Docsity
Docsity

Prepara tus exámenes
Prepara tus exámenes

Prepara tus exámenes y mejora tus resultados gracias a la gran cantidad de recursos disponibles en Docsity


Consigue puntos base para descargar
Consigue puntos base para descargar

Gana puntos ayudando a otros estudiantes o consíguelos activando un Plan Premium


Orientación Universidad
Orientación Universidad

el cuerpo del artista y su expresion, Monografías, Ensayos de Gestión de Proyectos

en los distintos capítulos de este libro se analizan las diversas temáticas que los artistas han elegido representar con sus propios cuerpos, convirtiéndolos

Tipo: Monografías, Ensayos

2022/2023

Subido el 25/01/2023

sarah-arg
sarah-arg 🇲🇽

3 documentos

1 / 33

Toggle sidebar

Esta página no es visible en la vista previa

¡No te pierdas las partes importantes!

bg1
la reglamentación en materia de derechos de autor (artículos: 147, 148, 150 y 151 de la Ley Federal del
Derecho de Autor). No tiene costo alguno, su uso indebido es responsabilidad del alumno.
ACTIVIDAD 2
MÓDULO II.
Amelia Jones. El cuerpo del artista.
pf3
pf4
pf5
pf8
pf9
pfa
pfd
pfe
pff
pf12
pf13
pf14
pf15
pf16
pf17
pf18
pf19
pf1a
pf1b
pf1c
pf1d
pf1e
pf1f
pf20
pf21

Vista previa parcial del texto

¡Descarga el cuerpo del artista y su expresion y más Monografías, Ensayos en PDF de Gestión de Proyectos solo en Docsity!

la reglamentación en materia de derechos de autor (artículos: 147, 148, 150 y 151 de la Ley Federal del Derecho de Autor). No tiene costo alguno, su uso indebido es responsabilidad del alumno.

ACTIVIDAD 2

MÓDULO II.

Amelia Jones. El cuerpo del artista.

EL CUERPO

DELARTISTA

EDICI6N DE TRACEY WARR

ESTUDIO DE AMELIA JONES

18 <<No existe ninguna separaci6n entre lo social

y lo biol6gico.>>

-Marcel Mauss

<<Nuestra corporalidad es un requisite

necesario para nuestra identidad social.>>

-Bryan Turner

<<Conocemos, concebimos, incluso imagi-

namos solo el cuerpo significante [ ... ] El cuerpo

solo puede pertenecer a Ia comunidad cuando

tiene senti do por sf mismo.>>

-Jean-Luc Nancy

En su importante libro de 1974 sobre el arte

corporal,^3 la conservadora y escritora italiana

Lea Vergine sent61as bases para comprender

Ia obsesiva superficie interpretativa del cuerpo

del artista en las artes visuales, que habfa

irrumpido en Ia escena euroestadounidense en

Ia decada de 1960 y pri nci pios de los setenta.

El texto magnfficamente hiperbolico de Vergine proclama que el artista

corporal esta «obsesionado con Ia obligacion de exhibirse para poder

ser[ ... ] La eleccion del cuerpo como un medio de expresion es un

i ntento por hacer frente a algu n ti po de represi6n que, con el tiem po,

vuelve a Ia superficie de Ia experiencia con todo el narcisismo que lo

envuelve». Esta drastica vision del cuerpo del artista, que, como afirma

Vergine, habfa permanecido reprimido durante largo tiempo bajo el

regimen de Ia edad modern a, supone una transformacion violenta

en Ia autentica concepcion de lo que es el arte visual. Seguidamente,

tam bien sePiala como han variado las acciones de Ia realizacion yIa

visualizacion en relacion con Ia matriz social en Ia que las obras de arte

visual se producen y se experimentan. El cuerpo del artista se repre-

senta de una forma tan visceral que Ia dimension social de Ia produc-

ci6n artfstica humana, que se hallaba sometida a Ia represion desde

Ia desaparicion de las vanguardias historicas de las decadas de 1910 ,

1920 y 1930, aflora de nuevo.^4 El cuerpo, como a punta Ia obra del

teo rico urbana marxista Henri Lefebvre, es el medio por el que

nos materializamos como seres sociales, por el que producimos

«espacio social».^5

Existe una poderosa analogfa entre Ia dislocacion del arte corporal

del sujeto cartesiano coherente propio de Ia epoca del arte moderno

(centrado y convertido en trascendente, como en Ia celebre maxima

de Descartes «pienso, luego existo») y Ia crftica postestructuralista

Un modelo fenomenol6 gico de sign ifica do y experiencia ad m ite Ia intersu bjet ivi d ad y Ia completa i mpl icaci6 n del sujeto encarnado en Ia sociedad, permitiendo un anal isis de lo s efectos socia les de distint as manifestaciones de arte corporal durante este pe rfodo. Como afirma el fil6sofo Maurice Me rleau -Pont y, « debemos re gresa r a Ia sociedad con Ia que estamos en contacto por el mero hecho de existir, y que llevamos con nosotros ante cualquier cosificaci6n ». La historia de un perfodo noes un << Objeto» que hay que identific ar;

Ia historia de las man ifestaci o nes cor po ra le s desde 1960 « es lo qu e

ocu rre al margen de todas la s perspect ivas ye n lo que t odas elias se

er igen>>. De esta fo rma se demue stra n las man i fe sta ciones corpora - les en todo su co ntexte hist6rico y social ; en su capacidad para vinc u- l ar su jetos (y, p or tanto, cuerpos) a tra v es de Ia den si dad temporal >>."

La reve laci6n del cuerpo del artista en Ia radical decada de 1960

esta relacionada con los prob le mas de su bj etivi dad y socia lizac i 6n endemicos de l ca p it alismo tard io o « panca pit al is mo >>, caracterizado por una unica «eco nom fa polrtica global me nte d o m inante >> que reclama que el in di vi duo so meta su cuerpo para que este funcione

de una forma m as efectiva bajo sus « imperatives obsesivamente raciona les [... ] (producci6n , consume y orden) >> ." En el panca pit a- lismo, el ind ivi duo se convierte en un objeto m as del co nsumism o con sus inacaba bles pr ocesos de intercambio. La exh ibici 6 n, Ia actuaci6n y Ia re fere ncia a menudo fr agme nt ada de l cuerpo del artis- ta, por consiguiente, sa Ivan el sistema soc ial panca pita lista con su influencia consumista en todo s los as pectos de Ia vi da cotidiana y su tentativa de conversion de todas las experiencias vivi d as en lo qu e Martin H ei degge r denom inaba una « imag en mundi al>>, donde ca d a in di vi duo se convierte en un objeto susceptible de ser observado en un escenario enmarcado del placer vis u al. '' La reve lac i6 n del cuerpo del artista a borda esta in fluen cia consumista vo raz y, en espec ia l, el marketing del artista , que , a traves de su cuerpo, se presenta como un fetiche de consumo. " El cuerpo del art is ta se convierte en expresivo , gestua l, en

ocas ion es agres i va mente reivindicativo (acorde con los movim ien to s

de protesta de Ia decada de 1960 y pr inc ipio s de 1970), o qu iza en un

cuerpo par6dico, co n ve rt ido en un bie n de consume. lnsp irado en

Ia ret6rica existencialista e indiv idu alista de Ia d eca d a de 1950 (de

Sartre a Ia ge neraci6n beatnik) , con sus heroes de Ia action paintingy

las preocupaciones de Ia guerra frfa acerca de Ia conform idad , al prin- cipio el arte cor poral constitufa una forma de proyectar el sufrimiento persona l en « autenticidad >>, co m o en Ia figura tragicamente autodes- tru ct iva d e Jackson Pollock, fotografiado y filmado mientras pint aba. '^1

