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Principios Éticos en Investigación Médica: Deontología y Ley General de Salud, Apuntes de Ética

Este documento explora los principios éticos fundamentales que rigen la investigación médica en seres humanos, centrándose en la deontología, la dignidad humana y los derechos del paciente. Se analizan documentos clave como el código de núremberg, la declaración de helsinki y el informe belmont, así como la ley general de salud, que establece un marco regulatorio integral para el sistema de salud en méxico. El documento destaca la importancia de la autonomía, la beneficencia y la justicia en la práctica médica y la investigación, y enfatiza la necesidad de un trato digno y respetuoso para los pacientes.

Tipo: Apuntes

2024/2025

Subido el 20/02/2025

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¿Qué es la bioética?!
El término bioética se introdujo por Van Rensselaer Potter en 1970 en su artículo “The science
of survival”, donde hablaba sobre la separación de la ciencia y la ética, considerando el
desarrollo acelerado de la ciencia y la tecnología, así como los riesgos que representaban para
la humanidad. La bioética tiene como objetivo estudiar y resolver los dilemas éticos que
pueden presentarse cuando nuevos descubrimientos científicos o tecnológicos se aplican a la
vida humana y su entorno.La bioética se presenta como una disciplina esencial dentro de las
ciencias de la salud, ofreciendo un enfoque filosófico que busca resolver los complejos
dilemas éticos que surgen en la práctica médica y científica. Este enfoque no solo examina las
acciones del ser humano desde una perspectiva moral, sino que también establece un marco
de principios fundamentales que guían la toma de decisiones responsables y justas.!
El principio de autonomía: Se refiere a la capacidad de cada persona para ser
autodeterminada, poder tomar elecciones libres de alguna presión externa, poseer un punto
de vista propio y actuar"en concordancia con su propia escala de valores. Desde el enfoque de
las ciencias de la salud, significa respetar las elecciones o decisiones que las personas toman
libremente respecto a su salud cuando se les informa de las opciones existentes.!
El principio de beneficencia: Se refiere a la obligación moral de que nuestras acciones sean
beneficiosas para los demás, analizando los beneficios, la utilidad y los inconvenientes de ello.!
El principio de no maleficencia: Es la obligación de no dañar intencionadamente a nadie.
Retoma el precepto primum non nocere establecido por Hipócrates, sobre el que se
fundamenta la ética médica. Este principio establece cuatro obligaciones: no hacer daño,
prevenir el daño, eliminar el daño, hacer y promover el bien.!
El principio de justicia: Hace referencia a la distribución equitativa de los derechos, recursos,
beneficios y responsabilidades. Retoma el precepto de Aristóteles de que “casos iguales se
tratan igual y casos desiguales se tratan desigualmente”. Consiste en dar a cada quien lo que
le corresponde.!
Unidad 1. Bioética: generalidades y aplicaciones!
1.1.2 Moral!
¿Qué es la moral? La moral es el conjunto de reglas que se generan de manera individual o
grupal y que se aplican a los actos de la vida cotidiana de los ciudadanos. Estas normas guían
a cada individuo, orientando sus acciones y sus juicios sobre lo que es moral o inmoral,
correcto o incorrecto, bueno o malo. La moral abarca las creencias y prácticas de primer orden
que implican un conjunto de juicios establecidos, los cuales son seguidos por individuos,
familias o sociedades para orientar su comportamiento en la vida diaria. Estos códigos
morales pueden servir de referencia a instituciones, grupos y sociedades enteras,
impregnando procesos esenciales de socialización y pautas de conducta.!
Todos nos expresamos mediante reglas basadas en costumbres que nos ayudan a vivir en
armonía como sociedad, familia o grupo, sin dañar a nuestros semejantes. Este tipo de
comportamiento se denomina "acciones morales" y nos orienta para saber que estamos
haciendo el bien y evitando el mal.!
Para que la vida tenga orden, se deben considerar creencias y prácticas que, además de ser
adecuadas, sean justas para la mayoría de la población, siguiendo reglas que, de manera
individual o grupal, sirven de guía para determinar lo correcto e incorrecto en la vida misma.!
La moralidad es un aspecto fundamental que guía nuestras decisiones y acciones dentro de la
sociedad. Para comprender cómo operan nuestras elecciones éticas, es crucial diferenciar
entre tres conceptos clave: moral, inmoral y amoral.!
Moral: se refiere a las normas y valores que guían el comportamiento adecuado dentro de una
sociedad. La moral establece lo que es correcto y deseable. Promueve acciones que
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¡Descarga Principios Éticos en Investigación Médica: Deontología y Ley General de Salud y más Apuntes en PDF de Ética solo en Docsity!

