel del mar, siempre debe ser superior a 80 mmHg. Se cuantifi- ca con el electrodo de Clark 2 , formado por un cátodo de platino y un ánodo de cloruro argéntico unidos mediante puente electrolítico de cloruro potásico y con voltaje polarizante de 0,5-0,6 voltios. Además, existe una membrana especial que permite el libre paso de O 2 , pero evita el depósito de proteínas en el electrodo de platino. El principio básico de funcionamiento depende de la difusión de las moléculas de O 2 a través de la solución electrolítica hacia la superficie del cáto- do, donde se reduce alterando la conductividad de dicha solución electrolítica. Este último fenómeno comporta un cambio en la intensidad de corriente exis- tente entre el cátodo y el ánodo, que es directamente proporcional al valor de PO 2 existente en la muestra sanguínea. Existen diversos compuestos capaces de modificar tal relación; entre ellos destaca el halotano por su frecuente empleo en anestesiología.
La presión parcial de CO 2 (PCO 2 ) corresponde a la presión ejercida por el CO 2 libre en plasma. Se expresa en las mismas unidades que la PO 2 (mmHg, torr o kPa [véase el apartado anterior]). En el individuo sano su valor oscila entre 35 y 45 mmHg y, a diferencia de la PO 2 , no varía con la edad. Para su cuantificación se emplea el electrodo de Stow-Severinghaus 1 , que consiste en un electrodo de pH estándar (véase el apartado “Electrodo de pH” incluido en “Medición. Fundamentos teóricos”) sumergido en una solución tampona- da de bicarbonato sódico y separado de la muestra sanguínea por una mem- brana que únicamente permite el paso de CO 2. La difusión del CO 2 desde la sangre hasta la solución tamponada de bicarbonato supone el equilibrio de la PCO 2 de ambos medios; el resultado es un cambio proporcional en la con- centración de H +^ de la solución tamponada que es detectado por el electrodo de pH. Como en el caso de O 2 , si se modifica la permeabilidad de la mem- brana se altera significativamente el tiempo de respuesta del electrodo y, por consiguiente, la exactitud de la medición de la PCO 2. Es imperativo, por tan- to un mantenimiento periódico y regular del electrodo (véase el apartado “Mantenimiento” incluido en “Electrodo de PCO 2 ” [“Control de calidad y mantenimiento”]).
El valor de saturación de oxihemoglobina (SO 2 %) corresponde al porcentaje de hemoglobina que se halla unida reversiblemente al O 2. Respirando aire ambien- te y a nivel del mar, en un individuo sano, debe ser superior al 90%. La observa-
Gasometría arterial
ción clínica de que la sangre arterial y venosa tiene un color diferente constituye la base para la medición espectrofotométrica de la SO 2 %. Esta técnica se basa en la emisión de uno o varios haces de luz de diferente longitud de onda que son re- cibidos por un amplificador que, a su vez, genera una corriente eléctrica de sali- da proporcional a la absorción de luz producida por sustancias de color diferen- te, generalmente oxi y desoxihemoglobina. Todo ello se realiza tras haber hemo- lizado la muestra sanguínea y haber substraído la corriente generada por una sustancia cero de referencia. Cronológicamente, la medición de la SO 2 % prece- dió a la cuantificación de la PO 2. En 1900, se describió el primer sistema basado en la emisión de dos longitudes de onda diferentes. Dicho sistema era capaz de cuantificar la cantidad de oxihemoglobina en relación a la cantidad de hemoglo- bina reducida existente. Sin embargo, presenta el inconveniente de sobreestimar el porcentaje de la primera cuando coexisten concentraciones significativas de carboxi o metahemoglobina. Posteriormente se han desarrollado otros sistemas basados en la emisión simultánea de hasta seis longitudes de onda diferentes, ca- paces de cuantificar al mismo tiempo, los valores de oxi, desoxi, carboxi y meta- hemoglobina. Debe señalarse, sin embargo, que el azul de metileno y el azul de Evans pueden detectar la sulfahemoglobina y hemoglobina fetal, absorber luz de una determi- nada longitud de onda y modificar la fiabilidad de los resultados. Si no se dispone de un sistema automatizado de medición, el valor de SO 2 % pue- de deducirse mediante el empleo del nomograma de Severinghaus^3 o las subruti- nas de cálculo propuestas por Kelman^4.
