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Investigacion sobre la conformación social
Tipo: Monografías, Ensayos
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Rosybel Herrera V- 28.591. TUTOR: Bruno Martínez Noviembre del 2016 INTRODUCCION
El sentido de pertinencia, es un sentimiento de identificación de un individuo con un grupo o con un lugar terminado. Pues remite al sentido de propiedad o de posesión que tiene una persona sobre un objeto o un bien material. Es decir, muestra la relación que existe entre el dueño de una cosa y dicha propiedad. El sentido de pertenencia aporta unos derechos concretos al dueño sobre el uso y disfrute de ese bien material. Este mismo, aporta autoestima y motivación en tanto que para cualquier persona es fundamental sentirse integrada en su entorno más cercano.
Cabe destacar que el sentido de pertenencia tiene origen en la familia, ya que es el primer grupo al que pertenecemos. Cada familia, como parte de sus funciones afectiva y educativa, tiene como sagrada misión inculcar el sentido de identidad y pertenencia, que implica lograr que cada miembro de la familia acepte y asuma de manera consciente y responsable ser miembro de este singular grupo primario: la familia.
En el contexto escolar, el sentimiento de pertenencia es uno de los rasgos de las escuelas por la “nobleza escolar”, “ese sentimiento de solidaridad con el grupo que reposa con efecto sobre la comunidad de esquemas de percepción, apreciación, pensamiento y acción. Por lo que, estas actitudes van desde una elevada motivación e implicación académica hasta lograr un orgullo del centro como el espacio para su crecimiento académico y desarrollo social.
Justificación
Siempre detrás de una empresa, una institución, un comercio o una actividad debe estar incorporado el sentido de pertenencia, pertenecer es sentirse incorporado a algo por distintas razones, muchas veces por ideales, otras por vocación, algunas veces por solidaridad, muchas por responsabilidad y en un sentido amplio por acompañamiento a una causa justa y necesaria. Es importante en nuestras vidas, porque nos lleva a creer, cuidar y defender las cosas que nos pertenecen, así como la cultura y raíces que cada individuo en esta sociedad.
Planteamiento del Problema
Hoy nuestro mundo está afectado en sus valores éticos. Principios fundamentales sobre los cuales nuestros antepuestos concibieron y construyeron la sociedad actual, se encuentran deteriorados. Se ha perdido mucho del sentido de unidad y eso hace a los individuos moralmente débiles, y como conjunto social vulnerables.
El sentido de pertenencia significa arraigo a algo que se considera importante, como las personas, cosas, grupos, organizaciones o instituciones, que contribuye a alejar o atenuar la soledad que hoy afecta a las grandes masas humanas, promoviendo insensibilidad, egoísmo, desconfianza, y un sentimiento progresivo de inseguridad y desamparo.
Es común escuchar que en una sociedad cuya principal característica es el cambio y los permanentes procesos de transformación que se dan en el seno de la misma; cambios que también están presentes en las escuelas, organizaciones e institutos, éstas forman parte de esa sociedad y tienen su razón de ser en el servicio que prestan a la misma.
En la actualidad, se puede observar el ambiente ante la pérdida del mínimo sentido de pertenencia, típico de los seres razonados y civilizados. Las personas se notan afectadas en su identidad, ya sea por su condición impersonal, el individuo define y fortalece con la interacción del grupo familiar, laboral, estudiantil y en la comunidad o sociedad donde hace su vida cotidiana.
Si hay arraigo por sentir que no pertenecen a nada ni a ninguna parte todo se hace ajeno y, progresivamente, se pierde el interés en lo que no les afecta directamente; y eso es contrario al sentimiento del amor y la caridad que se
En el contexto educativo, la carencia de sentido de pertenencia en los niños es un factor determinante en la percepción positiva del entorno, que se refleja en una inadecuada apreciación de la realidad con una consecuente falta de respeto hacia sí mismos; este factor ha sido identificado por la sociedad como un elemento que incide en el comportamiento y expresión inadecuada hacia los demás, así como con el entorno.
La escuela recaba su naturaleza en razón de la presencia del alumno y éste alcanza lo propio en virtud de la escuela. Sin escuela no habría alumnos y sin estos tampoco florecería aquella. Esta dependencia no es condición forzosa para la fundación de una escuela determinada ni para el desarrollo educativo del niño, el mismo que puede ser estimulado en otros ambientes. Más bien alude a un tipo de relación mutua en la que las acciones de uno producen efectos distintos en el otro. La escuela, en tanto agente, transmite conocimientos y cultura (enseña); el alumno, en tanto sujeto final, las asimila (las aprende).
