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EL BAUTISMO
I. Las figuras del bautismo II. Las profecías del bautismo III. El bautismo de Juan Bautista IV. Juan anuncia el bautismo «en el Espíritu y fuego» V. El bautismo de Jesús en el Jordán VI. El mandato de Jesús a bautizar VII.El bautismo en el nombre de Cristo VIII.Los efectos del bautismo IX. Necesidad del bautismo X. Ministro del bautismo XI. Bautismo de niños XII.Niños muertos sin bautismo XIII.El catecumenado XIV.Materia y forma del bautismo XV.Padrinos del bautismo Esquema
- Las prefiguraciones del bautismo en el AT se nutren de dos fuentes: a) El ciclo del Génesis , que es más teológico:
- La creación: el bautismo es una nueva creación.
- El diluvio: en el bautismo se destruye al hombre viejo en las aguas.
- La circuncisión b) C iclo del Éxodo , que es más simbólico:
- La liberación de Egipto: el bautismo es la verdadera liberación del pecado.
- El paso por el mar rojo: Por las aguas pasa la liberación verdadera.
- La nube: símbolo del bautismo que ilumina las almas de los creyentes y amortigua las llamas de la concupiscencia
- La roca de donde manó agua: la roca es Cristo de donde mana el agua que salva.
- La Circuncisión
- Rito común a numerosas tribus primitivas,
verosímilmente fue tomada por Israel de los
egipcios , y practicada desde tiempo inmemorial
(Ex 4,25). Era primitivamente un rito de iniciación
al matrimonio y a la vida del clan.
- La institución de la misma es atribuida por el
Código sacerdotal a Abraham (Gn 17,9-14), padre
de los creyentes o circuncisos (Rm 4,12).
- Los profetas ponen el acento en la circuncisión del corazón más que el de la carne: he aquí que vienen días – oráculo de Yahvé- en que he de visitar a todo circuncidado que solo lo sea en su carne… pero también los de la casa de Israel son incircuncisos de corazón (Jr 9,25). Aquella es signo de verdadera fidelidad a la Alianza y a la vez transformación interior.
- San Pablo tuvo una enseñanza sobre la circuncisión : esta era en el AT lo que el bautismo es en el NT: rito que incorpora a las promesas (Antigua y nueva Alianza) y al pueblo de Dios (judíos e Iglesia). La circuncisión tiene carácter provisional. Los verdaderos hijos de Abraham reciben la circuncisión de Cristo: pues los verdaderos circuncisos somos nosotros. (Flp 3,3)
- Estos dos ritos son relacionados de muchos de diversos modos por el apóstol San Pablo:
- Los judeocristianos se esforzaron vanamente en mantener la circuncisión junto al bautismo cristiano, que realizaba el significado profético de aquella. (cf. Hch 15).
- Los cristianos son circuncidados de una manera espiritual en Cristo , habiendo sido sepultados con Él por el bautismo, serán resucitados también con Él por
la fe: en él también fuisteis circuncidados con la circuncisión
no quirúrgica , sino mediante el despojo de vuestro cuerpo
mortal, por la circuncisión en Cristo. Sepultados con él en el
bautismo , por el también habéis resucitado por la fe en la
acción de Dios ( Col 2,11- 12 ).
- Todas estas prefiguraciones de la Antigua Alianza culminan
en Cristo Jesús (CEC 1223). Desde la novedad de
Jesucristo se nos da a comprender todo lo que
Dios en su pedagogía quiso ir manifestando.
- La Iglesia hace solemne memoria de los grandes
acontecimientos de la Historia de la Salvación que
prefiguraban el misterio del bautismo durante la
bendición del agua bautismal en la liturgia de la
Vigilia Pascual.
II. Las profecías del bautismo
- Algunos comentadores han creído ver el anuncio del sacramento del bautismo en diferentes pasajes del AT , entre ellos los principales son: Sal 23,1-3; 50,7; 112,3-5; Is 1,16; 12,3; 52, 1-3.15; 55,1; Ez 16, 5.8-10; 36,25; 47,1.8.12; Mi 7,19; Za 13,1; 14,8.