¿Qué es la bioética? El término bioética se introdujo por Van Rensselaer Potter en 1970 en su artículo “The science of survival”, donde hablaba sobre la separación de la ciencia y la ética, considerando el desarrollo acelerado de la ciencia y la tecnología, así como los riesgos que representaban para la humanidad. La bioética tiene como objetivo estudiar y resolver los dilemas éticos que pueden presentarse cuando nuevos descubrimientos científicos o tecnológicos se aplican a la vida humana y su entorno.La bioética se presenta como una disciplina esencial dentro de las ciencias de la salud, ofreciendo un enfoque filosófico que busca resolver los complejos dilemas éticos que surgen en la práctica médica y científica. Este enfoque no solo examina las acciones del ser humano desde una perspectiva moral, sino que también establece un marco de principios fundamentales que guían la toma de decisiones responsables y justas. El principio de autonomía: Se refiere a la capacidad de cada persona para ser autodeterminada, poder tomar elecciones libres de alguna presión externa, poseer un punto de vista propio y actuar en concordancia con su propia escala de valores. Desde el enfoque de las ciencias de la salud, significa respetar las elecciones o decisiones que las personas toman libremente respecto a su salud cuando se les informa de las opciones existentes. El principio de beneficencia: Se refiere a la obligación moral de que nuestras acciones sean beneficiosas para los demás, analizando los beneficios, la utilidad y los inconvenientes de ello. El principio de no maleficencia: Es la obligación de no dañar intencionadamente a nadie. Retoma el precepto primum non nocere establecido por Hipócrates, sobre el que se fundamenta la ética médica. Este principio establece cuatro obligaciones: no hacer daño, prevenir el daño, eliminar el daño, hacer y promover el bien. El principio de justicia: Hace referencia a la distribución equitativa de los derechos, recursos, beneficios y responsabilidades. Retoma el precepto de Aristóteles de que “casos iguales se tratan igual y casos desiguales se tratan desigualmente”. Consiste en dar a cada quien lo que le corresponde. Unidad 1. Bioética: generalidades y aplicaciones 1.1.2 Moral ¿Qué es la moral? La moral es el conjunto de reglas que se generan de manera individual o grupal y que se aplican a los actos de la vida cotidiana de los ciudadanos. Estas normas guían a cada individuo, orientando sus acciones y sus juicios sobre lo que es moral o inmoral, correcto o incorrecto, bueno o malo. La moral abarca las creencias y prácticas de primer orden que implican un conjunto de juicios establecidos, los cuales son seguidos por individuos, familias o sociedades para orientar su comportamiento en la vida diaria. Estos códigos morales pueden servir de referencia a instituciones, grupos y sociedades enteras, impregnando procesos esenciales de socialización y pautas de conducta. Todos nos expresamos mediante reglas basadas en costumbres que nos ayudan a vivir en armonía como sociedad, familia o grupo, sin dañar a nuestros semejantes. Este tipo de comportamiento se denomina "acciones morales" y nos orienta para saber que estamos haciendo el bien y evitando el mal. Para que la vida tenga orden, se deben considerar creencias y prácticas que, además de ser adecuadas, sean justas para la mayoría de la población, siguiendo reglas que, de manera individual o grupal, sirven de guía para determinar lo correcto e incorrecto en la vida misma. La moralidad es un aspecto fundamental que guía nuestras decisiones y acciones dentro de la sociedad. Para comprender cómo operan nuestras elecciones éticas, es crucial diferenciar entre tres conceptos clave: moral , inmoral y amoral. Moral: se refiere a las normas y valores que guían el comportamiento adecuado dentro de una sociedad. La moral establece lo que es correcto y deseable. Promueve acciones que

beneficien tanto al individuo como a la comunidad. Las acciones morales son aquellas que se alinean con estos principios y buscan el bienestar colectivo. Inmoral: Es la contraparte de la moral. Las acciones inmorales violan los principios morales aceptados, causan daño o perjuicio a otros o a la sociedad en general. Mientras que la moral busca el bien común, la inmoralidad surge cuando una persona actúa en contra de estos valores, ya sea por egoísmo, malicia o indiferencia. Amoral: se refiere a acciones o individuos que están fuera del ámbito de la moralidad. Las acciones amorales no se juzgan como buenas o malas porque carecen de una intención consciente de seguir o violar principios morales. Esto puede ser debido a la incapacidad de comprender las implicaciones morales, como en niños pequeños, personas con ciertas condiciones mentales o animales. ¿Para qué sirve la moral? La moral es una herramienta esencial en la vida diaria. Aunque a veces se aplica de forma inconsciente, constituye un mecanismo aprendido desde una edad temprana, inculcado por nuestros mayores (padres, familiares, profesores o líderes religiosos). Día a día, la moral nos permite integrarnos a la sociedad, elegir nuestro círculo social, construir relaciones de pareja, definir nuestra vida profesional y desarrollar un criterio que aplique la moralidad en nuestras decisiones y elecciones de vida. En la vida profesional de un trabajador de la salud, la moral es especialmente relevante, ya que este tipo de profesionales toma decisiones que afectan a otras personas. Dichas decisiones, basadas en conocimientos adquiridos durante su formación, tienen consecuencias directas sobre los pacientes, ya sea en un hospital, un consultorio clínico o una comunidad. Es importante recordar que el paciente, siempre que esté consciente, también debe actuar con moralidad para evitar actos amorales. Etica: Nuestras decisiones y comportamientos están guiados por principios fomentados desde temprana edad. A medida que maduramos y adquirimos conciencia, integramos estos principios en nuestro entorno, formando nuestra propia conciencia. Son estos valores los que nos responsabilizan de tomar decisiones adecuadas frente a las diversas situaciones de la vida. A diferencia de la moral, estas decisiones implican un pensamiento más analítico y crítico sobre las razones que sustentan cada acción. La búsqueda del bien y la armonía con otros seres humanos, integrando nuestros valores dentro de la sociedad en la que vivimos. Esto requiere anteponer una razón que sustente nuestras acciones y adaptarlas a una actitud personal. Dado que esta actitud es propia, puede entrar en conflicto con los códigos morales de otras sociedades. Sin embargo, el objetivo principal sigue siendo el mismo: la búsqueda del bienestar, un principio que no debería modificarse con el tiempo. Hablar puramente de ética no implica que debamos seguir algún tipo de instructivo ni que nuestras acciones estén regidas puntualmente por reglas o leyes. La ética invita a una reflexión profunda sobre nuestras pretensiones personales y el cumplimiento de nuestros deseos. Su finalidad no es buscar aprobación externa, sino vivir mejor. Si nos enfocamos en obtener esa aprobación, perdemos la esencia de nuestra individualidad, y las decisiones dejan de ser personales y, por ende, éticas. En la vida diaria, la ética puede considerarse un punto de vista. Sin embargo, al aplicarla profesionalmente en un área determinada, se convierte en una serie de comportamientos humanos regidos por códigos éticos. Estos códigos garantizan el bienestar, establecen principios de responsabilidad y consideran las consecuencias de nuestras intervenciones en el desempeño profesional. En este contexto, el libre albedrío de la persona se transforma en un ejercicio precautorio para evitar malas prácticas en el ámbito laboral.

