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Concepción arenal nos muestra en su lectura que el conocimiento del Código penal, tendría que ser parte de la educación. El sacerdote y el maestro, al mismo tiempo que el precepto divino, debían de enseñar la ley humana, su necesidad, su moralidad y los males a que se exponen los que incumplen, mostrándoles el poder de la ley a la par que su necesidad y su justicia, y las tristes consecuencias de no respetarla. Desde la infancia es fácil imprimirles los grandes principios morales, el respeto a l
Tipo: Resúmenes
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Concepción arenal Cartas a los delincuentes Dedicatoria
otorga un nombramiento en provincia como ¨Visitadora de prisiones de mujeres¨. Prologo Concepción arenal nos muestra en su lectura que el conocimiento del Código penal, tendría que ser parte de la educación. El sacerdote y el maestro, al mismo tiempo que el precepto divino, debían de enseñar la ley humana, su necesidad, su moralidad y los males a que se exponen los que incumplen, mostrándoles el poder de la ley a la par que su necesidad y su justicia, y las tristes consecuencias de no respetarla. Desde la infancia es fácil imprimirles los grandes principios morales, el respeto a la ley, el saludable temor a las penas con que amenaza. La autora nos da una opinión sobre los criminales que son personas y no son cosas. Que los criminales comprenden al que les explica. El criminal, salvo algunos casos raros, no está fuera de la humanidad creemos, por lo tanto, que se le puede hablar como a un hombre. Creemos que hay algunos criminales que pueden corregirse, y muchos que pueden modificarse, llegando, si no a ser buenos, a no hacer mal. Creemos que los criminales, en general, sufren la pena impuesta por una ley, cuya letra, cuyo espíritu y cuya moralidad desconocen. Carta primera. No suele pensar el preso que le compadece el que le visita. -Dificultad, pero no imposibilidad, de hacerle creer que hay quien se mueve por amor suyo. -Hay perversos, pero no lo son todos.-También en la prisión se comprende el deber y la justicia. -Parece que el penado quiere parecer peor de lo que es.-Asunto de la obra.
Es una obra de envergadura, donde artículo por artículo se analiza el Código Penal para hacer comprender a los delincuentes la razón de la pena, ello de forma coloquial, explicándoles cuáles son sus derechos y la forma de defenderlos, al mismo tiempo que les da consejos y se muestra tierna con ello, o rigurosa, según los casos. En Cartas a los delincuentes Concepción Arenal no exime nunca de responsabilidad al que comete delito. «Todos tenemos la predisposición a buscar en los escritos más bien lo que nos halaga que lo que nos instruye; todos nos inclinamos a mirar en nuestros males más bien la obra de los demás que la nuestra propia: todos prestamos fácilmente oído a quien acusa al que nos ha condenado. Esta natural propensión del hombre es más fuerte en el prisionero, que en su tristeza y tal vez en su desesperación, quiere un consuelo y una esperanza ..., tiene por artículos de fe los errores que favorecen sus inclinaciones y halla en las faltas de la sociedad, verdaderas o supuestas, una razón para sus crímenes», advertía «¡Desgraciada la sociedad donde las penas impuestas al violador parezcan graves, donde sea necesaria imponerlas con frecuencia, o donde siendo merecidas no se impongan!. ¡Miserable, cruel, infame mil veces el hombre que en ellas incurre!. Hay delitos sobre los que no se puede discurrir; se sienten y basta. Yo entrego a vuestro sentimiento el crimen de la violación, juzgadle los que tenéis hermanas, esposas, hijas , los que tenéis conciencia. ¿Qué digo conciencia?, los que tenéis entrañas»