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El síndrome de Mitomanía, también conocido como pseudología fantástica, es una disposición instintiva-reactiva que lleva a algunas personas a mantenerse atadas a sus actitudes autistas y introvertidas, lo que las lleva a sentirse inferiores y a compensarlo mediante una urgencia narrativa que las lleva al mundo de las fantasías. En este documento, se describe el origen, los criterios de diferenciación y las motivaciones de esta condición, que puede llevar a mentiras, calumnias y falsificaciones para obtener beneficios personales o escapar de problemas.
Tipo: Resúmenes
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profundo al respecto del tema, cuáles son sus tratamientos y conclusiones al respecto. Antecedentes Conocida como un síndrome o incluso como un síntoma dentro de los trastornos de la personalidad, la mitomanía o pseudología fantástica (Casas & Zamarro,
actuales o justificar un delirio a sus propios ojos y los demás (Varga & Laury, 1978). Por último, además de las diferenciaciones realizadas hasta el momento, es importante señalar que mitomanía tampoco es la seudología de la confabulación, forma de elaboración fantástica que aparece en la psicosis para suplir un defecto de memoria (King & Ford, 1988). Ni, de la fabulación, que aparece en los niños, y que no tiene relación con la realidad, ni mistificación, más bien una manifestación de la falta de dominio infantil sobre sus producciones imaginarias (Marchais, 1980). Considerando la mitomanía, como esa “falta de equilibrio” que provoca la necesidad de externar historias ficticias, impulso-narrativo, con alguna finalidad en específico. Dupré distingue diversos motivos por los cuales se cometen tales actos o fraudes de la mentira: por vanidad, por perversión y por malicia (Dellaert, 1958). Es decir que la mitomanía, puede resultar por vanidad, sobreestimación o arrogancia, es la forma narcisista de la mitomanía. Por perversión originada por el egoísmo o el interés propio. Finalmente, por malicia, una forma perversa que combina elementos de maldad y un excesivo sentido de la importancia de uno mismo. No obstante, sin desmeritar a Dupré, su descubrimiento o temprana concepción del término, así como la tipificación brindada por sus estudios, solamente demuestran las características superficiales: sin emociones, sugestibilidad, fantasmagoría, delirios imaginativos, impulso narrativo incontrolable y una inestabilidad emocional. Esos simples factores de una forma complicada pueden ayudar a hablar de un síndrome (Dellaert, 1958). Por lo cual Dellaert (1958), señala su propio concepto, una disposición reactiva instintiva, la cual tiene una necesidad de relaciones comunicativas, sin embargo, se mantiene atado en una forma introvertida, inclusive de actitud autista, hacia las experiencias de la vida. Con estas precisiones sobre lo que es y lo que no es la mitomanía, es referido el concepto a lo largo de este documento.
Las motivaciones como mencionaba Dupré, pueden ser por vanidad, perversión o maldad, no obstante, éstas serían múltiples, debido a que habría que buscarlas en la biografía de cada individual de cada sujeto, se podría pensar que hay una serie de puntos en común, como son: la falta de aceptación del a propia realidad personal, y su sustitución por una ficción que la haga más aceptable a sí mismo y a los demás (Casas & Zamarro, 1990). Es difícil hablar de un tratamiento que se para una afectación considerada un síntoma o síndrome, dentro de un trastorno de personalidad, por lo que habría que remitirse a la terapéutica de estos trastornos, que con una terapia farmacológica ansiolítica y o antidepresiva sirve en el caso que exista otra sintomatología acompañante (Casas & Zamarro, 1990). Rara vez estos sujetos, buscan ayuda terapéutica, y cuando lo hacen suelen romper el vínculo ante cualquier pequeña frustración (Casas & Zamarro, 1990), en este caso para los niños, los padres pensarán que son cuestiones de la niñez, la cuestión de imaginar y combinar sus historias con el mundo real. Puede agregarse que el infantilismo de los histéricos les puede causar formar de pensamiento propias de una niñez temprana, caracterizadas por una forma de pensar egocéntrica, subjetiva y sincrética. Estas características pueden ser equivalentes o atribuibles a la fantasía-pensamiento, especialmente donde se transforma en fantasía-pensamiento-autismo, lo cual que con una escaza experiencia de la realidad de la vida, busca un efecto en el mundo exterior y anhela obtener una satisfacción propia a través de la propia afirmación. (Carp, Piaget y Bühler en Dellaert, 1958). Pudiera concluirse en que la compleja preformación de síntomas de pesudologia phantastica como una tendencia instintiva-reactiva dominante, donde la necesidad de una actitud comunicativa es obstruida por una visión de la vida autista o introvertida. Los sentimientos de inferioridad consecuentemente salen a la superficie y llevados por su urgencia habitual de propia afirmación para encontrar sobre compensación por la vía del impulso narrativo de la fantasía que hipertrofia a una phanstamagoria al tomar en cuenta de la forma no critica infantil de pensar (Dellaert, 1958).
