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Apuntes de la asigantura de arqueología de sociedades medievales y postmedievales
Tipo: Apuntes
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Arqueología de las Sociedades Medievales y Postmedievales. Bloque I: el final del Mundo Antiguo.
Índice
Arqueología de las Sociedades Medievales y Postmedievales. Bloque I: el final del Mundo Antiguo. Es un estudio de sociedades transicionales, entre la Antigüedad y la Edad Media. Como todo período transicional, en el siglo XVIII y también en el XIX, los ilustrados discutieron sobre el valor de estas sociedades: Gibbon señala que fue el fin del pogreso, la catástrofe y el fin de la civilización, definiéndola como la “Edad Oscura”; Pirenne, sostiene que existió una fractura por la invasión musulmana y el fin del comercio; y Dopsch o Bonnassie, entre otros, desarrollaron la tesis continuista, que defiende la continuidad de la sociedad hasta la fractura acaecida en el año 1000, con la aparición del feudalismo. Tenemos las dos caras de la moneda: las teorías catastrofistas y las continuistas. Esto, en base, a las fuentes escritas que en este período son muy escasas, por lo que la arqueología será un excelente y muy necesario apoyo. Como disciplina, la Arqueología de la Alta Edad Media, nace de la prolongación de la arqueología clásica, existiendo una confusión entre Antigüedad Tardía y Altomedievo. Contamos con la tesis de Pirenne (años 30), que sostiene que la Antigüedad abarcaría hasta Carlomagno, con el fin en el Islam (s. VII), acabando con el comercio mediterráneo y los centros económicos se desplazan a la Europa del Norte. Palol, en 1957, se expresó así: “La Arqueología tiene un campo claro de actuación hasta el año 1000 ”, debiendo repetir, de nuevo, la escasa presencia de fuentes escritas. A pesar de este debate, no se cuestiona su “productividad” como disciplina para el estudio de estas sociedades. Ahora, trataremos su desarrollo histórico, el cual es bastante temprano (a finales del siglo XIX y comienzos del XX, ya habían yacimientos referidos a estos años). Desde el reconocimiento disciplinar y académico, se conocía como la “Segunda Prehistoria”, exisatiendo un interés en tres líneas: religiosa (interés por la génesis y desarrollo del cristianismo primitivo; “Arqueología Cristiana”); estilística (estudio del arte tardorromano); y étnico-nacionalista (orígenes nacionales de la Europa actual basados en la raíz germánica; puebos germánicos/bárbaros, sobre todo en el momento del nacimiento del nacionalsocialismo alemán). Estas tres perspectivas potencian o hacen que los estudios de la Arqueología medieval se desarrollen en época temprana. Surgen primero desde el anticuarismo, como en el campo arqueológico cristiano, existiendo grandes mercados de reliquias. Pero será con Giovanni Battista de Rossi, cuando se inicie el abandono de dicho rasgo anticuarista. Destaca su “Bulletino di Archeologia Cristiana” (1863), siendo un pionero en la excavación de catacumbas, con el apoyo del Vaticano. Publicará además las bases de la Arqueología Cristiana: “Roma Sotterranea” (1864-1877), escribiendo también las “Inscriptiones Chistianae Urbis Romae”. El apoyo papal fue crucial, sobresaliendo la búsqueda de la tumba de San Pedro, en época del papa Pío IX, antes de la Segunda Guerra Mundial y tras el año 1953, retomando los trabajos, pudiéndose documentar en la llamada “Necrópolis Vaticana”, de origen romano (ss. I-III), numerosos mausoleos, y en el punto exacto donde se encontraba el Baldaquino, inscripciones cristianas en latín, identificándose el punto, según las fuentes, donde se encontraba dicha tumba. Otra de las perspectivas, como se ha dicho, es la que viene impulsada por los historiadores del arte, como Aloïs Riegi, autor de un estudio que supuso en su tiempo la revalorización del arte tardorromano, entendido como desarrollo en lugar de decadencia; sobresalen varias obras (Cuestiones Acerca del Estilo, 1893; y Arte Industrial tardorromano, en 1901).
