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Orientación Universidad
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conversatorio sobre autonomia y responsabilidad, Transcripciones de Psicología

investigacion para conversatorio

Tipo: Transcripciones

2024/2025

Subido el 21/05/2025

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La autonomía y la responsabilidad en la adolescencia
Categoría: BlogPor: Etorkintza ElkarteaEtiquetas: adolescentes,
autonomía, familia, jóvenes, responsabilidad
Todos sabemos que la etapa de la adolescencia es una edad complicada.
En esta edad, los y las adolescentes deben empezar a ser más autónomos
y autónomas, sin que los adultos deban estar todo el día detrás de ellos y
ellas. Es imprescindible que haya mucho dialogo en la familia para que
comprendan las situaciones y las consecuencias de sus decisiones y actos
y puedan encontrar soluciones y respuestas por sí mismos/mismas
aunque siempre bajo la supervisión de padres y madres.
Aunque padres y madres intentan fomentar en hijos e hijas cierta
independencia durante la adolescencia, a menudo, por las inseguridades
y los miedos de la familia a los primeros consumos de alcohol y otras
drogas, los primeros contactos sexuales, el fracaso escolar o todo tipo de
conductas de riesgo, se tiende a protegerles en exceso de experiencias
desagradables. Por otra parte, la situación actual de nuestra sociedad,
hace que la juventud dependa económicamente de la familia durante
más tiempo.
Todo esto lleva a que jóvenes y adolescentes quieran y busquen su
independencia, pero que al mismo tiempo, sean muy
dependientes.padres-afuera
A pesar de querer ser independientes y autónomos/autónomas, la
mayoría de las veces esto no va relacionado con querer ser responsables:
a esta edad quieren ser libres, lo que supone oponerse a las
responsabilidades que le llegan del marco familiar. Esto ocasiona
múltiples conflictos en la familia. La responsabilidad que vayan
adquiriendo respecto a sus tareas, obligaciones, sus compromisos, en la
familia, en la escuela, con el grupo de iguales, con los valores…
permitirán la unión entre autonomía y responsabilidad.
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La autonomía y la responsabilidad en la adolescencia

Categoría: BlogPor: Etorkintza ElkarteaEtiquetas: adolescentes,

autonomía, familia, jóvenes, responsabilidad

Todos sabemos que la etapa de la adolescencia es una edad complicada.

En esta edad, los y las adolescentes deben empezar a ser más autónomos

y autónomas, sin que los adultos deban estar todo el día detrás de ellos y

ellas. Es imprescindible que haya mucho dialogo en la familia para que

comprendan las situaciones y las consecuencias de sus decisiones y actos

y puedan encontrar soluciones y respuestas por sí mismos/mismas

aunque siempre bajo la supervisión de padres y madres.

Aunque padres y madres intentan fomentar en hijos e hijas cierta

independencia durante la adolescencia, a menudo, por las inseguridades

y los miedos de la familia a los primeros consumos de alcohol y otras

drogas, los primeros contactos sexuales, el fracaso escolar o todo tipo de

conductas de riesgo, se tiende a protegerles en exceso de experiencias

desagradables. Por otra parte, la situación actual de nuestra sociedad,

hace que la juventud dependa económicamente de la familia durante

más tiempo.

Todo esto lleva a que jóvenes y adolescentes quieran y busquen su

independencia, pero que al mismo tiempo, sean muy

dependientes.padres-afuera

A pesar de querer ser independientes y autónomos/autónomas, la

mayoría de las veces esto no va relacionado con querer ser responsables:

a esta edad quieren ser libres, lo que supone oponerse a las

responsabilidades que le llegan del marco familiar. Esto ocasiona

múltiples conflictos en la familia. La responsabilidad que vayan

adquiriendo respecto a sus tareas, obligaciones, sus compromisos, en la

familia, en la escuela, con el grupo de iguales, con los valores…

permitirán la unión entre autonomía y responsabilidad.

Se deben usar las pequeñas cosas que les gustan para que se vuelvan

más responsables, sin darles una libertad completa. Es necesario premiar

su buen comportamiento y la responsabilidad que asumen en cada una

de las situaciones de su vida, dándoles más beneficios y autonomía

cuando demuestren que son responsables, es decir, premiándoles de

alguna manera (dejándoles salir hasta más tarde con sus amigos y

amigas, más tiempo de uso del ordenador, comprándoles esas zapatillas

que tanto les gustan,…).

Por el contrario, cuando actuen de forma no responsable, se les deberá

rebajar la libertad y los beneficios que tienen, y de esta manera,

conseguiremos potenciar que sean responsables y vayan controlando sus

emociones.

Debemos tener presente que cuando se equivoquen, no es nada

aconsejable compararles con nosotros/as mismos/as o con otras

personas, como hermanos, hermanas, amigos o amigas.

Otro aspecto a tener en cuenta es el papel de los padres y madres: hay

que entender que ya no se es la figura que los niños y niñas veían como

perfecta, sino que ahora ven a sus progenitores como son en realidad.

Esto significa que puede haber una pérdida de autoridad de los padres y

madres si no se sabe ser firme y dar ejemplo de conducta. Es importante

que si se les quita alguno de los beneficios que han conseguido, no se les

devuelva en el instante siguiente solo por poner buena cara o prometer

que no repetirán esa conducta.

Hay que mantenerse firme.

Cómo criar a niños y adolescentes autónomos

Publicado: 14 de marzo de 2024 6:05 p.m. GMT

Autor

Martina Ares Ferreirós

Profesora en el área de psicología del desarrollo, Universidade de Vigo

Por el contrario, un niño o niña con baja autonomía se caracteriza por ser

dependiente, requiriendo ayuda constante, mostrando poca iniciativa y,

en ocasiones, viviendo bajo una sobreprotección excesiva. La falta de

hábitos de autonomía puede afectar negativamente el aprendizaje y las

relaciones sociales.

A medida que un niño o niña progresa en su autonomía, también lo hace

en su capacidad de aprendizaje y en sus relaciones con los demás.

Estilos de crianza

El núcleo familiar es el primer escenario donde los niños comienzan su

viaje hacia la interacción social. Es en este entorno cálido y familiar

donde se encuentran sus primeros modelos de aprendizaje, comienzan a

desarrollar sus habilidades sociales y capacidades, y establecen vínculos

socioemocionales que les brindarán la seguridad necesaria para

desenvolverse en el mundo. Sin embargo, la familia no es el único actor

en la formación del individuo. El sistema educativo y el entorno social

también juegan un papel crucial en la socialización de los niños.

La familia, como primer espacio de socialización, tiene la responsabilidad

de brindar a los niños las herramientas necesarias para desenvolverse

con seguridad y autonomía en el mundo que lo rodea. Dentro de los

estilos de crianza que se pueden dar en las familias, se ha demostrado

que el que mejor desarrolla la autonomía es el democrático.

Leer más: Por qué es importante no sobreproteger a los niños y permitir

ciertos riesgos

Este estilo se caracteriza por padres, madres o adultos de referencia con

autoridad, pero no autoritarios. Ser un padre o madre democrática

significa ser capaz de establecer límites claros y razonables y de explicar

las razones detrás de esos límites. En estas familias, los progenitores

animan a sus hijos e hijas a participar en la toma de decisiones y

expresar sus opiniones a través del diálogo, la negociación y el respeto

mutuo.

Los estilos parentales autoritarios o centrados en el control pueden tener

efectos negativos en la autonomía, mientras que los estilos más

próximos a una parentalidad positiva suelen promover un proceso fluido

de desarrollo de la autonomía personal.

Seis claves para criar a niños y niñas más autónomos

La infancia es una etapa crucial en el desarrollo de la autonomía. Los

niños y niñas que aprenden a ser independientes desde pequeños

estarán mejor preparados para afrontar los retos de la vida adulta. Desde

casa, podemos favorecer esta independencia si:

Asignamos responsabilidades: encomendamos a nuestros hijos tareas

acorde a su edad y capacidad. Podemos empezar con pequeñas acciones

como ordenar sus juguetes, hacer su cama o preparar su mochila para el

colegio. A medida que vayan creciendo, podemos aumentar la

complejidad de las tareas.

Alimentamos la autoconfianza y confiamos en sus capacidades,

mostrándole que creemos en ellos y en sus habilidades. Elogiamos sus

logros, por pequeños que sean. Animémosles a seguir intentándolo

incluso si cometen errores.