La significación epistemológica: se refiere al conjunto de conocimientos, principios, ideas y concepciones que forman parte del saber científicos y contribuyen a la cultura humana. En el contexto médico, esto incluye los fundamentos científicos que respaldan la práctica y decisiones médicas. La significación social de la actividad médica: esta área abarca el impacto que la medicina tiene en la sociedad, ya que está directamente relacionada con la satisfacción de necesidades fundamentales, como la curación y prevención de enfermedades, así como la promoción y educación para la salud la axiología médica, por lo tanto, considera cómo estas actividades contribuyen al bienestar y la continuidad de la vida humana. En conjunto, la axiología médica no solo evalúa el conocimiento científico que sustenta la medicina, sino también los valores sociales que la orientan, asegurando que la práctica médica responda tanto a principios éticos como a las necesidades de la sociedad. En la práctica médica, la axiología establece que los valores no deben tener lugar al ser subjetivos por naturaleza. Es decir, que todo médico debe ser neutral con relación en los valores para mantenerse objetivo, con la intención de evitar influenciar con creencias, sentimientos o prejuicios sus diagnósticos, tratamientos y la relación médico-paciente. En las ciencias naturales, y por extensión en las ciencias médicas, los valores de objetividad y neutralidad son fundamentales. Estos valores buscan garantizar la imparcialidad del médico y preservar una relación médico-paciente basada en el tratamiento efectivo de la enfermedad. La objetividad: Permite que las decisiones médicas se basen en datos y evidencias. La neutralidad: Asegura que estas decisiones no estén influenciadas por prejuicios personales o externos. Sin embargo, aunque la objetividad y la neutralidad han sido clave para el control y tratamiento exitoso de enfermedades y trastornos de la salud, su aplicación estricta, en algunos casos, ha contribuido al deterioro de la calidad de la atención médica. Esto subraya la importancia de equilibrar estos valores con un enfoque más holístico y humanizado en la medicina, donde la empatía y la compasión también desempeñen un papel crucial en la atención al paciente. Por otra parte, la axiología establece que, aunque la medicina es una disciplina que debe aspirar a ser libre de valores en su práctica científica, no está exenta de valores desde un enfoque humanístico. La práctica médica debe estar centrada en la moral, ya que se encuentra expuesta a todo tipo de valores subjetivos. La dignidad es un valor intrínseco y fundamental que reconoce el respeto y el valor inherente a cada ser humano, simplemente por el hecho de serlo. No depende de las circunstancias, habilidades, logros ni del reconocimiento de otros; es algo que todos poseemos de manera igualitaria y permanente. En cuanto a su extensión, el concepto de dignidad es aplicable a: El ser humano en todos sus estados (desde el embrión hasta el individuo con muerte cerebral e incluso el cadáver) y en todas sus partes (el cuerpo, los órganos, las células somáticas, los gametos, los genes…). Los individuos, colectividades o comunidades. Las actividades que realiza el ser humano (como el deporte), sus comportamientos y acciones (como el trato a los pacientes), así como a los procesos y la manera de asumirlos (la concepción, el nacimiento, la muerte…). La dignidad es aquello que nos otorga igualdad en el trato entre todas las personas.

Afortunadamente, a lo largo de la historia, el concepto de dignidad ha evolucionado y ampliado su alcance. No obstante, es lamentable reconocer que no siempre existió un trato digno para todos. También, en épocas de esclavitud, se dieron tratos desiguales entre hombres y mujeres, a pesar de que ambos son seres humanos. Durante la esclavitud, las diferencias de trato se basaban en el lugar de nacimiento o el color de piel, considerándose a algunos como "menos dignos". Estas desigualdades provocaron conflictos y guerras de poder entre naciones. En el ámbito religioso, algunos creían que aquellos fuera de su fe no eran dignos de su reino o salvación. Por ello, la dignidad individual, aunque intrínseca al ser humano, debe ir acompañada de igualdad, garantizada por la creación y modificación de leyes que la protejan y apliquen. ¿Cuáles son las características de la dignidad? La dignidad se manifiesta en múltiples aspectos de la vida humana, desde la existencia individual hasta las acciones y procesos que todos experimentamos. Para entender mejor de su alcance, es importante explorar las características clave de la dignidad, las cuales revelan cómo este principio se aplica de manera universal, tanto a nivel individual como colectivo. Además, muestra cómo ha evolucionado a lo largo de la historia para garantizar un trato igualitario y respetuoso para todas las personas, independientemente de sus diferencias. Características de la dignidad: Universalidad: La dignidad se aplica a todos los seres humanos en cualquier estado o condición, desde el embrión hasta el individuo con muerte cerebral, incluyendo incluso a los cadáveres. Esto abarca tanto el cuerpo como a todas sus partes (órganos, células, genes). Aplicabilidad individuos y colectividad: la dignidad no sólo se refiere a individuos, sino también a comunidades y colectividad, reconociendo su valor y respeto en conjunto. Relevancia en actividades y procesos humanos: la dignidad se extiende a las actividades humanas, como el deporte y a los comportamientos y acciones, así como el tratamiento de los pacientes. También es relevante en los procesos de vida, por ejemplo: la concepción, el nacimiento y la muerte. Igualdad de trato: la dignidad exige igualdad de trato, entre todas las personas, sin importar su género, raza, religión, o cualquier otra característica. El texto resalta como, a lo largo de la historia, la dignidad ha sido malinterpretada, lo que lleva a desigualdades y conflictos, pero enfatiza la importancia de las leyes y normas que protegen y promueven la dignidad igualitaria. Evolución histórica: la percepción y aplicación de la dignidad han evolucionado a lo largo de la historia. Algunos ejemplos incluyen: la lucha por la igualdad de género, la abolición de la esclavitud y la superación de prejuicios religiosos. Protección legal y social: la dignidad es un derecho protegido y promovida a través de las leyes y normas que buscan asegurar un trato igualitario y respetuoso para todas las personas, independientemente de sus diferencias. La dignidad es clave para reconocernos dentro de una comunidad, familia o colectivo, lo que finalmente lleva a un fin común, que es la preservación de la vida y del ser humano como un elemento insustituible, entendiendo la dignidad como el máximo de la voluntad humana, operando como límite absoluto de los derechos, ya que si no hay dignidad, no hay derechos. Además, la dignidad suele mencionarse solo cuando está en riesgo o se está perdiendo.

Los hospitales: Algunos pacientes en fase terminal solicitan ser desconectados. Sin embargo,

la eutanasia no es aceptada en todos los países y ello genera controversia sobre la dignidad de la persona.

Las cárceles: A pesar de que los reclusos han causado daño, son privados de algunos

derechos y deben seguir siendo tratados con dignidad por el simple hecho de ser seres humanos.

Capacidad de comunicación y lenguaje: Los seres humanos tienen la habilidad de comunicarse mediante un lenguaje articulado, lo que les permite expresar pensamientos complejos y colaborar en la construcción de estructuras sociales. Reflexión multidisciplinaria: La definición del ser humano puede variar según la disciplina (psicología, religión, etc.), pero coincide en reconocer el raciocinio, la comunicación, la manipulación de objetos y la conciencia como elementos fundamentales de la condición humana. Construcción de estructuras sociales: Los seres humanos son capaces de formar estructuras sociales que van desde la familia hasta sociedades complejas, con el fin de colaborar y reproducirse. Es fundamental entender que el ser humano atraviesa diferentes etapas de desarrollo. Durante la infancia, no tiene plenamente desarrolladas todas sus capacidades y depende de otros seres humanos para sobrevivir. Sin embargo, aun sin un lenguaje articulado, los niños son capaces de expresar sus necesidades básicas. Estas habilidades se perfeccionan con el tiempo mediante el uso de los sentidos, ya sea por imitación o a través de procesos de enseñanza-aprendizaje. Esto contribuye al desarrollo de capacidades reflexivas e intelectuales que permiten comunicar sentimientos y pensamientos a sus semejantes. El ser humano es, entonces, la célula principal de la sociedad. A partir de sus habilidades desarrolladas, puede transmitir ideas, decidir, cuestionar y reflexionar sobre cómo llevar una vida orientada al bien o al mal. Es capaz de construir normas que favorecen la vida en armonía dentro de una sociedad, pero también tiene el potencial de destruir la paz de una comunidad, familia o comunidad. Códigos y declaraciones nacionales e internacionales Como ya hemos revisado, la bioética es interdisciplinaria, ya que busca tratar temas relacionados con biología, medicina, tecnología, ecología y muchas otras, por eso existen diversos documentos que tratan de regular sus principios éticos más importantes y que han sido clave en su desarrollo a lo largo de varios siglos. Como parte de esta unidad, revisaremos algunos códigos, preceptos, leyes y sus principales aportaciones a la evolución de la bioética. Código de Hammurabi (1750 a.C.): Es uno de los primeros conjuntos de leyes escritas, en él se estipulan castigos a algunas transgresiones de la ley, incluye sentencias dirigidas hacia la práctica médica, marcando la responsabilidad y los honorarios de los médicos de acuerdo con el estatus de cada persona. Juramento hipocrático (400 a.C.): establece los principios éticos que deben seguir aquellos dedicados a la medicina, especifica los deberes del alumno a quienes se le enseña la profesión y también establece lineamientos de la ética médica. Código de Núremberg (1947): Plantea los principios básicos de la investigación médica en seres humanos, en respuesta a los juicios de Núremberg a médicos nazis por sus prácticas no éticas en seres humanos durante la Segunda Guerra Mundial. Declaración de Ginebra (1948): Se trata de un documento que establece los principios éticos fundamentales para el ejercicio de la medicina, procurando el bienestar del paciente como prioridad por sobre otros intereses. Declaración universal de los derechos humanos (1948): Establece los derechos humanos fundamentales para cada ser humano: derecho a la vida, derecho a la libertad y la seguridad de su persona.

Declaración de Helsinki (1964): Establece los principios éticos básicos para la investigación médica en seres humanos. Se desarrolla por primera vez una postura ante cuestiones como el consentimiento informado y el deber del investigador hacia los participantes. Informe Belmont (1979): Establece los principios éticos de autonomía, beneficencia y justicia, que sirven de base para la regulación de la investigación médica. El código de Nuremberg, emitido en 1947, estableció los principios básicos para la investigación médica en seres humanos. Este código surgió como resultado del juicio de Núremberg, donde se condenó a médicos nazis por violaciones a los derechos humanos. Entre sus recomendaciones, destaca el consentimiento informado como requisito esencial para llevar a cabo cualquier investigación. Las disposiciones principales del Código de Núremberg son: I. Es absolutamente esencial el consentimiento voluntario del sujeto humano. II. El experimento debe ser útil para el bien de la sociedad, irremplazable por otros medios de estudio y de la naturaleza que excluya el azar. III. El diseño del experimento debe justificarse por los resultados obtenidos previamente en experimentación animal o en el conocimiento de la historia natural de la enfermedad u otros problemas de estudio. IV. El experimento debe ser ejecutado de tal manera que evite todo sufrimiento físico, mental y daño innecesario. V. Ningún experimento debe ser ejecutado cuando existan razones a priori para creer que pueda ocurrir la muerte o un daño grave, excepto, quizás en aquellos experimentos en los cuales los médicos experimentadores sirven como sujetos de investigación. VI. El nivel de riesgo asumido nunca debe exceder la importancia humanitaria del problema que se intenta resolver con el experimento. VII. Deben hacerse preparaciones cuidadosas y establecer adecuadas condiciones para proteger al sujeto experimental contra cualquier remota posibilidad de daño, incapacidad y muerte. VIII. El experimento debe ser conducido solamente por personas científicamente calificadas. Debe requerirse el más alto grado de destreza y cuidado a través de todas las etapas del experimento, a todos aquellos que ejecutan o colaboran en dicho experimento. IX. Durante el curso del experimento, el sujeto humano debe tener libertad para poner fin al experimento si ha alcanzado el estado físico y mental en el cual parece es imposible continuarlo. Finalmente, establece que el investigador debe estar preparado para terminar el procedimiento en cualquier momento si considera que la continuidad del proyecto puede causar daño, incapacidad o muerte en los participantes. La declaración de Helsinki fue publicada en 1964 por la Asociación Médica Mundial durante su 18.ª Asamblea, celebrada en Helsinki. En este documento se abordaron los principales problemas éticos de la investigación médica y se establecieron normativas sobre protección y regulación ética en investigaciones con seres humanos. Es uno de los marcos de referencia más utilizados a nivel mundial y destaca por enfatizar los principios bioéticos fundamentales: autonomía, beneficencia y justicia. La declaración ha sido revisada en varias ocasiones para adaptarse a los avances científicos y las problemáticas emergentes, siendo su última actualización en 2013, en Brasil. La Declaración de Helsinki enfatiza la prioridad de los intereses y el bienestar del ser humano por encima de los intereses científicos en la investigación en salud, tomando en cuenta factores como el medio ambiente y otras especies animales.

Primer principio: la autonomía alude al respecto a la libre decisión de las personas, según su juicio, creencias y valores, ante las opciones o posibilidades de tratamiento que les son informadas, también considera el derecho a negarse a un procedimiento o la participación de una práctica o investigación clínica. Debe considerarse también a las personas con autonomía disminuida, que no tienen todas las capacidades para decidir sobre sí mismos, son personas vulnerables. El principio de autonomía considera necesaria la existencia de un consentimiento informado. Segundo principio: la beneficencia, que va ligada con la no maleficencia, busca valorar las ventajas y desventajas, los pros y contras que pueden surgir en los tratamientos o en los procedimientos, maximizando los beneficios que puedan obtenerse y disminuyendo los riesgos que se pudieran presentar. La aplicación de este principio permite obtener el mayor beneficio para los participantes con el menor riesgo posible. La no maleficencia se complementa al no permitir que los participantes de una práctica o investigación clínica sean sometidos a riesgos o daños innecesarios, evitando el daño físico o emocional. Tercer principio: La justicia hace alusión a que todos los pacientes en situaciones similares sean tratados adecuada e imparcialmente, con las mismas oportunidades de acceso a diagnóstico y tratamiento, evitando la exclusión o discriminación. Busca lograr una distribución equitativa de los beneficios, riesgos y costos, considerando las características del grupo. El Informe Belmont ha sido un pilar fundamental en la evolución de la bioética, ya que define y enfatiza principios éticos clave, como el respeto por las personas, la beneficencia y la justicia. Este marco ético robusto protege los derechos y la dignidad de los participantes en la investigación. Su contribución trasciende el ámbito médico, influyendo también en otras áreas de la práctica científica y clínica, y fomentando una cultura de ética y responsabilidad en el tratamiento de los seres humanos. En última instancia, el Informe Belmont ha consolidado la bioética como una disciplina esencial para garantizar que los avances científicos no se realicen a expensas de la humanidad, sino que respeten y valoren la dignidad de cada individuo. Declaración de Ginebra: Hipócrates de Cos (460 a. C.), considerado el padre de la medicina, es reconocido por la creación del Juramento Hipocrático, un documento que contiene los principios éticos que deben guiar la labor del médico en el ejercicio de su profesión. En 1948, la Asociación Médica Mundial se basó de forma directa en el Juramento Hipocrático para redactar la Declaración de Ginebra, como respuesta a los crímenes cometidos durante la Segunda Guerra Mundial. Esta declaración representa los principios éticos fundamentales de la profesión médica y establece los deberes de los médicos hacia sus pacientes. Aunque la declaración ha sido objeto de pocas revisiones, estas se han visto influenciadas por las distintas épocas y por el modernismo. Las actualizaciones más relevantes tuvieron lugar en 1968, 1983, 1994, 2005, 2006 y 2017. La última revisión permite realizar un análisis comparativo que evidencia las diferencias y los cambios experimentados a lo largo del tiempo. Juramento hipocrático (s. V a. C.) Declaración de Ginebra (2017)

Juro y pongo a Apolo el médico y Asclepio e Hygiea y Panákeia y a todos los dioses y diosas como testigos, dar cumplimiento en la medida de mis fuerzas y de acuerdo con mi criterio a este juramento y compromiso. Prometo solemnemente dedicar mi vida al servicio de la humanidad. Haré uso del régimen dietético para ayuda del enfermo, según mi capacidad y recto entender: del daño y la

injusticia le preservaré.

Velar ante todo por la salud y el bienestar de mi paciente. No daré a nadie, aunque me lo pida, ningún fármaco letal, ni haré semejante sugerencia. Igualmente, tampoco proporcionaré a mujer alguna un pesario abortivo. En pureza y santidad mantendré mi vida y mi arte. Velar con el máximo respeto por la vida humana. No haré uso del bisturí ni aun con los que sufren del mal de piedra: dejaré esa práctica a los que la realizan. No permitir que consideraciones de edad, enfermedad o incapacidad, credo, origen étnico, sexo, nacionalidad, afiliación política, raza, orientación sexual, clase social o cualquier otro factor se interpongan entre mis deberes y mi paciente. Lo que en el tratamiento o incluso fuera de él, viere u oyere en relación con la vida de los hombres, aquello que jamás deba trascender, lo callaré teniéndolo por secreto. Guardar y respetar los secretos confiados a mí, incluso después del fallecimiento del paciente.