Arqueología de las Sociedades Medievales y Postmedievales. Bloque I: el final del Mundo Antiguo. En España, hasta la década de los 80, existe un considerable retraso respecto a Europa, con un desarrollo desigual entre lo islámico y lo feudal; tendrá un carácter local o comarcal, y hemos de señalar la ausencia de programas de prospección o excavación. Entonces, el impulso español de esta disciplina será posible gracias a investigadores franceses, sobresaliendo la creación de la Asociación Española de Arqueología Medieval (1985), destacando además el congreso I.C.A.M.E (1985), cobrando especial importancia AL-Ándalus, a parte de otros aspectos (Metodología, visigodos o reinos cristianos). A partir de los años 90, tendrá lugar un empuje desde el punto de vista metodológico, con la arqueología urbana (por ejemplo, Medina Azahara). 2.3. Arqueología de Al-Ándalus. El inicio de la Arqueología Medieval española, como se ha dicho, tendrá que ver con Al-Ándalus; la sociedad andalusí estuvo prácticamente presente en toda la Península Ibérica. La materialidad arqueológica, entonces, girará en torno a las sociedades islámicas. Habrá un importante papel de estas en el Medievo de la Península, teniendo lugar un considerable desarrollo y gran tradición de estudio, con una preocupación por los esplendorosos vestigios materiales andalusíes (como la Alhambra de Granada). Por tanto, la arqueología de Al-Ándalus floreció de la mano del romanticismo hasta crear la imagen exótica de España, que influyó en la literatura y el arte de la época. Así, digamos que la Arqueología Medieval actual (sobre todo la islámica) bebe o se fomenta desde varios puntos de vista: por un lado, la historia del Arte (estudio de los grandes monumentos, o palacios, mezquitas…); la arquitectura; y el arabismo (modos de vida, etc.). Destacan: Historia del Arte. El padre fue Manuel Gómez-Moreno González, que conjuntamente con su hijo, Manuel Goméz-Moreno Martínez, desarrollarán las excavaciones de Medina Azahara, comenzando a sistematizar la cerámica andalusí sobre todo a partir del Califato. Les acompañan otros islamistas franceses: Georges Marçais o Henri Terrasse. Arquitectura. Destacan Ricardo Velázquez Bosco, que restauró la Mezquita de Córdoba; Félix Hernández Giménez, que actuó en la restauración arquitectónica de la zona (Córdoba, Jaén y Sevilla); y Leopoldo Torres Balbás, arquitecto conservador del Conjunto Monumental de la Alhambra y el Generalife, entre los años 1923 y 1936. Arabismo. Destacan Francisco Codera y Zaidín; Julián Rivera, que fue uno de los pioneros en el estudio de la numismática, tan importante a la hora de establecer los contextos islámicos de los yacimientos; y Manuel Ocaña Jiménez. El auge de la arqueología de Al-Ándalus desde una perspectiva metodológica seria, se dará sobre todo en las últimas décadas del siglo XX. Hubo un fuerte dinamismo de la arqueología andalusí, con nuevas líneas de investigación histórica; importantes avances en ceramología; desarrollo de la numismática; estudio sistemático de la arquitectura, la plástica; caracterización de las fortificaciones, asentamientos rurales y urbanos; y grandes proyectos arqueológicos en yacimientos arqueológicos
Arqueología de las Sociedades Medievales y Postmedievales. Bloque I: el final del Mundo Antiguo. emblemáticos. Además, tendrá lugar una paulatina incorporación en ámbitos académicos, siendo la Universidad de Alicante una de las pioneras, al incorporar en sus estudios esta disciplina. 2.4. Arqueología Postmedieval. Ha sido la más reciente, la última en consolidarse, si bien cuenta con algunas dificultades en ámbitos de estudio y fuentes. En este período transicional, desde el final de la Edad Media (s. XV), hasta la Industrialización o implantación de las sociedades capitalistas y contemporáneas (ss. XIX-XX), bien relacionada por que se toma como estudio de la tecnología y cultura material. Hoy en día, se ha producido una ampliación de los límites cronológicos de la Arqueología; hubo controversia con su denominación, pues puede tener que ver con todo lo posterior al Medievo, incluyéndose así con la Contemporánea. Se identifica más, pues, con esta definición: la arqueología de la expansión de la cultura europea a través del mundo después del s. XV y su impacto sobre las poblaciones indígenas. Fue establecida por James Deetz en 1977. Las primeras síntesis importantes, o publicaciones, relacionadas con la arqueología de este período, vendrán de las manos tanto italianas como inglesas. 