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El documento aborda el tema del ritmo sueño-vigilia y su impacto en la psicología humana. Se explica que los procesos fisiológicos de los seres vivos no son constantes, sino que presentan una variabilidad rítmica, clasificándose en diferentes tipos de ritmos biológicos. Se profundiza en las características del sueño, sus estados y patrones, así como en las funciones restauradoras y transformadoras del sueño. Además, se analizan los riesgos para la salud ocasionados por la falta de sueño y las causas comunes de problemas de sueño en diferentes etapas de la vida. El documento proporciona una visión integral sobre la importancia del ritmo sueño-vigilia y su influencia en el bienestar físico y mental de las personas.
Tipo: Resúmenes
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Tema principal: El ritmo sueño – vigilia y su influencia sobre la psicología humana EL SUEÑO COMO UN RITMO Los procesos fisiológicos de cualquier ser vivo no son constantes en su expresión funcional, sino que alternan entre períodos de actividad máxima y períodos de escasa o nula actividad, por lo que en la mayoría de los casos presentan una variabilidad rítmica. Los fenómenos biológicos de tipo repetitivo ocupan un rango muy amplio. Su importancia radica en que proporcionan un marco fiable para la organización temporal de los seres vivos en relación con el tiempo sideral. La organización temporal a todos los niveles de integración (célula, tejido, órgano, individuo, sociedad) permite la realización sucesiva y en sintonía con el entorno de los cometidos más diversos, imposibles de realizar de forma simultánea y/o descoordinada. Los ritmos más evidentes (conductuales, hormonales, vigilia-sueño, etc.) tienden a agruparse alrededor de determinadas señales del entorno – que también actúan como sincronizadores-, y son manifestaciones de determinados fenómenos geofísicos repetitivos: ciclo de las mareas, ciclo nictameral, fases lunares, cambios estacionales, ciclos anuales, etc. Por lo que los ritmos biológicos dependientes de la geofísica pueden clasificarse de acuerdo con el fenómeno que los determina: circamareales (actividades en pleamar o bajamar), circadianos (sueño-vigilia, temperatura), circalunares (ciclo de las mareas, reproductor para algunos invertebrados marinos y menstrual para algunos primates) y circaanuales (hibernación, estivación, apareamiento para algunas especies y cambios en el metabolismo). La rotación de la Tierra, al producir la alternancia luz-oscuridad, ha generado la aparición en los seres vivos de los ritmos circadianos. El término ‘circadiano’ (del latín circa, ‘alrededor de’, y diem, ‘día’) significa que el período del ritmo endógeno se aproxima, pero que no tiene por qué ser exactamente igual, a las 24 horas del ciclo nictameral. El ritmo de sueño-vigilia es reconocido como uno de los ritmos circadianos que más afecta la vida de las personas, por lo que se le ha prestado mayor atención; sin embargo, se debe recordar que es uno entre un amplio espectro de ritmos fisiológicos y comportamentales que muestra el ser humano. Sin embargo, también existen otros ritmos que no son dependientes de la geofísica como los ritmos ultradianos (periodos comprendidos entre los 30 minutos y las seis horas) y los de alta frecuencia (que carecen de sincronizadores externos y en su generación dependen de las propiedades de neuronas y/o redes neuronales de carácter oscilador o resonador). De modo que un mismo parámetro fisiológico puede someterse a más de un ritmo (circadiano, estacional, circaanual), aparte del ritmo que genera dicho proceso. CARACTERÍSTICAS DEL SUEÑO Se ha señalado que en prácticamente todos los seres vivos se pueden reconocer ritmos de actividad y reposo, sin embargo, el sueño con todas sus características fisiológicas particulares, aparece en los vertebrados homeotermos. El sueño está constituido al menos por dos estados bien diferenciados: el sueño lento [SL, No MOR (por ausencia de movimientos oculares rápidos)], que puede subdividirse en varias etapas (N1, N2 y N3), y el sueño paradójico (SP), también llamado sueño MOR por sus movimientos oculares rápidos o fase R. Ambos alternan durante la noche y constituyen un ritmo intrínseco ultradiano (Figuras 2 y 3). Si bien todo el sistema nervioso central (SNC) participa en este estado, entidades como el cerebro basal anterior es en parte responsable de la organización del SL, en tanto que el tegmento pontino dorsolateral (Centro de Estimulación
de los Órganos Pélvicos) contribuye con las características expresiones o algunos signos del SP. De tal forma que, el sueño surge como un conjunto de cambios fisiológicos en el que participan diferentes sistemas del organismo regulados por el SNC. No es el simple descanso, es un proceso activo donde algunas regiones del cerebro muestran la misma actividad (o incluso mayor) que en la vigilia. Lo que le da su calidad es su continuidad, horario y el patrón de las diferentes fases, que son necesarias para que el proceso restaurativo ocurra. A nivel conductual, el sueño es definido como un estado reversible caracterizado por un periodo de actividad motora reducida asociado a posturas específicas (como acostarse con los ojos cerrados), con una interacción disminuida con el entorno y menor capacidad de respuesta a estímulos externos. Los patrones y requerimientos de sueño cambian con la edad. El inicio del sueño en el primer año de vida suele ser a través del sueño MOR, también conocido como “sueño activo” en los bebés. En el adulto normal, el sueño se ingresa a través de NMOR, mientras que el sueño MOR ocurre después de aproximadamente 80 min. Los patrones característicos de electroencefalograma (EEG) del sueño NMOR no se desarrollan hasta las edades de 2 a 6 meses. Los patrones de EEG de onda lenta de la etapa 3 de NMOR (N3) comienzan a emerger a medida que el cerebro continúa desarrollándose en la infancia. El sueño de ondas lentas es prominente en los niños pequeños y su calidad es más intensa que en los adultos, ya que los niños “virtualmente” no se despiertan del sueño de ondas lentas durante el primer ciclo de sueño. El sueño de ondas lentas declina marcadamente en la mitad de la adolescencia y los patrones de sueño comienzan a parecerse a los de los adultos jóvenes. A la edad de 60 años, el sueño de ondas lentas puede estar completamente ausente, especialmente en los hombres. En cuanto al tiempo sueño, se considera un adulto joven pasa aproximadamente entre 70- 100 min en el sueño NMOR para después entrar al sueño MOR, este último con una duración entre 5 - 30 min, y este ciclo se repite cada hora y media durante toda la noche de sueño. Por lo tanto, a lo largo de la noche pueden presentarse normalmente entre 4 y 6 ciclos de sueño MOR. La cantidad óptima de sueño y la capacidad de tolerar la privación del sueño varía entre individuos. FUNCIONES DEL SUEÑO La función restauradora del sueño se ha constatado de manera científica y cotidiana. Se le ha implicado en procesos anabólicos, en el enfriamiento del cerebro, en la restauración de las moléculas del cerebro, en la remoción de las neurotoxinas, así como en funciones de alto nivel como la maduración del cerebro, la programación específica de las especies y la memoria. El sueño es parte esencial de la salud física y mental, pues se considera que su función central es mantener la homeostasis de todo el organismo, mediante la cual asegura un estado dinámico de equilibrio, la función óptima de los órganos, por lo que también se le ha implicado en la longevidad. El sueño tiene muchos efectos restauradores y transforma-dores que optimizan las funciones neuroconductuales y fisiológicas durante la vigilia, y está relacionado con dos tipos de constructos de salud pública: los trastornos del sueño y la salud del sueño. Algunas de la funcione mas destacadas son
En la Infancia