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resumen del sistema nervioso, estructura ósea, nervios, anatomía y función
Tipo: Resúmenes
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Trabajo Final: Columna Vertebral y Médula Espinal Alumno: Marco Vinicio Moreno Grande Matrícula: 22|10010-P Licenciatura En Psicología Primer Cuatrimestre Universidad Azteca Plantel Chalco Anatomía y Fisiología del Sistema Nervioso Profesor: Lic. Octavio Daniel Arrazola Gaytán
Generalidades Anatómicas La columna vertebral forma el esqueleto axial. Entre sus funciones están: Proteger la médula espinal y las raíces nerviosas que emergen de ella. Sostener el peso del cuerpo. Proporcionar un eje parcialmente rígido y flexible para el cuerpo y un pivote para la cabeza. Cumple un papel primordial en la locomoción. La columna vertebral está compuesta por treinta y tres vértebras: siete cervicales, doce torácicas, cinco lumbares, cinco sacras y cuatro coccígeas. La altura de la columna vertebral está conformada en un 75 % por las vértebras y en un 25 % por los discos intervertebrales, las personas de edad avanzadas pierden altura por la degeneración de estos discos (discartrosis). En cuanto a las curvaturas de la columna, las que tienen convexidad hacia adelante son llamadas lordosis y las que tienen convexidad posterior se les llama cifosis. Durante el período prenatal toda la columna vertebral está arqueada en cifosis, por la posición fetal dentro de la cavidad uterina. Cuando el niño nace y se desarrolla la columna cervical adquiere su lordosis definitiva cuando éste es capaz de erguir su cabeza y la columna lumbar hace lo propio cuando el niño es capaz de caminar; cuando esta curvatura se incrementa causa una hiperlordosis; cuando se rectifica o disminuye se creará una hipolordosis. De manera que la columna torácica y sacra preservan la cifosis original, por lo que son llamadas curvaturas primarias; mientras que la curvatura cervical y lumbar son curvaturas secundarias. Estas diferencias anatómicas obedecen a que las vértebras sucesivas soportan un peso corporal cada vez mayor según desciende la columna, hasta que dicho peso se transmite a la cintura pélvica, para posteriormente ser transmitida a las extremidades inferiores. La columna vertebral del adulto está conformada por cuatro curvaturas: torácica y sacra son convexas; cervical y lumbar son cóncavas en su vista posterior, siendo estas geometrías evidentes al verse en forma lateral. Las curvaturas otorgan un soporte flexible con la elasticidad suficiente para absorber los choques al cuerpo. Cualquier tipo de curvatura lateral es patológica y es llamada escoliosis. Está acompañada, en ocasiones, de rotación de las vértebras, donde las apófisis
espinosas giran hacia la concavidad de la curvatura anormal. Entre sus causas más frecuentes están la escoliosis miopática (por desequilibrio de fuerzas musculares), la escoliosis compensatoria, y las hemivértebras congénitas. En sujetos de edad avanzada puede acentuarse la cifosis torácica (hipercifosis), con una mayor incidencia en mujeres, de igual forma una rectificación o disminución de esta curvatura causará una hipocifosis. La columna vertebral protege la médula espinal y los nervios espinales, soporta el peso del cuerpo por arriba de la cintura, soporta a la cabeza, y funciona como un eje en parte rígido y en parte flexible para él cuerpo, esto lo logra gracias a que está formada por diferentes elementos en forma de módulos que le confieren estas propiedades. Desempeña una importante misión en la postura y en la locomoción. La flexibilidad de la columna vertebral está dada por la unión de las vértebras con los discos intervertebrales, los cuales tienen una estructura elástica. También se unen a través de articulaciones sinoviales que facilitan y controlan la flexibilidad. En conjunto las vértebras con los discos intervertebrales forman una columna extraordinariamente flexible, y los músculos acompañados de los ligamentos le confieren estabilidad. Estructura y función de las vértebras Las vértebras varían en tamaño y forma de una región a otra de la columna vertebral y en menor grado dentro de cada región. Sin embargo, para efectos didácticos es posible esquematizar una vértebra típica, conformada por el cuerpo vertebral, el arco vertebral y siete apófisis El arco vertebral está conformado por un pedículo y una lámina de cada lado y rodea al foramen vertebral. Los pedículos tienen una escotadura vertebral superior y otra inferior, que, conjugadas con las vértebras superior e inferior correspondientes (complejo vertebral), forman los forámenes intervertebrales o agujeros de conjunción. Las siete apófisis se distribuyen en dos transversales y una espinosa, donde están las inserciones musculares paravertebrales de los planos profundos y cuatro articulares (carillas), que están cubiertas de cartílago y sirven para restringir y permitir los arcos de movilidad de acuerdo a su orientación espacial en cada región.