Cuando la relación del alumno con la escuela nace de una buena percepción, la participación es un vehículo para el desarrollo de sentimientos de pertenencia. El saberse perteneciente no resulta únicamente del estar en un grupo, ni siquiera entrar y salir a su antojo; la pertenencia se instruye cuando la persona tiene ocasión de aportar al grupo a través de la concesión y realización de tareas o ‘encargos’. Sentirse parte es saberse incluido en un todo en el que se es protagonista y no un tan solo seguidor.
Objetivo General Describir la importancia que tiene el sentido de pertenencia en el ámbito familiar y educativo
Objetivos Específicos
forman la organización, transformándola en particular y única a la percepción de las personas.
Por consiguiente, como es el caso del sentido de pertenencia. Hagerty, Lynch-Sauer, Patusky, Bouwsema y Collier (1992), identifican como elementos esenciales para desarrollar un sentido de pertenencia la experiencia de sentirse valorado, necesitado y aceptado por otras personas, grupos o ambientes; y la percepción por parte de la persona de que sus características son similares o complementan a las de las personas que pertenecen al sistema, es decir, la experiencia de ajustarse o de ser congruente con otras personas, grupos o ambientes a través de características compartidas o complementarias.
Por otra parte Cameron (2004), considera al sentido de pertenencia, o lo que él denomina "vínculos interpersonales", como una faceta más de la identidad social y, en relación al ámbito organizacional, como una faceta de la identificación organizacional. Si se habla de sentido de pertenencia, se habla desde el origen del mismo, de quienes imparten este mismo como lo es la familia. Según la Declaración Universal de los Derechos Humanos, es el elemento natural y fundamental de la sociedad y tiene derecho a la protección de la sociedad y del Estado.
Los lazos principales que definen una familia son de dos tipos: vínculos de afinidad derivados del establecimiento de un vínculo reconocido socialmente, como el matrimonio y vínculos de consanguinidad, como la filiación entre padres e hijos o los lazos que se establecen entre los hermanos que descienden de un mismo padre. También puede diferenciarse la familia según el grado de parentesco entre sus miembros. En cuanto a esto, las familias así como a todo en particular ha ido evolucionando a través de los años y por consiguiente han aumentado diversos conflictos en lo que a crianza se refiere.
Se ha observado de un tiempo a esta parte, la carencia de valores en los hogares principalmente en lo que se refiere a los jóvenes, que con su conducta negativa desconocen la autoridad y respeto que deben guardar a sus padres, ocasionando toda clase de conflictos que ponen en peligro la estabilidad de los núcleos familiares.
La falta de educación y escasos valores, sumado a los problemas económicos y el desempleo son factores que provocan la violencia. Para disminuir la incidencia de este problema en las familias, es necesario inculcar los valores familiares, informar y educar .Las consecuencias de la falta de valores en una sociedad libre, nos enmarca que son los valores, los que se han perdido para vivir en un mundo más sano y que como toda una sociedad debemos de inculcar a nuestros hijos los buenos valores de la vida para poder cultivar desde el nacimiento y conforme se va creciendo en los hogares ese amor, respeto, convivencia, principios, entre otros. Podemos continuar con la educación en las escuelas públicas y privadas concientizando en todo valor humano para el bienestar de nuestra sociedad.
Por lo que, el especialista en desarrollo humano, Vidal Schmill, durante una conferencia en el Segundo Encuentro Universitario de Liderazgo Docente, explicó que los valores son las “creencias estables de que algo es bueno o malo, que sirven para jerarquizar, decidir, evaluar y reforzar o corregir”.
Citando el Cuaderno para la Reforma Educativa Venezolana, se conciben los valores según el criterio de diversos autores, entre estos Parsons y Kluckhohn, para éstos los valores "son opciones entre diversas maneras de actuar que son manifestación de la jerarquía en la concepción del mundo que un sujeto o colectivo tiene".
Rokeach, señala: "valores son un tipo de creencias que llevan al sujeto a actuar de una manera determinada; son creencias que prescriben el comportamiento humano".
La calidad del ambiente familiar y las experiencias que viven los niños en él son fundamentales para su desarrollo social y emocional. Como en la infancia se aprende más que en cualquier otra etapa de la vida, los individuos son vulnerables a repetir las acciones que observan durante su niñez, al crecer los niños imitarían la acciones que observaron y experimentaron en su entorno familiar, especialmente de sus padres.
Existen tres ambientes familiar que ponen en evidencia las causas de la falta de sentido de pertenencia, en cuanto a esto, se encuentran las siguientes:
Ambiente familiar autoritario
Es el ambiente en el cual el niño es educado para obedecer completamente a los adultos y darles siempre la razón (Torres y Hernández, 1997). Los padres reprimen severamente los instintos del pequeño, pretenden que siempre haga lo establecido y mantienen unas normas muy estrictas que esperan se cumplan fielmente.