2.5. Arqueología industrial. Es aquella arqueología que tiene que ver sobre todo, aunque no exclusivamente, con el estudio del patrimonio industrial. Hoy día, se asume como arqueología industrial no solo a este estudio comentado, sino a todo el registro arqueológico producido por las sociedades capitalistas o contemporaneas. El origen, de nuevo, lo debemos situar en el interés sobre el origen patrimonial de autores anglosajones: vino motivado tras la Segunda Guerra Mundial, destacando la creación en el “Council British Archeology”, del National Survey of Industrial Monuments ; y en 1962, la demolición del pórtico de la estación londinense de Euston. En 1963, se creará The Journal of Industrial Archeology , y en 1968, Ironbridge Gore Museum. Todo ello se relaciona con el origen patrimonial. En Alemania, aparecerán museos de ferrocarriles o de la minería de Bochum; y Fen Francia, los llamados ecomuseos en los años 70 (sociedades de arqueología industrial; coloquios y congresos; o el Comité Internacional para la Conservación del Patrimonio Industria, en 1973). En España, el inicio es tardío pero veloz: en 1982 y 1985, tendrán lugar las Jornadas sobre le Patrimonio Industrial; y en 1987, se creó la Asociación Española de Patrimonio Industrial. Sin embargo, se produjo un estancamiento, y destca la Asociación Valenciana de Arqueología Industrial (AVAI). El patrimonio arqueológico más reciente se conoce, en definitiva; la Arqueología Industrial se imparte en universidades europeas y americanas, aunque se practica poco; desde algunos sectores se ha dicho que la arqueología industrial no es arqueología porque no hace falta excavar, confundiéndose ciencia con métodos. Existe, por tanto, un desinterés de la Arqueología hacia períodos tan recientes.
Arqueología de las sociedades medievales y postmedievales. Bloque 1. El final del mundo antiguo. resultado, de forma progresiva, es la transformación del espacio lúdico (Teatro de los Balbos), en uno productivo, alrededor de los ss. X-XI. o Esto tendrá que ver con la regionalización de los ciclos productivos (la edilicia). o Otro ejemplo es el “Calcario”, también en el Campo de Marte.
o Definidas por grandes torres cuadrangulares, con grandes accesos y reforzando el perímetro urbano. La visión amurallada de las ciudades medievales se empezarán a gestar en este momento. Como iconografía, destaca la Rateriana-Verona (ss. IX-X). En el caso hispano, ocurrirá lo mismo; en algunas capitales provinciales romanas, ya existían perímetros amurallados, pero era simbólico (definición del “pomerium”). Algunos reforzarán esto, construyendo la torre cuadrangular. Es el caso de Barcino o Emerita Augusta. La primera fisonomía de estas ciudades, en su origen, las murallas cobrarán importancia; pero cuando estén en la órbita de la Pax Romano, hasta el s. III, no se volverán a construir.
o Por el fenómeno del reempleo de los materiales, pero también por la ocupación de espacios públicos, se producirá la desestructuración de las ciudades. Destaca la ruralización: construcción de huertos, por ejemplo, en el entramado urbano. Roma, a partir de finales del s. V, la trama urbana ya no será continua (con sus edificaciones en pie) sino, como en el Campo de Marte, nos encontraremos con una fisonomía urbana “a islas” (“città ad isole”), ocupando zonas aisladas, porque el resto estará ruralizado. o La desestructuración de la ciudad viene dada por el deterioro del sistema de abastecimiento de agua (alcantarillado, acueductos), el vertido de escombros y el cambio de uso en el espacio urbano (privatización de las áreas públicas, habitándose foros, termas, pórticos o calles; y degradación de edificios de espectáculos). Ejemplos son: Foro de Nerva, J. César, Brescia o Trajano. También destacan las morerías de Mérida o el barrio bizantino y el teatro de Cartagena.
o En ningún caso de ciudad romana que se precie, vamos a encontrar en su interior acumulación de vertidos (basureros), espacios agrarios… Ese tipo de elementos no se encuentran en la ciudad clásica. Se producirá a finales del s. V, por su parte, la dicotomía entre lo urbano y lo rural. o Sabemos arqueológicamente que se ruralizan, al detectarse en diversos niveles estratigráficos, “tierras negras” (Dark earths), que se deben a restos orgánicos (acumulación de abonos…). No hay un entramado de mantenimiento de todos estos residuos, y se empiezan a acumular en la propia ciudad.
Arqueología de las sociedades medievales y postmedievales. Bloque 1. El final del mundo antiguo. o A partir del s. IV, aparecen los edificios de culto, como resultado de la cristianización del paisaje urbano, si bien hasta el s. V, se localizarán fuera de la ciudad, en suelo público o privado, libre o barato. A partir del s. VI, tendrá lugar la verdadera cristianización topográfica, implantándose o replanteándose el área catedralicia intramuros (tríada: catedral, baptisterio, palacio episcopal, conjuntamente con los edificios de los poderes civiles). Se construyen inicialmente porque lo harán en la necrópolis donde fue enterrado San Pedro. En Roma, la primera iglesia fue la de San Juan de Letrán. En la lucha entre lo pagano y lo cristiano, se desmontaron antiguos edificios: como el Panteón de Agripa, consagrado como iglesia de Santa María de los Mártires (608), el cual fue donado por el emperador bizantino Focas al papa Bonifacio IV. El otro ejemplo es la propia Curia de Julio César, reformada por Diocleciano, y convertida por el papa Honorio en iglesia de San Adrián (s. VII). En el caso de Hispania, ocurre en términos generales lo mismo. Los primeros complejos religiosos extramuros (ss. IV-VI), se llamarán “martiria”, y entre los siglos VI y VII se construirán intramuros. Dos ejemplos: Emerita Augusta, donde a inicios del s. IV se construyó el “martyrium” o memoria, dedicada a Santa Eulalia; en la segunda mitad del s. V, será un área funeraria y basílica; y en el s. VI, será un conjunto martirial, funerario y monástico: el “Xenodochium”, fundado por el obispo Masona para peregrinos, enfermos y transeuntes. En la segunda mitad del s. VI, se construirá la Catedral de Santa María, y se articula la tríada (basílica baptisterio, palacio y atrio, unidos por un atrio y cercano al palacio del Dux). Otro ejemplo es Tarraco, donde ocurre exactamente lo mismo. Su recinto superior será un ámbito de actuación imperial hasta el s. V; la oficialización del cristianismo con Teodosio provocará la desaparición de los recintos de culto imperial, que en el segundo cuarto del s. VI serán vertederos en esta zona. Además, tendrá lugar un desplazamiento a la zona alta: centros religiosos ocupan espacios públicos y emblemáticos, construyendo en el s. VI la catedral y el episcopio. En la misma centuria, habrá una nueva advocación: San Fructuoso, en el lugar del martirio.
o Se desarrollan espacios cementeriales en el interior de las ciudades, algo radical con respecto a lo que ocurría en el mundo urbano, donde estaba legalmente prohibido enterrar a muertos dentro del “pomerium”. Aparecerán necrópolis pequeñas relacionadas con ciertos personajes renombrados, con poder adquisitivo, porque pagarán por enterrarse cerca de los edificios sacros o religiosos; es lo que conocemos como “necrópolis ad santos” (necrópolis cerca de los santos). o En el caso de Valencia, el complejo episcopal o religioso de poder se construirá en el foro, que también albergará una necrópolis. Relacionado con la edilicia, destaca la desarticulación de la estructura estatal romana, que produce la desestructuración de los sistemas productivos edilicios; se
Arqueología de las sociedades medievales y postmedievales. Bloque 1. El final del mundo antiguo. Segunda parte. El fin del sistema monetario romano. La moneda es un objeto arqueológico privilegiado ( aporta muchos datos; procede de las esferas más altas del poder, pues no pueden ser fabricadas por otras entidades o personas que no sean el Estado; si lo hace, se considera falsificación ), además de un documento oficial y de una imagen del poder. Entonces, es una gran fuente de información económica, política, social, iconografía, religiosa y simbólica. Por ejemplo, sabemos como son los rostros de los emperadores o emperatrices romanos a través de una moneda; se han datado y se han podido situar en el espacio gracias a la moneda. Así pues, es también un elemento de datación, sin olvidar la clara importancia del contexto arqueológico. En este aspecto, destaca la llamada Ley de Gresham , según la cual, cuando en un país circulan simultáneamente dos tipos de monedas de curso legal, y una de ellas es considerada por el público como “buena” y la otra como “mala”, esta última siempre expulsa del mercado a la mala. En definitiva, cuando es obligatorio aceptar la moneda por su valor facial, y el tipo de cambio se establece por ley, los consumidores prefieren ahorrar la buena y no utilizarla como medio de pago. En los yacimientos, nos