Estas vértebras se encuentran en la parte baja del dorso, entre el tórax y el sacro. Las vértebras lumbares se distinguen por sus cuerpos macizos, sus láminas robustas y la ausencia de fosas costales. Las vértebras lumbares disponen de cuerpos muy sólidos debido a que el peso que soportan aumenta según se avanza hasta el extremo inferior de la columna. Los cuerpos de las vértebras lumbares vistos desde la cara superior, tienen forma ovalada y sus orificios vertebrales varían desde ovalados (Lumbar L1), hasta triangulares (L5). La vértebra L5 es la mayor de todas las vértebras móviles y soporta el peso de la mitad superior del cuerpo. La L5 se caracteriza como las otras vértebras lumbares por un cuerpo macizo, y además cuenta con una apófisis transversal robusta. Su cuerpo es mucho más profundo en la parte anterior, por eso tiene la mayor responsabilidad en lo que respecta al ángulo lumbosacro, que es el creado entre el eje longitudinal de la región lumbar de la columna y el sacro. El peso corporal se transmite a la base del sacro, formada por la cara superior de la vértebra S1 (Primera vértebra sacra). Las apófisis espinosas de las vértebras lumbares tienen una forma de hacha y apuntan en la dirección posterior. Las apófisis articulares de las vértebras lumbares facilitan la flexión y la inclinación lateral de la columna vertebral, pero impiden el movimiento de rotación. Vértebras sacrales Las vértebras sacras se fusionan en un hueso, el sacro. Es un hueso triangular formado por la unión de las cinco vértebras sacras, S1-S5. Se ubica en la porción posterior de la cavidad pélvica internamente de los dos huesos de la cadera. En las mujeres es más corto, ancho y curvo entre S2 y S3 que en varones. La cara anterior cóncava del sacro esta hacia la cavidad pélvica, es lisa y contiene cuatro líneas transversales que marcan la unión de los cuerpos vertebrales sacros. En los extremos de estas líneas, están cuatro pares de agujeros sacros anteriores. La porción lateral de la cara superior contiene una superficie lisa, llamada ala del sacro, que se forma con las apófisis transversas fusionadas de la primera vértebra sacra. La cara posterior convexa del sacro incluye la cresta sacra media, que consiste en las apófisis espinosas fusionadas de las vértebras sacras superiores;
la cresta sacra lateral que se forma con las apófisis transversas fusionadas de las vértebras sacras y cuatro pares de agujeros sacros posteriores. Estos últimos se comunican con los agujeros sacros anteriores, que atraviesan nervios y vasos sanguíneos. El conducto sacro es la continuación del conducto vertebral. Las láminas de la quinta vértebra sacra, y a veces de la cuarta no se unen, lo cual deja una entrada inferior al conducto vertebral llamado hiato del sacro. A ambos lados del hiato están las astas del sacro, que son las apófisis articulares inferiores de la quinta vértebra sacra, unidas al cóccix por ligamentos. La porción inferior angosta del sacro, se conoce como vértice y su parte superior ancha, como base. El borde de la base que se proyecta en sentido anterior es el promontorio del sacro. En ambas caras laterales el sacro poseen una carilla articular, que se articula con el ilion del hueso coxal en la articulación sacroiliaca. Posterior a dicha carilla, se encuentra una superficie rugosa, la tuberosidad sacra, que posee depresión para la inserción de ligamentos. Se trata de otra estructura unida al hueso coxal para formar articulaciones sacroiliacas. Las apófisis articulares superiores del sacro se articulan con la quinta vértebra lumbar, y la base del sacro en el cuerpo de dicha vértebra para integrar la articulación lumbosacra. Vértebras coxígeas El cóccix también tiene forma triangular, y resulta de la fusión de las vértebras coccígeas, generalmente cuatro. Estas vértebras se fusionan entre los 20 y 30 años de edad. La cara dorsal del cuerpo del cóccix, tiene dos astas coccígeas, unidas por ligamentos a las del sacro. Las astas coccígeas son las apófisis articulares superiores y lo pedículos de la primera vértebra coccígea. En las caras laterales del cóccix, se observa un conjunto de apófisis transversas, de las cuales el primer par es el más grande. En mujeres este hueso apunta en sentido inferior y en varones en dirección anterior. La pelvis Esta también desempeña un papel importante en la actividad muscular y en las cargas resultantes sobre la columna en la bipedestación. El ángulo de inclinación es aproximadamente 30° respecto al plano transverso durante la
