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Ensayo de las reformas educativas
Tipo: Monografías, Ensayos
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A lo largo de la historia han existido diversas corrientes de pensamiento que se han adoptado con respecto a las políticas públicas referentes al ámbito educativo. Existen evidencias que demuestran intentos por perfeccionar los procesos administrativos, jurídicos, legales y pedagógicos que conforman el Sistema Educativo Mexicano; acorde a las condiciones históricas y contextuales concretas de cada época y periodo de gobierno (sexenio). Debido a lo anterior, es de suma importancia para todos los actores educativos; que conozcan los antecedentes de las diversas reformas educativas que han existido a través del tiempo en nuestro país; considerando los aciertos, los desaciertos y las aportaciones realizadas al quehacer educativo en cada sexenio; para con ello aprender de los errores del pasado y retomar las ideas que permitan así, fortalecer y mejorar las prácticas educativas actuales. Este ensayo representa un pequeño acercamiento a las ideas principales de las reformas educativas en nuestro país, por lo que nos brindará un panorama general acerca de cómo se encuentran constituidas. A través de la historia, los cambios administrativos esperados por las reformas educativas, no siempre han logrado satisfacer las expectativas que generaron las nuevas instituciones en cada momento. En muchas ocasiones los resultados fueron incompletos o distintos a los planteados, lo cual se puede ver reflejado como posibles fallas o errores que pretenden ser remediados por las administraciones consecutivas. A continuación se realizará una descripción de algunas de ellas, tomando como referencia la situación contextual en la que fueron diseñadas. a) Escuelas Nahuas por la Instrucción Jesuita De acuerdo a Vértiz (2017) , su pertinencia radica en la magnitud de la reforma y el éxito de los jesuitas para convertir al cristianismo a la población indígena a través del sistema educativo, que lo hace el caso de reforma educativa más importante de la historia conocida en México, por su profundidad, alcance y resultado. De acuerdo a los registros que se tienen en la historia de nuestro país, fue la primera política pública que marcó la diferencia, al introducir la educación religiosa, capaz de cambiar la idiosincrasia de los indígenas nativos de aquella época. Desde el punto de vista de López (1985) ; las primeras organizaciones educativas fundamentales eran lo que podemos llamar “templo-escuela”: edificios públicos administrados por las burocracias gobernantes conforme a su marco institucional. Había uno en cada Calpulli, y su operación consistía en recibir a los niños para proporcionarles conocimientos sobre los oficios del calpulli, la moral, religión y entrenamiento para la guerra.
esta Reforma Educativa, al tratar de imponer la voluntad de la Iglesia, haciendo un lado la ideología y las creencias de los nativos indígenas, por lo que no consideró correctamente una contextualización en la estructuración curricular de lo que se enseñaba en aquel momento. c) Reforma Lancasteriana Después de la guerra de independencia, la crisis económica obligaba al servicio público a priorizar otras actividades más importantes en aquel momento, como la alimentación y vivienda, dejando de lado a la educación. Pero fue hasta 1821 que se impulsó una política educativa consistente en un cambio curricular. Sin embargo, no tuvo tanta relevancia, debido a las condiciones socioeconómicas de nuestro país; por lo que no existió una trasformación importante en el sistema educativo, y la mayoría de las escuelas no cambiaron sus métodos de enseñanza. En lo que sí tuvieron éxito estas reformas, fue en la adaptación de los procesos de enseñanza-aprendizaje institucionalizados a los nuevos contenidos. De acuerdo a Powel y Di Maggio (1999) lo relevante del periodo es el proceso de institucionalización del sistema de legitimidad del Estado, y la política que buscaba actualizar la cultura humanista del pueblo para contar con ciudadanos alfabetizados, instruidos en sus derechos civiles, industriosos, con conocimiento de sus obligaciones con la comunidad y comprometidos con el gobierno republicano. Este política educativa conocida como el sistema lancasteriano funcionaba utilizando a los alumnos avanzados para instruir a grupos pequeños o más alejados de las ciudades, además incluía innovaciones en los métodos de enseñanza y didáctica; al lograr un cambio curricular, puesto que planteaba el aprendizaje de lectura, escritura, aritmética y doctrina cristiana. Por lo que se logra separar en gran medida la influencia de la Iglesia en la Educación, ya que no era precisamente impartida por frailes o por sacerdotes. d) Reforma del Porfiriato El largo periodo de gobierno del porfiriato, permitió la modernidad y el desarrollo económico en todo nuestro país. Desde el comienzo sentó las bases de un sistema educativo uniforme y bien estructurado; cuyo legado llega hasta nuestros días: el de proporcionar una educación elemental obligatoria para todos. El sistema de legitimidad evolucionó con la influencia del positivismo introduciendo la idea de la modernidad educativa, “la base de la educación actual se gestó en esos años que van de 1876 a 1910” (Bazant, 2000), donde se inició la educación física en las escuelas, se introdujo la pedagogía moderna, se crearon y multiplicaron las escuelas normales, se ofrecieron carreras técnicas a los obreros y la educación superior alcanzó una época de oro.
La búsqueda de la homogenización de la instrucción básica se dio bajo el consenso de los cánones educativos dialogados por representantes de todas las entidades a través de cuatro congresos de instrucción. Esto explica un cambio institucional estable y homogéneo, pues el único mecanismo de cambio institucional sin fricción es el consenso (Buchanan y Geoffrey, 1987). Se concluyó en estos acuerdos la uniformidad en la educación nacional consistente de la enseñanza obligatoria, gratuita y laica. Culminó con la ley de 1888, la cual prescribió que sólo el ejecutivo formularía los programas de enseñanza, con el objetivo de centralizar también las escuelas municipales. En general hablar de la reforma educativa gestada durante este periodo implica una serie de transformaciones radicales que permitieron establecer mecanismos de mejora, al instaurar congresos o instituciones públicas encargadas de legitimar y determinar los procesos administrativos ideales para establecer escuelas y para determinar que la educación pública de nivel básico se hiciera obligatoria en la nación. Se dieron cambios tan importantes, que permitieron de alguna manera, homogeneizar la educación, a través de la formulación de los planes y programas de estudio por parte del poder Ejecutivo en aquella época. La idea de centralizar la educación en aquel entonces, considero fue muy determinante para poder uniformar los procesos educativos en el resto del país. e) Las Reformas Educativas Postrevolucionarias Por otro lado, al finalizar el periodo revolucionario, las discusiones sobre el tipo de educación que deberían impulsar los gobiernos, absorbían todos los esfuerzos de los intelectuales y educadores de época. Se enfrentaron constantemente la educación católica, la educación laica, la educación socialista y muchas otras corrientes de pensamiento, por lo que estas discusiones frecuentes, no permitieron que se centraran los esfuerzos y talentos en mejorar realmente los métodos, instituciones y organizaciones educativas. Es hasta el gobierno de Plutarco Elías Calles que la estabilidad política llegó. La educación se veía como instrumento para el progreso y el desarrollo económico. De acuerdo a Vértiz (2017) las características principales de esta reforma son las siguientes: Los programas educativos estuvieron subordinados a la idea de la reorganización económica, poniendo énfasis en la educación rural. Se aprobó la ley de escuelas centrales y bancos agrícolas ejidales, que sustentaba el proyecto de establecer una red de escuelas dotadas con un banco agrícola ejidal cada una, quinientas hectáreas, equipamiento técnico y dormitorios para 200 estudiantes, donde se desarrollarían proyectos productivos que beneficiaran a sus comunidades.
De acuerdo a Zorrilla (2008), distintas acciones emanaron de los gobiernos posrevolucionarios a fin de asegurar la educación primaria, obligatoria desde la reforma constitucional de 1934 y única con ese carácter hasta 1993, año cuando la educación secundaria se hizo obligatoria. El poder central era tan fuerte que en la práctica inhibió las iniciativas de los estados para hacerse cargo de su educación y se convirtió en un obstáculo. A pesar de las críticas que hoy podamos hacer al centralismo, éste hizo posible la expansión de los servicios educativos en todo el país, sobre todo la educación primaria. Por otra parte, el magisterio fue preponderante en la consolidación del poder político de los regímenes posrevolucionarios, al convertirse en uno de sus brazos corporativos e ideológicos más importantes. En 1943, con apoyo del gobierno federal, se unificaron las distintas organizaciones gremiales de maestros en una sola: el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE). Desde entonces, este actor político ha sido fundamental en la gestión de los servicios educativos y en el control político del magisterio. Las Políticas Públicas o Reformas Educativas durante de este largo periodo de gobierno analizado, empiezan a priorizar al magisterio, haciéndolos partícipes de los proyectos de nación y de la Enseñanza Normal en las comunidades rurales, así como con la Creación del Sindicato, revalorizando la función del docente al brindarle las herramientas para tener autoridad y participación activa en las políticas educativas del país. Se retoman algunas prácticas de sexenios anteriores, y se realizan mejoras con respecto a privilegiar a la comunidad, a la propiedad colectiva, al trabajo y a la justicia sobre el individualismo, la injusticia y el fanatismo religioso. Esta voluntad a su vez, fue acompañada por acciones de organización popular y defensa de la soberanía nacional. Sin embargo, una de las duras críticas a estas reformas educativas durante este periodo tienen que ver con la falta de lineamientos generales definidos, ya que cada escuela regional trabajaba de forma improvisada, en función de las condiciones locales en las que se encontraba, por lo que a pesar de todos los intentos por centralizar la educación, existían comunidades donde las escuelas tenían que elaborar sus propios programas de estudios; donde se tomaban en cuenta costumbres y tradiciones de la comunidad, pero que no alcanzaba a cubrir los aprendizajes requeridos para la época. f) Reformas Educativas Contemporáneas (Época Moderna) El 18 de mayo de 1992, a la mitad del periodo salinista, se firmó el Acuerdo Nacional para la Modernización de la Educación Básica (ANMEB) , mediante el cual el gobierno federal, a través de la SEP, transfirió a los gobiernos de los estados los servicios de educación básica y los de formación inicial y en servicio de los
docentes. El ANMEB fue suscrito por los gobernadores de los estados, el Poder Ejecutivo federal y la autoridad del SNTE. Al ANMEB se le conoce como el “acuerdo de las tres erres”, ya que estableció tres grandes líneas de política con el propósito de impulsar una educación básica para todos de calidad y con equidad. Las líneas fueron: reorganización del sistema educativo nacional; reformulación de contenidos y materiales educativos; y revaloración de la función magisterial. De acuerdo a Zorrilla (2015), la reforma educativa fue legitimada a escala nacional no sólo por una decisión político-administrativa a través de la firma del ANMEB sino también por una decisión político-legislativa mediante la promulgación de las reformas al artículo tercero de la Constitución y de una nueva Ley General de Educación aprobada en 1993 por el Congreso de la Unión. En síntesis, se puede reflexionar que a quince años de este acuerdo se aprecian resultados positivos en la cobertura y asistencia a la escuela en los niveles de educación preescolar, primaria y secundaria. Este hecho permite observar su impacto en una mayor demanda de la educación media superior y superior. En definitiva, el crecimiento cuantitativo del sistema educativo nacional es un hecho apreciable; si bien se ha dado con ritmos distintos según el tipo, el nivel y la entidad federativa de que se trate, no sucedió lo mismo en términos de calidad y equidad. Esto se debe a muchos factores tales como las condiciones materiales y de infraestructura de los servicios, la formación y actualización de maestros, y el ejercicio de la función educativa en cada estado. Todos los cambios en la cultura administrativa, organizativa y pedagógica de cada una de las reformas o políticas educativas estructurales no se producen de manera rápida, sino de forma paulatina debido a la inmensidad de nuestro Sistema Educativo, por lo que los resultados sustantivos en la educación requieren de más tiempo para lograrse. Transformar un sistema tan grande como el de nuestro país, con una organización y prácticas burocráticas que se desvían más por el ámbito político y están no orientadas precisamente al aprendizaje, con enormes desigualdades en la distribución de insumos y recursos, exige demasiado tiempo, y requiere de nuevas capacidades de decisión y gestión, a fin de que todas las acciones conlleven a la calidad con equidad en todos los tipos y niveles educativos. La continuidad en las metas educativas de los sexenios posteriores como el Salinas a Zedillo (1994-2000) y de este último a Fox (2000-2006) expresan la necesidad de atender en plazos largos las carencias de la educación mexicana. Dichos sexenios, se caracterizaron por quedarse a medias en la implementación de sus reformas educativas.
al rechazo por parte de la comunidad estudiantil en su conjunto. Las reformas educativas, tienen tintes políticos que descuidan el verdadero significativo del proceso de enseñanza y del quehacer educativo. Por lo que es nuestro deber como investigadores educativos proponer estrategias a los diferentes órganos de gobierno y a las instituciones educativas correspondientes; que permitan abonar a nuestro Sistema Educativo mejoras y no deterioros. En conclusión, las Reformas Educativas o Políticas Educativas estudiadas anteriormente a través de las diversas épocas, representan las bases sobre las cuales se encuentra cimentado el Sistema Educativo actual. Cada una de estas reformas tuvo un gran impacto en el proceso educativo de acuerdo al contexto sociocultural en el que se gestaron. Asimismo las diversas reformas a la educación en su conjunto han sido tomadas en cuenta en las administraciones educativas modernas, a partir de un análisis exhaustivo, donde los registros históricos nos hacen saber de sus posibles aciertos y desaciertos, tomando lo considerado realmente significativo para poder implementarlo en el proceso administrativo, legislativo y pedagógico de nuestros días. Ninguna de las Reformas es mejor o superior a las demás, puesto que cada una de ellas brinda un enfoque diferente, y según el tipo de contexto situado en la época, fueron propuestas y aplicadas en “pro” de la mejora educativa. Sin embargo, en base al análisis realizado en el presente ensayo, se puede concluir que las políticas educativas son propiciadas muchas veces con tintes políticos o para favorecer a un grupo específico, no considerando la opinión y la participación de todos los actores educativos, lo que ha conllevado a sus respectivos fracasos. La historia se sigue escribiendo, por lo que, como investigadores educativos, nos corresponde ser críticos de las reformas que están por gestarse, por lo que es importante conocer acerca de los errores cometidos en el pasado, para evitar cometerlos en el futuro. Referencias Bibliográficas Vértiz Galván, M. A. (2017). Reformas educativas y cambio institucional a través de la historia en México. Zorrilla, M., & Barba, B. (2008). Reforma educativa en México. Descentralización y nuevos actores. Sinéctica, Revista Electrónica de Educación. Castillo Ortega, S.E. (2011). Educación y reformas educativas en México. Aguilar, M. D. J. L. (2013). Una reforma" educativa" contra los maestros y el derecho a la educación. El Cotidiano , (179), 55-76. Cruz Pineda, O. P. (2019). Configuración del discurso pedagógico y reformas educativas en México: una aproximación a su análisis. Revista mexicana de investigación educativa , 24 (81), 565- 591