De acuerdo con las etapas de desarrollo de Kohlberg y su replanteamiento costo/beneficio (Villegas, 1995), en la primera etapa los niños están sujetos a normas definidas externamente por sus padres o cuidadores y le dan una orientación hacia el castigo y la obediencia. El niño juzga los actos como buenos o malos si están asociados o no con la acción, lo incorrecto es lo que está asociado con consecuencias negativas y acata estas normas para evitar el castigo, entendido como la corrección de las acciones incorrectas de acuerdo con las normas establecidas. Pero cuando la represión es severa, el niño cumple con las normas no porque haya participado en su construcción o las comprenda sino por miedo al castigo, no desarrolla autonomía para apropiarse de ellas. Por lo que una investigación de Domitrovich y Bierman (2001), encontró evidencia de que si los padres tienen altos niveles de
disciplina coercitiva y punitiva, reflejados en reprimendas y hostilidad hacia el niño, éste desarrolla comportamientos agresivos y bajos niveles de altruismo.
Ambiente familiar donde no hay normas definidas
En un ambiente familiar donde hay laxitud en las normas se deja al niño completamente libre para que haga lo que quiera. Los padres no establecen límites, lo cual hace que el niño se confunda y no pueda diferenciar entre lo que está bien y es correcto de lo que no lo está. Los niños no reciben castigo de sus padres cuando cometen faltas o errores, es decir, no se les brinda retroinformación que le de valor moral a su acción. Hay hipótesis que señalan que los niños consideran que el adulto es quien sabe cuándo castigar y cuándo premiar y esto le da seguridad (Everest, 1987). Así, cuando un niño no encuentra una figura que lo oriente sobre lo bueno y lo malo, se le genera incertidumbre en cuanto a las normas, crece inseguro y él mismo es el que pone la norma a su acomodo y sin seguridad.
Es posible que el niño no desarrolle capacidades para crear conciencia moral ni para construir unos valores propios, la teoría del costo/beneficio (Villegas, 1995) indica que los valores dependerán de lo que al niño le produzca beneficios.
Ambiente familiar agresivo
Un tercer tipo de ambiente familiar es el agresivo, donde se presentan actos de agresión entre padres, padres e hijos y con terceros. El niño que crece en este ambiente aprende e imita las acciones agresivas (Bandura, 1963).
El desarrollo de la agresividad se favorece si el ambiente es violento ya que los niños realizan acciones violentas y construyen razonamientos que las justifican. Se imita la agresividad de otros y se crean modelos que son muy estables durante su vida. En un ambiente violento es muy probable que el niño sea maltratado y hay evidencia de que los niños maltratados desarrollan
familiar, y entonces la dinámica se vuelve toxica y venenosa, volcando todo el resentimiento por los agravios recibidos, por el cariño no satisfecho o las atenciones no correspondidas. En el sentir de cada uno de los miembros gravita fuertemente el celo, por la dedicación de los demás a adaptarse a la nueva dinámica familiar o a otras relaciones.
En este estado, las posibilidades de concentrarse en los estudios o de pensar en desarrollo o proyección de futuro para el joven o alguno de los miembros, son mínimas, ya que la energía vital se encuentra concentrada en su permanente estado de defensa, lo que imposibilita al individuo y lo sume a la apatía y la inacción. Algunas situaciones familiares son claramente desfavorables y riesgosas para la socialización de los niños y adolescentes; la violencia doméstica, la falta de recursos materiales para asegurar el sustento cotidiano, la ausencia de lazos estables y solidarios con otros, el aislamiento social, el autoritarismo patriarcal tradicional, la falta de sentido de pertenencia.
En el ambiro escolar; el diccionario de la Real Academia define al término institución como "cada una de las organizaciones de un Estado o Nación". Si agregamos a este término el epíteto (educativa) se llegará a que, bajo esta tipología de definición, nuestro par conceptual es intercambiable por este otro: educación formal, entendiendo por tal a la educación jurídicamente reconocida y reglada.
A convivir se aprende, y como las conductas surgen de ese lento aprendizaje en la primera escuela, que es la familia, a través de los omnipresentes medios de comunicación y en la interacción con los demás en los distintos ámbitos de encuentro o “desencuentro”. Así, el niño, los adultos, sean docentes o padres, entran a la escuela con sus distintas formas de relacionarse, y en esa interacción surge un clima social que puede favorecer o impedir que se cumplan los objetivos educativos pretendidos.
