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Enfermeras Militares, Apuntes de Historia Contemporánea

Índice de enfermeras militares , enfermeras contemporáneas

Tipo: Apuntes

2023/2024

Subido el 14/03/2025

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naomi-rojas-lopez 🇲🇽

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Las enfermeras revolucionarias: feministas y profesionistas
El papel de la enfermera en el desarrollo de la Revolución Mexicana fue fundamental y se desenvolvió en
condiciones muy difíciles: muchas veces arriesgaron sus vidas para atender no solo a los heridos en las
batallas, sino también a la población civil que fue víctima de catástrofes naturales y de epidemias que
azotaron el país (gripe española, tifo y viruela).
1910 el oficio de enfermera tenía poco tiempo de haber comenzado su profesionalización.
Tal oficio, al igual que el de profesora, permit a las mujeres incorporarse a la vida laboral, obtener un
reconocimiento en la vida pública por su formación educativa y al mismo tiempo, les ayudó paulatinamente a
obtener independencia económica
Una de las primeras organizaciones de socorro en el país fue la Cruz Roja Mexicana . Creada en 1909, fue encabezada
por Luz González de Cosío, y tuvo entre sus primeras labores la atención de la población víctima de las inundaciones que
azotaron a Nuevo León ese año. Al estallar la Revolución Mexicana se enfocó a la atención de los soldados heridos del
Ejército Federal, lo que motivó el surgimiento de otras organizaciones, como la Cruz Blanca Neutral.
La cbn fue fundada y dirigida por Elena Arizmendi Mejía bajo el lema Por la humanidad. Llegó a establecer más de 30
brigadas sanitarias en distintos estados del país durante el proceso revolucionario y en el centro-sur se vincu al
zapatismo a partir de una petición especial de Emiliano Zapata, para que le proporcionara ayuda médica a su ejército.
Ante el reconocimiento oficial de la cbn por parte de Francisco I. Madero, se camb el nombre a Sociedad de la Cruz
Blanca Mexicana (cbm), quedando como vicepresidenta Elena Arizmendi, y presidenta honoraria Sara Pérez. Contó
también con la prensa El Diario del Hogar como canal de comunicación para mantener informada a la sociedad de las
necesidades de la institución, así como para difundir las distintas actividades que las enfermeras llevarían a cabo para
allegarse recursos.
Algunas de las enfermeras zapatistas, por otro lado, obtuvieron grados militares y se desempeñaron en las brigadas del
Ejército Libertador del Sur, en la zona de los estados de Puebla, Guerrero, Estado de México y en el sur del Distrito
Federal. Ejemplo de ello fue Adela Vázquez Schiaffino, antigua empleada del periódico El Diario, quien en 1911 se enlistó
como enfermera voluntaria en el semi-clandestino Hospital Insurrecto de las huestes rebeldes del Ejército Libertador.
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Las enfermeras revolucionarias: feministas y profesionistas

El papel de la enfermera en el desarrollo de la Revolución Mexicana fue fundamental y se desenvolvió en

condiciones muy difíciles: muchas veces arriesgaron sus vidas para atender no solo a los heridos en las

batallas, sino también a la población civil que fue víctima de catástrofes naturales y de epidemias que

azotaron el país (gripe española, tifo y viruela).

1910 el oficio de enfermera tenía poco tiempo de haber comenzado su profesionalización.

Tal oficio, al igual que el de profesora, permitió a las mujeres incorporarse a la vida laboral, obtener un

reconocimiento en la vida pública por su formación educativa y al mismo tiempo, les ayudó paulatinamente a

obtener independencia económica

Una de las primeras organizaciones de socorro en el país fue la Cruz Roja Mexicana. Creada en 1909, fue encabezada por Luz González de Cosío, y tuvo entre sus primeras labores la atención de la población víctima de las inundaciones que azotaron a Nuevo León ese año. Al estallar la Revolución Mexicana se enfocó a la atención de los soldados heridos del Ejército Federal, lo que motivó el surgimiento de otras organizaciones, como la Cruz Blanca Neutral. La cbn fue fundada y dirigida por Elena Arizmendi Mejía bajo el lema “Por la humanidad”. Llegó a establecer más de 30 brigadas sanitarias en distintos estados del país durante el proceso revolucionario y en el centro-sur se vinculó al zapatismo a partir de una petición especial de Emiliano Zapata, para que le proporcionara ayuda médica a su ejército. Ante el reconocimiento oficial de la cbn por parte de Francisco I. Madero, se cambió el nombre a Sociedad de la Cruz Blanca Mexicana (cbm), quedando como vicepresidenta Elena Arizmendi, y presidenta honoraria Sara Pérez. Contó también con la prensa El Diario del Hogar como canal de comunicación para mantener informada a la sociedad de las necesidades de la institución, así como para difundir las distintas actividades que las enfermeras llevarían a cabo para allegarse recursos. Algunas de las enfermeras zapatistas, por otro lado, obtuvieron grados militares y se desempeñaron en las brigadas del Ejército Libertador del Sur, en la zona de los estados de Puebla, Guerrero, Estado de México y en el sur del Distrito Federal. Ejemplo de ello fue Adela Vázquez Schiaffino, antigua empleada del periódico El Diario, quien en 1911 se enlistó como enfermera voluntaria en el semi-clandestino Hospital Insurrecto de las huestes rebeldes del Ejército Libertador.

La brigada sanitaria zapatista, la dirigió el doctor Lauro Camarillo, contó con un hospital militar de Cuautla y otro en Cuernavaca, así como hospitales de sangre establecidos en algunos edificios y puestos de socorro donde la necesidad de atención era urgente. Otra enfermera zapatista, que formó parte de la Cruz Blanca, fue la profesora Dina Querido Sámano, quien asistió a las tropas comandadas por Genovevo de la O. El Ejército villista contó con el servicio de sanidad llamado Brigada Sanitaria de la División del Norte (bsdn), que se formó en 1914 para dar atención a los heridos en las batallas de Torreón y Zacatecas. María Guadalupe Cortina, Petra Chavira y María Teresa Valle se incorporaron al cuerpo sanitario de la División del Norte, dirigido por el doctor Andrés Villarreal, director del mismo. En apoyo a la bsdn se creó la Cruz Azul Mexicana (cam), según el testimonio de Carmen Baca de Cuéllar, quien fue miembro fundador de dicha institución humanitaria. Las enfermeras de la cam portaban uniforme blanco y cofia con una cruz al frente de color azul. Dieron principalmente atención a los heridos villistas, y ocuparon los vagones-hospital de los ferrocarriles en los que se desplazaba la División del Norte, que adaptaron para operar o curar, guardar medicamentos, e instrumental de cirugía, así como botiquines, etc. Un caso muy significativo fue el de Leonor Villegas de Magnón en Nuevo Laredo, Tamaulipas, que desde 1913 proporcionó recursos para medicamentos y alimentos en las campañas, y además colaboró en acción como enfermera para fundar posteriormente la Cruz Blanca Constitucionalista (cbc). Leonor Villegas estableció una red de comunicación y de organización para invitar a jóvenes norteñas a la incorporación del servicio sanitario de la cbc. En 1914, tras conocer la noticia del ataque del general Pablo González en Nuevo Laredo contra los huertistas, de inmediato ella y sus compañeras ofrecieron sus servicios como enfermeras. La casa de Villegas se convirtió en un espontáneo hospital de sangre para atención a los heridos. La tarea fue ardua y varias jóvenes se alistaron a las tareas humanitarias La labor de la cbc fue registrada en las memorias escritas de su fundadora, quien se encargó de incorporar las acciones de sus compañeras enfermeras, sus alcances, sus problemáticas y soluciones en el área de la frontera Texas – México. En su texto se hace llamar La rebelde, y lo constata un corpus fotográfico del voluntario Eustasio Montoya, quien se convirtió más adelante en el fotógrafo oficial de la institución. A pesar de que en su pleno contexto no a todas las mujeres se les reconoció su gran labor de atención médica en el proceso revolucionario de nuestro país, en la década de 1940 presentaron sus documentos para comprobar sus méritos a la Comisión Pro-Veteranos en las brigadas sanitarias de los distintos cuerpos del ejército, o en puestos de socorro, hospitales de sangre, hospitales civiles o militares de la ciudad, y sin mayores tropiezos obtuvieron el estatus de veteranía. Conocer y rescatar esta gran labor de las enfermeras a principios del siglo xx, permite observar que una vez más la participación femenina ha sido fundamental en la construcción histórica de nuestro país, y que hoy día tiene una gran resonancia por su valentía y vocación ante la pandemia del pleno siglo xx