A finales de Ia decada de 1950 y principios de Ia de 1960, el arte corpo-

ral as pira ba en g ra n medid a a exh ibir el « yO >> en to d a su encarnaci6n co m o u na forma de reivindicaci6n del propio « Ser >>. (En este sentido, como a punta Vergine en Ia cita an terior, el ind ivi d uo esta o bse sionado

por « Ia obl igac i6n de exhibirse para poder se r... >> .) Simult aneamente ,

es te « yO >> artfs tico existencialista « a ut en ti co >> empieza a co lapsarse como resu lt ado de su pr o pia excesivi d ad histr i6nica. La exagerada conce pci on d el artista como « genio >> de Yves Kle in y Piero Manzoni (qu ie n II ega al pun to de vender como «art e>> latas con sus prop ios exc rem entos) y Ia elevaci6n a fen6menos artfsticos qu e lo s artistas

de Flu xus y happenings hacen de comportamientos «cotid ia nos >>

in ex presivos a pr inci p ios de Ia decada de 1960 expresa n un nuevo

1 u• t "' • I I I 1 • ' suje to art fstico

que mantiene un a re laci6n par6di ca , o com o mfnimo am bivalente , con Ia imag en « autent ic a>> de Ia pintura de Pollock.

En Ia decada de 1970, el art e cor poral se vuelve cad a vez mas

enl oq uecido, violento y excesivo a m ed ida que los « mecanismos de alie naci6 n >> to man l as riendas del del i rio sexual fes tive de obras

como el happening Meat j oy de Carolee Schneemann de 1964, y Ia

re it eraci6n de o tr os Flu xus y happenings. '^6 El trag ico artista-heroe

existen cialista se conv ierte en u n macho exagerado , e incluso ch is - toso (como en los trabajos de Paul McCarthy, Vito Acconci , Bruce N auman y Chris Bu rde n), o bi en en una feminista hipersexualizada (como en los tr abajos de An a Mendieta, M ierle Laderman Ukeles y H an nah Wilke). La a uto rrep resen taci6n agresiva de artistas como Schnee m an n, Sh igeko Kubota, Yoko Ono , Lynda Benglis , Martha Ros ier y Valie Export supera Ia re p resi6n del cuerpo impues ta por el movimiento moderno al presentar cuerpos feme ninos comple ta- mente arraigad os y relevantes social mente que adem as son « yoes>>

especfficos. En co nc re to , en las performances femen inas estadouni -

denses, el cue rpo histri6nicamente vir il de Ia action pa inting deviene

un sujeto fem eni no abiertamen t e he rido aunque po l ft icamente activo. Est o puede comp robarse en las violentas repre sentaciones

21

de estupro de Ablutions (un trabajo cora l de Judy Chicago , Suzanne

Lacy, Sandra Orge l y Aviv a Rahmani realizado en 1972) o en Ia parodia

de Ia diferenc ia de genero de Cock and Cunt Play, de 1970, escrita por

Judy Ch icago e interp reta da por Faith Wilding y Jan Lester. '' Entre l as decadas de 1970 y 1980, el arte corporal se disipa

dividiendose en «ar te de peiformance >> y autorretratismo fotograflco.

El primero design a manifestaciones mucho mas teatrales y narra- tivas basadas en las t rad icionales relaciones escenograflcas con un publ ico relativamente pasivo. En el segundo, el «Y O>> se convierte insistentemen te en objeto y fetich e. y con ello se exagera el proceso de transformacion en bien de con sumo, en Iugar de ignorarse o criti- carse. Du rante Ia epoca Reagan-Thatcher, caracterizada porIa adop- ci6n a gran escalade Ia cultura consumista, al menos en Estados Un idos y Gran Breta i'ia, el cuerpofyo se ex peri menta de un modo cada vez mas alien ado y consumista , y reclama una forma de repre- sentaci6n cad a vez mas espectacular. Como resu lt ado, en Ia decad a de 1980 Ia alienacion de Ia vida cotidiana que coni leva el pancapita- lismo se salva mediante Ia exageracion, y no a !raves de Ia critica.

de 1 960 dieron paso a los proyectos reivin dicati vos de, por ejemplo , H i Red Center, el Guerr illa Art Action Group , Suzanne Lacy y M ie r le Laderman Ukeles , asi como a las simulaciones de automascara da s de Yayoi Kusama , Urs Luth i, Eleanor Antin , Han na h Wilke, Cindy Sherman, Robert Mapplethorpe , Laurie Anderso n. Jeff Koons y Ly le As ht on H arris. En Ia decada de 199o,lo que Vergine ca liflca d e < >'^9 en las primera s man ifestaciones de arte corporal deja paso a una recuperacion del objeto de arte o Ia instalacion esceniflcada. Sin embargo , en esta recuperacion el cuerpo se presenta de manera obsesiva como algo fragme n tado , esc in dido y fo esceniflcado a traves de elaboradas co pi as de video y fo instala- ciones subversivas. Esta nueva articu lacion del cuerpo de l artista como algo fraccionado , i nt erpretado a traves de med ios tecnologicos pero determinantemente incompleto , es comparable a Ia formula- cion que el estadounidense Miche l Feher realiza acerca del signifi- cado del cuerpo en Ia vida contemporanea:

<< el cuerpo es a/ mismo tiempo e/ que [ .. ] revela las relaciones de pode r

Do women have to be naked to get into the Met. Museum?

Less than % of the artists in the Modern

La historiadora de arte Kathy 0' Dell se reflere a Ia decad a de

1970 como una epoca de busqueda de « Un sujeto cad a vez mas indeciso>>caracterizada por el « deseo por parte del artista de cosi- flcar [su cuerpo] de una forma tan con creta que sus acciones ilu stren Ia [alienacion del cuerpo fy o experimentado] [. .. ]en el entorno de Ia guerra [de Vietnam][ ...] y de Ia sociedad en general. ..>>. '' Pese a que el sujeto resulta cad a vez mas alienado porIa tendencia general a entender Ia << identidad >> como una comunicacion que tiene Iugar a !raves de accesorios superflciales (vestuario, cuidado del c uerpo y atributos en clave de raza y sexo) , Ia decada de 1970 no queda en modo alguno t ip iflcada por un anhelo creciente de conflrmar Ia << cosiflcaci6n >> del cuerpo. AI contra rio, se trata de una epoca marcada por un desarrollo dual: Ia interpretacion del cuerpo en el trabajo de los acti vi stas , donde se utiliza como un signiflcante del compromiso politico i ndividual convertido a colectivo, y un paso hacia el simulacro del <>, un paso consolidado en Ia decada de

  1. Asi,las representaciones anticomercia les y sobrias de Ia expe- riencia cotidiana del movimiento Fluxus a principios de Ia decada

ESTUOIO

Art Sections are women, but 85% of the nudes are female. NtNY ~

y Ia que se resist e a/ poder [... ] Resis te a/ poder no en nombre de necesi-

dades transhistoricas sino par los nuevas an he los y restri cciones que cad a

nuevo regimen impone. La situacion, par lo tanto, es una batalla perma-

nente, con el cuerpo como el ambito cambiante en el que los mecanism os

del poder encuentran constantemente nuevas tecnicas de resistencia y

liberacion. As f, el cuerpo noes un Iugar de re sistencia ante un poder que

existe fuera de el; dentro del cuerpo tiene Iugar una tension constante

entre los mecanismos del podery las tecnicas de Ia resisten cia >> .''"