- Se debe tener en cuenta la justa anotación de Corblet : «entre las profecías que parecen relacionarse al bautismo, hay algunas que pueden considerarse como de ingeniosamente relacionadas por los Padres y los comentadores».
- Se puede dar una seria importancia al pasaje de Ezequiel 36,25 : effundam super vos aquam mundam, et mundabimini ab omnibus inquinamentim vestris. Este texto forma parte de una profecía en donde más tratados parecen mesiánicos.
- Este rito es provisional y profético. El cometido
de Juan es preparar un pueblo bien dispuesto
(Lc 1,17) y manifestar al Mesías de Israel. Aun
cuando la materialidad del rito subsiste más allá de
la misión de Juan, el Mesías le dará un significado
nuevo «en el espíritu».
- La intervención de Juan obedece a una
prescripción divina. Esto se deduce del contexto
de dos pasajes de los evangelios: a) Mt 21,25-26 Los
fariseos no responden pero del contexto se entiende
que Jesús tenía el bautismo de Juan como «venido
del cielo»; b) Jn 1,6 hubo un hombre, enviado por Dios: se
llamaba Juan.
- La ablución que él preconiza quiere expresar, ante todo, que Dios interviene para operar la conversión y remisión de los pecados.
- En Mc y Lc encontramos por primera vez el término “bautismo”, que tiene un sentido cultual y técnico: inmersión en el agua del hombre entero. El baño
expresa la conversión y la metanoia (Mc 1,5; Mt 3,6)
Juan mismo caracteriza su bautismo como «un bautismo de conversión para perdón de los pecados», unido a una confesión de las culpas, ya conocida por el judaísmo (1 Re 8,47).
IV. Juan anuncia el bautismo «en el Espíritu y fuego»
- Juan distingue entre el bautismo provisional de agua que él administra, de un bautismo próximo «en el espíritu y el fuego» (Mt 3,11).
- La oposición no está entre el agua y el Espíritu, ni entre un signo y otro, sino entre un bautizador y Otro más grande , entre dos misiones distintas, la de él y la de Jesucristo. Entre los dos existe una diferencia de planos. El bautismo de Juan recibe todo su significado del bautismo de Cristo.
- La diferencia también está en los efectos : uno es
bautismo para la conversión, es decir, mueve el
corazón a la penitencia para acoger de Cristo; el
segundo, tiene como efecto la gracia, el perdón, es
decir, la efusión del Espíritu Santo.
- Esta diferencia es confirmada por el Concilio de
Trento (DH 1614, sesión 7, canon 1 sobre el
sacramento del bautismo): «si alguno dijere que el
bautismo de Juan tuvo la misma fuerza que el
bautismo de Cristo: sea anatema». Esta definición
responde a la tradición de la Iglesia.
- Tertuliano (160-220): él [Juan] no confería nada de celeste, simplemente desarrollaba un servicio de preparación para las verdaderas realidades celestes; vale decir, tenía la tarea de predicar la conversión que, precisamente, era una actitud de la voluntad del hombre. ( De baptismo 10,2 )
- Santo Tomás (1224-1274): «el bautismo de Juan no confería la gracia, sino que preparaba para esta las almas en tres modos : primero, por medio de la doctrina de Juan, que inducía a los hombres a la fe en Cristo; segundo, habituándolos al rito del bautismo de Cristo; en fin, preparándolos, mediante la penitencia, a acoger los efectos del bautismo cristiano» ( S. Th. III, q.38, a.1, c )
Existe una relación entre el bautismo de Juan y el
catecumenado cristiano. Así lo explica Juan Escoto
Eriugena (810-877):
«Cuanto es saludable para los catecúmenos todavía no
bautizados la doctrina de la fe, tanto fue el bautismo
de Juan antes de aquel de Cristo. Porque, como aquél
predicaba la penitencia, predecía el bautismo de
Cristo, y atraía al conocimiento de la verdad
aparecida en el mundo; así los ministros de la Iglesia,
primero enseñan, después reprochan los pecados, y, en
fin, prometen la remisión de los pecados con el
bautismo de Cristo»
( Comment. in Evang. sec. Ioann., c.3, 24 ).