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Evaluación de la Salud de los Bosques: Concepto, Atributos y Indicadores, Monografías, Ensayos de Ciencias Forestales

Este documento discute sobre la importancia creciente de monitorear el estado de salud de los bosques debido a los factores estresantes que afectan su condición. Se presentan conceptos y atributos de bosques saludables, así como diferentes niveles de indicadores ecológicos para evaluar su salud. Además, se discuten las dificultades de definir y medir la salud de los bosques.

Qué aprenderás

  • ¿Qué niveles de indicadores se utilizan para evaluar la salud de un bosque?
  • ¿Qué atributos caracterizan a un bosque saludable?
  • ¿Cómo se miden la vigor, organización y resiliencia de un bosque?

Tipo: Monografías, Ensayos

2019/2020

Subido el 13/08/2020

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La evolución de los ecosistemas ha sido acompañada, a través del tipo, por la
experimentación de perturbaciones en los mismos, ya sean sequias, incendios, ataques de
plagas, etc. Sin embargo, el desarrollo social actual que depende de los bienes y servicios
ofrecidos por los ecosistemas, se han sumado a las perturbaciones iniciales, factores
estresantes que afectan la condición del bosque, ya sea directamente como el
aprovechamiento maderable o indirectamente a través del cambio climático, la
contaminación del aire y las especies invasoras (Pautasso et al., 2015; Trumbore et al., 2015).
Por ende, el monitoreo del estado de salud de los bosques ha ganado una importancia cada
vez mayor, especialmente en los últimos años cuando la influencia de factores estresantes
climáticos y otros afectan negativamente las condiciones forestales en muchas regiones
(Barka et al., 2018). La idea de aplicar una evaluación de la salud del ecosistema surgió a
fines de la década de 1980 (Jørgensen et al., 2005), y esta define a un ecosistema saludable
como "estable y sostenible"; manteniendo su organización y autonomía en el tiempo y su
resistencia al estrés (Sampson et al., 1994; Rapport et al., 1998). Dicha salud se puede evaluar
utilizando medidas de resiliencia, vigor y organización, en donde cada una de ellas refiere a:
Vigor: se mide en términos de "actividad, metabolismo o productividad primaria".
Organización: puede evaluarse como la diversidad y el número de interacciones entre
los componentes del sistema.
Resiliencia: (capacidad de contraataque) se mide en términos de la capacidad de un
sistema para mantener la estructura y la función en presencia de estrés.
Y de acuerdo con Dahms y Brian (1997), los bosques saludables se distinguen por cuatro
atributos cualitativos:
1. El entorno físico, los recursos bióticos y las redes tróficas para apoyar los bosques
productivos durante al menos algunas etapas serales.
2. resistencia al cambio catastrófico y / o la capacidad de recuperarse del cambio
catastrófico a nivel del paisaje.
3. Un equilibrio funcional entre la oferta y la demanda de recursos esenciales (agua,
nutrientes, luz, espacio de crecimiento) para las principales porciones de la
vegetación.
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¡Descarga Evaluación de la Salud de los Bosques: Concepto, Atributos y Indicadores y más Monografías, Ensayos en PDF de Ciencias Forestales solo en Docsity!

La evolución de los ecosistemas ha sido acompañada, a través del tipo, por la experimentación de perturbaciones en los mismos, ya sean sequias, incendios, ataques de plagas, etc. Sin embargo, el desarrollo social actual que depende de los bienes y servicios ofrecidos por los ecosistemas, se han sumado a las perturbaciones iniciales, factores estresantes que afectan la condición del bosque, ya sea directamente como el aprovechamiento maderable o indirectamente a través del cambio climático, la contaminación del aire y las especies invasoras (Pautasso et al ., 2015; Trumbore et al ., 2015). Por ende, el monitoreo del estado de salud de los bosques ha ganado una importancia cada vez mayor, especialmente en los últimos años cuando la influencia de factores estresantes climáticos y otros afectan negativamente las condiciones forestales en muchas regiones (Barka et al ., 2018). La idea de aplicar una evaluación de la salud del ecosistema surgió a fines de la década de 1980 (Jørgensen et al ., 2005), y esta define a un ecosistema saludable como "estable y sostenible"; manteniendo su organización y autonomía en el tiempo y su resistencia al estrés (Sampson et al ., 1994; Rapport et al ., 1998). Dicha salud se puede evaluar utilizando medidas de resiliencia, vigor y organización, en donde cada una de ellas refiere a:

  • Vigor: se mide en términos de "actividad, metabolismo o productividad primaria".
  • Organización: puede evaluarse como la diversidad y el número de interacciones entre los componentes del sistema.
  • Resiliencia: (capacidad de contraataque) se mide en términos de la capacidad de un sistema para mantener la estructura y la función en presencia de estrés. Y de acuerdo con Dahms y Brian (1997), los bosques saludables se distinguen por cuatro atributos cualitativos:
  1. El entorno físico, los recursos bióticos y las redes tróficas para apoyar los bosques productivos durante al menos algunas etapas serales.
  2. resistencia al cambio catastrófico y / o la capacidad de recuperarse del cambio catastrófico a nivel del paisaje.
  3. Un equilibrio funcional entre la oferta y la demanda de recursos esenciales (agua, nutrientes, luz, espacio de crecimiento) para las principales porciones de la vegetación.
  1. una diversidad de etapas serales y estructuras de soporte que proporcionan hábitat para muchas especies nativas y todos los procesos esenciales del ecosistema. Sin embargo, la salud como concepto aplicado a los bosques comparte problemas comunes con su aplicación a las poblaciones humanas, ya que el uso de estas palabras como descriptores de ecosistemas implica que los administradores pueden identificar el estado óptimo para el ecosistema y la preservación de este estado es científicamente justificable. Además, los términos salud e integridad aplicados a los ecosistemas no están respaldados ni por evidencia empírica ni por teoría ecológica (Wickium y Davies, 1995; Trumbore et al ., 2015 ). Las primeras definiciones describían bosques saludables como aquellos con árboles que crecen a su capacidad óptima, libres de graves efectos de insectos, enfermedades o incendios forestales, pero estas definiciones perdían sentido al integrar ecosistemas que dependen de perturbaciones periódicas para su viabilidad continua (Rapport, 1989). En consecuencia, a través del tiempo, el enfoque de la salud forestal se ha desplazado hacia la evaluación de las condiciones forestales en relación con el apoyo a las necesidades humanas, es decir, la capacidad de los bosques para proporcionar servicios ecosistémicos de manera sostenible (Constance y Stephenson, 2015). Por lo tanto, actualmente la salud del bosque puede como aquel que abarca un mosaico de parches sucesivos que representan todas las etapas del rango natural de perturbación y recuperación. Dichos bosques promueven una diversidad de dinámicas de nutrientes, tipos de cobertura y estructuras de soporte, y crean una gama de nichos de hábitat para la fauna endémica. Entonces, la salud de la naturaleza también podría juzgarse por su capacidad de recuperarse después de una perturbación, ya sea inducida experimentalmente o de fuentes naturales (Rapport, 1989; Trumbore et al ., 2015).

i. Observaciones de las condiciones forestales naturales, especialmente mejoras en la detección de mortalidad de árboles y bosques. ii. Manipulaciones in situ de las causas hipotéticas de la disminución de los ecosistemas vulnerables para verificar su atribución y determinar los parámetros de las relaciones mecanicistas iii. Investigación enfocada en los procesos subyacentes bajo condiciones ambientales controladas en instalaciones de laboratorio e invernaderos iv. Integración de la comprensión con modelos que pueden abarcar escalas espaciales y temporales. Lo anterior, generará una comprensión de los procesos involucrados y proporcionará los mecanismos científicos necesarios para modelar la condición futura del bosque en un entorno que cambia rápidamente (Trumbore et al ., 2015). Adicionalmente, es necesario recalcar que la elección de los indicadores que se utilizarán depende en gran medida de las tareas del programa y representa una decisión crítica a tomar. Indicador es un término que puede incluir organismos, población, comunidades y componentes del ecosistema, procesos y características relacionadas con los puntos finales de evaluación. Aunque se pueden utilizar procesos analíticos para la selección de los indicadores más adecuados, el rendimiento y la bondad de los indicadores están sujetos a cambios, por ejemplo, si las necesidades de monitoreo cambian con el tiempo, o para acomodar nuevas perspectivas, enfoques y técnicas (Ferretti, 1997). En resumen, las evaluaciones de salud del ecosistema requieren del análisis de los vínculos entre las presiones humanas sobre los ecosistemas y los paisajes, la estructura y función alteradas del ecosistema, la alteración de los servicios del ecosistema y la respuesta social a tales condiciones (Rapport et al ., 1998).

Referencias Constance, I.M. and N.L. Stephenson. 2015. Temperate forest health in an era of emerging megadisturbance. Science 349 (6250): 823-826. Dahms, C.W. y G. Brian W. 1997. An assessment of forest ecosystem health in the Southwest. Department of Agriculture Forest Service, United States. pp: 1-5. Ferretti, M. 1997. Forest health assessment and monitoring-issues for consideration. Environmental Monitoring and Assessment 48 (1): 45-72. Jørgensen, S.E., F.-L. Xu, F. Salas y J.C. Marques. 2005. Application of Indicators for the Assessment of Ecosystem Health. In : Jørgensen, S.E., R. Costanza, F.-L. Xu (eds.). Ecological indicators for assessment of ecosystem health. Taylor & Francais Group, United States. pp: 5-10. Pautasso, M., M. Schledel y O. Holdenrieder. 2015. Forest health in a changing world. Microbial Ecology 69 (4): 826-842. Rapport, D.J. 1989. What constitutes ecosystem health. Perspectives in biology and medicine. 33 (1): 120-132. Rapport, D.J., R. Constanza y A.J. McMichael. 1998. Assessing ecosystem health. TREE 13 (10): 397-402. Sampson, R.N., D.L. Adams, S. Hamilton, S.P. Mealey, R. Steele y D. Van De Graaff. 1994. Assessing Forest Ecosystem Health in the Inland West. Journal of Sustainable Forestry. 2 (1-2): 3-10. Trumbore, S., P. Brando y H. Hartmann. 2015. Forest health and global change. Science 349 (6250): 814-818. Wickium, D. y R.W. Davies. 1995. Ecosystem health and integrity? Canadian Journal of Botany 73 (7): 997-1000.