más serio que podría originar este fenómeno es la compresión de las raíces nerviosas por disminución del agujero intervertebral (de conjunción). Otra patología muy frecuente de la columna es la hernia del disco, la cual se produce ente la debilidad del ligamento longitudinal posterior y el desgaste del disco. El desplazamiento del núcleo pulposo del disco, que es la estructura que se protruye, es generalmente posterolateral y puede producir dolor por dos mecanismos: la compresión mecánica directa y la irritación química. Las hernias de disco se presentan en la región cervical y en la región lumbar. Las articulaciones uncovertebrales o de Luschka, se forman entre las apófisis uncinadas de C3 a C y la superficie biselada de la vértebra superior. Tienen trascendencia clínica pues son sitios frecuentes de formación de osteofitos (calcificaciones ligamentarias) que pueden producir dolor en cualquier zona de la columna vertebral. Además, con el desgaste de los discos cervicales las apófisis unciformes invaden los forámenes intervertebrales produciendo compresión radicular similar en la zona lumbar por discartrosis. Entre los ligamentos más importantes que unen una vértebra con otra se destacan los amarillos, que unen verticalmente dos láminas, cuya función es detener la flexión brusca de la columna e impedir la lesión de los discos. Los interespinosos y supraespinosos unen las apófisis espinosas, obviamente. Un caso especial de este ligamento ocurre en la región cervical, donde se encuentra el ligamento nucal, que es muy fuerte y cumple la función de dar estabilidad e incluso sustituir el hueso en vértebras como C3 a c5 que tienen apófisis espinosas cortas. Por último, están los ligamentos intertranversos, que unen las apófisis del mismo nombre y son más gruesos en la columna torácica. Los principales ligamentos externos de la columna La apófisis odontoides Esta apófisis se mueve en su cavidad, permitiendo el movimiento del “no” y está sostenida por el ligamento transverso del atlas, parte del cruciforme junto a los fascículos longitudinales superior e inferior. Si este ligamento transverso se rompe ocurre subluxación o luxación de la articulación atlanto-axial la cual puede
causar con cuadriplejía o muerte. Los ligamentos alares, se extienden de la apófisis odontoides al hueso occipital y limitan la rotación de la cabeza. Si hay ruptura de estos aumenta el rango de movimientos de flexión y rotación de la cabeza aproximadamente en un 30 %. La membrana tectoria es una sección particularmente fuerte y gruesa del ligamento longitudinal posterior que cubre los alares y el cruciforme. La médula espinal Es la estructura alargada través de la cual el encéfalo se comunica con las diferentes partes del organismo. Se localiza dentro del canal vertebral y se extiende desde el foramen magno hasta la unión entre las vértebras L1 y L2 (en adultos) - Forma parte del sistema nervioso segmentario, filogenéticamente es la estructura más antigua del SNC y desde el punto de vista morfofuncional es la más simple. la Médula Espinal no es sólo un lugar de paso para las estructuras del SNC hacia la periferia, sino que ella también es capaz de organizar respuestas por sí sola; por ejemplo, reflejos simples. Los reflejos permiten evaluar clínicamente diferentes segmentos medulares. Una lesión de la médula espinal puede originar la pérdida de la sensibilidad general y parálisis de los movimientos voluntarios en las partes del cuerpo inervados por los nervios espinales que se originan de los segmentos bajo la lesión. Reflejos medulares El reflejo es la unidad morfofuncional del sistema nervioso; se define como una respuesta motriz de tipo involuntaria que ocurre inmediatamente después de aplicar un estímulo en particular, y que puede ser o no consciente. Si la respuesta no es inmediata no puede ser considerada un reflejo. Otra característica de la respuesta refleja es que parece presentarse y ejecutarse con un fin determinado, y la respuesta se coordina y adapta en vista de tal fin. Estos reflejos (propioceptivos) permiten evaluar diferentes segmentos medulares. La base anatómica del reflejo es el arco reflejo, cuyos componentes básicos son: órgano receptor, neurona aferente, neurona eferente, órgano efector. Existen arcos reflejos que involucran solo una sinapsis, se denominan arcos reflejos monosinápticos; por ello, el tiempo
urinaria, fecal y ausencia de reflejos (arreflexia). Esta etapa transitoria de shock espinal evoluciona hacia una rigidez de decerebración, caracterizada por la aparición de los reflejos segmentarios y aumento del tono muscular, debido a una hiperactividad de las neuronas eferentes gamma sobre los husos musculares, descontroladas porque no tienen control de los centros superiores (automatismo medular). Se admite corrientemente que la acción de la corteza motora y la vía piramidal inhiben el tono muscular; es por ello que, en la rigidez de decerebración, por lesión de la vía corticoespinal, se observa una marcada hipertonía. Algunos investigadores afirman que en realidad la corteza motora es una gran potencializadora del tono muscular y que el área premotora (porción anterior al giro precentral) es la que genera los impulsos inhibitorios que descienden a través de la vía piramidal. La lesión de las vías piramidales y la corteza motora no produce hipertonía si no se lesiona al mismo tiempo el área premotora o las vías extrapiramidales. De este modo, se ha llegado a la conclusión de que la hipertonía es en realidad extrapiramidal y no piramidal. Un corte incompleto de la médula espinal que involucre todos los tractos excepto el vestibuloespinal, produce un dominio marcado del incremento del tono en los músculos extensores más que en los flexores (paraplejía en extensión). La sección de todos los tractos produce una flexión como respuesta a reflejos y una disminución del tono de los músculos extensores (paraplejía en flexión). Lesiones medulares motoneurona inferior Las motoneuronas inferiores son las que se encuentran en los núcleos motores de los nervios craneanos y las neuronas del cuerno ventral de la médula. La unidad motora incluye la motoneurona, su axón, el músculo inervado, la fibra sensitiva desde los receptores de estiramiento del músculo y los tendones, y el proceso central sensitivo que hace feed back sobre la motoneurona. La integridad de cada uno de estos componentes de la unidad motora es necesaria para mantener el arco reflejo. La motoneurona inferior es la vía final por la cual ocurre la actividad motora refleja. Si esta motoneurona es dañada se pierde el reflejo. La lesión de motoneurona inferior (parálisis nuclear e infranuclear); las lesiones
detectables de la motoneurona inferior están limitadas a las localizaciones donde los reflejos pueden ser testeados; es decir, los nervios craneanos y los plexos pectoral y pelviano. Una lesión que altere la función de una motoneurona inferior sólo será detectable si dicha motoneurona inerva un reflejo posible de ser testeado; la lesión afecta la vía motora periférica (núcleos de nervios craneanos, cuernos medulares anteriores, raíces nerviosas motoras, nervio periférico, placa neuromuscular, fibra muscular). Se manifiesta por compromiso de grupos musculares aislados, hipotonía, hiporreflexia tendino-muscular, respuesta plantar flexora. El trofismo muscular se compromete rápidamente, se presenta fasciculación muscular y se encuentran reacciones eléctricas musculares anormales (denervación). Se puede deber a traumatismos sobre la médula espinal o los troncos nerviosos, polineurorradiculopatías, procesos infecciosos (poliomielitis), anomalías de la unión craneocervical, lesiones compresivas (tumores, siringomielia) y procesos degenerativos (esclerosis lateral amiotrófica, esclerosis múltiple). Motoneurona superior Las motoneuronas superiores son vías motoras que transmiten información desde otras partes del sistema nervioso central hacia la motoneurona inferior. Las motoneuronas superiores regulan la actividad de las motoneuronas inferiores, integrando la información para que las motoneuronas inferiores actúen de una u otra manera. Mientras que ciertas motoneuronas superiores facilitan la actividad de las motoneuronas inferiores, la mayor parte de las superiores son inhibitorias de las inferiores. Así, las lesiones de las motoneuronas superiores generalmente desinhiben a las motoneuronas inferiores, con el consiguiente aumento en la actividad refleja. Las motoneuronas superiores reciben información de numerosas fuentes incluyendo las vías sensitivas ascendentes. Estos insumos de información proveen de feed back a las motoneuronas superiores que alteran en consecuencia su regulación sobre las motoneuronas inferiores. Desde un punto de vista práctico, las motoneuronas superiores representan el control cortical y cerebelar de la conducta motora por medio de la modulación de las vías motoras dentro del