Los artistas de Ia decada de 1 990 sol ian uti lizar sus cuerpos como si explotaran desde dentro y des de fuer a, im pulsados por l as tensiones freneticas del pancapital ismo, en las que el cuerpo albergaba tant o Ia re sis tencia como el poder. El cue rpo del artista ha funcionado como una espec ie de << resis -

tencia ante el poder >> con relacion al prop io cuerpo a traves de su inter-

pretacion socialmente determinada y determinante. La aparicion o el

descubrimiento del cuerpo del artista en Ia decad a de 1960 puede co nsiderarse una forma de representar y aflrmar el << YO >>dentro de Ia sociedad. Como el cuerpo es e ll ugar a tra ves del cual se articulan

los poderes publ icos y privados, se convierte en ellugar de protesta donde pueden articularse los ideales revolucionarios de los movi- mientos pro derechos que se resisten a Ia l6gica represiva , exclu- sivista y colonizadora de Ia modernidad. La utilizaci6n del cuerpo del artista, con especial atenci6n a los desarrollos de los ultimos cuarenta afios , es una forma de desenterrar lo que Feher denomina «tensi6n con stante entre los mecanismos del poder y las tecnicas de resistencia » , una tensi6n que persiste en el individuo encarnado.

El cuerpo gestual y existencialista del artista

La gestualidad de l cuerpo que Jackson Pollock exhibfa en su action

paintingconstituy6 una de las principales fuentes de inspiraci6n

interpretativa para los artistas que pretend fan activar el cuerpo con relaci6n a Ia obra de arte. El discurso crftico ocult6 el cuerpo de Pollock durante Ia epoca dorada del expresionismo abstracto (desde Clement Greenberg, en sus habituales reivindicaciones kantianas << des interesadas» del valor in mutable de los lienzos de Pollock, hasta

Harold Rosenberg, acui'iador y beneficia rio de un an6nimo action

painterclaramente inspirado en Pollock). Sin embargo , las fotogra-

fras que Hans Namuth hizo circular porto do el mundo, en las que el artista arroja pintura sobre los lienzos tendi dos en el suelo, sembra- ron las sem i lias de Ia influencia paternal de Pollock desde Estados Unidos hasta Europa , pasando por el grupo Gutai de Jap6n. AI igual que las famosas alabanzas de Allan Kaprow al art ista , el ensayo << EI

legado de Jackson Pollock>> de 1958 pone de manifiesto que el pi ntor,

como he roe de Ia action paintingfotografica y, por ende, encarnado,

representa Ia figura de referencia mas importante para generaciones posteriores de artistas."

La mit ifi caci6 n de Po llock en Ia decada de 1950 (y quiza en

especial tras su muerte en 1956) fue apoyada por los discursos

extrafiamente entretej i dos del existenci alismo y el individualismo de Ia guerra frra en Ia cultura estadounidense de Ia epoca. Rosenberg

describe a Pollock como el action painterexistencialista incansable

  • el <<" yo" c6smico [que] comprende su persona lidad total >> a traves del acto trascendente y m fstico de pi ntar-, al tiempo que los medios populares lo promocionan como el he roe por excelencia de Ia guerra

frfa, el anticonformista que pro mete trascender Ia homogeneizaci6n de Ia subjetividad bajo el totalitarismo del bloque sovietico !' En el

conte xte de Ia decada de 1950, Pollock empez6 a ser considerado

una prueba de Ia voluntad libre del sujeto, o, en terminos del exist en- cialismo de Jean - Pau l Sartre, del hecho de que cad a persona es lo que es y esta condenada a ser libre.'^3 Esta formulaci6n garantizaba Ia coherencia del sujeto (mascul in e) ante el re i no soci al cada vez mas aterrador de Ia epoca posterior a Ia II Gue r ra Mund i al , con Ia amenaza de Ia guerra nuclear, las presiones del capitalismo consu- mista y el recuerdo del holocausto todavfa muy vivo. Como destaca el crftico Thomas McEvil ley, esta configuraci6n

de Ia action painting, su enfasis en Pol lock en el momento de pintar,

coloc6 en p rimer termino <>, preparando el terre no << para reivindicar que Ia

persona del artista era en realidad el arte >>. Para gene ra ciones poste-

riores de artistas , << a traves de Ia supervivencia en el rei no del arte de Ia idea romantica del individuo especial mente inspirado , es posible otorgar a un art ista Ia condici6n de ser real o sag ra do expuesto a

otros humanos >>. '^4 La dimensi6n par6d i ca de estos << homenajes >> a

Pollock resulta mas explrcita a medida que Ia decada de 19 60 toea a

su fin. Sin embargo , McEvil le y sefiala claramente Ia obsesi6n porel artista -des de Rosenberg en adelante yen amb ientes tan dispares como Nueva York y Tok io -, materializada en Ia representaci6n de su cuerpo en el memento de pin tar. Pollock II ega a ejempl ifica r no s61o el individuo ex istencia l, sino Ia nueva hegemon fa de Ia cultura es t a- dounidense frente a Ia derrotada Francia, el an t iguo centro de Ia producci6n y Ia recepci6n del arte de Ia modernidad. Podr fa decirse (como han hecho muchos ind irectamente) que Po llock se promo- ciona en el mundo << libre >> como un sfmbolo de Ia <> de la s culturas democraticas .'^1 Asf, el << Cuerpo gestual >> aparece en p rimer plano , exagera do y a

menudo parodiado a partir de 1960. Despues de Po lloc k, Ia genea-

logfa habitual documentara las perfo rman ces cad a vez mas abiertas

del acto de creaci6n de una obra artfstica, como en las representacio·

nes dinamicas del grupo japones Gutai y las performances exagerada·

mente pollockianas de Georges Mathieu en Franci a y Jap6 n.'^6 Este

y Estados Unidos sobre pintura , creando objetos que aspiran a trans- formar el estado ffsico del individuo en un gesto que antes podrfa considerarse una exageraci6n de Ia dimens i6n existencial de Pollock que su antitesis. Con posterior i dad , Clark rechaz6 rotunda y global-

mente lo que consideraba los terminos teatrales del arte de Ia perfor-

mance y Ia idea de un espectador singular, alegando que el objeto es

<< Un mero veh i culo para Ia experiencia corporal >>, que a su vez s61o puede expresarse por complete a traves de un cuerpo colectivo cuya relaci6n con el objeto es psicoterapeutica y evocadora de memorias sociales.^35 En el terrene del psicoanalisis, cad a objeto relacional

-com o en Are pedra , de 1966, una bois a de plastico cerrada I lena de

aire sobre Ia que descansa una piedra para quedar suspend ida, caer y << Subir de nuevo como un flotador >> 36 cuando el publico Ia manipula con las manos- s61o existe en cuanto hay un cuerpo que lo sostiene. El cuerpo individual que experimenta el objeto , portanto , adquiere una dimensi 6n << relacional >> , social. Mientras que Schneemann intenta combinar su objetividad y su subjetividad (un gesto con implicaciones radicales para una artista

de Ia epoca), Clark da Ia vuelta al sujeto al exponer Ia relaci6n entre el i ndividuo interior y su entorno. Su indiv i duo artistico person iflcado interioriza << el cosmos >> y, simultaneamente, es << mi pr opio ego cris- talizado como un objeto en el espacio >>. El sujeto, insiste Clark, << ha de jado de poseer una flsonomia estatica autodeflnida >>. 37 Mientras

que Schnee mann convierte el propio cuerpo en una act ion painting

al fusionar su carne con Ia << Carne >> de su entorno, Clark hace que el interior se revele al sa car a Ia superflcie el flujo colectivo de ideas , pensamientos y sentimientos personiflcados que constituyen el ser social. Pa ra Clark , Ia obra de arte consiste en el << intercambio ent re Ia gente de su psicologia intima >> a traves de situaciones ambientales.^38 Desde una perspectiva estadounidense en Ia que destaca Ia flgura de

Pollock, Clark Ileva a Pollock al punto de partida , con performances

que se representa n para ver el << interior >> del complejo cuerpojmente. La fllosoffa de Clark es idealista (aunque tam bien profunda-

mente conceptual) y, al igual que en Eye Body de Schneemann , induce

a creer en el gesto << puro >> que otorg6 a las obras de Pollock (y a las imagenes del artista durante el proceso de creaci6n) el poder cultural

que poseen. Esta valoraci6n de Ia expresividad esta vinculada negati- vamente (como una respuesta rebelde) a Ia superposici6n cada vez mayor con las tecnologias medi aticas como Ia televisi6n y el video en

Ia decada de 1960, y a Ia producc i6n cultural y soci al del cuerpofyo.

Es decir, se establece una relaci6n mas y mas estrecha entre Ia heroi- zaci6n cultural colectiva de Ia fama y Ia creaci6n del sujeto artistico hero ico dentro del mundo del arte (como Ia aparici6n de Pollock en

Ia revista Life en 1949).^39 En cierto senti do , tanto Schneemann como

Clark reclaman esta auto ria heroica y reconocida popularmente para quienes se han visto excluidos de ella durante siglos: mujeres, personas no occidentales y cualquier individuo considerado ajeno a las tradiciones culturales de Estados Unidos. Los sujetos margin ados recientemente activados de Schneemann y Clark - que cobran significado a traves de Ia presion de su carne sobre el mundo- crean un cuerpojyo << autentico >>, capaz de provocar un cambio social y personal. AI mismo tiempo, estas obras-proceso de las artistas exageran Ia dimensi6n interpretativa del modele del movimiento moderno (como Ia interpretatividad de Pollock) al reforzar Ia tendencia de Ia sociedad de con sumo a amenazar Ia noci6n de Ia creaci6n artfstica como una practica incor- p6rea de inspiraci6n divina a pesar de alimentarse del valor econ6- mico del << genio >> del autor. Schneemann y Clark interpretan cuerpos abiertamente marcados por sus circunstancias social es.

El cuerpo << cotidiano » del artista

En las decadas de 1950 y 1960, los cuerpos que pintan , graban

o gesticulan parecen representar una relaci6n antag6nica con Ia hipocresfa y Ia violencia de los sistemas de val ores de Ia guerra frfa (quiza especial mente con el nacionalismo militarista de Ia epoca , que floreci6 en Estados Unidos y sigui6 existiendo , aunque en Ia

clandestinidad, en Alemania y Jap6n) y con los efectos ca d a vez mas

enajenadores de las tecnolog fas de Ia comunicaci6n de masas como Ia televisi6n. En relaci6n con un entorno cultural pol itizado de forma similar en Chile, Ia crftica Nelly Richard sena la con precision Ia naturaleza social de Ia corporalidad del sujeto:

<< La division entre lo publico (Ia esfera de productividad social) y lo

privado (todo lo que queda fuera de esta esfera) solo puede determinarse

a/ nivel de lo que entendemos como vida cotidiana; a saber, los microcir-

cuitos intersubjetivos que existen entre Ia pareja o Ia familia , el trabajo ,

Ia organizacion domestica, los movimientos urbanos , etc. El cuerpo

es Ia fase principal en Ia que esta division deja su rastro ».^40

Como « punto de encuentro >> de lo individua l y lo colectivo, como Iugar donde << puede seguirse el rastro >> de las esferas publica y privada de Ia vida cotidiana , el cuerpo es movilizado po r los artistas

carne, mostrarse herido o ser grotesco. La hiperpercepcion de Ia vulnerabilidad del cuerpo esta clara mente relacionada con Ia angus- tia provocada porIa guerra frfa y los conflictos de Corea y, posterior- mente, Vietnam. Tam bien va ligada a Ia contracultura de Europa y

Estados Unidos entregada al sexo y las drogas de Ia decada de 1960.

(Aigunas opiniones apuntan a que el exhibicionismo y el riesgo de gran parte del arte corporal de finales de los sesenta y principios de los setenta estaban impulsados por el uso de estupefacientes.) ' 8 El impulso de democratizacion del arte en este perfodo puede comprenderse en relacion con el impulso polfticamente contracu l- tural de Ia epoca. Los actos privados - el dibujo del cuerpo humano o Ia expresion de los sentimientos person ales- deja ron de ser con-

siderados el modus operandi de Ia produccion artfstica. Los artistas

habfan empezado a crear guiones que pod fan ser representados por cualquier persona como «arte» para infundir rabia, com pas ion y otras emociones que presumiblemente rompieran Ia apatfa y Ia pasi- vidad promovidas porIa burocracia corporativa. El impulso de demo- cratizaci6n del arte corporal abre dos vfas a partir de este perfodo: Ia produccion de acciones mundanas (sobretodo entre los artistas aflnes a los movimientos Fluxus

y happening), y lo

que Ia historiadora de arte Helen Molesworth deflnio como Ia inscripcion del cuerpo-en nuestro caso el cuerpo (deseoso, carnal) cotidiano- en Ia obra de arte.•^9 El cuerpo hediondo, respirador, necesitado y cotidiano, que representa el cuerpofyo del movimiento del am or libre de Ia decada

de 1960, impone relaciones particulares y colectivas en una obra

carnavalesca y orgiastica como es Meat joy de Schneemann. Esta

obra «registra» deflnitivamente el cuerpo e insiste con resolucion en Ia dimension colectiva del ser sexual. En palabras de Schneemann,

Meatjoyconsiste en una «performancefluida e impredecible que

posee Ia naturaleza de un rito erotico: es excesiva, tolerante, una celebracion de Ia carne como materia». lnterpretes masculines y femen inos practicamente desnudos se mueven porel escenario, frotandose con pintura y carne crud a, en una «propulsion en direc- cion a lo extatico en Ia que se mueven entre Ia ternura, Ia ferocidad, Ia precision y el abandono, cualidades que en cualquier momento pueden resultar sensuales, comicas, alegres o repugnantes». Las canciones populares y las cintas con sonidos de las calles de Parfs aumentan Ia sensacion de abandono carnal. No solo los cuerpos de