El valor de la denominada P 50 describe el grado de afinidad de la hemoglobina por el O 2 y se define como la cifra de PO 2 que corresponde a un valor de SO 2 % del 50%, a 37 °C, con PCO 2 de 40 mmHg y pH de 7,4. La P 50 del adulto sano oscila entre 26 y 28 mmHg. Su disminución implica un aumento de la afinidad de la hemoglobina por el O 2 y viceversa. El método ideal para determinar la P 50 comprende la tonometría (véase el apar- tado “Tonometría” incluido en “Electrodo de PO 2 ” [“Control de calidad y mantenimiento”) de tres muestras de sangre con valores de SO 2 % próximos al 50% (en general, se aconseja tonometrar a concentraciones de oxígeno del 3, 3,5 y 4%). Dentro de lo posible, debe procurarse que la PCO 2 se mantenga constante a 40 mmHg. Sin embargo, después de tonometrar la muestra sanguí- nea, es imprescindible comprobar los valores de PCO 2 , pH y exceso de base, con objeto de estandarizar los valores de PO 2 obtenidos a condiciones de refe- rencia (pH = 7,4; PCO 2 = 40) (véase el apartado “Control de calidad y mante- nimiento”). Tras ello, todos los puntos de SO 2 % y PO 2 se situarán en un eje de coordenadas y el valor de P 50 se extrapolará a partir de la recta que una estos tres puntos. Aunque menos precisos, existen sistemas automatizados que re- quieren menos experiencia y describen toda la curva de disociación de la oxihe- moglobina; pueden efectuarse varios estudios en una hora, con resultados bas- tante aceptables.
Gasometría arterial
el creciente desarrollo tecnológico ha posibilitado la aparición de microelectrodos, de diámetro .25 μm, que ya están incorporados en la mayoría de nuevos aparatos, y con ello se ha reducido notablemente la cantidad de O 2 consumido por el anti- guo electrodo de Clark y la necesidad de métodos de corrección complejos.
La exactitud y precisión de cualquier medida (entre ellas la de la gasometría arte- rial) dependen tanto de la cualificación y entrenamiento del personal técnico co- mo de la calidad de los electrodos polarográficos y su correcto mantenimiento^5. Debe efectuarse por tanto un estricto control de calidad, entendiéndose por tal la verificación de la exactitud del aparato de medición mediante la comparación de muestras-patrón de valor conocido con los resultados realmente obtenidos, com- parar resultados entre diferentes aparatos y realizar un mantenimiento regular del utillaje. Debe diferenciarse del concepto de calibración 6,7 , que consiste en ajustar el resultado de un instrumento determinado con un estándar conocido, al objeto de su exactitud. Finalmente, señalemos que el programa denominado Proficiency testing 6,7^ es un intento de efectuar un control de calidad multicéntrico que se ha llevado a cabo en EE.UU. Consiste en la medición periódica de muestras con va- lores desconocidos en diferentes laboratorios a fin de comparar y evaluar sus re- sultados. Constituye, por consiguiente, un excelente sistema de control de cali- dad. Sin embargo, dado que supone un gran esfuerzo organizativo y comporta un dispendio económico sustancial, existe controversia en cuanto a su recomenda- ción y empleo rutinario^8. Asimismo, en todo laboratorio debe ser imprescindible un tonómetro y deben evitarse las muestras acuosas, que son poco recomendables. Es de destacar que el coste económico de un tonómetro, en contra de lo que habitualmente se cree, es inferior al que supone la utilización continuada de muestras acuosas. Es recomendable mantener encendido el aparato para evitar prolongar el tiempo de calibración. Al iniciar las mediciones, siempre debe calibrarse con dos puntos de pH, PO 2 y PCO 2. Es conveniente tener el registro de todas las gasometrías, para posibles consultas posteriores. Es indispensable tener junto a los aparatos una libreta de averías y otra de mantenimiento y calibraciones donde registrar to- das las eventualidades, lo que permitirá un mejor control de calidad (apéndice 2).