Ofrecemos herramientas y recursos que necesitan para realizar sus

tareas. Podemos enseñarles cómo hacerlo paso a paso y con paciencia, y

no preocuparnos si no lo hacen perfecto, lo importante es que aprendan

y se esfuercen.

escuchemos con atención y sin juzgar. Podemos expresar nuestro punto

de vista, de forma tranquila y respetuosa, aunque no estemos de

acuerdo, pero es mejor evitar sermones o críticas. Es importante buscar

el momento adecuado, aquel en el que el adolescente esté relajado y

receptivo. Debemos comportarnos como adultos y saber que no se trata

de dejarlo pasar sino de buscar la situación más propicia para hablarlo.

Establecer límites claros, consistentes y consensuados. Es importante

evitar castigos arbitrarios o excesivos.

Brindar oportunidades para que puedan tomar decisiones, aunque estas

no sean las que nosotros tomaríamos. Podemos darles apoyo y

orientarnos pero sin imponer. La adolescencia es una etapa de

exploración, intentar cosas nuevas y rebelión contra reglas familiares.

Delegar responsabilidades, especialmente aquellas relacionadas con las

tareas del hogar. Confiar en que lo pueden hacer, reconociéndolo cuando

es así y elogiándoles.

Fomentar la independencia animando a que realicen actividades por su

cuenta.

Finalmente, ser pacientes y compresivos. La adolescencia es una etapa

de transición y cambio y la clave en para fomentar la autonomía es la

confianza y el respeto.

Finalmente recordar que la adolescencia es una etapa de cambios tanto

físicos y sociales como psicológicos. Cualquier problema en uno de estos

ámbitos va afectar directamente a la relación familiar. Es recomendable

acudir a un profesional que nos pueda ayudar en nuestro caso concreto

si vemos que la situación no es manejable.

La responsabilidad personal como motor de desarrollo

individual

AXON TRAINING hace 7 meses Dejar comentario 3 minutos de lectura En la búsqueda de crecimiento y realización personal, la responsabilidad individual tiene un papel fundamental. En Argentina estamos en época de elecciones gubernamentales y es lastimoso ver que a menudo se tiende a depender del contexto, el gobierno o incluso de otros individuos para progresar en la vida. Sin embargo, el valor del desarrollo personal en sí mismo y el logro de metas significativas se encuentran en la capacidad de asumir la responsabilidad de nuestras acciones y decisiones diarias. Nadie más tiene ese poder sobre vos que vos mismo. Sobre autonomía y toma de decisiones: La autonomía se manifiesta en la capacidad de tomar decisiones fundamentales por uno mismo. Ser responsable de nuestras elecciones nos permite trazar nuestro propio camino y aprender de los aciertos y errores. Un ejemplo notable es el emprendedor que, asumiendo riesgos y tomando decisiones difíciles, logra con el tiempo construir un negocio exitoso. Esta autonomía no solo promueve el desarrollo individual sino que también impulsa la creatividad y la innovación. Sobre superación de obstáculos y crecimiento personal: La vida está repleta de desafíos que, en lugar de detenernos, pueden convertirse en oportunidades para el crecimiento personal. Aquellos que asumen la responsabilidad de enfrentar y superar estos obstáculos experimentan un desarrollo significativo. Por ejemplo, personas que han luchado contra adversidades económicas o sociales y han salido adelante han demostrado cómo la responsabilidad

¿Desde cuándo podemos fomentar la autonomía en nuestros hijos? La educación de los hijos debe ser acompañada y guiada con empatía, paciencia y confianza: de modo que logren ser personas independientes y autónomas, desarrollando estrategias para tomar decisiones y valerse por sí mismos. La responsabilidad implica la capacidad de la persona para elegir entre distintas opciones, teniendo en cuenta las consecuencias que ellas conlleven. Se va adquiriendo en forma progresiva, de acuerdo a la edad y capacidad de cada niño y adolescentes. Los padres deben guiar, orientar y apoyar en la toma de decisiones. Para fomentar la responsabilidad es importante:  Enseñar con el ejemplo. Los niños y adolescentes modelan conductas que ven en sus padres, por ello, se debe ser ejemplo ante las responsabilidades.  Establecer límites y normas: los límites y normas se deben integrar en la rutina de los niños y adolescentes, entendiendo lo que está permitido y lo que no.

 Toma de decisiones: se recomienda empezar con acciones pequeñas y mientras van creciendo, se aumenta la complejidad de las mismas: escoger lo que van a vestir entre las opciones que les proponen los padres, elaborar su horario con algunas condiciones básicas brindadas por el adulto, etc. La idea es que sientan que se valida su opinión.  Claridad ante lo que se espera de ellos: Los niños y adolescentes deben tener claras cuales son sus responsabilidades, sus deberes y sus derechos en casa.  Valerse por sí mismo y enfrentar situaciones: Saber que tienen el apoyo de sus padres para lo que necesiten, pero, también, se debe fortalecer la confianza en ellos mismos para que puedan asumir las responsabilidades sin temor.  Tolerancia al fracaso: Deben explorar, correr riesgos y fracasar, así aprenderán de sus caídas y podrán seguir tomando decisiones en otras situaciones.  Tareas para realizar: Siempre hay algo que puedan hacer: ordenar sus juguetes, servir la mesa, estar listos para salir, etc. No necesariamente como una responsabilidad sino como un apoyo en casa.  Establecer horarios: Diferenciar las rutinas de la semana y fines de semana, tener rutinas para las mañanas, para el tiempo de estudio y actividades de ocio.  Acompañar su aprendizaje: Importante poder apoyar en las dudas que puedan surgir, pero se debe evitar realizar las tareas por ellos. Ellos tienen su manera de hacer las cosas y se debe guiar en base a eso.  Valorar los esfuerzos: Motivar a los niños y adolescentes a través del refuerzo contante, no necesariamente material. Lo importante es conseguir que se sientan satisfechos por sus esfuerzos.  Mostrar apoyo. Saber que tienen el apoyo de sus padres cuando lo necesiten, incentiva y les da seguridad para la exploración.  Saber que no cumplir con las responsabilidades tiene una consecuencia. La autonomía ayuda a los niños y adolescentes a desarrollar su propia personalidad, tener sus propios pensamientos, sentimientos y deseos; tener la capacidad de no depender de los demás para sentirse bien, para aceptarse como son y tener la seguridad de ser capaces de valerse por sí mismos.

por lo tanto hemos frenado nuestro desarrolloconformándonos como docentes y porque no también como ciudadanos.De ahí que se están buscando las formas para que se retome laconciencia del alumno, como un individuo capaz de desenvolverseplenamente en su entorno por lo tanto surge la necesidad de entendernuestro mundo en todos los aspectos posibles, no solo basta entender elmundo de forma tecnológica, científica o humanista separadamente, sinoque es necesario que se dé una vinculación entre estos aspectos con lafinalidad de tener una visión global y no segmentada del mundo en el quenos desenvolvemos. Al lograr esta visión holística, estaremos formando individuos capaces dehacer frente a las problemáticas que estamos viviendo interactuando demanera responsable con los otros; así como alumnos integrales, capaces de tomar decisiones respetando primero su integridad física, psicológicay moral y posteriormente a su entorno (comunidad, sociedad, medioambiente) de igual forma que sean alumnos creativos en la solución deproblemas valorando y reconociendo las diferentes herramientas que hanadquirido por sus años escolares, y muy importante que no pierdan devista el que son seres humanos y como tales también requieren de undesarrollo que les permita ser sensibles ante los acontecimientos quesuceden tanto a nivel nacional como internacional así como el serresponsables de cada uno de sus actos.Es muy fácil hablar de formar individuos que tengan una visión integraldel mundo tomando en cuenta lo científico, lo tecnológico y lo humanista;sin embargo al momento de enfrentar esta situación en las aulas nosdamos cuenta que aún nosotros no tenemos claridad en estos términosy mucho menos de cómo podemos facilitarlos con nuestros alumnos yaque creemos que solo se dan en sectores específicos de la sociedad; deahí que uno de las formas en que podemos iniciar esta labor connuestros niños es ser conscientes de que la ciencia, la tecnología y lohumanístico está en nuestras vidas diarias desde que nos levantamoshasta que nos acostamos e inclusive mientras dormimos. Posteriormenteacercarnos más a estas áreas con una visión crítica y reflexiva, parainternalizar y llevar a la práctica estos conceptos en nuestra vida diaria ypoder transmitirlos a los alumnos con mayor facilidad.Una vez que nosotros como docentes logremos aclarar estos conceptosserá sencillo fomentar en el aula la utilización de los avancestecnológicos y promover aprendizajes significativos, dándole un nuevosentido a los acontecimientos sociales nacionales e internacionales; asícomo fomentar la reflexión en lugar de lo memorístico; generarsecuencias didácticas a partir de la visita de museos, realizarexperimentos en los cuales el alumno formule hipótesis y puedacomprobar su veracidad o no (método científico); de vivirlo, de estar conlos 6 sentidos solo en ese momento y lograr internalizarlo y no solohacerlo porque se tiene o se debe.¿Y dónde queda lo humanista? Bueno aquí creo yo radica el cambio quetanto necesita la educación, ahora verán el porqué. Antes de continuar veamos de donde viene este término y a que hacereferencia; proviene de la psicología y surge con Abraham Maslow, RolloMay, Carl Rogers, Allport, Bühler, influidos por la corriente existencialista europea con la intención de volver a poner al hombre en el centro de lapsicología.Se considera que la psicología humanista es una tendencia general quepermanece abierta para poderse adaptar a la evolución de los valores ydevolverle así al hombre su dignidad y el derecho a su cuerpo ysensaciones, a construir su unidad, y a realizarse sin limitarse al tener yal ser; elaborar sus propios valores individuales, sociales y espirituales. Aclarado un poco más continuaré diciendo el porqué es tan importantepara que en la educación se dé un giro y como país se logre resaltar anivel mundial sin perder de vista al alumno.He hablado acerca del alumno y lo que se puede lograr para que esteadquiera una visión diferente, holística; sin embargo hay un agente quehabía quedado de lado y es el profesor, el que esta día a día con elalumno, transmitiendo los conocimientos, habilidades y la experienciaque ha adquirido y que tiene en sus manos el poder hacer una diferencia;es el que inyectando a cada uno de sus alumnos la dosis necesaria demotivación, cariño, entrega, pasión

puede transformar a un individuo enalguien que logre alcanzar sus metas, desarrollarse plenamente y sercompetente para la vida.Sin embargo esto no sucede con frecuencia debido a que el docente esun ser humano igual a los demás con una vida personal, en la cualtambién enfrentan problemáticas y van quedando asuntos inconclusos;esto es que aquellas situaciones que no se completaron o fueronprematuramente interrumpidas, ya que al momento de surgir un impulso,la energía que se genera no es dedicada a su propósito original(expresión de sentimientos), sino que se acumula en el cuerpo,generando tensiones físicas, emocionales y mentales y esto esprecisamente lo que impide que el docente actúe de forma auténtica.En este punto es precisamente en donde la psicoterapia gestalt empataperfectamente con la educación que es a través de ella que el docentepuede recuperar su autenticidad y cerrar los asuntos inconclusos que hadejado a lo largo de su vida.La terapia Gestalt aparte de ser una terapia es también una filosofía devida que le da prioridad al darse cuenta en el aquí y ahora; asumir lapropia responsabilidad de los procesos, como son las acciones,pensamientos, sensaciones, sentimientos o emociones y la fe en el organismo para lograr la auto regulación de forma adecuada con elambiente y así entablar relaciones adecuadas con el medio que le rodea. Además en gestalt no interpretación de ninguna acción o pensamiento;más bien hay un acompañamiento hacia el otro, mediante sufenomenología, para que haya un darse cuenta en el aquí y ahora. Paraque esto suceda es necesario que la relación que se establezca entre losindividuos (socio terapéutico y terapeuta) se de persona a persona endonde ambas partes están en continuo crecimiento; con congruencia ytransparencia entre lo que piensan, hacen, sienten y dicen; así comouna amplitud de criterio, basados en los valores gestálticos(responsabilidad, honestidad, respeto y amor, principalmente).Con lo anterior se busca que el socio terapéutico, en este caso sería eldocente pase de un apoyo externo a un auto apoyo, que aprenda a darsecuenta de que lo que hace, cómo lo hace y en qué momento lo hace, esdecir la auto- responsabilidad; de la misma forma lograr la mayorintegración posible, ya que facilita el crecimiento y desarrollo delindividuo y fomentar así una actitud activa y responsable que le permitaaprender a observar sus conductas y a experimentar otras nuevas(Castañedo, 1983 y Salama, 2005); de la misma forma a cerrar suspropios asuntos inconclusos con sus propias herramientas, es decir desde el yo y mejore así su calidad de vida.Lo que propiciara que el docente logre entablar de igual forma unarelación con su alumno de persona a persona en la cual ninguno seasuperior o inferior al otro, en donde ambos posean la potencialidad dedesarrollarse y crecer como individuos, así como respetar sus propiosprocesos y ritmos de aprendizaje como de vida.El docente al cambiar y darse cuenta de lo valioso que es cada alumnopor el simple hecho de que es una persona, el también estará creciendoy valorándose a sí mismo porque está sembrando la semilla que unfuturo dará frutos, sin importar si el alumno es brillante o enfrenta algunadiscapacidad, porque lo importante no es que se aprenda de memoriaciertos contenidos sino más bien, que logre enfrentar situaciones yresolverlas a su favor y sin dañar a terceros.De ahí que considero que la educación se puede transformarprimeramente partiendo del docente, de que conozca sus debilidades yfortalezas, la herramientas de las dispone, de que se valore por el simplehecho de ser humano; ya que de esta forma lograra transmitir seguridad, confianza, responsabilidad, respeto así como la práctica de diversosvalores en sus alumnos para así darle un giro y convertirnos en un paísdiferente.En la medida en que el docente se conozca y conozca su situaciónproblemática, podrá integrar su vida personal, con su vida laboral ya quehabrá congruencia entre ambas y el mismo podrá ser un ser integralcapaz de responder a los cambios que se le presentan sin ponerresistencias y avanzar al cumplimiento de sus propios objetivos como alos objetivos nacionales.Sé que es una tarea ardua ya que el hacer un trabajo personal requieremucho valor, no es sencillo enfrentarnos con nuestros propiosmonstruos, sin

enfoque diferenciado que respete y se ajuste a su desarrollo evolutivo y características individuales. Los niños son por naturaleza intuitivos y expresivos, y utilizan el juego como medio principal de comunicación y exploración de su mundo. Esta particularidad es un elemento clave en la terapia Gestalt con niños. Esta forma de interacción terapéutica permite que los niños exploren sus experiencias actuales, practiquen nuevas formas de comportamiento y procesen sus emociones de una manera segura y adaptativa. La Psicoterapia Gestalt en Adolescentes Durante la adolescencia, los individuos experimentan una transición significativa caracterizada por cambios físicos, emocionales y sociales intensos. A menudo se enfrentan a desafíos relacionados con la identidad, la independencia, las relaciones interpersonales y la autoestima. En este contexto, la terapia Gestalt puede ofrecer a los adolescentes un espacio seguro y no crítico para explorar y comprender estos temas. A través de la promoción de la autocomprensión y la responsabilidad personal, la terapia Gestalt puede ayudar a los adolescentes a navegar por estos desafíos, a desarrollar una mayor claridad sobre quiénes son y lo que desean, y a gestionar de forma más eficaz sus emociones y relaciones. Además, la terapia Gestalt puede ofrecer a los adolescentes un espacio para explorar su identidad emergente y practicar nuevas formas de relacionarse con ellos mismos y con los demás, lo que puede contribuir a su desarrollo personal y social durante esta etapa crucial de la vida. Beneficios de la Terapia Gestalt en Niños y Adolescentes La terapia Gestalt, con su enfoque experiencial e integrador, puede proporcionar una variedad de beneficios para niños y adolescentes. Este enfoque terapéutico, que prioriza el autoconocimiento, la responsabilidad y el crecimiento personal, tiene el potencial de impactar profundamente en el bienestar y el desarrollo de los jóvenes. Mejora de la Autoconciencia Uno de los objetivos principales de la terapia Gestalt es cultivar una mayor autoconciencia. Este proceso implica que los niños y adolescentes reconocen, entienden y aceptan sus emociones, pensamientos y comportamientos. Al estar más presentes y atentos a su experiencia interna, son capaces de identificar sus necesidades y deseos, así como los patrones de comportamiento que pueden ser inadaptativos o perjudiciales. El autoconocimiento generado en el marco de la terapia Gestalt puede ser liberador para los niños y adolescentes. Les permite comprender que tienen opciones y que pueden influir en su propio bienestar y en las situaciones que les rodean. Este reconocimiento es el primer paso hacia el cambio y el crecimiento, proporcionando a los jóvenes la base para tomar decisiones más conscientes y saludables. Desarrollo de Habilidades Sociales y Emocionales El desarrollo de habilidades sociales y emocionales es una parte fundamental del crecimiento y la madurez en niños y adolescentes. La terapia Gestalt puede ser instrumental en este proceso al ofrecer un espacio seguro y empático para la exploración y el aprendizaje. A través de la interacción con el terapeuta y la experimentación en sesiones de terapia, los niños y adolescentes pueden aprender y practicar habilidades importantes como la empatía, la comunicación efectiva, la resolución de conflictos y el manejo del estrés. Estas habilidades no sólo son útiles para afrontar desafíos emocionales y sociales, sino que también pueden fomentar una mayor autoestima y confianza en sí mismos. ´ Mejora de las Relaciones La terapia Gestalt puede contribuir a mejorar las relaciones interpersonales de los niños y adolescentes, tanto con sus pares como con los adultos. Al fomentar la autenticidad, la comprensión y el respeto mutuo, los jóvenes pueden aprender a expresar sus sentimientos y necesidades de una manera que sea respetuosa con los demás y con ellos mismos. Esto puede llevar a relaciones más sanas y satisfactorias, ya que los jóvenes aprenden a negociar sus necesidades, a establecer límites saludables y a resolver conflictos de

manera efectiva. Al hacerlo, pueden construir relaciones más fuertes y gratificantes que contribuyen a su bienestar emocional y social. En conclusión, la terapia Gestalt ofrece a los niños y adolescentes una valiosa oportunidad para desarrollar una mayor autoconciencia, habilidades socioemocionales y relaciones más saludables. Estos beneficios pueden ser fundamentales para su desarrollo general y bienestar, y pueden sentar las bases para un crecimiento y desarrollo personal continuo en la adultez. La psicología Gestalt es una corriente psicológica que se centra en el estudio de la percepción, la cognición y la experiencia personal, considerando al individuo como un todo integrado en su entorno. Surgió a principios del siglo XX y sus principales representantes fueron Max Wertheimer, Kurt Koffka y Wolfgang Köhler. Las características de este abordaje psicológico son: • Considera al individuo como un ser holístico, es decir, como un todo unificado y no como la suma de partes. • Se centra en el aquí y ahora, en la experiencia vivida en el momento presente. • Se enfoca en la percepción y en cómo el individuo organiza y da sentido a la información que recibe del mundo externo. • Pone énfasis en la importancia de la experiencia subjetiva y en la necesidad de integrar los aspectos emocionales, cognitivos y físicos de la persona. En cuanto al abordaje infanto juvenil a través de la psicología Gestalt, se destacan las siguientes características y técnicas: • Se considera al niño o adolescente como un ser en desarrollo, cuya interacción con el entorno es fundamental para su crecimiento y desarrollo personal. • Se utilizan técnicas como el juego, el dibujo, la expresión corporal y la creatividad para facilitar la comunicación y la exploración de los problemas y conflictos del paciente. • Se promueve el autoconocimiento y la autoexpresión, fomentando la autonomía y la responsabilidad del niño o adolescente en su proceso de cambio y crecimiento personal. • Se trabaja en la construcción de la identidad y en el fortalecimiento de la autoestima a través de la exploración de las emociones, pensamientos y comportamientos del paciente. En resumen, la psicología Gestalt enfocada en el abordaje infanto juvenil busca promover el desarrollo personal, el autoconocimiento y la autonomía del niño o adolescente, integrando sus aspectos emocionales, cognitivos y físicos en un proceso de crecimiento integral. La autonomía personal es un proceso, y ¡dura toda la vida! Conversamos con Rosana Moyano, psicóloga de AACIC CorAvant Recuerdas haber cortado una discusión diciendo: «¡Déjame, que ya soy mayor!». Has pensado en algún momento: «Ya soy lo suficientemente mayor para… Es como decirte que te sientes con capacidad de conducir tu vida, de afrontar las situaciones, de tomar decisiones y aceptar sus consecuencias. ¡Crecemos, hacemos nuestra vida, somos personas autónomas! ¿Lo somos? ¿A qué edad tomaste las riendas de tu vida? ¿Lo recuerdas? ¿Recuerdas el momento? Tal vez no se trata de un solo momento. Jóvenes, niños, niñas, familias y también personas adultas con cardiopatías congénitas -hombres y mujeres que trabajan, con pareja o sin ella, con