El legado de Hipócrates como padre de la medicina sigue vivo a través de los principios éticos establecidos en su célebre juramento, que han servido de base para la conducta profesional de los médicos durante siglos. Con el tiempo, estos principios se han adaptado y actualizado para responder a los desafíos y realidades de la modernidad, como lo demuestra la evolución de la Declaración de Ginebra , que sigue siendo un pilar fundamental en la ética médica. Aunque los tiempos han cambiado, el compromiso de los médicos con la dignidad, el respeto y el bienestar de sus pacientes permanece firme, reflejando la importancia de adaptar los principios éticos a las necesidades contemporáneas sin perder de vista sus fundamentos. Derecho: Conjunto de normas o reglas sobre la conducta humana, establecidas por el Estado. Paciente: Persona o individuo que requiere atención o cuidados de salud. Secreto profesional: Obligación legal de mantener en estricta confidencialidad la información recibida de un paciente. Como pudiste analizar en el recurso anterior, existe una conexión práctica al tomar decisiones concretas en los dilemas éticos. En estos casos, el derecho desempeña un papel como límite para la bioética, ya que los miembros de los comités de ética deben analizar y evaluar las situaciones y ajustar sus recomendaciones conforme a derecho. También existe una conexión legislativa, en la que la bioética aporta razones y argumentos para la modificación de las normas jurídicas existentes o para la creación de nuevas normas a nivel colectivo. Finalmente, está la conexión interpretativa, que se refiere a cómo interpretamos el derecho vigente, lo que abre el debate sobre conceptos esenciales y derechos fundamentales. Estas tres conexiones constituyen el origen de las principales normas y leyes en materia de bioética que se aplican en nuestro país. En conclusión, la relación entre la bioética y el derecho es profunda y multifacética, con importantes implicaciones para la práctica médica, la legislación y la interpretación de las normas legales. A través de la conexión práctica , el derecho actúa como un marco regulador que delimita las decisiones bioéticas, asegurando que estas se alineen con las leyes vigentes y respeten los derechos humanos. La conexión legislativa muestra cómo la bioética influye en la creación y modificación de normas jurídicas, proporcionando argumentos éticos sólidos para desarrollar leyes más justas y equitativas. Por último, la conexión interpretativa resalta la importancia de interpretar el derecho a la luz de los principios bioéticos, promoviendo un debate continuo sobre los derechos fundamentales y los conceptos éticos esenciales. Estas interacciones subrayan la relevancia de la bioética y el derecho como aliados en la promoción de prácticas responsables y justas en la medicina y la investigación científica, contribuyendo a proteger la dignidad y los derechos de todas las personas en nuestro país. La Ley General de Salud actúa como un vínculo entre la bioética y el derecho, ya que establece las disposiciones legales que deben seguirse en el ámbito de la salud en un país. Esta ley regula aspectos clave como los derechos de los pacientes, el consentimiento En consecuencia, séame dado, si a este juramento fuera fiel y no lo quebrantare, el gozar de mi vida y de mi arte, siempre celebrado entre todos los hombres. Más si lo transgredo y cometo perjurio, sea de esto lo contrario. Hago estas promesas solemne y libremente, bajo mi palabra de honor.

informado, la confidencialidad de la información médica, los protocolos de investigación en seres humanos y las obligaciones de los profesionales de la salud. A través de esta ley, los principios bioéticos se traducen en normas concretas que guían la práctica médica y la investigación, asegurando que ambas se realicen de manera ética y conforme a derecho. Dado que es una ley, su aplicación es obligatoria para la regulación de servicios médicos e instituciones de salud, ya sea un hospital de tercer nivel o el consultorio médico de una fábrica. La ley establece de manera puntual cómo debe ser tratada una persona sin discriminación de ningún tipo (edad, sexo, religión, afiliación, etc.). Esta ley surge de la necesidad del Estado de garantizar condiciones de salud adecuadas para toda la población, especialmente para los grupos vulnerables, como infantes, personas de la tercera edad y mujeres embarazadas. 1.Marco regulatorio integral: la ley general de salud proporciona un marco regulatoria integral para el sistema de salud en un país, estableciendo normas y directrices para la prestación de servicios de salud, investigación biomédica, sanidad y educación sanitaria, entre otros aspectos.

  1. Protección de derechos: una de sus principales características es la protección de los derechos de los pacientes. Incluye disposiciones sobre el derecho a la información, el consentimiento informado, la confidencialidad de la información médica y el derecho a recibir atención de calidad y sin discriminación.
  2. Promoción de la salud publica: la ley abarca la promoción de la salud publica y la prevención de enfermedades, estableciendo medidas para la vigilancia epidemiológica, la vacunación y la educación sanitaria. También regula las políticas para el control de enfermedades transmisibles y no transmisibles.
  3. Regulación de la investigación medica: Regula la investigación médica y científica en seres humanos, estableciendo normas sobre cómo deben llevarse a cabo los estudios clínicos, garantizando la protección de los derechos y el bienestar de los participantes, y asegurando que se sigan los principios éticos de la bioética.
  4. Coordinación del sistema de salud: la ley establece los mecanismos para la coordinación y el funcionamiento del sistema de salud, delineando las competencias y responsabilidades de las autoridades sanitarias, tanto federales como locales. Facilita la colaboración entre instituciones públicas y privadas para la prestación de servicios de salud. 6.Regulación de profesionales e instituciones de salud: Establece los requisitos y las normas que deben cumplir los profesionales de la salud y las instituciones sanitarias para operar legalmente, incluyendo la certificación, la formación continua y las buenas prácticas clínicas.
  5. Control de insumos y tecnologías para la salud: regula la producción, distribución y uso de medicamentos, vacunas, dispositivos médicos y otras tecnologías sanitarias, asegurando su calidad, seguridad y eficacia para proteger la salud de la población.
  6. Sanciones y supervisión: La ley contempla un sistema de supervisión, evaluación y sanciones para aquellos que no cumplan con sus disposiciones. Esto incluye la inspección de establecimientos de salud, la auditoría de prácticas médicas y la imposición de sanciones administrativas y penales en caso de infracción.
  7. Adaptabilidad y actualización: la ley general de salud esta diseñada para ser adaptable y actualizable, permitiendo incorporar nuevas normativas y prácticas a medida que evoluciona el conocimiento médico, la tecnología y las necesidades de la sociedad.

