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fisiologia de la sangre, Apuntes de Enfermería

fisiologia de la sangre elementos de la sangre, hematopoyesis. sistema inmune inmunidad.

Tipo: Apuntes

2024/2025

Subido el 09/06/2025

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Fisiología de la sangre
La sangre, el corazón y los vasos sanguíneos forman el aparato
cardiovascular. La rama de la ciencia que estudia la sangre, los tejidos formadores
de sangre y los trastornos asociados recibe el nombre de hematología (hem=sangre
logos= conocimiento).
La sangre es un tejido conjuntivo líquido que llena las cavidades cardíacas y
la luz de los vasos sanguíneos y que cumple muchas funciones, pero
específicamente se pueden mencionar tres funciones:
1. Transporte:
a. Transporte de oxígeno desde los pulmones hasta las células del organismo
y dióxido de carbono desde las células a los pulmones.
b. Transporte de nutrientes desde el tracto gastrointestinal hasta las células y
de productos de deshecho desde las células hasta los riñones.
c. Transporte de hormonas desde las glándulas endocrinas hasta las células.
2. Regulación:
a. Regulación del pH mediante elementos amortiguadores (CO2,
bicarbonato).
b. Regulación de la temperatura corporal, mediante el desplazamiento
de la sangre desde vasos más profundos a vasos más superficiales, o viceversa.
c. Regulación del volumen de agua a través de la presión osmótica (proteínas
e iones en disolución).
d. Regulación hormonal, mediante el transporte de hormonas desde las
glándulas que las producen hasta los órganos diana, donde realizan su función
reguladora.
3. Protección:
a. Protección de la pérdida sanguínea mediante la coagulación.
b. Protección frente a infecciones mediante el sistema leucocítico-
inmunitario.
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Fisiología de la sangre La sangre, el corazón y los vasos sanguíneos forman el aparato cardiovascular. La rama de la ciencia que estudia la sangre, los tejidos formadores de sangre y los trastornos asociados recibe el nombre de hematología ( he m=sangre logos = conocimiento). La sangre es un tejido conjuntivo líquido que llena las cavidades cardíacas y la luz de los vasos sanguíneos y que cumple muchas funciones, pero específicamente se pueden mencionar tres funciones:

1. Transporte: a. Transporte de oxígeno desde los pulmones hasta las células del organismo y dióxido de carbono desde las células a los pulmones. b. Transporte de nutrientes desde el tracto gastrointestinal hasta las células y de productos de deshecho desde las células hasta los riñones. c. Transporte de hormonas desde las glándulas endocrinas hasta las células. 2. Regulación: a. Regulación del pH mediante elementos amortiguadores (CO2, bicarbonato). b. Regulación de la temperatura corporal, mediante el desplazamiento de la sangre desde vasos más profundos a vasos más superficiales, o viceversa. c. Regulación del volumen de agua a través de la presión osmótica (proteínas e iones en disolución). d. Regulación hormonal, mediante el transporte de hormonas desde las glándulas que las producen hasta los órganos diana, donde realizan su función reguladora. 3. Protección: a. Protección de la pérdida sanguínea mediante la coagulación. b. Protección frente a infecciones mediante el sistema leucocítico- inmunitario.

Composición: La sangre fluye a lo largo del cuerpo dentro de los vasos sanguíneos esta consta de una parte líquida, el plasma sanguíneo, en el que se encuentran elementos formes (las células sanguíneas) en suspensión. La sangre es de color rojo debido a la presencia de hemoglobina en los hematíes. Su viscosidad y su densidad están relacionadas con la cantidad de hematíes y su presión osmótica, sobre todo, con su contenido en proteínas. Su pH se encuentra entre 7.35- 7.45. El volúmen de sangre circulante o volemia es la cantidad total de sangre que tiene un individuo y representa aproximadamente el 8% del peso corporal (5.5 L en un hombre de 70 Kg y 250 ml en un recién nacido que pese 3.2 Kg). Del volúmen sanguíneo total, alrededor de 1 litro se encuentra en los pulmones, 3 litros en la circulación venosa sistémica y el litro restante se reparte entre el corazón, las arterias sistémicas, las arteriolas y los capilares. Se le conoce como plasma sanguíneo al líquido transparente, o ligeramente amarillento, que conforma el 55% de la sangre, dentro del cual se encuentran suspendidos los glóbulos rojos, blancos, así como las plaquetas y también sustancias que incluyen: iones minerales (sodio, potasio, calcio, cloro entre otros electrolitos) El plasma sanguíneo se conforma por agua, en su mayoría, junto con sales minerales y muchas proteínas enfocadas al buen funcionamiento de nuestro cuerpo, en condiciones normales, las proteínas del plasma constituyen el 7-9% del plasma (6-8 g/100 ml). La clasificación de las proteínas que se encuentran en el plasma es: Globulinas: Tienen un papel importante en el funcionamiento del hígado, la coagulación de la sangre y el combate contra las infecciones, representan el 40% de las proteínas del plasma. Se dividen en - globulinas,- globulinas y  - globulinas. Las  y  - globulinas se sintetizan en el hígado y transportan lípidos y

los linfocitos, los monocitos, los eosinófilos y los basófilos. Una persona produce aproximadamente unos 100.000 millones de glóbulos blancos al día. Los leucocitos son células sanguíneas verdaderas, puesto que tienen núcleo, al contrario de lo que sucede con los hematíes o las plaquetas. Son las unidades móviles del sistema de protección (o sistema inmune) del cuerpo humano, tienen mayor tamaño que los hematíes y están presentes en la circulación en un número mucho menor (unos 7000/mm3, ó 7 mil millones por litro de sangre). Una gran parte de ellos madura en la médula ósea (granulocitos, monocitos y linfocitos B) y el resto en el timo (linfocitos T). Hay 2 grandes tipos de leucocitos según contengan o no gránulos en el citoplasma: Granulocitos o polimorfonucleares que tienen núcleos multilobulados y gránulos en el citoplasma. Según la naturaleza de los gránulos que poseen en el citoplasma son neutrófilos (violetas), eosinófilos (rojos) y basófilos (azules intensos). Agranulocitos o mononucleares , que no tienen gránulos en el citoplasma. Son los monocitos , con núcleos en forma de riñón y los linfocitos , con núcleos grandes y poco citoplasma. A pesar de que todos los leucocitos participan en la defensa de los tejidos frente a los agentes causantes de enfermedades, cada clase de célula tiene un papel diferente. Los neutrófilos y los monocitos defienden al organismo al fagocitar microorganismos extraños. Los eosinófilos y los basófilos aumentan en caso de reacciones alérgicas. Los linfocitos defienden al organismo por medio de la llamada inmunidad específica. El ser humano adulto tiene unos 7000 glóbulos blancos/mm3 de sangre. Si tiene un número mayor a 10000/mm3 se dice que hay una leucocitosis y si su número es inferior a 4000/mm3 se dice que tiene una leucopenia. La proporción de

los diversos tipos de leucocitos (fórmula leucocitaria) en estos 7000 glóbulos blancos/mm3 es: Neutrófilos 62 %: Son un tipo de glóbulo blanco responsable de gran parte de la protección del cuerpo contra la infección. Se producen en la médula ósea y son liberados en el torrente sanguíneo para que viajen a cualquier parte donde se necesiten. Cuando la demanda es alta, se producen grandes cantidades de formas inmaduras de neutrófilos, llamados cayados. Eosinófilos 2.3 %: Se producen en la médula ósea a partir de células madre y migran hacia la sangre, desde donde suelen dirigirse a órganos como el timo, el tracto gastrointestinal, las glándulas mamarias o el útero. No obstante, pueden llegar también a otros tejidos durante una respuesta inflamatoria. Estas células pueden ser activadas por diferentes moléculas, principalmente por citoquinas y quimiocinas como la interleuquina 5. Basófilos 0.4 %: Constituyen la única célula circulante con capacidad para liberar histamina, sustancia involucrada en el proceso inflamatorio, y otros mediadores, siendo cruciales en el inicio de las reacciones alérgicas. Monocitos 5.3 %: Los monocitos son un tipo de glóbulos blancos que luchan contra determinadas infecciones y ayudan a otros leucocitos a eliminar tejidos muertos o dañados, destruir células cancerosas y regular la inmunidad contra sustancias extrañas. Linfocitos 30 %: Son las células sanguíneas encargadas de la inmunidad adquirida o específica. Pasan a los tejidos, luego de nuevo a la linfa y otra vez a la sangre y asi continuamente. Hay dos tipos de linfocitos: linfocitos T y linfocitos B. Morfológicamente no es posible diferenciarlos entre sí y hay que realizar estudios inmunológicos con marcadores de membrana. El 80% de los linfocitos circulantes son linfocitos T. Las células B producen anticuerpos los cuales se unen y destruyen los virus o las bacterias invasoras. Las células T son combatientes directos de los invasores extraños y también productoras de citoquinas, las cuales son sustancias biológicas que ayudan a activar otros componentes del sistema inmunológico, uno

Los glóbulos rojos: también llamados hematíes o eritrocitos, se ocupan de transportar el oxígeno desde los pulmones a los tejidos, y de llevar de vuelta el dióxido de carbono de los tejidos hacia los pulmones para su expulsión. Los hematíes dan a la sangre su color rojo característico. Son el tipo de célula más numerosa de la sangre ya que constituyen el 99% de los elementos formes de la sangre. En realidad, no son verdaderas células porque no tienen núcleo ni otras organelas y su tiempo de vida es limitado (unos 120 días). Tienen forma de discos bicóncavos, con un diámetro medio de 8 micras, son muy finos y flexibles y pueden deformarse para circular a través de los capilares más estrechos. En el hombre normal su número es de unos 5,200.000/m3 (5x1012/litro ó 5 billones de hematíes por litro de sangre) y en la mujer 4,700.000/mm (4,7x1012/litro) de sangre. Su principal función es la de transportar la hemoglobina y, en consecuencia, llevar oxígeno (O2) desde los pulmones a los tejidos y dióxido de carbono (CO2) desde los tejidos a los pulmones. La hemoglobina (Hb) es la responsable del color rojo de la sangre y es la principal proteina de los eritrocitos (hay unos 15 g/dl de sangre). Cada molécula de Hb está formada por 4 subunidades y cada subunidad consiste en un grupo hemo (que contiene 1 átomo de hierro) unido a una globina. La fracción con hierro de la Hb se une de forma reversible al O2 para formar oxihemoglobina. El hematocrito representa la proporción del volúmen sanguíneo total que ocupan los hematíes. En condiciones normales es del 38% (5) en la mujer y del 42% ( 7) en el hombre. El volúmen corpuscular medio ( VCM ) es el volúmen medio de cada eritrocito. Es el resultado de dividir el hematocrito por el número de hematíes. Su valor normal esta entre 82-92 fl (fentolitros). Si es mayor se dice que hay una macrocitosis y si es menor, una microcitosis.

La hemoglobina corpuscular media ( HCM ) es el contenido medio de Hb en cada eritrocito. Es el resultado de dividir la cantidad de hemoglobina total por el número de hematíes. Su valor normal es de unos 28 pg (picogramos). La concentración corpuscular media de hemoglobina ( CCMH ) proporciona un índice del contenido medio de Hb en la masa de eritrocitos circulantes. Es el resultado de dividir la cantidad de hemoglobina total por el hematocrito. Su valor es de unos 33 g/dl. La velocidad de sedimentación globular ( VSG ) es la velocidad con que los hematíes sedimentan en un tubo de sangre descoagulada. En condiciones normales es de 2-10 mm en la primera hora. Aumenta en casos de infecciones o inflamaciones. En el embarazo puede estar alta de forma fisiológica.

Los proeritroblasto son células grandes, tienen entre 14 y 19 μm. El doble de diámetro de un eritrocito. Es en el proeritroblasto que inicia la captación del hierro que circula en el plasma. Este queda almacenado y será utilizado para la síntesis de hemoglobina. Aproximadamente 20 horas después el proeritroblasto se transforma en un eritroblasto basófilo. Estos tienen una gran cantidad de ribosomas. Es aquí donde inicia la síntesis de hemoglobina. Esta célula también llamada eritroblasto1 acumula hemoglobina y se divide una vez más para formar al Eritroblasto 2. El cual sigue siendo basófilo. Un proceso que dura alrededor de 20 horas. El eritroblasto 2 se divide y se diferencia en eritroblasto policromatofilo. El cual ya contiene una gran cantidad de Hemoglobina. Esta célula presenta un núcleo reducido y poco definido. El eritroblasto policromatofilo presenta la misma cantidad de hemoglobina y ribosomas libres. El Eritroblasto policromatofilo ya no se divide únicamente se diferencia dando lugar al normoblasto. También llamado eritroblasto ortocromatofilo. Esta célula ha ocupado la mayoría de sus ribosomas libres y tiene mayor presencia de hemoglobina. Es en esta célula en la que se elimina al núcleo. El eritroblasto ortocromatofilo se diferencia una vez más dando lugar al reticulocito, un proceso con una duración de 30 horas aproximadamente. Plasma. El reticulocito sale de la medula osea y entra a la sangre. En la sangre perderá sus filamentos de cromatina y pasará a ser un eritrocito maduro. Los reticulocitos tardan unas 24 horas en perder sus orgánulos (ribosomas y mitocondrias). Es decir que tardan alrededor de 1 día en madurar a eritrocitos. Por esto corto tiempo de vida es normal encontrar entre 0.5 y 1% en sangre. Hay dos factores reguladores de la producción de hematíes, que son la eritropoyetina y la oxigenación tisular para mantener regulada, dentro de límites muy estrechos, la masa total de eritrocitos en el sistema circulatorio. Siempre hay un

número adecuado de eritrocitos disponibles para proporcionar el suficiente oxígeno (O2) a los tejidos, sin que sea excesivo para dificultar la circulación de la sangre. La eritropoyetina, es el principal factor estimulador de la producción de hematíes. Es una hormona circulante que se produce en los riñones en su mayor parte (80-90%) y, el resto, en el hígado, lo que explica que, cuando enferman los 2 riñones se produzca una anemia muy importante ya que la eritropoyetina formada en el hígado solo es suficiente para producir la 1/3 parte de los hematíes necesarios. El efecto de esta hormona consiste en estimular la diferenciación de las células de las UFC-E a proeritroblastos y el resto de células hasta llegar al eritrocito y acelerar la maduración de las mismas. Cuando la médula ósea produce glóbulos rojos con gran rapidez, muchas de las células pasan a la sangre en su fase inmadura así que el porcentaje de reticulocitos puede ser un 30-50% de los hematíes circulantes. La oxigenación tisular, es el otro gran factor regulador de la producción de hematíes. Cualquier situación que provoque una disminución en el O2 transportado a los tejidos aumenta la formación de eritrocitos, a través de la estimulación de la producción de eritropoyetina. Sucede, por ejemplo, en el caso de una anemia aguda producida por una hemorragia (gran disminución del número de eritrocitos) o en la exposición crónica a grandes alturas (en que hay una disminución de la concentración de oxígeno en el aire atmosférica). Importancia de la vitamina B12 y Ácido fólico. El proceso de la eritropoyesis es un proceso de división y maduración celular. El eritroblasto policromatofilo es la última célula de la eritropoyesis con capacidad mitótica. Dadas las altas necesidades del organismo las células eritropoyeticas están en constante renovación. Esto implica que estas células deben crecer y reproducirse a gran velocidad. Las células de la eritropoyesis utilizan la mitosis como un proceso de reproducción celular. Es aquí donde entran en escena las vitaminas B12 y el B (Ácido fólico).

proteína apoferritina, situada en el citoplasma celular, para dar lugar a la ferritina. Este hierro almacenado en la ferritina se llama hierro de depósito. La ferritina puede almacenar diferentes cantidades de hierro en función de las necesidades, de modo que cuando la cantidad de hierro en el plasma disminuye mucho, el hierro se libera de la ferritina de forma fácil, sale al exterior celular y puede ser transportado por la transferrina hacia las células que lo necesitan. Los varones excretan cada día cerca de 1 mg de hierro, principalmente por las heces o por descamación de las células de la piel y del intestino. Las mujeres pierden cantidades adicionales de hierro por la menstruación, hasta 2 mg/día. La cantidad de hierro obtenida cada día con la dieta debe ser, por lo menos, igual a la perdida por el organismo. Las plaquetas o trombocitos: Las plaquetas son partículas celulares esenciales para el normal desarrollo de la hemostasia y cumplen un rol protagónico en los desórdenes tanto trombóticos como hemorrágicos. Las plaquetas tienen su

origen en la fragmentación citoplasmática del megacariocito. La participación de las plaquetas en numerosas funciones fisiológicas y la sencilla manera de obtención para su estudio, han fundamentado su uso como modelo experimental de gran utilidad en biología celular. Las plaquetas circulan en forma de lente biconvexa (lenticular), se encuentran en una concentración que oscila entre 150 a 400 células x 109 /L y tienen un tamaño de 0,5 a 2,5 μm. El volumen plaquetario medio fluctúa entre 7 a 9 fL. La función plaquetaria principal es mantener la integridad vascular y frenar el sangrado. Para el desarrollo de esta función, la superficie plaquetaria juega un rol crucial de contacto, primero asegurando la adhesión a los componentes del subendotelio expuesto y luego favoreciendo la agregación y formación del trombo plaquetario. La hematopoyesis:

que le son propias y en cantidades insuficientes (síndromes mielodisplásicos) y, finalmente, otras son debidas a la producción de células cancerosas en grandes cantidades (leucemias). Las células madres hematopoyéticas pluripotenciales (CMHP) pueden sufrir dos procesos:  Autoproliferación, por el que se multiplican y convierten en células iguales que las originales, por la acción de proteínas inductoras del crecimiento.  Diferenciación en células madres comprometidas para el desarrollo de una línea celular concreta. De las células madre comprometidas, proceden las células progenitoras que no son capaces de autoproliferar y dan lugar a células más específicas. Algunas células progenitoras son conocidas como unidades formadoras de colonias (UFC). Las células de la siguiente generación ya son las células precursoras o blastos. La inmunidad.

El sistema inmune no existe en un órgano definido, es un conjunto de tejidos, células y moléculas que interaccionan y forman un frente común para integrar una respuesta: la llamada respuesta inmune. La mayoría de las veces esta respuesta es de naturaleza defensiva y se produce ante un agente exógeno o endógeno, que resulta extraño al organismo, denominado antígeno (Ag). El sistema inmune está capacitado para reconocer lo que le es propio y así mantener la individualidad del organismo. Tipos de inmunidad. Se consideran dos grandes rubros: la inmunidad natural o innata y la específica, adquirida o adaptativa. Aunque las respuestas de la inmunidad natural y la adquirida muestran diferencias en sus mecanismos de acción, la sinergia entre ambas es esencial para una respuesta inmune totalmente efectiva. Inmunidad natural o innata. Es la resistencia que existe en un individuo al nacimiento y es de carácter genético. Se pone de manifiesto desde la primera vez

Respuesta primaria, en la primera exposición a un agente extraño (sensibilización) la respuesta es débil o ausente y declina con rapidez. Esta respuesta no es inmediata y requiere expansión clonal, lo que dará origen a dos tipos de células: células efectoras y células de memoria. El responsable de esta respuesta es el linfocito virgen (naive) T o B, que, al ser estimulado específicamente por primera vez, forma a partir de una clona más o menos mil células. Estas células se multiplican de dos a cuatro veces cada 24 horas durante 3 a 5 días. Al desaparecer el antígeno, las células efectoras mueren por apoptosis y sobreviven únicamente las células de memoria. En la respuesta primaria las células efectoras (plasmáticas) derivadas del linfocito B estimulado, secretan anticuerpos o inmunoglobulinas inicial, y principalmente, de la clase M (IgM). Más tarde, se puede iniciar la producción de pequeñas cantidades de alguna otra de sus clases. Las células efectoras derivadas del linfocito T estimulado secretan citocinas (TH) o citotoxinas (TC). Respuesta secundaria, es la segunda exposición al mismo agente la respuesta que se origina es más intensa, más rápida, específica y duradera, lo que pone de manifiesto la existencia de una memoria inmunológica. En esta repuesta el anticuerpo que se produce principalmente es G (IgG), Las exposiciones subsecuentes sólo producen un pequeño incremento en la respuesta, la cual llega a un límite (respuesta autolimitada). Se han identificado 5 clases de anticuerpos: IgA, IgD, IgM, IgE y IgG. Las IgG o gammaglobulinas son las más numerosas y constituyen el 75% de los anticuerpos de una persona normal. La IgA, es la inmunoglobulina que se encuentra en secreciones como la saliva, la bilis o el calostro. La IgD, actúa como receptor de superficie en los linfocitos B, junto con la IgM. La IgM, actúa como receptor de superficie en los linfocitos B, junto con la IgD. Los linfocitos B tienen estos receptores inmunoglobulinas en su membrana, con la parte variable hacia fuera, para poder reconocer el antígeno. También, la IgM es el

primer anticuerpo que se produce durante el desarrollo y durante la respuesta inmune primaria y activa el sistema del complemento. La IgE, se une a los receptores Fc que están en los mastocitos y en los basófilos, con lo que facilitan la respuesta inflamatoria frente a un antígeno. La IgG , llamada también gammaglobulina, es la inmunoglobulina más abundante del plasma. Es capaz de cruzar la membrana placentaria con lo que suministra anticuerpos al feto para protegerle mientras está en el útero y durante algunos meses después del parto. Mecanismos de adquisición. La inmunidad específica se adquiere de dos formas: Activa: Como el término lo indica, el sistema inmune trabaja activamente para montar y consolidar una respuesta contra un agresor, sin importar si su entrada fue espontánea o inducida. La inmunidad activa se establece cuando el sistema inmune toma contacto con el antígeno, lo cual puede darse de manera natural, a través de una infección, o artificial, por medio de la administración de vacunas. Pasiva: Es la transferencia a un individuo de la inmunidad que se desarrolló en otro. Esto sucede de manera natural, cuando los anticuerpos pasan de la madre al hijo a través de la placenta y el calostro, o anticuerpos, células y otros factores por la leche materna. La inmunidad pasiva se transfiere de manera artificial mediante el paso de células a través de una transfusión sanguínea o de anticuerpos preformados contenidos en los llamados “antisueros” o “antitoxinas”, por ejemplo, los que se utilizan para neutralizar picaduras de alacranes, serpientes, arañas, etcétera. Debido a que el individuo no formó esos anticuerpos a través de su propio sistema inmune, únicamente lo protegerán durante el tiempo en que, de acuerdo a su vida media, estas proteínas desaparezcan al ser metabolizadas. El sistema inmune puede considerarse como un sistema homeostático fisiológico, que dentro de ciertos límites contribuye a la integridad del organismo con neutralización del peligro y preservación de lo propio.