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Enfermería excelente información
Tipo: Esquemas y mapas conceptuales
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AUTORES María Trinidad Hernández G Dora Padilla Lozano DIRECTOR: Doctor Mauricio Montoya Londoño Ph. Universidad Santo Tomás Vicerrectoría General De Universidad Abierta Y A Distancia Facultad De Educación Maestría En Educación Línea De Investigación: Educación, Derechos Humanos, Política Y Ciudadanía Bogotá: 2017.
el enfoque de las capacidades , este lo define como una aproximación muy particular a la evaluación de la calidad de vida y a la teorización sobre la justicia social básica; el eje central del enfoque se resume en un interrogante ¿Qué es capaz de hacer y ser cada persona?, en él se concibe a la persona como un fin en sí mismo. Este enfoque está centrado en la elección de las personas y respeta sus facultades de autodefinición; es pluralista en cuanto a valores, se ocupa de la injusticia y la desigualdad social. (Nussbaum, 2012, pp.38) En el ámbito de la educación, formar para el desarrollo humano, según Jiménez “orienta los procesos educativos en términos de las necesidades de las personas para alcanzar su desarrollo " (Jiménez, 2008, p.6), el centro de interés es la persona, en su dimensión de SER, que responde a unas particularidades que le permitan construir proyecto de vida y atender las necesidades individuales y colectivas del contexto en el que se desarrolla. (Elizalde, Martín & Martínez, 2006, p.6-12). En este sentido, la educación cobra gran relevancia en cuanto al impacto social que esta genera como agente de cambio, considerada por muchos, motor de desarrollo personal y social, porque permite el desarrollo de las competencias humanas y transforma a quien está en contacto con ella. Desde esta perspectiva la formación que genera competencias humanas debe propender por el desarrollo de habilidades sociales, de interrelación, autonomía, de pensamiento crítico, reflexivo. No obstante, en nuestra sociedad actual, el sistema educativo se encuentra permeado por las políticas actuales tendientes al capitalismo y la globalización, lo que implica una relación directa con las necesidades económicas y tecnológicas de las sociedades; las instituciones educativas se definen en términos mercantilistas de producción, distribución y consumo afectando profundamente el sentido de la educación. Dentro de este contexto, se ha evidenciado un debate entre las prácticas educativas y el desarrollo de competencias, del cual surgen interrogantes como: ¿se forma para la vida o se forma para el trabajo?, para Ronald Barnett (2001), existen dos concepciones rivales de la competencia en el ámbito académico: una es la forma académica de la competencia, que se construye en torno a la idea de dominio de la disciplina por parte del estudiante, y la otra es la concepción operacional, que
responde a los intereses de la sociedad, al desempeño, a la producción y a la economía. (Barnett, 2001, p. 224). Es así que, las competencias, entendidas como propósitos de formación que van más allá del desarrollo de habilidades y conocimientos para el desempeño laboral, orientan el proceso de enseñanza y aprendizaje hacia la formación para la vida que se desarrolla en interacción con otros, dando lugar a proyectos educativos por competencias basados en el desarrollo humano, más que en la generación de capital humano (Araya, 2011, p.110). La formación por competencias profesionales en enfermería, referidas al SABER SER, se orientan a formar seres humanos integrales, autónomos, capaces de desarrollarse y responder a las necesidades del entorno en el marco de valores éticos, morales y deontológicos. Esto se encuentra consignado en la Ley 266 de 1996, que regula el ejercicio profesional de enfermería. No obstante, la experiencia y algunos estudios ven comprometida la capacidad de los profesionales para desarrollarse personal y socialmente. En un estudio sobre percepciones sobre calidad de vida, realizado por la Escuela de Enfermería de la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia sobre calidad de vida en las (os) profesionales de enfermería (Romero, Mesa y Galindo, 2008, p. 62 - 68 ), señala que los profesionales encuestados, relacionan la calidad de vida con la capacidad adquisitiva para la realización de necesidades fundamentales: Como fuente de desarrollo humano; el 85% de los participantes centran su satisfacción en la sobrevivencia a partir del ingreso salarial, y la realización de necesidades se mejora en la medida que haya un aumento salarial (más de un millón de pesos) y una vinculación laboral a término indefinido. Los autores del estudio, definen la calidad de vida desde los postulados de Amartya Sen: “Evalúa en términos de capacidades, oportunidades y funcionamientos, que permiten a las personas sentir placer, satisfacer sus preferencias y alcanzar metas sociales e ideales de buena vida.” (Sen, 1996, citado en Romero, Mesa y Galindo, 2008, p.65). Concluyen Romero y colaboradores (2008) que cuando no se dan las capacidades de participación, de disensión política, de desarrollo personal y social, el trabajo y el ocio como espacios para el desarrollo de la creatividad y el crecimiento
construcción de su proyecto de vida. De igual forma comprender las capacidades para la participación, representación política, la libertad de expresión y la exigencia de los derechos y oportunidades que tienen los profesionales de enfermería egresados de un programa académico de Bogotá.
2. Estado del Arte. De las exploraciones documentales que se realizan para establecer las líneas y tendencias de desarrollo social y profesional en el ámbito de la enfermería, cabe mencionar que es escaso el acercamiento al tema del perfil profesional, enmarcado en capacidades para el desarrollo humano. Aspectos como la autonomía, la libre elección, la participación social y política, el conocimiento de sí como persona sujeta de derechos inmersa en una sociedad que la define, entre otros elementos del desarrollo humano en una perspectiva cualitativa, no son explorados ampliamente en los estudios revisados en el marco de esta investigación. Por el contrario, en los estudios de Mesa y Romero (2010), Uribe (2002), Zapata (2008), Zambrano (2008), encontramos que principalmente ellos desarrollan sus reflexiones en torno a las condiciones laborales en enfermería, la baja autoestima e identidad profesional y el feminismo en la profesión. En este sentido, los resultados de un estudio de investigación realizado por Beatriz Castro Carvajal, antropóloga de la universidad de Antioquia, en el año 2011, exponen las transformaciones del primer programa académico de enfermería hasta la consolidación de la profesión; este documento presenta un relato de las situaciones, exigencias y condiciones entorno a la formación profesional de enfermería, las cuales se ven influenciadas por la condición de género femenino que lleva a una subvaloración del desempeño ocupacional de la enfermería, una vocación religiosa que base su quehacer en la abnegación y entrega sustentada en la fe; afirma la autora que estos hechos levantan la voz de los profesionales de enfermería reclamando el reconocimiento de la práctica enfermera (o) como un trabajo y no como un servicio, y su oficio como una profesión científica. Concluye Castro que se ha generado un gran esfuerzo en ubicar a la enfermería como disciplina con un cuerpo de conocimiento propio, no obstante “{…} la lógica de la técnica que es el cuidado y el dominio del cuerpo” la limita y subordina a la profesión médica (Castro, 2011, pp. 282 - 283).