estos derechos por parte del personal de salud les permite garantizar que los servicios que ofrecen sean de calidad y que se rijan bajo los principios éticos y deontológicos de su profesión. Decálogo de Derechos de los Pacientes El Decálogo de Derechos de los Pacientes es un conjunto de principios fundamentales que buscan garantizar la protección, el respeto y la dignidad de los pacientes en el ámbito de la atención sanitaria. Este decálogo establece los derechos esenciales que todo paciente debe tener al recibir servicios de salud, asegurando que su bienestar físico, emocional y social sea una prioridad en todo momento. Aunque el contenido específico puede variar según el país o la institución de salud, los derechos comúnmente incluidos en el decálogo son los siguientes. Recibir atención médica adecuada Recibir trato digno y respetuoso Recibir información suficiente, clara, oportuna y veraz Otorgar o no tu consentimiento válidamente informado Ser tratado con confidencialidad Recibir atención médica, en caso de urgencia Decidir libremente sobre tu atención Contar con expediente clínico Contar con facilidades para obtener una segunda opinión Ser atendido cuando te inconformes por la atención médica recibida El Decálogo de Derechos de los Pacientes es una herramienta esencial para proteger los intereses de los pacientes y garantizar que el sistema de salud opere de manera justa, ética y centrada en el ser humano. Los derechos de los pacientes son fundamentales para asegurar una atención sanitaria equitativa, ética y centrada en la persona. Estos derechos garantizan que los pacientes sean tratados con dignidad, respeto y compasión, además de permitirles participar activamente en las decisiones relacionadas con su salud. Al proteger la autonomía, la confidencialidad y el derecho a la información, los derechos de los pacientes fortalecen la relación de confianza entre ellos y los profesionales de la salud. Asimismo, promueven la igualdad y la no discriminación, asegurando que todos los individuos reciban un trato justo, independientemente de sus características personales o sociales. Qué es un código de ética

  1. Un código de ética es un conjunto de reglas, normas y deberes éticos que guían el comportamiento de un grupo, gremio o profesión.
  2. Surge ante la necesidad de unificar conductas en el desempeño profesional, promoviendo una práctica coherente y responsable.
  3. Ayuda a disminuir la incidencia de errores al establecer estándares claros de conducta y actuación.
  4. Reduce la discrepancia al no pensar en forma individual y proporcionar una guía común para la toma de decisiones éticas.
  5. Regula la usurpación de profesiones, asegurando que solo los profesionales calificados ejerzan funciones específicas de su campo.
  6. Por ejemplo, un ingeniero no puede atender a un paciente en un hospital y un médico no puede dar mantenimiento a equipos técnicos, ya que estas actividades no forman parte de sus competencias. Un código de ética proporciona la base moral y los principios generales que guían el comportamiento humano. Un código de ética profesional , por su parte, aplica esos

principios al contexto de una profesión específica, abordando los dilemas y desafíos éticos particulares que pueden surgir en ese ámbito. La función del código de ética profesional es sensibilizar al profesional para que el ejercicio de sus actividades se realice dentro de un marco legal y moral, en beneficio de la sociedad. El sentido de la ética debe prevalecer en todo profesionista que recibe la investidura que lo acredita para ejercer con valores morales y cumpliendo con las normas legales. Conducirse bajo un código de ética profesional es una decisión autónoma, basada en la plena voluntad de aceptar o rechazar las normas éticas contenidas en él y comprometerse a cumplirlas. En México, el código de ética para el personal de enfermería tiene un enfoque humanista que se fundamenta en la libertad, la dignidad y el respeto a la vida de quien se está atendiendo. Decálogo del Código de Ética para las enfermeras y enfermeros de México 1 Respetar y cuidar la vida y los derechos de los humanos, manteniendo una conducta honesta y leal en el cuidado de las personas. 2 Proteger la integridad de las personas ante cualquier afectación, otorgando cuidados de enfermería libres de riesgos. 3 Mantener una relación estrictamente profesional con las personas que atiende, sin distinción de raza, clase social, creencias religiosas ni preferencias políticas. 4 Asumir la responsabilidad como miembro del equipo de salud, enfocando los cuidados hacia la conservación de la salud y prevención del daño. 5 Guardar el secreto profesional, observando los límites del mismo ante riesgos o daños a la propia persona o a terceros.

  1. Procurar que el entorno laboral sea seguro tanto para las personas sujetas a la atención de enfermería como para quienes integran el equipo de salud.
  2. Evitar la competencia desleal y compartir con estudiantes y colegas experiencias y conocimientos en beneficio de las personas y de la comunidad de enfermería.
  3. Asumir el compromiso responsable de actualizar y aplicar los conocimientos científicos, técnicos y humanísticos de acuerdo con su competencia profesional.
  4. Pugnar por el desarrollo de la profesión y dignificar su ejercicio.
  5. Fomentar la participación y el espíritu de grupo para lograr los fines profesionales. Los códigos de ética por área profesional son esenciales para garantizar una práctica responsable y coherente en cada disciplina. Estos códigos no solo establecen estándares claros de comportamiento y guían la toma de decisiones éticas, sino que también fortalecen la confianza pública en las profesiones al asegurar que sus miembros actúen con integridad, responsabilidad y respeto hacia los demás. Al adaptar los principios éticos generales a las realidades específicas de cada profesión, estos códigos proporcionan un marco de referencia que ayuda a los profesionales a afrontar dilemas éticos y a mantener un compromiso firme con los valores fundamentales de su campo. Los códigos de ética por área profesional son fundamentales para promover un entorno de trabajo ético y contribuir al bienestar de la sociedad en general. Derechos del personal por área profesional: los derechos del personal son fundamentales para garantizar un entorno de trabajo seguro, justo y respetuoso en cualquier disciplina. Cada área profesional enfrenta desafíos y demandas específicas, por lo que es esencial que los derechos de su personal estén claramente definidos y protegidos. Estos derechos no solo aseguran condiciones laborales adecuadas —como la seguridad en el trabajo, la igualdad de oportunidades y la no discriminación—, sino que también permiten a los profesionales desempeñarse con confianza, dignidad y eficacia en sus funciones.