El aprendizaje se “construye” en el marco de las relaciones interpersonales que se establecen en la escuela. Por lo tanto, no depende únicamente de las características intrapersonales del alumno o del docente o del contenido a enseñar, sino que está influido por el tipo de acuerdos que establecen el docente y los alumnos, por el modo en que se comunican, cómo se implementan los contenidos con referencia a la realidad de la clase, cómo se tratan (lógica o psicológicamente) los métodos de enseñanza, entre otros.
Las percepciones que los individuos tienen del ambiente en el que desarrollan sus actividades habituales, las relaciones interpersonales que establecen y el marco en que se dan tales interacciones ha sido denominado “Clima Institucional”. Considerando los aspectos peculiares del clima institucional de la escuela, allí se tiende a hablar de “Clima Social Escolar” (Arón, Milicic, 1999).
Clima social escolar El clima social escolar es el conjunto de características psicosociales de una escuela, determinadas por aquellos factores o elementos estructurales, personales y funcionales de la institución que, integrados, confieren un estilo propio a dicha escuela, condicionante a la vez de los distintos procesos educativos.
Son muchos los estudios realizados en diferentes contextos y con distintos instrumentos que hablan de una relación directa entre un clima escolar positivo y variables como rendimiento, adquisición de habilidades cognitivas, aprendizaje efectivo y desarrollo de actitudes positivas hacia el estudio. Por otra parte, varios autores señalan una relación muy importante entre la percepción del clima social escolar y el desarrollo emocional y social de alumnos y docentes.
recibir afecto de otras personas, de ser parte de un entramado sólido de relaciones afectivas que nos nutren y que sostienen nuestra existencia.
Escuela: Según Paulo Freire “La escuela es… el lugar donde se hacen amigos, no se trata sólo de edificios, aulas, salas, pizarras, programas, horarios, conceptos… Escuela es sobre todo, gente, gente que trabaja, que estudia, que se alegra, se conoce, se estima. El director es gente, el coordinador es gente, el profesor es gente, el alumno es gente, cada funcionario es gente. Y la escuela será cada vez mejor, en la medida en que cada uno se comporte como compañero, amigo, hermano. Nada de isla donde la gente esté rodeada de cercados por todos los lados. Nada de convivir las personas y que después descubras que no existe amistad con nadie. Nada de ser como el bloque que forman las paredes, indiferente, frío, solo. Importante en la escuela no es sólo estudiar, no es sólo trabajar, es también crear lazos de amistad, es crear un ambiente de camaradería, es convivir, es unirse. Ahora bien, es lógico… que en una escuela así sea fácil estudiar, trabajar, crecer, hacer amigos, educarse, ser feliz”. Desde una perspectiva pedagógica este es el concepto más apto para definir la escuela y mucho más que un concepto es una ambientación de que en la escuela se aprende de manera compartida.
Sociedad: Según Daniel Muñoz considera que la sociedad es un “contrato por el que dos o más personas convienen en poner en común bienes o servicios para ejercer una actividad económica y dividirse las ganancias”. Pues la sociedad debe celebrarse por escritura pública e inscribirse en el registro respectivo para que pueda actuar como persona jurídica.
Familia: Según Pichón Riviere (1983), “una estructura social básica que se configura por el interjuego de roles diferenciados (padre, madre, hijo), y enunciado en los niveles o dimensiones comprometidos en su análisis, podemos afirmar que la familia es el modelo natural de la situación de
interacción grupal”. Por ende la familia es una fundación donde una persona aprende los modos para vivir en paz con otros.
Principio: Según Aristóteles, sostiene que el principio está basado en lo siguiente, “se dice en primer lugar del punto de partida de la cosa; como el principio de la línea, del viaje. En uno de los extremos reside este principio, correspondiendo con él otro principio al extremo opuesto. Principio se dice también de aquello mediante lo que puede hacerse mejor una cosa; por ejemplo, el principio de una ciencia”. En efecto, no siempre hay precisión de empezar por la noción primera y el comienzo de la ciencia, sino por lo que puede facilitar el estudio.
Bases Legales
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela
Artículo 2. Venezuela se constituye en un Estado democrático y social de Derecho y de Justicia, que propugna como valores superiores de su ordenamiento jurídico y de su actuación, la vida, la libertad, la justicia, la igualdad, la solidaridad, la democracia, la responsabilidad social y en general, la preeminencia de los derechos humanos, la ética y el pluralismo político.
Artículo 3. El Estado tiene como fines esenciales la defensa y el desarrollo de la persona y el respeto a su dignidad, el ejercicio democrático de la voluntad popular, la construcción de una sociedad justa y amante de la paz, la promoción de la prosperidad y bienestar del pueblo y la garantía del cumplimiento de los principios, derechos y deberes consagrados en esta Constitución.
Artículo 46. Toda persona tiene derecho a que se respete su integridad física, psíquica y moral, en consecuencia: