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Se realiza este documento para conocer un poco más sobre la enfermedad renal crónica
Tipo: Apuntes
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SECRETARÍA DE INVESTIGACIÓN, INNOVACIÓN Y EDUCACIÓN SUPERIOR
CENTRO EDUCACTIVO
“JOSÉ DOLORES RODRÍGUEZ TMAYO”
LICENCIATURA EN ENFERMERÍA
CAMPUS MÉRIDA
CLAVE: 31PSU0068M
angiotensinógeno en angiotensina I, la cual a su vez por acción de la enzima
convertidora de angiotensina (ECA) se convierte en angiotensina II. La angiotensina
II tiene una fuerte acción vasoconstrictora y estimula la secreción de aldosterona
que induce la reabsorción renal de sodio y la excreción de potasio.
Las enfermedades crónicas no transmisibles (ECNT) representan el 71% de todas
las muertes a nivel mundial, dentro de ellas se encuentra la Enfermedad Renal
Crónica (ERC) con una prevalencia de 10 millones de personas en México, siendo
Puebla una de las entidades con mayor incidencia de defunción, a pesar de ya
existir Terapias de Reemplazo de la Función Renal (TRR).
Es la disminución lenta y progresiva ya sea a lo largo de meses o años de la
capacidad de los riñones para filtrar los productos metabólicos de desecho
presentes en la sangre. O de igual forma describe la pérdida gradual de la función
renal. Los riñones filtran los desechos y el exceso de líquidos de la sangre, que
luego son excretados en la orina. Cuando la enfermedad renal crónica alcanza una
etapa avanzada, niveles peligrosos de líquidos, electrolitos y los desechos pueden
acumularse en el cuerpo.
La enfermedad renal crónica se manifiesta cuando una enfermedad afecta la función
renal y causa que el daño renal empeore en varios meses o años. Las
enfermedades y afecciones que causan enfermedad renal crónica son las
siguientes:
riñones (glomérulos)
estructuras circundantes
hereditarias
como el agrandamiento de próstata, cálculos renales y algunos tipos de
cáncer
riñones
Las enfermedades crónicas no transmisibles representan el 71% de todas las
muertes a nivel mundial, dentro de ellas: las enfermedades cardiovasculares (17,
millones), cáncer (9,0 millones), las enfermedades respiratorias (3,9 millones) y la
diabetes tipo 2 (1,6 millones), así como la enfermedad renal crónica (ERC), ésta
última con una prevalencia de 2 millones de personas (Organización Mundial de la
Salud [OMS], 2018). De acuerdo con la Secretaría de Salud Federal, en México,
alrededor de 10 millones de personas padecen ERC y se estima que para el 2025
habrá cerca de 212 mil casos y se registrarán casi 160 mil muertes (Secretaría de
Salud [SS], 2014). Por otro lado, de acuerdo con la Clínica Renalis, el Instituto
Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) reportó en 2012 que las entidades con
mayor incidencia de defunción son el Estado de México, Distrito Federal, Jalisco,
Puebla, Guanajuato y Nuevo León (Renalis, 2016).
De los pacientes con enfermedad renal crónica por diabetes, 98% se encuentran en
las etapas 1 a 3, mientras que 2% (124 mil aproximadamente) requiere de complejos
y costosos tratamientos como diálisis peritoneal, hemodiálisis y/o trasplante de riñón
como terapias de reemplazo de la función renal (TRR) para sobrevivir. Se estima
que el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) otorga 80% de todas las diálisis
Los síntomas suelen manifestarse muy lentamente. A medida que avanza la
insuficiencia renal y los productos metabólicos de desecho se acumulan en la
sangre, los síntomas progresan.
La pérdida de funcionalidad renal ligera o moderada puede causar solo síntomas
leves, como la necesidad de orinar varias veces durante la noche (nicturia). La
nicturia se produce porque los riñones no pueden absorber el agua de la orina para
reducir el volumen y concentrarla, como sucede normalmente durante la noche. A
medida que la función renal empeora y se acumulan productos metabólicos de
desecho en la sangre, las personas afectadas comienzan a sentir fatiga y debilidad
general, y manifiestan una disminución de la agilidad mental. En algunos casos
aparecen inapetencia y dificultad respiratoria. La anemia también contribuye a la
debilidad generalizada.