Abstenerse de garantizar resultados y proporcionar información que sobrepase su competencia profesional y laboral. Recibir trato digno y respetuoso por parte de pacientes y sus familiares, así como del personal relacionado con su trabajo, independientemente del nivel jerárquico. Tener acceso a la actualización profesional en igualdad de oportunidades para su desarrollo personal, y a actividades de investigación y docencia de acuerdo con su profesión y competencias. Asociarse libremente para promover sus intereses profesionales. Salvaguardar su prestigio e intereses profesionales. Tener acceso a posiciones de toma de decisión de acuerdo con sus competencias. Recibir de forma oportuna y completa la remuneración que corresponda por los servicios prestados. El Decálogo de Derechos del Personal de Salud es fundamental para asegurar que los profesionales puedan trabajar en un entorno que respete su bienestar y dignidad, promoviendo así una atención médica de alta calidad y centrada en el paciente. Los derechos del personal por área profesional son esenciales para asegurar un entorno de trabajo justo, seguro y respetuoso en cada disciplina. Estos derechos no solo protegen a los trabajadores de abusos, discriminación y condiciones laborales inadecuadas, sino que también permiten que los profesionales desempeñen sus funciones de manera eficiente y ética. Reconocer y respetar estos derechos es fundamental para fomentar la satisfacción laboral, el desarrollo profesional y la calidad en el servicio que se brinda a la sociedad. Al final, un enfoque que priorice los derechos del personal en cada área profesional no solo beneficia a los trabajadores, sino que también fortalece las instituciones y mejora los resultados para todos los involucrados. Al final, un enfoque que prioriza los derechos del personal en cada área profesional no solo beneficia a los trabajadores, sino que también fortalece las instituciones y mejora los resultados para todos los involucrados. Secreto profesional: En el ámbito de la salud, el secreto profesional es un principio fundamental que garantiza la confidencialidad de la información compartida entre el paciente y el profesional de la salud. Este compromiso ético y legal es crucial para construir una relación de confianza, permitiendo que los pacientes se sientan seguros al compartir información sensible sobre su salud y bienestar. Sin embargo, cuando el secreto profesional se viola, las consecuencias pueden ser graves tanto para el paciente como para el profesional. Para entender mejor la importancia de este principio y cómo se aplica en el marco legal y ético de la salud, consideremos el siguiente caso real que ilustra los dilemas y desafíos que pueden surgir cuando no se respeta la confidencialidad en la práctica profesional. El secreto profesional se define como toda información obtenida durante el ejercicio de la profesión que debe permanecer oculta para terceros. En las profesiones del área de la salud, esto abarca toda información privilegiada entre el médico y el paciente derivada de la atención médica. Dicha información, contenida en historiales clínicos y relacionada con estados de salud, enfermedades, estilos de vida y aspectos íntimos, debe ser resguardada bajo el principio del secreto profesional. En todo momento, es fundamental respetar el derecho del paciente a la confidencialidad y la no divulgación de su información, cumpliendo con el principio de autonomía, que permite al paciente decidir qué información puede compartirse. Sin embargo, este derecho no es absoluto, ya que puede entrar en conflicto con la integridad de terceros. Por ello, resulta indispensable que los profesionales de la salud conozcan las aplicaciones y limitaciones del secreto profesional.

Aunque la confidencialidad no es absoluta, ya que existen excepciones establecidas por la ley o derivadas de la protección a terceras personas, es prioritario garantizar el registro, almacenamiento y custodia cuidadosos de la información. La vulneración de los derechos individuales y el incumplimiento del secreto profesional acarrean responsabilidades legales. El secreto profesional tiene tres justificaciones: Brindar confianza al paciente, con ello se fortalece la relación médico-paciente. No producir daño, haciendo referencia a los daños físicos o morales en su persona o familia que pueden causarse al divulgar la información Justificación es el derecho del paciente a su privacidad. El personal de salud puede vulnerar el secreto profesional de cuatros formas: por averiguación indiscreta, por revelación directa, por revelación indirecta, y por utilización injustificada del conocimiento adquirido. Por averiguación indiscreta: cuando el personal realiza investigaciones indiscretas, imprudentes o ilícitas sobre antecedentes personales o patológicos del paciente Por revelación directa: cuando sin intención de causar daño, se da a conocer algún dato, o hecho que al ser revelado causa daño moral, material Por relación indirecta: cuando no se menciona el nombre del paciente, pero es expuesto ser identificado a través de ciertos detalles que permiten conocerlo Por utilización injustificada del conocimiento adquirido: cuando se sirve indebidamente del conocimiento para ir contra los intereses del paciente con buena o mala fe. Es esencial subrayar la importancia de este principio en la práctica médica y en todas las profesiones de la salud. El secreto profesional no solo protege la confidencialidad de la información sensible de los pacientes, sino que constituye un pilar fundamental en la relación de confianza entre el profesional de la salud y el paciente. Este principio ético y legal asegura que la información compartida durante el proceso de atención médica permanezca privada y se utilice exclusivamente para el bienestar del paciente. Cumplir con el secreto profesional fortalece la integridad del sistema de salud, fomenta la confianza del paciente y garantiza que este se sienta seguro al compartir información crítica para su diagnóstico y tratamiento. Asimismo, comprender las excepciones y limitaciones del secreto profesional —como en casos de riesgo para terceros o situaciones legales específicas — es fundamental para aplicarlo adecuadamente en la práctica. ¿Cómo manejarías una situación en la que el secreto profesional se vea comprometido por circunstancias legales o éticas? ¿Qué pasos tomarías para equilibrar la protección del paciente con el cumplimiento de tus responsabilidades profesionales? La relación médico-paciente ha sufrido importantes cambios en los últimos años, más aún con el avance de la ciencia y la tecnología, por lo que se hace necesario que el actuar médico esté normado en beneficio de la atención de sus pacientes. El personal de salud debe actuar de acuerdo con sus valores éticos, respetando los principales derechos del paciente, garantizando con ello los principios de autonomía y justicia. Para todo personal del área de la salud es necesario conocer el código de ética que rige sus acciones, ya que contribuye a identificar plenamente los valores fundamentales en su profesión orientando su actuar en pro de la salud.