Meat joy actuan como liberados sexual mente, sino que, al igual que

en el movimiento Contact Improvisation, el publico esta sentado

«lomas cerca posible de Ia zona de representacion de Ia performance

para aumentar [... ]Ia sensacion de comunidad».^50

Meat joy propone precisamente Ia liberacion colectiva de los

restrictivos ideales de Ia decada de 1950 ace rca de Ia propiedad

nacional e individual, del trabajo duro y los valores familiares, aspectos que abordo el influyente sociologo Herbert Marcuse en

su destacado tratado de 1969 Un ensayo sobre Ia liberaci6n. Esta revo-

lucion acabarfa con el movimiento moderno artfstico para garantizar una supresion radical de Ia alienaci on capitalista del trabajo y Ia equiparacion y sumision del placer al consumismo desmedido. Marcuse vilipendio el «dominio global del capitalismo colectivo», su «imperio neocolonial» y su «capacidad imperterrita de so meter a Ia mayorfa de Ia poblaci6n a su productividad yfuerza arrolladoras». Exigfa un « gran rechazo» que acabara con «Ia continua represi6n»

de lo que aquf denominamos pancapitalismo. Obras como Meat

joy son seguramente representativas de Ia concepcion de Marcuse

de una contracultura radical, que celebra los sent imient os erotic os y emocionales, y «expresa Ia sublimacion de los instintos vitales frente a Ia agresividad y Ia culpa» para acabar con el puritanismo del «sistema».^5 ' En los terminos de Marcuse, portanto, los cuerpos anhelantes

de Meat joy son anarquicos y antagonicos al orden existente. AI

teorizar sobre lo que denomina el «cuerpo en efervescencia» alegre,

sexualizado y similarmente anarquico de las performances de Ia

decada de 1960, Banes cita al teorico M ich el Bakhtin en relaci6n

con el cuerpo de Ia performance carnavalesca:

« ... el cuerpo construido mediante las norm as de Ia buena conducta se

pone del reves , enfatizando Ia alimentaci6n , Ia digesti6n, Ia excreci6n

y Ia procreaci6n; y boca abajo , concediendo una mayor importancia a/

estrato inferior (el sexo y Ia excreci6n) que a/ superior (Ia cabeza ytodo lo

que esta implica). Y [...] el cuerpo efervescente y grotesco cuestiona [...] el

cuerpo cerrado, privado , singulary dominado porIa psicologfa [. ..]de Ia

autosuficiencia individual del mundo moderno posterior a/ Renacimien-

to. Ya que habla del cuerpo como una entidad hist6rica y colectiva».^52

El cuerpo excretory cargado de sexual idad es necesariamente un cuerpo colectivo que rebate al cuerpo («cerrado, privado, singular y dominado porIa psicologfa» ) del movimiento moderno y a Ia mente cartesiana pura que deja el cuerpo en un segundo plano mediante una trascendencia masculina. La vida cotidiana tambien se enfrenta al cuerpo con deseos, sexual y carnavalesco (un cuerpo extraordinario en sus excesos, aunque mundano en su insistencia diaria) en el senti do de que Ia experiencia cotidiana, tanto individual

como colectivamente, posee Ia capacidad de frustrar el racionalismo y el espectacular avance de Ia sociedad pancapitalista. Como a punta el teorico urbano M ichel de Certeau , lo cot i diano evita « las totali- zac io ne s imaginarias producidas por el ojo humano >> que favorecen el deseo capital ista de poseer el entorno del individuo a modo de mercancfaY

En un happ ening representado en Paris en 1962 , WolfVostell

pidio al pu bl ico que se sub iera a un autobus , durante el recorrido porIa ci udad , y tomara notas de sus experienci as visuales y aud itivas.

Para en fa tizar el caracter de transic ion de los happenings y los Flu xus ,

todavfa ligados a m uchos de los supuestos metaffsicos de Ia action

pa int ing, en 196 8 Vostell vinculo sus acciones con Ia conversion de

objetos cotid ianos fabricados en serie en obras de arte prop i as de los dada fstas. En t erm inos existencialistas , Vostell afirmo que el arte era

<<e leven to t ot a l[. ..] unafusion de el ementos , por lo que Ia vida (el hom-

bre) puede se rart e [. .. ] [Un] happen i ng es arte directo en un senti do

cata rt ico : com pre nsi6 n de exp eri encias duras y recuperaci6n fisica a

trave sdel uso conscien te de Ia lib ertad interior del hombre>>. ><

Vostell adujo que, al << sacar de conte xto los hechos cotidianos >>, los

espectadores (U qui za tam bi en los artistas?) logran tener una acti-

tud mas ab ierta pa ra comprender <>. En un gu ifi o brechtiano , Vostell espera « impresionar [... ] al publ ico e incitarle [... ]a reflex ionar y a reaccionar >>. Como en Ia

conta ct im provisat ion , son los efectos casuales de Ia vida cot idiana

l os que intervienen y «trasladan el entorno a conte xtos nuevos», creando nuevos sign ificados para romper con lo anti guo y de jar que el espectadorf participant e «experimente Ia indeterm inacion como

una fuerza creadora >>. 11 Los happ enings de Vostell activan a los espec-

tadores c omo part icipantes en el flujo de acc iones mas o me noses- ponta ne as que im ita n Ia falta de determ inacion de Ia vida cot idiana.

Un elemento clave del happ eninges Ia provocacion de los

efec t os casua l es que mo ldean nuestras experiencias ; en pal a bras de

Alla n Kapro w, << un happ ening nose puede reproducir >>.^16 Las acciones

someramente preparadas del happening suelen ser improvisadas

y equ fvocas a propos i to para provocar confusion. A sf, en Ia obra

Th e Cou rt yard de Kaprow, interpretada en el hot el Greenwich de

Nueva York en 1962, en u n momenta de Ia performance dos obreros

entran en un patio con unas escobas y emp iezan a barrer; luego, segun el guion, << durante esta accion , un HOMBRE EN BICICLETA entra en el patio y circula por entre los espectadores , haciendo sonar el timbre tranquilamente >>Y Las acciones tienen Iugar en espacios

cotidianos (<< lofts antiguos , sotanos , almacenes vacfos, espacios

ala ire libre y calles >> ) ,^18 que entremezclan al << publico >> y a los << artis-

taS >>, confundiendolos en un grupo de interpretes. El happening

pro pone eliminar Ia division entre el espectador y el creador, entre Ia creacion cotidiana y Ia artfstica , hacienda que todos los interpretes sean conscientes del poderde lo mundano para unir los cuerpos a traves de espacios colectivos.

Tal como Kaprow insisti6 acerca de los happenings, << Ia lfnea

entre el artey Ia vida debe sertan flu ida, y quiza tan indistinta , como sea posible >>, y para consegu irlo pueden usarse acciones y materiales

de cualquier conte xto << excepto del de las artes >>.^19 Aun as f, el evento

del happening seguira adquiriendo sentido desde su pun to de enun -

ciacion : si no el artista como genio trascendente , el art ista personifi- cado que existe en el mundo del arte como pu nto de auto- rizaci6n cultural. Esta misma tens ion es val ida para las acciones extremada- mente simpl ificadas coreografiadas bajo Ia firma del mov i miento Flu xus. Relacionada con

Ia obra Ritual Meal (1968) de Ia artista de Los Angeles Barbara Sm ith ,

en Ia que dieciseis invitados comparten una comidq de seis platos

con instrumentos quirurgicos , Ia obra Identical Lunch (1969) de Ia

artista Fluxus Alison Knowles se basaba en Ia rutin a diaria de comer Ia << m i sma com ida a Ia misma hora en el m i smo Iugar >> , una rutina que solfa verse entorpecida por las interrupciones aleatori as de Ia vida cotidiana .6o El evento Fluxus, que mantenfa Ia seriedad del expre- sionismo abstracto sin renunciar a algunos toques de humor estra- falario, se vio reducido a Ia mas pura esencia de Ia banalidad. Aun

as f, al igual que el happening adquirfa senti do a partir del contexto

art fstico, los eventos Fluxus como Identical Lunch lo had an como

actos de base filosofica en relacion con Ia compleja estructura Flu xus. Despues de todo, el hecho de comer lo mismo cad a d fa

se r fa todo menos banal al representarse como un habito en Iugar

de como una obra de arte.

Los eventos Fluxus y, hasta cierto punto , tam bien los happening s

crearon un cuerpo de artista marcadamente socia l al incorporarlo a

arte visua l deben considerarse paralelos a los cuerpos reivindicativos de los movimientos en favor de los derechos humanos (quiza de una manera mas obvia en el caso del feminismo). Estos cuerpos trabajaron para producir y afianzar Ia « presencia >> enunciatoria de individuos no normativos , desde afroamericanos y mujeres hasta los jovenes que resistieron las tradiciones materializadoras de Ia cu ltura dominante.

Como sostiene Marcuse en Un ensayo sobre Ia liberaci6n , en real-

idad los movimientos de Ia resistencia desafiaban el « dom i nic global del capitalismo colectivo>>.^67 Asf, Ia vfdeo-artista y fotografa docu-

mental Martha Rosier co menta que «[ a finales de Ia decada de 1960 y

pri nc ipi os de Ia de 1970] era muy importante desestetizartu relacion

con Ia obra de manera que nose formalizara en objeto estetico ... >>. Por su parte, el artista frances Yves Klein proclamo su des eo de « de j ar mi huella en el mundo >> para subvertir Ia fuerza tecnologica de << cohet es, Sputn i ks y misiles>>a traves de Ia << propia atmosfera afect iva de Ia carne >>.^68 Aunque Ia prestigiosa historiadora de arte de

Ia performance Kri stine Stiles considera las opiniones y las obras de

Kl ein en sentido literal - como prueba del sincero impulso reivindi-

cativo del artista durante Ia decada de 1960 en particular-, lo cierto

es que pueden interpretarse con una mayor amb iguedad, como ironicas, inciertas o parodicas. A menudo se reivindicaba el cuerpo << autenti co >> en el marco de, o en relac ion con , obras de esta epoca centradas en el cuerpo. Sin embargo , existfa una tension habitual entre este anhelo de autenticidad aparentemente franco proclamado sin ambages (en comparacion, por ejemplo , con las imitaciones de

diosa de Mary Beth Edelson a principios de Ia decada de 1970) 69 y los

cuerpos ambivalentes que emergfan de esta obra. La << autenticidad >> de l as demandas de los artistas noes evidente, como tam poco lo era el cuerpo que reivindicaba concebido en los simples terminos de su singularidad para defenderse del poder del estado ode las perversas tecnologfas.

La performan ce reivindicativa del cuerpo <>, vinculada

a Ia participacion de los artistas en grupos activistas como Art Worker's Coal it ion , Women Artists in Revolution, Women, Students and Artists for Black Art Liberation , Artists' Protest Committee y

Los Angeles Council ofWomen Artists , podr fa interpretarse como una reencarnaci6n dramatica del individuo contemporaneo hueco al servicio de los ideales sociales.^70 Un recorrido por las manifest a- ciones femeninas del arte corporal-desde l as imitaciones de diosas

de Edelson hasta los proyectos de performances a gran escala abierta-

mente reivindicativas de Suzanne Lacy, pasando por las impresiones del cuerpo de Ana Mendieta en Ia tierra como representaciones simbolicas de las diosas de Ia santerfa- '' muestra el poder, pero tam bien los If mites aparentes , de i ntentar oponerse al simulacro de ataque a Ia vida contemporanea mediante Ia exigencia de auten- tic idad. En los terminos de Marcuse, estas exigenci as conservan ellenguaje del capitalismo consumista y, por lo tanto , no logra n ejercer un papel revolucionario como harfa el <>. "

Suzanne Lacy es una de las artistas reivindicativas de perfor-

mance mas conocidas, con eventos a gran escala que no solo

integran su cuerpo, sino que reclaman los cuerpos colectivos de Ia

sociedad adecuados a cad a pieza para obtener <<sofisticadas form as

para Ia accion social uti I a traves del arte>>.^73 La obra Three Weeks in

May (1977) de Lacy inclufa unos treinta eventos ambien-

tados portodo Los Angeles, entre ellos oratorias , perfor-

mances , manifestaciones y entrevistas radiofonicas.

Lacy interpret6 publicamente performances como

In Mourning and in Rage (creada en colaboracion con

Leslie Labowitz) , una protesta contra Ia violacion repre- sentada en las escalinatas del Ayuntam iento por parte de un grupo de mujeres cubiertas con velos negros , y docu- mentolos lugares don de tuvieron Iugar las violaciones y las organiza- ciones de asistencia a las vfctimas mediante dos enormes mapas de Ia ciudad colgados en el centro comercial de Los Angeles City Hall."

A principios de Ia decada de 1970, Lacy ejercio de cofundadora

del Program a de Arte Feminista del sur de Cal iforn ia, un program a pedagogico radical destin ado a Ia formac ion de mujeres artistas y disefiadoras. Junto a esta posicion importante dentro del floreciente movimiento feminista , su trabajo representa Ia interseccion durante

este perfodo del arte feminista y el arte de Ia performance. El ideal-

ismo del feminismo california no de Ia decada de 1970 no solo l ab ro

un <> para Ia producc ion artfstica feminista ( << alejando >> a Ia mujer de su mera posicion como objeto) , sino tam bien una simbologfa femenina universal (o <> ). 73 Am bas vertientes pudieron movilizarse graci as al reciente auge de las mujeres artistas. Esta confianza idealista en el feminismo es similar a Ia tendencia habitual a reclamar autenticidad y presencia

completa sin mediacion en el arte de Ia performance o el arte corporal.

Asf, en un ensayo realizado entre 1972 y 1973, Ia crftica Rosemary

Mayer escribi6 que el arte corporal « nose expresa mediante un lienzo (...) o materiales de Ia escultura», sino que se presenta con transparencia ante el publico.^76

El anhelo de un cuerpo autentico yfo un yo a finales de los afios

sesenta y principios de los setenta en cierta man era queda vinculado negativamente a Ia amenaza de Ia cultura consumista, o Ia « prece- si6n del simulacra>> (Ia idea del mundo como pura simulaci6n sin una «realidad >> preexistente con solid ada) que hoy consideramos endemica a Ia condici6n posmoderna ." Este anhelo debe interpre- tarse como un intento de articular una autoexpresi6n gestual que devuelva una especie de peso y mas a que legitim en al individuo personificado; es decir, al artista constituido en el espacio social y productive del mismo. Segun esta interpretaci6n, el cuerpo esta comprometido social mente, pero tam bien abierto a Ia transfor- maci6n o, en palabras de Marcuse, a Ia resistencia. La articulaci6n del cuerpo del artista como activista va ligada a las promesas colec- tivas de alejar al individuo de las garras del consumismo que, por contra , busca crear una experiencia desconcertante del cuerpo

como posesi6n susceptible de convertirse en mercancfa (a modo de simulaci6n).^78 Como sefiala Catherine Francblin, en el regimen pancapitalista el cuerpo femenino sigue siendo el <<objeto» susceptible de conver- tirse en mercancfa por excelencia, una consideraci6n que explica Ia eficacia de Ia negociaci6n artfstica feminista del narcisismo , repre- sentada mediante Ia producci6n del cuerpofyo como una imagen bidimensional , como en Ia aparentemente infinita serie de autorre- tratos con poses exageradas de Hannah Wilke. Las acciones rituales de las obras de Lacy desaffan Ia violencia contra las mujeres y, segun Francblin, <>el cuerpo de Ia mujer como objeto sexual, rechazando su reificaci6n como imagen. Este tipo de rechazo pone en juego Ia << resistencia ante los procesos de sustituci6n, desti- tuci6n o sublimaci6n » , procesos todos ellos que pusieron en march a Ia precesi6n posmoderna de Ia simulaci6n.^79

De modo similar, Ia serie Silueta de Mendieta de Ia decada de

1970 resiste ante Ia conversi6n en fetiche y mercancfa del cuerpo del

artista, de Ia mujer, del racial mente distinto. AI principia realiza las

performances con su cuerpo en plena naturaleza con el an i mo de

demostrar una conexi6n entre Ia tierra y Ia diosa de Ia santerfa Yemaya (Ia protectora de las mujeres) y, al final, en los ultimos trabajos de Ia serie , prescinde por complete de Ia presencia de su cuerpo y representa su ausencia mediante el uso de lodo o fuego. Si Lacy cuenta con Ia « presencia >> reivindicativa del cuerpo en el ambito social para mostrar su visi6n polftica de las cosas , las ultimas

Siluetas de Mendieta ofrecen otra forma de abordar Ia cultura con-

sumista. Ella elige prescindir del yo (el artista) como «Orige n>> de Ia obra , como pun to de inicio y final de significado artfstico. La ausencia de Mendieta obliga a reconsiderar nuestra uni6n con los cuerpos descubiertos y aparentemente « autenticos >> (pero aqu f desapare- cidos) del posmodernismo. &o La violencia de esta desaparici6n (Ia violencia de Ia utilizaci6n como fetiches de los cuerpos femen inos y de los cuerpos de color bajo el patriarcado de Ia raza blanca) se representa mediante el uso de fuego e imagenes de heridas. Las obras del activismo feminista tam bi en giran alrededor de Ia perdida en el centro de Ia subjetividad social , especfficamente a

traves del acti vismo yfo Ia represen-

taci6n del cuerpo en el ambito de las relaciones sociales. Por tanto, aqu f entran en juego una serie de rechazos nuevos: de Ia convers i6n en fet i che y objeto , de Ia proyecci6n de nosotros mismos en objetos tecnol6gicos (de ahf el enfasis en Ia «autent ici- dad »), y de los dafios inAigidos al individuo (especialmente a mujeres, personas de razas d istintas a Ia blanca o cualquier otra persona distinta a Ia mayorfa) por parte de Ia tecnologfa , Ia violaci6n

y otras form as de violencia de nuestros dfas. El cuerpo, como locus

en el que tiene Iugar el trauma social, se convierte en el objeto de Ia protesta, el objeto «que transgrede las obligaciones de sign ificado o (... ) normalidad ».^8 '

Las tensiones vividas entre mediados de Ia decada de 1960 y

mediados de Ia de 1970 entre el poder estata l (que en el contexte

estadounidense mostr6 su dimensi6n fascista con l as muertes de Ia

Kent State University, Ia convenci6n democrat i ca de 1968 y Ia guer ra

de Vietnam), y el dominio ideol6gico y reivindicativo de lo que Herb Blau de nomina el «Conocimiento teatralizante>>del discurso cultural

desublimante (como Woodstock en 1969) demostraron ser produc-

tivas y destructivas a partes iguales.^8 ' Lamentablemente, estas ten -

siones se resolvieron entre finales de Ia decada de 1970 y principios

de Ia de 1980 mediante Ia incorporaci6n mas iva de comportamien -

tos «transgresores» en Ia sociedad de con sumo. Asf, a principios de

simb61icas) hasta las recientes sesiones publicas de cirugia plastica de Ia frances a Orlan, Pane comprueba Ia integridad del yo corporal atravesando literal mente sus lim ites. M ientras que las heridas del cuerpo de Chris Burden ejercen de pruebas para garantizar y reaflr- mar Ia impermeabilidad fundamental de su subjetividad masculina (su masoquismo est<:\ vinculado al sufrimiento exhibicionista asociado al martirio cristiano) ,^86 las de Pane parecen hundir Ia carne

del yo dentro de Ia carne del mundo. Asi, en Ia obra de 1971 Escalade

non-anesthesiee, Pane sube y baja de una estructura metalica cuyos

peldafios estan recubiertos de salientes afllados como navajas (sus acciones posiblemente representan Ia agonia corporal sublimada

porel discurso formalista del movimiento moderno). Escalade ... ,

interpretada a sol as en su estudio pero documentada fotograflca- mente para Ia posteridad , pone a prueba los limites del yo y crea, segun Ia artista, una «i nscripci6n critica del cuerpo» en el espacio social y dentro de este. Sus cortes son las marcas que deja el entorno social en su cuerpo, el cual, sefiala, «nunca nos pertenece por complete». Las gotas de sangre que quedan en los peldanos

horizontales de Ia estructura simbolizan el impacto del cuerpo en el entorno hecho carne.^87 Las representaciones del dolor corporal que hace Pane - al igual que los exorcismos cultural y personal mente especfflcos de Athey y Flanagan/Rose- ponen en escena de forma activa ante Ia sociedad Ia humillaci6n , el sufrim i ento atroz y los desechos (sangre, orina , mucosidades). Estos cuerpos recorporalizan violentamente a los individuos de Ia sociedad que vomitan, defecan y orinan desde sus cuerpos heridos (como las mujeres, los homosexuales y los enfer- mos). Politizan los cuerpos heridos y las actitudes grotescas o

abiertamente flngidas de obras «a byectaS >> como el Paysage fautif

(1946) realiza do con semen de Marcel Duchamp , los excrementos

de artista enlatados de Piero Manzoni (Merda d'artista, 1961 ), las

pinturas hechas con orin au «oxidadas >> de Andy Warhol de 1978,

y el cuerpo masculine histerico y «ensangrentado >> de McCarthy.^88 Otros artistas alejados de Ia subjetividad normativa (hetero- se xual, blanco, masculine) han representado Ia violencia y el sufri- miento personal de una forma dist inta. Las feministas , por ejemplo ,

han reinterpretado image nes de violencia contra las mujeres (como

en Ia performance en colaboraci6n Ablutions de 1972 mencionada

anteriormente) con el objetivo de politizar lo personal. En realidad , Ia frase « lo personal es politico » puede considerarse una rendici6n verbal al reconocimiento por parte de las artistas feministas de que las experiencias corporales comportan un aspecto in eludiblemente social, y que todo compromise politico impl i ca un componente inevitablemente corporal. En este sentido, pod ria considerarse que practicamente todos los artistas corporales representan lo personal como politico , sea de forma consciente y progresista o no. Por deflni-

ci6n, Ia performance del cuerpo del artista como obra de arte crea ese

cuerpofyo como un medio para Ia comunicaci6n publ i ca. Algunos artistas, sin embargo, sobre todo mujeres y personas de color, han tendido a ser mas « personales », e incl uso mas confesionales, que el

resto. Asf lo demuestra Ia performance Interi or Scroll (1975) de Carolee

Schneemann, en Ia que Ia artista , des nuda y cubierta de pintura, saca un rollo de pergamino de su vagina ante el publ ico , y lee el texto aira- do y confesional en voz alta. (Como ha declarado elocuentemente