encontramos habitualmente, entonces, la moneda de valor menor, lo que demuestra la ley numismática de Gresham. El sistema monetario romano era muy completo, donde se acuñaba oro, plata y bronce. A finales del Imperio Romano, empiezan a producirse cambios, algo que no constituyen una gran reforma, sino que afectan en diferentes aspectos. El oro, por ejemplo, sucede que en el año 310 de nuestra era, se crea una nueva moneda, puesto que el aureo había perdido confianza; la nueva moneda, que tenía como objetivo recuperar dicha confianza, recibió el nombre de sólido , siendo sus divisores varios, por ejemplo el tremís , que es una tercera parte. En este sentido, destaca Triente , de Leovigildo (572- 586). Es un cambio fundamental que provoca la alteración del sistema fiscal; en el Imperio, había un sistema fiscal o tributario establecido. Esto cambia con la crisis imperial, destacando la intención y el hecho de que los grandes señores acapararon los impuestos, pues ya no lo enviaron al Estado, en beneficio propio. Pasamos así a la renta. Con la muerte de Teodosio I (395), se produce la división del Imperio: en Occidente, donde gobierna Honorio, se quedará el sólido; y en Oriente, de Arcadio, también. En el sector occidetnal, al princio del siglo V, las emisiones de bronce
Arqueología de las sociedades medievales y postmedievales. Bloque 1. El final del mundo antiguo. desaparecen, al igual que ocurrió con la plata, solo acuñoando oro con reversos estables, pero de forma estacional, reduciéndose así las emisiones. Se suspende el aprovisionamiento monetario a la mayor parte de los territorios del Imperio. Todo ello provocará dos fenómenos: la pervivencia de circulante antiguo; y las imitaciones, por parte de los bárbaros, del numerario imperial (aunque no como moneda propia). Para la pervivencia del numerario, hemos de destacar a El Tolmo de Minateda , donde se establece un sistema fiscal visigodo y donde nos encontramos con un palacio episcopal; se transforma a principios del s. VIII en un barrio de viviendas islámicas, que siglos más tarde (ss. IX-X) desaparecerá. La moneda recuperada en el yacimiento anterior, es la siguiente: un 59% de las monedas, son romanas; si las dividimos por centuras, la mayor parte de estas monedas son del s. IV a.C., incluyendo también en abundancia al anterior siglo. Esto tiene una derivada arqueológica importante: si aparece en el s. IV, por ejemplo, hay que tener cuidado con la cronología, porque puede circular hasta mucho más tarde de su acuñación. En el Horizonte I de este yacimiento (s. VII-inicios s. VIII), el 69% de las monedas eran romanas; en el Horizonte II, con la transformación funcional del complejo episcopal (de espacio religioso a uso doméstico), eran el 62%; y en el Horizonte III, en el Barrio Emiral, lo eran el 60,80%. Si nos vamos a Cryta Balbi (Roma), el 40% de la moneda que circula, a finales del s. VII, era moneda bajoimperial romana; y es que a principios del s. VIII, era el 25%. Nos vamos ahora al otro fenómeno: la época de las imitaciones. La reducción de las emisiones produce acuñaciones de imitación; los reinos bárbaros, por ejemplo, copian el numerario imperial, usando el nombre y la efigie de un emperador romano. Por lo tanto, podemos pensar que los bárbaros pretendían incorporarse en el Imperio. Destaca el Sólido de Honorio , de la Ceca Mediolanum (Milán), encontrado en L’Alcúdia (395-402). Otros casos son las imitaciones del sólido visigodo a nombre de Justino I, o los que se encontraban a nombre de Justiniano I. O incluso un treinte a nombre de Leovigildo, o a nombre de Leovigildo con la titulatura incliti regis. Sobresalen también las insignias imperiales a partir de la consolidación del regnum , visible en trientes tanto de Recaredo (586-601) o Recesvinto (649-672), e incluso de Égica (687-702). Otro aspecto es de la vestimenta, como el Paludamentum , visible en una moneda de Juliano hallada en Siliqua (360-363) o de Arcadio (392-395); o la Lorica , encontrada en Follis representando al emperador Mauricio (562-602). Los visigodos avanzarán en sus últimas emisiones, entre la individualización y los modelos imperiales, con referencias al mundo cristiano (imágenes de Jesúes en trienes de Ervigio, 680-687). También se produce la esquematización de los tipos, visible en trientes de Wamba (672-680). ¿Para qué existió la moneda visigoda? ¿Existió una verdadera economía monetaria? ¿Qué sucede cuando la moneda que se acuña tiene un valor de mercado muy alto?
