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Derecho administrativo apuntes, Apuntes de Derecho

Derecho administrativo apuntes ...

Tipo: Apuntes

2024/2025

Subido el 05/05/2025

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Universidad Tecnológica Boliviana
Carrera: Derecho Administrativo
Docente: Lic. Ever Cristian Cordero Melendres
Turno: Noche
Horario: 20:30 a 22:00
Tema N° 2
ADMINISTRACIÓN PÚBLICA Y PRIVADA
Todas las funciones administrativas caen dentro de los dos grandes campos en que se divide la
actividad humana; la administración pública y la privada. Por ello nos referiremos a los
caracteres generales de cada tipo, señalando después sus semejanzas y diferencias.
I. ADMINISTRACIÓN PÚBLICA.
1. CONCEPTO.
La administración pública es el conjunto de órganos administrativos que sirven al Estado para la
realización de funciones y actividades destinadas a la provisión de obras, bienes y servicios
públicos a la sociedad. Fernández Escalante, dice que “Es el sistema que tiene por fin dirigir y
coordinador la actividad del Estado hacia los objetivos que se ha propuesto para el beneficio del
país”.
2. OBJETO.
Del concepto que acabamos de dar se desprende que la administración pública tiene como
objeto “utilizar eficazmente los recursos del pueblo, puestos a su disposición; eliminar los
despilfarros; reducir los gastos directos e indirectos, mantener la eficiencia; conservar y utilizar
con criterio a hombres, máquinas y edificios y proteger el bienestar y el interés de los
empleados” (Fernández Escalante). En otras palabras, William H. White, resume el propósito de
la administración pública como “la conservación de la paz y el orden, la realización progresiva de
la justicia, la protección contra la inseguridad, la prestación de los servicios sociales a los
funcionarios y a la población en general y el ajuste y transacción entre intereses antagónicos,
ajustándolos al interés superior de la Nación”.
En los hechos, los propósitos de la administración pública son materia de constante revisión,
teniendo en cuenta que “no hay límites para los servicios que se requieren del Estado”. A partir
de la Primera Guerra Mundial y sobre todo después de la Segunda, el aparato político ha
experimentado profundas transformaciones en dirección al Estado- servicio, propulsor del
cambio económico y social que exige la humanidad, en sustitución del Estado gendarme,
guardián del orden público que simplemente mantenía el status-quo. Estos cambios supone una
multiplicidad creciente de funciones que la administración pública debe asumir, tantos más si
vemos que el Estado se arroga cada vez mayores responsabilidades, especialmente en los países
atrasados y en los regímenes socialistas.
3. ADMINISTRACIÓN PÚBLICA Y LA POLÍTICA.
El aparato de la administración pública es político porque sirve de instrumento al Estado para la
realización de sus fines que son fines políticos necesariamente. Por esto dice Paul Appleby que
“la administración pública establece normas, pero no en forma autónoma, exclusiva o aislada,
sino en el terreno en que luchan poderosas fuerzas contrarias, engendradas por la sociedad y en
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Universidad Tecnológica Boliviana Carrera: Derecho Administrativo Docente: Lic. Ever Cristian Cordero Melendres Turno: Noche Horario: 20:30 a 22: Tema N° 2 ADMINISTRACIÓN PÚBLICA Y PRIVADA Todas las funciones administrativas caen dentro de los dos grandes campos en que se divide la actividad humana; la administración pública y la privada. Por ello nos referiremos a los caracteres generales de cada tipo, señalando después sus semejanzas y diferencias. I. ADMINISTRACIÓN PÚBLICA.

1. CONCEPTO. La administración pública es el conjunto de órganos administrativos que sirven al Estado para la realización de funciones y actividades destinadas a la provisión de obras, bienes y servicios públicos a la sociedad. Fernández Escalante, dice que “Es el sistema que tiene por fin dirigir y coordinador la actividad del Estado hacia los objetivos que se ha propuesto para el beneficio del país”. 2. OBJETO. Del concepto que acabamos de dar se desprende que la administración pública tiene como objeto “utilizar eficazmente los recursos del pueblo, puestos a su disposición; eliminar los despilfarros; reducir los gastos directos e indirectos, mantener la eficiencia; conservar y utilizar con criterio a hombres, máquinas y edificios y proteger el bienestar y el interés de los empleados” (Fernández Escalante). En otras palabras, William H. White, resume el propósito de la administración pública como “la conservación de la paz y el orden, la realización progresiva de la justicia, la protección contra la inseguridad, la prestación de los servicios sociales a los funcionarios y a la población en general y el ajuste y transacción entre intereses antagónicos, ajustándolos al interés superior de la Nación”. En los hechos, los propósitos de la administración pública son materia de constante revisión, teniendo en cuenta que “no hay límites para los servicios que se requieren del Estado”. A partir de la Primera Guerra Mundial y sobre todo después de la Segunda, el aparato político ha experimentado profundas transformaciones en dirección al Estado- servicio, propulsor del cambio económico y social que exige la humanidad, en sustitución del Estado – gendarme, guardián del orden público que simplemente mantenía el status-quo. Estos cambios supone una multiplicidad creciente de funciones que la administración pública debe asumir, tantos más si vemos que el Estado se arroga cada vez mayores responsabilidades, especialmente en los países atrasados y en los regímenes socialistas. 3. ADMINISTRACIÓN PÚBLICA Y LA POLÍTICA. El aparato de la administración pública es político porque sirve de instrumento al Estado para la realización de sus fines que son fines políticos necesariamente. Por esto dice Paul Appleby que “la administración pública establece normas, pero no en forma autónoma, exclusiva o aislada, sino en el terreno en que luchan poderosas fuerzas contrarias, engendradas por la sociedad y en

su seno. Estas normas se dan sujetándose a otros que también las dan”. O sea que la administración pública actúa sobre y recibe la influencia de la sociedad global. Aquí radica su vinculación estrecha con la política puesto que ésta es la ciencia del gobierno de las sociedades. La administración general y la administración pública en particular, son también tareas políticas porque además de ciencia y conocimientos requieren para su ejecución de tacto, receptividad, liderazgo e intuición, cualidades éstas que son necesarias para interpretar y satisfacer las necesidades sociales. Hay que distinguir, sin embargo, entre la acción política que da contenido a la administración pública y el politiqueo que suele desviarla, perjudicándola. Hay politiqueo cuando se subordina los intereses sociales a los de los partidos; cuando la administración sirve a los intereses de las personas que la representan y no a la nación; cuando predominan el arribismo y la arbitrariedad en desmedro de la política, que es el bien general. En los países atrasados suele suplantarse la acción política de la administración pública por el politiqueo de las personas o círculos gobernantes.

4. LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA EN LOS PAÍSES EN DESARROLLO. La administración es el principal instrumento del desarrollo económico de los pueblos. Sin embargo, todavía no se ha tomado conciencia de esta realidad en todas partes y ésta es una de las razones por las cuales la administración pública permanece rezagada. Otra razón está en el ritmo creciente de las necesidades sociales que no permite al aparato estatal (hombres y recursos) ejercer adecuadamente sus funciones. Hay siempre una brecha entre las necesidades sociales y los medios para satisfacerlas, brecha que se ensancha no sólo en los países atrasados, sino en los desarrollados también. El atraso de la administración pública es particularmente agudo en los países en que están en vías de desarrollo debido a problemas de desorganización, carencia de recursos, inestabilidad política, falta de comunicaciones, etc. todo esto se traduce en falta de personal idóneo para ocupar los puestos de responsabilidad, sea porque el nivel de educación nacional es bajo; sea porque las remuneraciones son exiguas y los más capaces se sienten atraídos hacia la actividad privada que paga mejores salarios, o emigran el extranjero; sea porque no existe el servicio público como una carretera y los cargos de la administración son transitorios, lo cual ahuyenta también a los mejores. Un problema típico de la administración subdesarrollada, que frena su dinamismo restándole eficacia, es la excesiva centralización. Por lo general todo se concentra en los ministerios y oficinas centrales del Poder Ejecutivo. La desconcentración de la autoridad en los departamentos y provincias es prácticamente nominal, ya que se reduce al campo operativo y no comprende la toma de decisiones. Otro problema es la ignorancia y la deshonestidad de los funcionarios, que por lo común confunden la hacienda pública con sus intereses particulares y ponen el aparato administrativo a su servicio personal. De este modo, en vez de servidores públicos se convierten en amos de la ciudadanía, a la que hacen víctima de abusos y extorsiones. 5. LA CARRERA ADMINISTRATIVA. La carrera administrativa o servicio civil de carrera tiende a formar empleados profesionales especializados en sus respectivas competencias, cuyo trabajo garantice eficiencia, continuidad y responsabilidad en la administración pública. Este servicio se basa en el mérito y la idoneidad como únicos requisitos para el desempeño de funciones públicas, de suerte que el empleado esté seguro en su trabajo mientras cumpla debidamente sus obligaciones y sepa que puede ascender a puestos de mayor responsabilidad progresivamente. En consecuencia, la carrera