intervertebrales, rodeando a los nervios espinales, continuándose a su vez con el epineuro; está separada de las paredes del canal vertebral por el espacio epidural. Espacio epidural (también llamado espacio extradural o peridural), este espacio es ocupado por tejido conjuntivo laxo, grasa peridural y por el plexo venoso vertebral interno; existe sólo en el canal vertebral, en el cráneo no; protege a la médula de posibles daños producto de los movimientos de la columna; este plexo tiene comunicación directa con los senos durales del cráneo, por lo tanto puede ser una vía de diseminación de infecciones, émbolos o células cancerosas desde la pelvis hacia el cerebro. El espacio peridural es de enorme importancia en clínica, ya que bajo L2 se pueden depositar anestésicos locales (anestesia epidural) que permiten intervenciones quirúrgicas, en general, bajo el ombligo; es muy usada la anestesia regional sobre todo en el ámbito obstétrico; también se puede extraer líquido cerebroespinal con fines analíticos o para medir presión. Aracnoides, es una membrana delgada e impermeable que recubre totalmente la médula espinal; se ubica entre la piamadre, más profunda, y la duramadre, más superficial; envía prolongaciones en forma de tela de araña hacia la siguiente capa (piamadre), constituyendo el espacio subaracnoideo, por el cual circula el líquido cerebroespinal o encefaloraquideo, que rodea a la médula en toda su extensión, y tiene comunicación con el encéfalo; se encuentra separada de la duramadre sólo por un líquido que permite su desplazamiento; el espacio entre ellas es llamado subdural el cual es virtual, sólo presenta una pequeña cantidad de líquido encefaloraquideo, que permite el deslizamiento entre la duramadre y la aracnoides; el espacio subaracnoideo es real, rodea todo el encéfalo y prosigue inferiormente, a través del foramen magnum hasta el borde inferior de S2, en donde la duramadre y la aracnoides se fusionan con el filum terminale, no dejando espacio alguno, su importancia radica en que contiene el líquido cerebroespinal. El espacio subaracnoideo es atravesado por finas trabéculas aracnoideas que se unen a la piamadre. La piamadre es una capa única y delgada, de carácter vascular, que se adosa íntimamente a la médula espinal (se introduce en todas las fisuras y surcos); Se puede dividir en dos capas; la más externa o epipía, que está en contacto con el líquido cerebroespinal, siendo la más importante, por circular en
ella los vasos sobre la médula espinal; y la más interna que está adosada a la médula; la piamadre envía prolongaciones hacia la duramadre en forma de dientes de sierra llamadas ligamentos dentados estos se ubican desde el foramen magno a L1 por las caras laterales de la médula, a igual distancia entre las raíces posteriores y anteriores de los nervios espinales, éstas 21 extensiones membranosas puntiformes de la piamadre, van a insertarse firmemente a la cara interna de la duramadre y aracnoides, son utilizados como puntos de referencia para procedimientos quirúrgicos; facilitan la suspensión de la médula espinal justo en medio del saco dural; en tal función también participan la continuidad con el tronco encefálico, la presión ejercida por el líquido cefaloraquideo y el filum terminale. Estructura externa medular En el límite superior se continúa con el encéfalo, a través del bulbo y a nivel del foramen magno, y en el límite inferior termina en forma del cono medular cuyo vértice en el adulto se ubica a nivel de la primera o segunda vértebra lumbar. De ella se originan 31 pares de nervios espinales, los cuales salen por el respectivo agujero intervertebral. Si bien las raíces de los nervios espinales cervicales corren horizontalmente, las raíces de los nervios espinales hacen su recorrido cada vez más oblicuo y vertical mientras más bajo es el segmento medular, como consecuencia del crecimiento diferencial vertebro-medular (falso ascenso de la médula). Esta organización corresponde a vestigios de la segmentación o metamería del organismo. Su aspecto externo es blanquecino, debido a que superficialmente está compuesta de fibras nerviosas mielinizadas. La longitud de la columna vertebral es de aprox. 73 cm., mientras que la médula mide 45cm. en el hombre, y 41-42 cm. en la mujer. La médula está muy fija en su lugar por su continuación con el tronco encefálico, el filum terminal, por las salientes de los nervios espinales que salen por los forámenes Intervertebrales y sobre todo por la conexión y envoltura de las meninges, entre las cuales se ubican los ligamentos dentados. Tiene forma cilíndrica, ligeramente aplanada en sentido anteroposterior. Su espesor no es uniforme, el promedio es de 0.8 a 1.0 cm. y presenta 2