Arqueología de las sociedades medievales y postmedievales. Bloque I: el final del Mundo Antiguo. de las élites visigodas; desarrollo de mercados rurales; almacenamiento de alimentos; o lugar de descanso para los viajeros, si se encuentra en relación a una vía de paso). En las pizarras visigodas hay listas de campesinos que pagan impuestos a sus “señores. Estos propietarios han marcado en esas listas la compra y venta de tierras y asuntos legales. Entonces, desde el siglo V, hay un uso prodcutivo (Almazara), tumbas y arquitectura en materiales percederos. Ejemplos: Vilauba o Can Ferrerons (transformación estructural del s. V: basureros y silos en las salas de recepción), o Baños de la Reina. También contamos con un “castellum” tardoantiguo de finales del s. IV, que sirve como control y defensa de la Vía Augusta, en uso hasta el s. VIII (“Castellum” Sant Julià de Ramis, Girona). Sus características serán muy similares a las de los Palacios Episcopales de las ciudades visigodas. Otro ejemplo es el “Castrum” de Puig Rom (Rosas, Girona), de los ss. VII-VIII, en altura, ocupando antiguas áreas ya ocupadas. También destaca el “Castrum” de Valencia la Vella (Riba- roja de Túria), a mediados del s. VI, con una funcionalidad militar (limes), en el conflicto entre bizantinos y visigodos. Fase III. (ss. VII-VIII, algunos ejemplos de residencia aristocrática rural: Pla de Nadal, Riba-roja del Túria). La riqueza de este yacimiento radica en su riqueza de elementos escultórico-arquitectónicos. Se han recuperado unas ochocientas piezas de piedra labrada, aproximadamente la mitad, corresponden a fábricas de sillería (Sillares y dovelas) y otro tanto a elementos ornamentales (frisos, columnas, impostas…). Todas las piezas guardan una gran unidad ornamental tanto técnica como estilistícamente. En todo el conjunto escultórico se ha utilizado una técnica de talla a bisel muy profunda con aristas muy agudas y dejando superficies planas en el fondo. La reutilización de elementos arquitectónicos romanos, como las impostas, se pueden valorar como un deseo explícito de recuperar el antiguo prestigio político del imperio. Un anagrama orlado sobre un tambor troncoconico, podría corresponder al nombre del fundador o propietario del edifiio. La interpretación más compartida, sin ser definitiva, responde a la combinación TEB DEM IR, que incluso se podría relacionar con Teodomiro. Las “villae” tardorromanas se toman como forma hegemónica de ocupación de territorio; es un espacio dedicado a actividades productivas y/o vivienda para trabajadores (“pars rustica”), así como un área agraria (“pars fructuaria”). Además, también cuenta con una vivienda de tipo señorial para la familia propietaria (“pars urbana”). En la Península Ibérica, fundamentalmente en la zona centro-septentrional, en los últimos años se ha documentado una serie de nuevos poblados rurales en las llanuras con cronologías que van desde mediados del s. V hasta el s. VIII. Hay dos tipos de asentamientos: concentrados (aldeas) y dispersos (granjas, caseríos). Los asentamientos concentrados (aldeas) suelen establecerse en pequeñas colinas o lomas cerca de un curso de agua (arroyo, fuente…), con ambientes aptos para la agricultura, con rendimientos constantes; un hábitat de 1-2 Ha, sin singos de muros perimetrales (carácter abierto y agrícola); y con necrópolis de la comunidad, con un