III.- IMPORTANCIA DE AMBAS ADMINISTRACIONES

Es lógico que tanto la administración pública como la privada tienen importancia, se complementan y se coordinan en beneficios del interés social. Después de las dos guerras mundiales de este siglo se impuso una corriente que daba preferencia a la administración pública, cuyo campo de acción se amplió considerablemente, en el entendido de que el Estado no persigue el lucro – como la administración privada – y, por lo tanto, administra a menor costo y con mayor beneficio social. Esta tendencia se ha revertido desde el comienzo de los años 80, poniendo en manos privadas la mayor parte de las actividades económicas, inclusive sectores que anteriormente se consideraba estratégicos, como los transportes, las comunicaciones, la educación, la minería, los hidrocarburos, la seguridad social, etc.; tendencia que se ha acentuado con la desaparición del socialismo en la URSS, y en Europa Oriental, la globalización de la economía de las finanzas y de las comunicaciones. Sin embargo, se mantiene la polémica entre partidarios de las administraciones pública y privada, tanto más cuanto que ésta última no resuelve los problemas de la pobreza en los países atrasados, sino que, en muchos casos, los agrava. IV.- PUNTOS DE CONTACTO. Lo que caracteriza a las dos administraciones (la pública y la privada) es que ambas tienen como objetivo fundamental la prestación de servicios o la provisión de bienes en las condiciones más ventajosas posibles para la comunidad. Tanto el Estado como las instituciones privadas se proponen servir en la mejor forma a los administrados y consumidores. Para conseguir este objetivo, es obvio que tanto una como otra administración deben expresarse a través de organizaciones eficientes y dinámicas. Si no hay eficiencia ni agilidad en la administración, los objetivos mencionados no podrán alcanzarse. Eficiencia y dinamismo suponen al mismo tiempo otros factores que entran en juego, como ser la moral pública y privada, la honestidad, el cumplimiento de las tareas, la responsabilidad, etc. Quiere esto decir que los principios básicos de la Ciencia de la Administración se aplican por igual a la Administración pública y a la privada, para conseguir los mismos objetivos. Como cualquier gobierno, la administración privada debe ser legítima, en el sentido de que debe ejercer su autoridad en el interés de los gobernados, vale decir en el interés general. Es interesante recordar aquí que hace 25 siglos el filósofo chino Confucio señalo seis normas básicas que deben seguir los funcionarios públicos en el desempeño de sus funciones. Dichas normas, de carácter general, son aplicables en realidad tanto a la administración pública como a la privada en nuestros días:

  1. Conocer bien el país y eliminar las fuentes de dificultades;
  2. Adoptar fallos y decisiones objetivos e imparciales;
  3. Servir al interés público y evitar el favoritismo y la parcialidad;
  4. Promover el bienestar económico del pueblo;
  5. Dedicar todo esfuerzo a los negocios del Estado;
  6. Ser honestos, desinteresados y capaces.

V.- DIFERENCIAS.

Las diferencias arrancan principalmente del tamaño de ambas administraciones, que a veces no permite, por ejemplo, coordinar y controlar la administración pública con la misma eficacia que la privada. Esta circunstancia hace también que los principios se ejecuten con mayor dinámica y flexibilidad en la administración privada. Una distinción de carácter general reside en la ausencia de lucro en la administración pública, mientras que a la privada le permite justamente – el lucro – realizar su objetivo básico de servicio a la sociedad. Sin embargo, hay que recordar que la administración pública dispone de los impuestos, tasas y contribuciones que pagan los ciudadanos para recibir obras y servicios públicos; tributos que son cada vez más elevados y cumplen menos el fin social que se proponen, en manos de una burocracia generalmente ineficaz o desmoralizada. Hay también diferencias en los medios y los límites de acción, como anota Jiménez Castro, “pues existe una mayor rigidez legal y reglamentaria en la administración pública, para garantizar, al menos en un sistema democrático de gobierno, que el poder se ejerza dentro de los límites legales”. Los caracteres distintivos de ambas administraciones, según Paul H. Appleby, residen en la amplitud del radio de acción, la medida de responsabilidad y el contenido político de los actos de la administración pública, puesto que está se relaciona directamente con los fines del Estado. Por esto dice Druker que el administrador público debería combinar las mejores cualidades del estudioso de la economía, del dirigente político y del técnico de administración. Se ha señalado también que una de las diferencias más visibles radica en el carácter tutelar de la administración pública sobre la privada, que se manifiesta en distintos grados de país a país. En Bolivia, por ejemplo, tenemos el régimen Económico y Financiero en nuestra Constitución Política del Estado.