La acumulación de residuos metabólicos también causa pérdida de apetito,
náuseas, vómitos y un sabor desagradable en la boca, pudiendo conducir a
desnutrición y a pérdida de peso. Las personas con nefropatía crónica tienden a
presentar moretones con facilidad o a sangrar durante un tiempo excepcionalmente
prolongado después de una herida cortante o algún otro tipo de lesión. La
enfermedad renal crónica, o nefropatía crónica, también disminuye la capacidad del
organismo para combatir las infecciones. La gota puede causar artritis aguda con
dolor e inflamación de las articulaciones. La pérdida grave de función renal causa
que los productos metabólicos de desecho se acumulen y alcancen niveles más
altos en la sangre. El daño ocasionado a los músculos y nervios causa trastornos
tales como contracciones, debilidad muscular, calambres y dolor. Los afectados
también experimentan a veces sensación de hormigueo en las extremidades y
pierden la sensibilidad en ciertas partes del cuerpo. Pueden desarrollar el síndrome
de piernas inquietas y evolucionar a encefalopatía, un trastorno ocasionado por una
disfunción cerebral que puede provocar confusión, letargo y convulsiones.
La insuficiencia cardíaca produce dificultad respiratoria o ahogo. Puede aparecer
hinchazón en el cuerpo, sobre todo en las piernas. La pericarditis puede causar
dolor torácico y disminución de la presión arterial. Las personas que padecen
enfermedad renal crónica avanzada suelen sufrir úlceras gastrointestinales y
hemorragias. La piel adquiere una tonalidad amarilla amarronada y/o seca, y, en
algunas ocasiones, la concentración de urea es tan alta que cristaliza en el sudor,
con lo que forma un polvo blanco sobre la piel (escarcha urémica). Algunas
personas con nefropatía crónica sufren picor en todo el cuerpo. También pueden
sufrir halitosis.
El objetivo del tratamiento es frenar el deterioro de la función renal y retrasar la
necesidad de diálisis. Los trastornos que pueden causar o empeorar una nefropatía
crónica, y que pueden afectar negativamente al estado de salud en general, deben
abordarse rápidamente, como ocurre en caso de:
Controlar los valores de azúcar (glucosa) en sangre, así como la hipertensión
arterial en las personas con diabetes, reduce sustancialmente el deterioro de la
actividad renal. Los fármacos inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina
y los antagonistas de los receptores de la angiotensina II (ARA-II), que ayudan a
bajar la tensión arterial, pueden disminuir la velocidad de este deterioro en algunos
pacientes que padecen nefropatía crónica.
Restricción de sodio y potasio
La restricción del consumo de sal (sodio) suele ser beneficiosa, especialmente en
los casos en que la persona presenta insuficiencia cardíaca.
Puede ser necesario restringir la ingestión de líquidos para impedir que la
concentración de sodio en la sangre disminuya en exceso. Deben evitarse por
completo los alimentos muy ricos en potasio, como algunos sustitutos de la sal, y
no consumir en exceso otros productos que también lo contienen en proporción
notable, como dátiles, higos y algunas otras frutas. Una concentración alta de
potasio en sangre aumenta el riesgo de ritmo cardíaco anómalo y paro cardíaco. Si
la concentración de potasio es demasiado elevada, los fármacos reductores de
potasio (por ejemplo, el poliestireno sulfonato de sodio, el patirómero y el ciclo
silicato de circonio) pueden ser eficaces, pero en caso de emergencia puede
requerirse diálisis.
Control de los niveles de fósforo
Una concentración elevada de fósforo en sangre puede provocar la formación de
depósitos de calcio y fósforo en los tejidos, incluso en los vasos sanguíneos. La
restricción en el consumo de alimentos ricos en fósforo (como productos lácteos,
hígado, legumbres, nueces y la mayoría de las bebidas refrescantes) disminuye la
concentración de fosfato en la sangre. Los fármacos que se unen a los fosfatos,
como el carbonato cálcico, el acetato cálcico, el sevelámero, el lantano y el citrato
férrico, tomados por vía oral, pueden también disminuir la concentración de fósforo
en la sangre. Debe evitarse el citrato de calcio. Esta sustancia se encuentra en
muchos suplementos cálcicos y en numerosos productos como aditivo alimentario
(denominado a veces E333). Normalmente se administran por vía oral vitamina D y
otros fármacos similares para reducir las altas concentraciones de hormona
paratiroidea.
Tratamiento de las complicaciones
La anemia causada por la nefropatía crónica se trata con
Los médicos buscan también otras causas de anemia, en particular, las deficiencias
de hierro, folato (ácido fólico) y vitamina B12 (véase Anemia por carencia de
vitaminas).
La mayor parte de las personas que toman regularmente eritropoyetina o dar
epoetina necesitan ser tratadas con hierro por vía intravenosa para evitar que se
produzca una carencia férrica, lo que altera la respuesta del organismo a estos
fármacos. La eritropoyetina y dar epoetina se deben utilizar solo cuando sea
necesario, ya que pueden aumentar el riesgo de accidente cerebrovascular o ictus.
La propensión hemorrágica puede evitarse temporalmente mediante transfusiones
de hemoderivados o bien con la administración de fármacos como la desmopresina
o los estrógenos. Dicho tratamiento puede ser necesario inmediatamente después
de que se produzca una herida o antes de una intervención quirúrgica o una
extracción dental.
provoca síntomas, y cuando no responde a los fármacos anteriormente
mencionados.
evitar una mayor limitación de la función cardíaca y renal.
cardíaca, incluso cuando los riñones no estén funcionando con normalidad,
pero posiblemente sea necesario recurrir a la diálisis para eliminar el exceso
de agua del organismo en los casos de nefropatía crónica grave.
infecciones
el corazón (pericardio)
feto en desarrollo
que finalmente requiere diálisis o un trasplante de riñón para sobrevivir
Si la enfermedad renal crónica está causada por un trastorno que se puede corregir
(por ejemplo, una obstrucción de las vías urinarias) y si dicho trastorno no ha estado
presente durante demasiado tiempo, la función renal puede mejorar cuando el
trastorno causal se trata con éxito. De lo contrario, la función renal tiende a
empeorar con el tiempo. La velocidad de pérdida de funcionalidad renal depende en
cierto modo de la causa subyacente que provoca la nefropatía crónica y de la
eficacia con que se controla el trastorno. Por ejemplo, la diabetes y la hipertensión
arterial, sobre todo si no se controlan adecuadamente, provocan que la disminución
de la funcionalidad renal sea más rápida. La nefropatía crónica es mortal si no recibe
tratamiento.
Cuando el deterioro de la actividad renal es grave (a veces denominado insuficiencia
renal terminal o enfermedad renal en etapa terminal) la supervivencia se limita por
lo general a varios meses en las personas que no reciben tratamiento alguno, pero
las que han recibido diálisis pueden vivir mucho más tiempo. Sin embargo, incluso
con diálisis, las personas con insuficiencia renal terminal fallecen antes que las
personas de su edad que no sufren dicha enfermedad. La mayoría fallecen a causa
de trastornos cardíacos o vasculares, o de infecciones.
La diabetes y presión arterial alta son las causas más comunes de la enfermedad
renal. Si tú tienes diabetes o presión arterial alta, trabajar con tu médico para
mantener tu azúcar y tu presión bajo control es la mejor manera de prevenir la
enfermedad renal.
Vivir una vida saludable puede prevenir la diabetes, presión arterial alta y
enfermedad renal, o puede ayudar a mantenerlos bajo control. Las
recomendaciones siguientes pueden bajar tu riesgo para la enfermedad renal y los
problemas que son asociados en ella:
Huésped: hombre y mujeres
Medio ambiente: factores sociales
de tabaquismo, alcoholismo,
sedentarismo, factores
socioculturales
Promoción de la salud Prevención de las
enfermedades
Dx. Temprano Tx. Oportuno Limitación del daño Rehabilitación
Hacer campañas de la
toma de la presión y de
la diabetes para
prevenir nieles altos de
la TA o glucosa
física
sodio y
grasas
usar tabaco
de alcohol
exámenes de
salud
físico
sanguínea
clínica
personales
función renal
Manejo de la
diabetes y la
hipertensión uso de
las enzimas
convertidora de
angiotensina
farmacólogo
del control de
la
hipertensión
trasplante
su calidad de vida
entorno social
y la glucosa
Subjetivo:
¿Está bien ventilada la habitación en la que pasa la mayor parte de su tiempo? SI
¿Fuma Ud? Si ___ No_X__
Si la respuesta es sí ¿Cuantos cigarrillos al día? 1 a 5 6 a 10
11 a 20 __+ de 21 __
¿Hay en su casa uno o varios fumadores? No
¿Ha tenido dificultades respiratorias o molestias? Nunca__ en alguna ocasión
x con frecuencia_____
Objetivo:
Registro de signos vitales: Frecuencia respiratoria 1 8 r p m Frecuencia cardiaca
84 lpm T.A 140/75 Estado de conciencia alerta/consiente Coloración de
piel/ lechos ungueales/ peribucal normal sin alteraciones Circulación del
retorno venoso
Subjetivo:
Nº de comidas diarias 3 comidas al día ¿Come a horas regulares? Si__ No_x_
FICHA DE IDENTIFICACION.
Nombre: Coello Farfan José Luis Edad: 57 años Sexo; masculino Ocupación: Ama de casa Escolaridad;
secundaria Edo. Civil: casado _ Lugar de Procedencia: Mérida Yucatán Religión: católica Fuente de información
Nombre de la /el Alumna /o Jennifer Madahi Rodriguez Cisneros
Talla: 1,52 M Peso 79 KG