El mundo es una golosina… ¡El mundo atrae a los adolescentes y les interesa! Es la edad en que empezamos a ser nosotros mismos y, lógicamente, nos sentimos tentados por todo aquello que nos hace sentir adultos. El adolescente sabe que hay riesgos, incertidumbres, cosas nuevas, y se siente mayor, pero no totalmente autónomo. Jugamos a hacernos los mayores. Sabemos que si las cosas no van bien podemos volver atrás. Queremos que los padres nos dejen salir hasta la madrugada, pero al día siguiente les pedimos que nos acompañen a hacer la matrícula del instituto. Este mundo tan atractivo para los adolescentes crea mucha inquietud en los padres. Sí. También debemos madurar como padres a medida que los hijos crecen. Tenemos que aprender a hacer de padres de otra manera. Debemos dejar espacio para que los hijos exploren y debemos ponerles límites. No nos debe dar miedo decir claramente lo que está permitido y lo que no, pero hacerlo razonadamente, con información y no con miedos. ¡Las preguntas las hago yo! Pasa la adolescencia y alcanza la juventud. ¡Es la edad en que te das cuenta que te estás saliendo! Al igual que hicimos tú y yo en esta edad. Los jóvenes han escogido los amigos, ya han vivido experiencias solos, sin los padres. Han tomado decisiones sobre qué estudiar o de qué trabajar. Van construyendo su proyecto propio, su propia vida, crean su mundo. ¡Y es fantástico! ¿Qué les sucede en esta edad a los jóvenes con cardiopatía congénita? Es la edad que queremos ir solos al médico, que decimos, a los padres, que ya somos lo suficientemente mayores. Entendemos lo que nos pasa y nos vemos con capacidad. Ya no son los padres, sino nosotros mismos que preguntamos a los médicos, las enfermeras, los psicólogos. Queremos conocer, queremos saber. Queremos conocer y saber para… … tomar nuestras decisiones, sobre la salud, sobre la vida. El comentario general de los jóvenes que pasan por aquí es que se sienten más capaces de lo que piensan sus padres.

¿Y lo son tanto, de capaces? Seguro que lo son mucho más de lo que piensan los padres. Cada persona, sin embargo, es diferente. En esto de crecer hay muchas velocidades. Todo el mundo llega, pero unos lo harán a los dieciocho, y otros, más tarde. ¿Cómo afrontan los jóvenes esta etapa de… preautonomía? Los hay que llevan su cuerpo al límite sin pensar en las repercusiones: prueban drogas, hacen deportes de riesgo, salen de noche y no descansan lo suficiente o viajan a países con poca cobertura sanitaria. Queman cartuchos. Por otro lado, los hay que han crecido con miedo. La patología se ha convertido en el centro de su vida y no se ven capaces de crecer, de momento, de tomar responsabilidades y de decidir sobre su futuro. Tienen poca motivación para su día a día. Están como atrapados. Y entre los atrapados y los que queman los cartuchos, ¿quién queda? Hay jóvenes que conocen su cuerpo y toman las decisiones en consecuencia. Han incorporado la cardiopatía como una parte más de ellos mismos, como el hecho de ser rubios o rubias, o no serlo, y si tienen los ojos marrones o verdes… Tienen más capacidad de tirar adelante y maduran a un ritmo adecuado para su edad. Nos hemos hecho mayores Hemos hecho el retrato de la juventud. Nos toca ahora hacer el de las personas adultas. Como adultos, tenemos la vida organizada. Trabajamos, tenemos pareja o no tenemos, tal vez tenemos hijos… Vivimos plenamente como personas autónomas. Así, hemos logrado la autonomía. Es como si hubiésemos llegado al final del proceso. Por eso me ha sorprendido que dijeras que es un proceso que dura toda la vida. La responsabilidad no caduca. Conocemos casos de adultos con cardiopatías congénitas que no han tenido problemas. Han vivido sin pensarlo. No era un problema y saben pocas cosas sobre las repercusiones de la patología. Un día, inesperadamente, deben pasar por el quirófano por una cuestión del corazón y tienen que hacer cambios en su vida para seguir adelante.