Arqueología de las sociedades medievales y postmedievales. Bloque I: el final del Mundo Antiguo. carácter multigeneracional. Un ejemplo es Gózquez (Madrid), de nueva fundación. Según Vigil-Escalera (2007, 256), “forma de asentamiento comunitario con varias familias bajo un cierto orden social compartido”. También destaca El Pelícano (Madrid), con una continuidad en el contexto de una antigua villa tardorromana. En cuanto a los asentamientos dispersos (granjas), como Prado Viejo (Madrid), tienen origen a partir del s.V, en adelante, para la explotación agrícola intensiva y estacional. Hay una falta de necrópolis comunitaria multigeneracional, y tienen una arquitectura de materiales perecederos (cabañas). Un caso peculiar es El Bovalar (sale imagen) (Serós, Lleida), que por el momento es la única aldea con iglesia. A final del s. IV, en un área funeraria y religiosa, alrededor de la cual emerge la aldea y perdura hasta la conquista islámica. 1.2. La urbs regia y las nuevas fundaciones visigodas: Toledo, Recópolis y el Tolmo de Minateda. Habrá una “imitatio imperii” fundando algunas ciudades emblemáticas. La principal es la ciudad de Toledo (no es una nueva ocupación, en época romana existía), fue una sede itinerante hasta Atanagildo, que fijó definitivamente la sede de la corte en Toledo a mediados del s. VI. Será la creación de un nuevo espacio de poder; se conoce como La Vega Baja. Perdurará hasta la conquista islámica (Tulaytula). El ejemplo más característico desde el punto de las fuentes visigodas será Recópolis (Guadalajara, la “imitatio imperi”), fundada por Leovigildo en honor a su hijo Recaredo. Es una nueva fundación, surgida ex novo. Aquí nos encontramos (está muy bien excavada, aunque no está por completo) con la capacidad del Estado visigodo de construir ciudades “a la romana”; contamos con edificios, como el Palacio Real, y que probablemente, no solo sirvió como residencia, sino también como almacén fiscal. La terraza baja se ocupa con un barrio artesanal que perdurará hasta prácticamente la conquista islámica. Además, también se dotará de un sistema de suministro hidráulico, con un acueducto de 2 km y cisternas. Cuenta además con una trama urbana; y puede albergar una ceca de acuñación estatal, atestiguado por un triente de Recaredo. A partir de mediados del s. VII, se transforma el paisaje, al mismo tiempo que el Estado visigodo empieza a desestructurarse, y además, no era capital del reino, aunque tenía una buena posición; abandonarán su mantenimiento. El contexto islámico lo convertirá en Racupel, aunque será abandonado. Otro ejemplo es el Tolmo de Minateda, una fundación episcopal, con un significado estratégico, siendo una ciudad en el camino. Secuencia de ocupación: Fase prehistórica: santuario neolítico (5.000 a.C.) y asentamiento de la Edad del Bronce (III milenio a.C.). Fase prerromana: “oppidum” ibérico. Fase romana: “llunum”. Municipio augusteo (9 a.C.). Fase altomedieval: Eiu (civitas episcopal, ca. 600 d.C.) y Madinat Iyyuh (ciudad islámica, ss. VIII-X).