Calibración. El electrodo de pH es lineal, relativamente estable y fácil de calibrar. Su calibración incluye dos operaciones diferentes:
1. Calibración de 1 punto. La calibración de 1 punto con la solución tamponada de pH 7,384 debe realizarse antes del análisis de cada muestra. 2. Calibración de 2 puntos. Incluye el uso de dos soluciones tamponadas, general- mente de pH 7,384 y 6,846. La calibración de 2 puntos debe hacerse cada 4 ho- ras o cuando la calibración de 1 punto esté alterada en ± 0,01.
Recomendaciones SEPAR
Calibración. La calibración convencional del electrodo de PO 2 se lleva a cabo me- diante el empleo de dos muestras gaseosas diferentes, cuyas concentraciones equivalen al 20 y 0% de O 2 (aproximadamente, corresponden a valores de PO 2 de 140 y 0 mmHg). Debe realizarse la calibración de 1 punto (20% O 2 ) antes de ca- da medición y la calibración de 2 puntos (20 y 0% O 2 ) cada 4 horas o cuando la de un punto exceda los valores esperados en ± 2 o 3 mmHg. Debido a que la respuesta del electrodo de Clark puede llegar a ser hasta un 25% más baja cuando mide gas que cuando mide sangre^2 , el electrodo de PO 2 es más inestable y difícil de calibrar que el de pH. Por ello, es imperativo efectuar un es- tricto control de calidad y comprobar lo correcto de la calibración mediante el uso de controles específicos, en general sangre tonometrada (véase apartado “To- nometría” en “Control de calidad y mantenimiento”) o soluciones acuosas tam- ponadas (véase apartado “Soluciones acuosas tamponadas” en “Control de cali- dad y mantenimiento”), aunque estas últimas son poco recomendables.
Recomendaciones SEPAR
de 35 y 70 mmHg). Se debe realizar la calibración de 1 punto (5% CO 2 ) antes de ca- da medición y la calibración de 2 puntos (5 y 10% CO 2 ) cada 4 horas o cuando la de un punto exceda en ± 3 mmHg los valores esperados. Al empezar el día, se realizará la calibración de 2 puntos, y siempre la del 5% de CO 2 previa a la muestra. Aunque los problemas del electrodo de PCO 2 no son tan complejos como los del de PO 2 , las recomendaciones para su control de calidad son las mismas que para éste. Lo más apropiado es el empleo de muestras tonometradas (véase el aparta- do “Tonometría” en “Control de calidad y mantenimiento”) aunque, a diferencia del caso del electrodo de PO 2 , las soluciones acuosas tamponadas son de utilidad (véase el apartado “Soluciones acuosas tamponadas” en “Control de calidad y mantenimiento”).
Calibración. Debe calibrarse diariamente con soluciones acuosas tamponadas que deben estar a la temperatura que defina el fabricante y colocarse preferiblemen- te en un baño termostático. No obstante, para un correcto control de calidad, de- be usarse la tonometría al menos una vez al mes.
Para realizar la punción arterial en el área del gabinete de pruebas funcionales respiratorias se precisa, como mínimo, una habitación de unos 5 m^2 que incor- pore un lavabo para la limpieza y desinfección de las manos y todo el material ne- cesario para la punción. También es conveniente disponer de una camilla por si el paciente se marea tras la punción. En general, se recomienda que la extracción arterial se lleve a cabo con el paciente sentado, a excepción de aquellos que estén encamados. El paciente debe estar en reposo (sedestación) 10 min antes de la
Gasometría arterial
punción, y en todo caso debe indicarse en la petición la posición del paciente du- rante la punción. La extracción arterial debe realizarse previamente a cualquier maniobra de función pulmonar. El paciente debe abstenerse de fumar y, a ser po- sible, de tomar broncodilatadores y vasodilatadores y/o recibir oxigenoterapia previamente a la punción, dependiendo de las condiciones clínicas de cada pa- ciente. Como toda exploración, debe ser explicada detalladamente al paciente an- tes de su realización (apéndice 2).