Schneemann , « m i obra tiene que ver con el hecho de atravesar Ia m it olog fa idealizada [mayoritariamente masculina] del " yo abstracto" >> .)^89

Otros dos proyectos , uno de Ia decada de 1970 y otro de Ia de

1990, suponen una via alternativa del arte basado en el cuerpo,

que representa con insistencia cuerpos particularizados. Dichos cuerpos quedan marcados, en ocasiones exageradamente, en terminos etnicos, sexuales, de genero y connotaciones de otro tipo. Estas obras ponen de maniflesto los sufrim ientos <>repri- midos de los individuos marginados racial, et nica y econ6m ic a- mente en Ia sociedad estadoun idense. Una de sus manifestaciones

son las extravagantes mascaradas de Ia decada de 1970 de l grupo

de Los Angeles ASCO. Mas recientemente , han sido ejempl ifl cadas

mediante las performances poscoloniales de cuerpos de artistas

como « objetOS>>antropol6gicos del deseo del espectador en una

serie de cuadros vivos denominados Oos am erindio s no descubiertos

visitan ... (donde los puntos suspensivos deben sustituirse porel

nombre del Iugar donde se realiza Ia performance) interpretados

l4 (^) por los artistas Coco Fus coy Guillermo Gome z- Pena. Ambos

proyectos tratan Ia ausencia reclamando espacio publico para los cuerpos que ahora se convierten en desconcertantemente visibles y exageradamente caracterizados. En 1972, los m iembros de ASCO Patssi Valdez, William F. Herron Illy Cronk aca pararon Ia escena publica de Ia zona este de Los Angeles desfilando por las calles con disfraces fantasmagoricos a modo de «mural andante >> mientras su com panero Harry Gamboa Jr. documentaba Ia represen tacio n.^90 Ataviados con papel mache pintado, gasa y maquillaje, Valdez inter preto a Ia «Virgen de Guadalupe negra» , He rron , un mural pol ifacetico y Cron k (vestido con gasa verde lima y bomb illas rojas), un arbol de Navidad.

En opinion de Ia historia do ra Ond ine Chavoya , el Walking Mural

presenta a los artistas como « participantes y carrozas» de un desfile publico. Parod i an do Ia calidad estatica del modo de expresion

cultural favorecido por el Movimiento chicano , el mural publ ico,

esta obra actua a modo de «i ntervencion contraespectaculo» que reclama espacio soci al y configura una nueva esfera publica.^9 ' (Como afirma el propio Ga m boa, << varios individuos conver- tidos en transeuntes un ieron su paseo silencioso al de Ia muchedu m b re » .)9' A tr aves de su exagerada <<r et6- rica del pas eo», ASCO re defi ne no solo los espacios culturales del Los Angeles blanco (incluido el mundo d el arte, que ha preferido ignorar a ASCO a Ia hora de constru ir su identi dad como centro cultural), sino tam bien los del chicano del este, cuestionando Ia idea de que el arte ch icano siempre debe rep resen tarse en forma de mural heroico en Ia tradicion de << Los Tres G ra ndes». 93 El Los Angeles de ASCO no solo es un Los Angeles de inclusion (Ia aspiracion del cuerpo del artista reivin dica tivo « autentico» ) , sino tambien de discusion , contestacion y autorrepresentacion sin If mites

incluso en rela ci 6n con Ia identidad coalicionista elegida por el art ista.

Como defienden los astutos miem bros de ASCO , no bastaba con establecer una «identidad chicana un ificada para oponerse a Ia cultura blanca do minant e». Tuvieron que formular posibilidades interpretati vas que actuaran con eficacia « dentro de un grupo de re l ac iones sociales ampliamente definidas por los medios de comu- nicacion y el estado liberal colectivo». Estas posibilidades crearfan nuevos espacios socia l es de identificacion para los jovenes chicanos (homo 0 heterosexuales) frustra dos no solo por el desproporcio- nado numero de bajas mexicanoestadounidenses de Ia guerra de Vietnam , sino tam bien por el racismo con el que Ia sociedad esta- dounidense los trata de forma sistematica y por las exclusiones

dentro del propio Mov imiento. 9 •

Fusco y Gomez -Pena tam bi en crean nuevos espacios sociales , en este caso basandose en el pa radigma etnografico por el cua lla cul tu ra blanca dominante continua otorgando sentido a Ia persona

de color. En Ia serie de peiformances de los prim eros a nos de Ia

decada de 1990 Do s amerindios no desc ubi ertos visitan ..., Fusco y

Gomez-Pena representan una << etnograffa in versa» al im itar -con sus prop ios cuerpos como agentesjobjetos -l a practi ca habitual de los siglos XIX y XX consistente en mostrar los individuos colonizados por Eu ropa y Estados Unidos como objetos de deseo etnografico (como, porejemplo , Ia ex posicion en Europa entre 1810y 18 15 de Ia Venus hotentote, una mu jer sudafricana).^95

En el proyecto Dos amerindios no descubiertos visitan .. ., los

artistas planificaron << vivir en una jaula dorada durante tres dfas , presentandose a sf mismos como amerindios no descubiertos de una isla del golfo de Mexico [«Guatinau»] que, por algun motivo , habra pasado inadvertida a los europeos durante cinco siglos>>. Sus actividades cot idianas consisten en hfbridos absurdos de comportamientos « primit ives » y entretenim ientos de Ia cu lt ura de masas contemporanea : cosen munecas de vudu , levantan pesas , venIa television , trabajan con ordenadores portatiles y, por un modi co precio que debe depositarse en una urn a de donati vos ,

bailan al son del rap. Gome z- Pena , que habla atropelladamente,

cuenta historias amerindias « autenticas » mientras los dos artistas posan j unto a los visitantes que desean llevarse a casa un recuerdo de su encuentro con el mundo pr i mit ivo.^96

Segun Fusco, el objetivo de Ia peiformance no cons iste en cues-

tionar Ia re lacion cuerpojarte perse , sino en forzar relaciones int erac -

tivas con el publico, unas relaciones que revelarfan Ia vii persistenc ia de los sistemas de creencias colonialistas. Por otra parte, con el obje- tivo de enaltecer Ia cultura occidental , las expos iciones etnograficas origin ales se ut ilizaron para patologizar a los denom in ados primi- t ives como seres ani males, de inteligencia li m it ada, abiertamente se xuales o bien informes. Como consecuencia de este discurso Fusco destaca que « el artista vanguardista " autentico " es el que se convierte en una version mejorada del " primitivo", un hfbrido o un

travestido cultura1 >>.^97 Dos amerindios no descubiertos visitan ... invierte

estrategicamente Ia patologizaci6n de manera que los miembros de l publico que crean (sorprendentemente, segun Fusco) que Ia obra es una escen ificaci6n etnografica «r eal » de seres pr im itives au te nticos sean patologizados como inocentes e intolerantes a traves de Ia << etnografra inversa >> de Ia obra.

En Walking Mural y Dos amerindios no descubiertos visitan ... ,

individuos artfsticos especfficos senalados porIa cultura occidental como « distintos » (marg inados porIa cultura en general, aunque