Esta complejidad de los síntomas es sin lugar a dudas solo un marco de trabajo para el síndrome patológico. Una tendencia pre-mórbida que deriva en un significado patoplástico para el síndrome consecuente. La experiencia es psicogenéticamente especificada bajo la influencia de las frustraciones típicas y traumata o en otras palabras, de actitudes e influencias humanas conflictivas internas (Dellaert, 1958). A continuación, se presenta un caso para ilustrar todo el síndrome de la mitomanía con sus condiciones de origen y reacción (Dellaert, 1958). Betty una niña de doce años en el momento de su primera examinación, en 1940. Estaba en la escuela cuando ella declaro que era alemana con todas las implicaciones, señalando que sus padres habían muerto durante un bombardeo y que ella se había quedado con sus padres adoptivos, quienes la trataban mal. Ella era, en realidad, la única y adorada hija de una familia adinerada, constituida por una madre neurótica, una abuelita romántica de nacionalidad alemana y una tía. Betty fue una chica que cuando se dio a luz fue un parto con fórceps, hipotrófica, y sufría de un desorden intestinal durante la lactancia y además se mostraba difícil con la comida, de forma general débil físicamente. Examen físico mostró signos de pre-pubertad y leptosomic-asthenic stigmata. Físicamente Betty era moderadamente dinámica y vital, reactiva y con un temperamento pasional y sensibilidad dominante-depresiva, ansiosa por la dominación y actividad, aunque claramente introvertida y un poco autista. Siempre era con buenos modales, reserva, e hipersensible en las relaciones sociales, se enojaba y lloraba con facilidad. Cuando sus invenciones mitómanas fueron descubiertas ella fue examinada y enviada a tratamiento, fue enviada y quedo bajo supervisión de una psiquiatra, por
invitan a entrar al mundo de la fantasía durante sus narrativas para generar una aceptación propia y de quienes los rodean. Bibliografía Burgin, C., & Feillard, J. (janu-mars de 1986). Histoire sans nom. A propos de la Mythomanie Evol-Psychiatric, 51 (1), 187-204. Casas, R., & Zamarro, M. L. (1990). La mitomanía en la clínica actual. A propósito de un caso clínico. Revista de las Asociación de Nueropsqiuiatría, 10 (34), 345-353. Dellaert, R. (1958). Mythomania In the Child. Psychoterapy and Psychosomatics , 254-263. King, B., & Ford, C. (1988). Pseudología fantástica. Acta Psychiatric Scandinavica (77), 1-6. Marchais, P. (1980). La mythomanie. Entretiens Bichat (Medecine) , 399-401. Schneider, K. (1974). Las personalidades psicopáticas. Madrid, España: Ediciones Morata, S. A. Varga, E., & Laury, G. (1978). Valeur diagnostique du mensonge dans les amladies sociopathiques et la schizofrenie. Médecine ey Hygiène , 2408-
Wiersma, D. (1933). On Pathological Lying. Journal of Personality , 48-61.