propósitos descriptivos, se ha dividido cada mitad de la médula espinal en tres cordones, columnas o funículos de sustancia blanca, tomando como límites los diferentes surcos y fisuras: Cordón anterior: Se ubica entre la fisura mediana ventral y el surco ventrolateral. Cordón lateral: Se ubica entre los surcos ventrolateral y dorsolateral. Cordón posterior: Se ubica entre el surco dorsolateral y el surco mediano dorsal. En la región cervical está subdividido por el surco intermedio dorsal en 2 fascículos, uno más cercano a la línea media (grácil o delgado) y otro más lateral (cuneiforme, por su forma de cuña) Al observar la sustancia gris, podemos observar que no es igual a lo largo de la médula. La cantidad de sustancia gris presente en los diferentes niveles medulares depende de la cantidad de músculos inervados por ese nivel. Por tal motivo, en los segmentos torácicos los cuernos ventrales son delgadas y pequeñas, mientras que en los segmentos cervicales inferiores y lumbosacros los cuernos ventrales son gruesos ya que contienen las neuronas motoras asociadas a los plexos braquial y lumbosacro. En los vértices de los cuernos posteriores de estos últimos segmentos es posible observar un área de sustancia gris de apariencia transparente denominada sustancia gelatinosa, que también está presente en segmentos torácicos, pero menos aparente debido a su escasez. Estructura interna medular En un corte transversal se puede observar que la médula espinal consta de una región central, denominada sustancia gris, y una región periférica de aspecto blanquecino denominada sustancia blanca. La sustancia gris tiene la forma de una “H”, en su parte media está el canal central de la médula, el que fuera el tubo neural; por lo tanto, la sustancia gris que está paralela al canal central, se denomina sustancia gris intermedia, la más cercana es la sustancia gris intermedia central, y el resto es sustancia gris intermedia lateral. La sustancia gris posee 2 cuernos: los que se clasifican en ventral y dorsal. Cada cuerno anterior, topográficamente, tiene lo que se llama una cabeza y una base; y cada cuerno posterior tiene una base, un cuello y una cabeza. Esto es muy importante para relacionarlo posteriormente con aspectos funcionales. La disposición
tridimensional de los cuernos anteriores y posteriores conforma verdaderas columnas que recorren la médula espinal, constituyendo las columnas grises anterior y posterior. Los cuernos posteriores, funcionalmente son sensitivos, están formada por neuronas sensitivas que reciben los impulsos que llegan por las raíces posteriores. Los cuernos anteriores, funcionalmente son sómatomotores, están constituidas por neuronas motoras cuyos axones salen por las raíces anteriores. Las columnas grises anterior y posterior de cada lado se encuentran unidas por una banda transversal de sustancia gris: la comisura gris. Justo en medio de la comisura gris se encuentra un pequeño conducto, lleno de LCE, que recorre completamente a la médula espinal: llamado canal central de la médula espinal. Este conducto suele ser apenas visible o permanecer ocluido con el epitelio cilíndrico ciliado que lo recubre (epéndimo). Rostralmente, se continúa con el canal central de la mitad caudal del bulbo raquídeo para luego abrirse paso a la cavidad del cuarto ventrículo. En el extremo inferior de la médula espinal puede formar una dilatación, la que se prolonga hacia el filum terminal (ventrículo terminal). El canal central sirve de referencia para dividir la comisura gris en dos mitades en sentido anteroposterior: la comisura gris anterior y la comisura gris posterior. Entre la comisura gris anterior y la fisura mediana anterior existe una banda transversal de sustancia blanca, que comunica ambos cordones anteriores: la comisura blanca anterior. Estructura de la sustancia gris (núcleos) La sustancia gris de la médula espinal está formada por un conjunto de somas neuronales multipolares, neuroglias y vasos sanguíneos. Las neuroglias se encargan de formar una intrincada red que nutre y soporta a las células nerviosas. Existe un número considerable de agrupaciones celulares muy bien definidas: núcleos de los cuernos ventrales: sus neuronas tienen funciones motoras y sus axones forman parte de las raíces anteriores de la médula espinal. La mayoría de las neuronas de las columnas grises anteriores son multipolares, con grandes prolongaciones y abundantes cuerpos de Nissl. Alfa motoneuronas: sus axones eferentes alfa controlan las fibras musculares extrafusales, que tienen que ver con