Al elegir la zona de punción debe tenerse en cuenta la accesibilidad del vaso y el tipo de tejido, ya que los músculos, tendones y grasa son menos sensibles al do- lor que el periostio y las fibras nerviosas. Además, para reducir la probabilidad de punción venosa accidental, es preferible elegir arterias que no presenten venas satélites importantes. En general, la arteria radial en el túnel carpiano satisface to- dos estos requisitos, recomendándose como lugar de elección, aunque también puede utilizarse la arteria dorsorradial^15. Si la circulación colateral es insuficien- te en ambas arterias radiales (véase el apartado siguiente), o éstas son difícilmen- te accesibles, la arteria humeral en la fosa antecubital, inmediatamente por dentro del tendón del bíceps, constituye la segunda alternativa. La arteria femoral sólo se utilizará en casos excepcionales puesto que, por debajo del ligamento inguinal, no existe circulación colateral que actúe adecuadamente.
En general, la muestra de sangre arterial que hay que analizar suele obtenerse por punción directa o mediante la utilización de un catéter arterial. Tanto en uno co- mo en otro caso debe tenerse en cuenta que la invasión de la luz arterial puede provocar espasmo, formación de un trombo intramural o aparición de un hema- toma periarterial. Cualquiera de estas complicaciones puede implicar isquemia distal. En consecuencia, es recomendable verificar la viabilidad de la circulación colateral si se pretende colocar un catéter arterial (véase el apartado siguiente). La prueba de Allen constituye un método sencillo y fiable para comprobarla en la ar- teria radial. Se pide al enfermo que abra y cierre vigorosamente el puño tras ha- ber localizado y comprimido la onda de pulso radial y cubital. Tras 5-10 flexiones suele aparecer palidez isquémica palmar. Con la mano del enfermo extendida, se liberará la compresión cubital y se registrará el tiempo necesario para que reapa- rezca la coloración palmar habitual. En general^16 , se considera que la circulación colateral cubital es adecuada si ésta reaparece en menos de 15 s.
Deben seguirse los siguientes pasos:
Gasometría arterial
sencilla, rápida, altamente eficaz, muy bien tolerada por el paciente y con escasas o nulas complicaciones que, por otra parte, son de mínima trascendencia clínica (hematoma, dolor en la zona de punción)^16. Por tanto, aunque existen métodos alternativos no cruentos, como la pulsioxí- metría (véase el apartado ”Pulsioximetría”), se recomienda el empleo de la canu- lación radial para el análisis preciso del intercambio gaseoso pulmonar durante la práctica ambulatoria de una prueba de esfuerzo.
La punción capilar constituye una forma alternativa de obtener una muestra san- guínea susceptible de ser interpretada como si se tratase de una muestra arterial. Suele emplearse en lactantes y niños en los que la punción arterial directa es muy difícil. No debe utilizarse en el paciente adulto. Se utilizan lancetas o, mejor, ho- jas de afeitar, en una zona (lóbulo de la oreja o yema de los dedos) cuya circula- ción se ha estimulado previamente con algún rubefaciente.
La correcta manipulación de la muestra sanguínea por personal técnico cualifica- do reviste tanta importancia como el adecuado mantenimiento técnico de los apa- ratos de medición, aun cuando se utilicen máquinas automatizadas (véase el apar- tado “Control de calidad y mantenimiento”)^5. En este sentido, deben resaltarse los aspectos que detallamos a continuación:
Recomendaciones SEPAR
res de la jeringa sea máximo.
Recomendaciones SEPAR
Aunque se han publicado decenas de ecuaciones para la predicción de los valores normales en individuos sanos de diferente edad21-23^ (tabla I), en la práctica clíni- ca diaria se consideran normales, a nivel del mar, todos aquellos valores de PO 2 superiores a 80 mmHg, con cifras de PCO 2 situadas entre 35 y 45 mmHg y de pH entre 7,35 y 7,45. En cuanto al valor del gradiente alveoloarterial de O 2 , de- be situarse su límite superior en 15-20 mmHg, dependiendo de la edad del indi- viduo (apéndice 1). En la tabla I se incluyen los valores de referencia de PaO 2 y AaPO 2 y en la tabla II los valores medios de las principales variables relacionadas con la medición de los gases sanguíneos, correspondientes a un sujeto de 25 años de edad, en reposo.
Existe toda una serie de factores que pueden dar lugar a una medición errónea y, en consecuencia, a una interpretación incorrecta de los valores gasométricos. En la tabla III se incluyen las fuentes de error más frecuentes.
La manipulación de muestras sanguíneas siempre entraña un cierto riesgo de in- fección accidental. Por tanto, las medidas higiénicas y profilácticas deben extre- marse al máximo, especialmente si la persona que manipula las muestras presen- ta heridas o escoriaciones cutáneas, debido al riesgo de adquirir hepatitis. En ge- neral, todo el personal que realiza la punción arterial debe desinfectarse las manos antes y después de cada una de ellas y usar guantes desechables^24. Comer, beber y fumar debe prohibirse en la zona de análisis. Todo el material utilizado en la ob- tención de muestras debe ser depositado en recipientes especiales para material
Arterial Venoso mixto
PO 2 (mmHg) 80-100 40 PC O 2 (mmHg) 35-45 46 pH 7,35-7,45 7, P 50 (mmHg) 25- Temperatura (°C) 37,0 37, Hemoglobina (g/dl) 14,9 14, Contenido de O 2 (ml/100 ml) 19,8 14, Combinado con hemoglobina 19,5 14, O 2 disuelto 0,3 0, Saturación de hemoglobina 97,5 72, Contenido de CO 2 (ml/100 ml) 49,0 53, Compuestos carbamínicos CO 2 2,2 3, CO 2 bicarbonato 44,2 47, CO 2 disuelto 2,6 3,
Gasometría arterial
contaminado, especialmente las agujas, que lo serán en cajas no perforables. Aquellos materiales que hayan estado en contacto con sangre de pacientes afec- tados de hepatitis o sida deben identificarse siguiendo las normas propias de ca- da hospital. Las solicitudes de análisis y las muestras de pacientes con posibilidad de padecer enfermedades transmisibles de alto riesgo biológico (sida, hepatitis B, hepatitis no A no B, mononucleosis infecciosa e infecciones por citomegalovirus) deben iden- tificarse adecuadamente. En este tipo de pacientes es imperativo el uso de jeringas desechables. En el tonómetro deben desinfectarse rutinariamente todas las partes que estén en contacto con la muestra sanguínea, como la cámara de humidificación y la cubeta. En algunos la- boratorios, para prevenir la contaminación bacteriana, se colocan mensualmente en dicha cubeta 0,5 μg de bacitracina y 0,01 μg de neomicina por mililitro de san- gre 10. También es recomendable extremar las medidas higiénicas y profilácticas durante las operaciones de mantenimiento de los aparatos, especialmente de aquellas zonas en contacto directo habitual con la muestra sanguínea.
Durante las dos últimas décadas se han desarrollado diversos métodos alternati- vos, generalmente no invasivos, para la medición y/o control de los gases sanguí- neos^25. Aunque se ha registrado un progreso mínimo en la medición no invasiva del valor del pH, existen cuatro importantes áreas de desarrollo tecnológico que merecen comentario aparte. Debe tenerse en cuenta, sin embargo, que se trata de nuevas tecnologías y que, por tanto, se encuentran en un proceso continuo de transformación.
Punción arterial dolorosa (sin anestesia) Punción venosa Exceso de heparina en la jeringa de extracción Burbujas en la muestra Muestra en contacto con el aire (sin tapón) Tiempo superior a 10-15 min entre la extracción y el análisis de la muestra Muestra expuesta a calor (no estar conservada en frío) No agitar suficientemente la muestra No despreciar el espacio muerto de la muestra No calibrar con la periodicidad necesaria No realizar controles de calidad No realizar un mantenimiento preventivo Desconocimiento de la temperatura del paciente Desconocimiento de la FIO 2 Leucocitosis superior a 50.000 leucocitos/ml
Gasometría arterial
APÉNDICE 1. ECUACIONES DE CÁLCULO (TABLA I)
P AO 2 = P 1 O 2 – [PaCO 2 × (F 1 O 2 + [(1 – FIO 2 )/R])]
donde PI O 2 corresponde a la PO 2 inspirada, F 1 O 2 a la fracción inspiratoria de O 2 (aire ambiente: 0,21) y R al cociente respiratorio (V· CO 2 /V· O 2 ) que, de no medirse, suele equipararse a 0,8 (en la tabla II, se incluyen los valores normales).
CaO 2 = (SaO 2 % × l,34 [ml/g] × Hb [g/dl]) + (0,003 × PaO 2 [mmHg])
donde 1,34 corresponde a la cantidad máxima de O 2 que puede transportar 1 g de hemoglobina saturada al 100%, aunque algunos autores^22 recomiendan el valor de 1,39 Hb a la concentración plasmática de hemoglobina (g/dl) y 0,003 al coeficiente de solubilidad del O 2 en plasma. Según se apliquen valores arteriales o venosos mixtos, se habla de contenido arterial (CaO 2 ) o venoso mixto (CnO 2 ) de O 2 , respectivamente. Sus valores suelen expresarse en volúmenes por cien (vols%). En el individuo sano, el valor de CaO 2 oscila alrededor de los 20 vols% y el de CvO 2 sobre los 15 vols%.
s/Q
T). Qs/QT = ([Cc’O 2 –CaO 2 ]/[Cc’ O 2 –CvO 2 ]) × 100
Recomendaciones SEPAR
perfusión de unidades con cociente V· A/Q· reducido, por lo que se habla de porcentaje de mezcla venosa (venous admixture). Por el contrario, debido a que dichas unidades alveolares con cocientes V·A/Q· bajos son capaces de oxigenar la sangre venosa mixta si se respira O 2 al 100%, su cuantificación tras 20- min de respirar O 2 al 100% expresa el porcentaje del gasto cardíaco que realmente se halla perfundiendo unidades alveolares con cociente V·A/Q·^ = 0. Por tanto, en tales circunstancias puede hablarse de porcentaje deshunt*. De todos modos, debe tenerse en cuenta que la propia respiración de O 2 al 100% durante dicho período de tiempo es capaz de modificar sustancialmente la distribución basal de los cocientes29,30^ V· A/Q·. Para la cuantificación del cociente Q· s/Q·^ T debe disponerse del contenido de O 2 en sangre arterial, venosa mixta y capilar ideal (c’) (CaO 2 , Cv--O 2 y Cc’O 2 , respectivamente):
Q · / Q · T = ([Cc’O2 – CaO 2 ]/[Cc’O 2 – CvO 2 ])^ ×^100 El valor del Cc’O 2 se calcula a partir de la cifra de PO 2 alveolar teórica (respirando aire, equivale a 100- 110 mmHg). El valor del Q · S /Q
· T se expresa en forma de porcentaje del Q
· T. En el individuo sano no debe ser superior al 5%.
· pulmonares, es decir, sobre la posible existencia de unidades bien ventiladas pero escasamente perfundidas, o ventiladas pero no perfundidas en absoluto (espacio muerto fisiológico). Se compone de la suma del espacio muerto anatómico y todas aquellas unidades alveolares ventiladas pero no perfundidas (espacio muerto alveolar). Su cálculo comporta la medición de la PaCO 2 y del valor de la fracción espiratoria mixta de CO 2 (PE CO 2 ), por lo que se aparta del tema de esta monografía. Tan sólo señalar que su valor se calcula mediante la ecuación de Bohr:
VD/VT = (PaCO 2 – PECO 2 )/PaCO 2 )
donde F corresponde a (0,058/[A+1] + 0,013)/2,3026 y A equivale a 0,243×(PO 2 /100).
donde y = ([PO 2 medida/26,7]0,184^ + 0,003× EB-2,2) (7,4-pH medido) y EB al exceso de base.
*De hecho, para cuantificar realmente el valor del shunt debe utilizarse la técnica de
eliminación de gases inertes múltiples^31.