calidad de vida de los profesionales de enfermería, en tanto no generan condiciones sociales para la subsistencia de manera digna y humanizada, por el contrario, hay carencias de toda índole, que impiden el desarrollo humano; a diferencia de otros enfoques, aquí se expresa la importancia del autocuidado del enfermero (a) como actor social, que requiere de ambientes sociales, culturales y familiares justos para estar bien (Mesa y Romero, 2010, pp. 55 – 59). En lo concerniente a la autonomía y la identidad profesional, la enfermera Marleny Zapata (2008), plantea una crisis de la identidad del profesional de enfermería, al señalar que en el ámbito ocupacional la enfermera (o) ha perdido la autonomía en su rol profesional como cuidador por cumplir funciones medico delegadas; de igual manera, una pérdida de la individualidad del cuidado, por la interdependencia y delegación de los mismos (Zapata, 2008, pp. 85 - 89). Agrega Zamorano (2008, pp.1), que a través del tiempo se ha venido distorsionando la imagen del profesional de enfermería, lo que sin duda afecta la autonomía, la autoestima y la identidad profesional. A manera de reflexión, los autores invitan a los profesionales de enfermería a trabajar por el fortalecimiento de la identidad y el reconocimiento profesional, a través de la participación política, el trabajo colaborativo gremial, la formación profesional orientada al desarrollo del ser autónomo, reflexivo, crítico, y con ello, alcanzar proceso de transformación para el desarrollo profesional, la satisfacción personal y al bien estar social. Otro camino que nos lleva, a profundizar en esta discusión es como el profesional de enfermería se visualiza como capital humano participe de una sociedad; y en este sentido, Arias y Giraldo (2007) señalan que “{…} el capital social y el capital humano están íntimamente ligados con el desarrollo de la profesión de Enfermería en Colombia” (Arias y Giraldo, 2007, pp.24, 25). Con base en los teóricos estudiados las autoras del estudio, concluyen, que estos dos capitales social y humano, pueden mejorar el nivel de bienestar de una comunidad. No obstante, la reflexión conduce a fortalecer el capital científico y cultural, dimensión simbólica del capital social, asignándole a la educación un papel determinante en la generación de este capital; particularmente en el ámbito de la enfermería, se invita a promover la formación posgradual en nivel de doctorado, para con ello generar conocimiento
científico endógeno que promueva a su vez una transformación científica, social y cultural de la profesión. (Arias, 2007, pp.1-6) En la perspectiva de la formación profesional, nos encontramos con una mirada desde la sociodemografía y la educación inclusiva para el desarrollo en América latina, de la UNESCO; una invitación a trabajar diseños curriculares que armonicen en el currículo la Inclusión. Y de esta forma visibilizar la relación desarrollo y educación, puente para identificar la presencia o no de estrategias para el desarrollo humano en los habitantes de esta región del mundo (Guerrero y Villarán, 2009, pp.22, 23). En el mismo sentido, Batista (2006), señala una relación directa entre la educación y el desarrollo humano, él autor destaca la importancia de la educación de las personas, para que participen activamente en la construcción y transformación de la sociedad a la que pertenecen, siendo este aspecto, clave para el desarrollo social (Batista, 2006, pp.29). En el ámbito de la enfermería, Nancy Linares (2010), presenta una investigación orientada a diseñar un programa de formación integral del ser y el convivir, dirigido a estudiantes de enfermería, con el propósito de generar competencias sociales y el fortalecimiento del perfil profesional en términos del Saber Ser y el Saber Convivir (Linares, 2010, pp.142-143). Interés que pone de manifiesto la tensión entre la formación por competencias para el mundo laboral y ocupacional y las capacidades para el desarrollo humano. Patricia Concha y Jasna Stiepovic (2007, pp.127, 128), aportan una mirada desde la disciplina de enfermería en cuanto a las competencias específicas del profesional y su contextualización teórica-científica desde el currículo; no obstante, las apreciaciones son de un carácter muy general y condicionan los desarrollos del pensamiento a la educación. Siguiendo, la idea conceptual de la relación educación y desarrollo humano, Luis Manuel Castro (2008, pp.68), considera que los diseños curriculares de programas académicos de formación profesional con enfoque centrado en la persona, permiten la realización personal y el desarrollo humano, orientando el proceso educativo en términos de las necesidades de las personas para alcanzar su propio desarrollo.
decisiones en la vida cotidiana, buscar medios que favorezcan su desarrollo integral como persona que ocupa un lugar en la familia y la sociedad. Cultivar una sana autoestima y no permitir situaciones de abusos; cuidar su propia salud y ser ejemplo de estilos de vida saludables; ejercer su autonomía personal utilizando su capacidad crítica y analítica; mantener una actitud asertiva para lograr la integridad de su actuar. Ser firmes para defender sus actuaciones y principios. Por consiguiente, la formación profesional en enfermería, desde sus diseños curriculares, debe orientar procesos para la generación de estas capacidades que propenden por el bienestar, la calidad de vida y la transformación social de las personas. El anterior estado del arte, evidencia la transformación de la profesión de enfermería a lo largo del tiempo, hechos que han impactado la formación profesional y las condiciones ocupacionales y laborales de la práctica enfermera (o). Se reconocen carencias en aspectos como la igualdad de género, la identidad y autonomía profesional, la formación y participación política, aspectos transformadores de la sociedad a la que pertenecen; cabe señalar, sin embargo, que las líneas de investigación en desarrollo humano y calidad de vida, limitan sus estudios a identificar de manera general en las personas, estos aspectos. En el ámbito de la enfermería, estas indagaciones se realizan bajo otros enfoques. Por lo anterior, se hace necesario esta investigación, en la búsqueda de datos que nos lleven a comprender, en una mirada cualitativa, el desarrollo humano y su impacto en la calidad de vida de los profesionales de enfermería.
3. Marco Teórico. El concepto de capacidades para el desarrollo humano bajo perspectiva de Martha Nussbaum En la perspectiva de los derechos y las libertades, se plantean enfoques de desarrollo humano, que propenden por la igualdad, la equidad y la justicia social, entre los cuales se encuentra, el enfoque de las capacidades promulgado por Martha Nussbaum. Este enfoque tiene elementos conceptuales de la teoría de Desarrollo y Libertad de Amartya Sen, que le sirven de base a la autora, para formular los postulados propios. Amartya Sen (1999) concibe el desarrollo como un proceso de expansión de las libertades reales de que disfrutan los individuos; considera, que, para ello, es necesario eliminar las principales fuentes de privación de la libertad, como: la pobreza, la tiranía, la escases de oportunidades económicas y las privaciones sociales, el abandono en el que pueden encontrarse los servicios públicos y la intolerancia de los estados represivos (Sen, 1999, p. 19 - 21). Y promover las libertades políticas, los servicios económicos, las oportunidades sociales, las garantías de transparencia, y la seguridad protectora; tipos de libertades, vistas por el autor, como derechos y oportunidades, que contribuyen a mejorar la capacidad general de una persona para alcanzar su propio desarrollo. De este último, afirma “el desarrollo tiene que ocuparse más de mejorar la vida que llevamos y las libertades de que disfrutamos” (Sen, 1999, p. 27- 31). En este enfoque la expansión de la libertad es considerada el “ fin primordial y el medio principal del desarrollo” (Sen, 1999, p. 20). El enfoque de las capacidades planteado por Amartya Sen (1999) y Martha Nussbaum (2012) concibe a cada persona como un fin en sí mismo , ocupándose no solamente del bienestar , sino también de las oportunidades disponibles en términos de una ampliación de las libertades desde su realización. Este enfoque se centra en elementos esenciales para el desarrollo humano, como: A) la libertad o la elección, al respetar la capacidad de autodefinición de las personas; B) es pluralista en cuanto a valores, al considerar la individualidad de los seres humanos, haciendo una diferenciación cualitativa de las capacidades; C) se interesa particularmente en la
El tercer elemento diferenciador del enfoque de capacidades propuesto por Nussbaum, es un listado de capacidades centrales. Según la autora, la capacidad , puede definirse, como la respuesta al interrogante ¿Que es capaz de hacer y ser esta persona? Se entiende entonces, la capacidad , como un conjunto de oportunidades para elegir y actuar creadas por la combinación entre las facultades personales ( capacidades internas ) y la condición política, social y económica que rodea a la persona. Esta sinergia ha sido denominada por Nussbaum, como capacidades combinadas (Nussbaum, 2012, p.40). Martha Nussbaum (2012, p.41 - 43) plantea entonces, tres tipos de capacidades: las capacidades combinadas , definida como la totalidad de las oportunidades que se tienen, para elegir y actuar en un marco social, político y económico particular. Hacen parte de estas capacidades las denominadas capacidades internas ; estas son definidas como las aptitudes desarrolladas en la interacción de las personas con su contexto social, familiar y político. Y las capacidades básicas , consideradas las facultades innatas de la persona que hace posible su formación y desarrollo. Al respecto señala la autora, que uno de los propósitos de las sociedades para con sus integrantes, es promover el desarrollo de las capacidades internas, a través de procesos como la educación, la funcionalidad familiar, el afecto, la promoción de la salud física y emocional; así mismo garantizar a sus ciudadanos y ciudadanas el acceso a las oportunidades de funcionar de acuerdo con sus capacidades. Nussbaum (2012, p. 41) Basada en los planteamientos antes expuestos, Nussbaum (2012) propone una lista de capacidades humanas centrales: las cuales, considera la autora, tienen un valor en sí misma, haciendo plenamente humana la vida que las incluye. Por tanto, considera que todo estamento social y político debe procurar en todos los ciudadanos y ciudadanas de una nación, un nivel umbral de las siguientes diez capacidades, para el funcionamiento humano: (Nussbaum, 2012, p. 53 – 55).
4. Enfoque Metodológico En primera instancia la presente investigación se circunscribe al paradigma epistemológico que es descrito por Briones como Cualitativo-interpretativo. Este enfoque, se aplica en nuestro estudio, porque permite interpretar la conducta humana desde una realidad múltiple, variada, dinámica, tomando en cuenta la verdad como significación de la realidad que conduce a una comprensión del fenómeno desde las perspectivas y subjetividades (Briones (1988), citado por Cerda, 2008, p. 29 ). De acuerdo con Lincoln & Cuba (1985, p. 36-38, citado por: Gonzales José, 2001, p. 228) este paradigma tiene 5 características básicas: 1) Se basa en una oposición a la concepción positivista de la realidad con el fin de dar lugar a la interpretación y comprehensión de los fenómenos. 2) Instaura una relación de dependencia entre investigador y objeto investigado. 3) Se lleva a cabo una renuncia de la pretensión positivista de la generalización, para dar lugar a una valoración de los contextos y de los casos de investigación. 4) Dado que los fenómenos se encuentran interconectados, no resulta factible distinguir causas de efectos. Y 5) La investigación se encuentra permeada por los valores del investigador en sus diversos aspectos. En este contexto epistemológico nuestro enfoque metodológico es el Estudio de Caso, considerado por Yin (1988, citado en Martínez (2006, p. 167), como una herramienta de investigación valiosa que permite estudiar la conducta de las personas inmersas en un fenómeno particular. Siguiendo a Robert Yin (1991) “Un estudio de caso es una pregunta empírica que investiga un fenómeno contemporáneo dentro de un contexto de vida real, sobre todo cuando los límites entre el fenómeno y el contexto no son claramente evidentes” (Yin, 1991, p. 9). Esta metodología investigativa, en nuestro estudio, nos permite comprender la realidad de un fenómeno particular, como es, el desarrollo humano de profesionales de enfermería en una perspectiva cualitativa, a partir de las vivencias y experiencias de un grupo de personas que tienen un contexto social y profesional común.
El estudio de caso, incorpora distintas formas de obtención de la información, permite a su vez, el análisis de muchas variables de interés, así como el desarrollo de proposiciones teóricas para orientar la recolección de la información. Los casos para su estudio, pueden ser clasificados como únicos (también denominados simples) o múltiples (Martínez, 2006, citando a Yin (1989)). El diseño de esta metodología investigativa, consta de cinco componentes importantes, según Yin (1991, p.14): una pregunta de investigación, sus proposiciones, si las hay, una unidad o unidades de análisis, la lógica que une los datos a las proposiciones y el criterio para interpretar los resultados. En el planteamiento de la pregunta de investigación, los autores de este estudio, develan su interés en acercarse a la realidad del objeto de indagación, desde un enfoque teórico. Dado que esta investigación, plantea un marco teórico sobre el cual se determinan las dimensiones o elementos de la realidad a estudiar; se hace necesario destacar, que se toman como referente, los postulados teóricos del enfoque de capacidades para el desarrollo humano, en la perspectiva de Martha Nussbaum (2012), para las construcción del mapa categorial a partir del cual los autores de este estudio definen inicialmente las categorías de análisis y diseñan los instrumentos de recolección de la información, como se muestra en la tabla 1. Tabla 1. Mapa Categorial Enfoque Teórico Categoría de Análisis de primer orden Categoría de Análisis de segundo orden Capacidades Centrales Definición^ Elementos de la capacidad Preguntas orientadoras