Arqueología de las sociedades medievales y postmedievales. Bloque I: el final del Mundo Antiguo. Entrando en las tipologías de las primeras iglesias hispanas, debemos tener en cuenta que todas tienen planta basilicar; de las más conocidas en la Península Ibérica, las encontramos en la Bética, Tarraconense o Lusitania, donde más se ha desarrollado la investigación, impulsada por Palol. Aquí sí que hay una diferenciación regional, en lo referente a la planta, quizás por tradición previa o incluso por gustos, o porque los talleres de arquitectos serían itinerantes, actuando por regiones. Como ejemplo de ello, sobresalen El Germo (Espiel, Córdoba) o San Pedro de Alcántara (Málaga), de doble ábside (uno dedicado al presbiterio, y el contrario, el contracoro). En ambos edificios, el espacio destinado al presbiterio está integrado en el edificio. En el caso de Baleares y Tarraconense, y algunos casos en la Bética (Gerena, Sevilla), tendrán una planta basilicar con una organización tripartita. Destaca El Bovalar (Segrià), Son Bou (Menorca) o Son Peretó (Mallorca). El baptistero por inmersión (un ritual) requiere de una estructura compleja, como una piscina bautismal, y algunas estancias anexas que permitan el cambio de vestuario. Normalmente, son circulares y estarán cubiertas con una cúpula. Podemos encontrarlos construidos de varias formas: por un lado, como un edificio anexo (Casa Herrera, Mérida), o fuera de la Iglesia, como un espacio segregado (Torre de Palma, Portalegre). Pero podemos encontrar morfologías diversas, como Sbeitla (Túnez), donde se encuentran mosaicos. Esto está relacionado con los primeros momentos del culto cristiano, hasta época visigoda; a partir del s. VII, el ritual irá cambiando, introduciendo lo que luego será el bautismo actual. Se realizaba en época de Pascua, por grupos de edad y sexo, normalmente adultos, a partir de los 12 años en adelante. Se desvestías, entraban y en el espacio bautismal, negaban al demonio y a la oscuridad (mirando hacia el oeste), sumergiéndose en la piscina, y miraban hacia el este; el sacerdote le ponía el alba (túnica blanca) y podían entrar a la Iglesia ya como fieles. Entonces, las iglesias de tradición paleocristiana se caracterizaran por: Planta basilicar. Frecuente ingreso lateral. Cabeceras tripartitas y baptisterio a los pies frecuentes en la Tarraconense y Baleares. Ábsides contrapuestos en la Lusitania y la Bética. Material reutilizado y albañilería. Techumbre con entramado de madera. También destacan las iglesias visogodas, con una cierta entidad. Destaca San Juan de Baños (Baños del Cerrato, Palencia), con un epígrafe donde Recesvinto declara haber edificado este templo en honor a Juan Bautista mártir, en el 661. La planta es diferente a lo anteriormente visto, y aparecen los arcos de herradura. Otro ejemplo es Quintanilla de las Viñas (Burgos) o San Pedro de la Nave, que más que visigodas, algunos historiadores plantean que eran mozárabes. El uso de una técnica tan depurada, con iconografía tan parecida a la época musulmana, etc., colaboran en esa hipótesis. Las
Arqueología de las sociedades medievales y postmedievales. Bloque I: el final del Mundo Antiguo. plantas en este caso son centradas, enfrentadas a las basilicales; ahora, se impondrá una arquitectura potente y con bóvedas o arco de herradura, más abierto y menos peraltado. El debate está centrado en los canales de transmisión: la teoría visigotista (sitúa a estas iglesias en época visigoda), defiende que proceden del modelo romano de basílica, que llegaría a los tiempos visigodos (ss. VI-VIII), y después omeya andalusí (ss. VIII-IX); y la teoría no visigotista (Luis Caballero), habla que en realidad, de las iglesias orientales de Bizancio, adquieren sus tradiciones los omeyas orientales, que las difunden por los territorios conquistados, como Al-Ándalus, y que los mozárabes beberán de esta tradición. Igualmente, los recursos estilísticos no pueden ser utilizados para la datación, sino el contexto histórico.
Bloque II Al. Ándalus y el Mediterráneo islámico. Tema 4 Caracterización material de las sociedades islámicas
Bloque II Al. Ándalus y el Mediterráneo islámico. Tema 4 Caracterización material de las sociedades islámicas Los musulmanes no pagan un impuesto tal cual, sino una limosna que debe hacerse según el Corán como buen muslmán. La sociedad islamica se regir basiamete por el Córan, siendo trasmitida la palabra de mahoma en un principio de forma oral, y ya aparece por primera vez recogida en el orán el siglo IX. Este será el libro sagrado y en el él se recoge la Suna, hechos y dihos de Mahoma, formando lo que conocemos como Ley Islámica. La ley islámica, ley religiosa y que se aplicará a cualquier elemnto de la vida contidiana muslmana, consistirá basiamente en seguir cinco pilares:
1. Sahada o Profesión de fe: asmitir que no hay más fe que alá y que su profeta es Mahoma, todo ello recogido en la decoración de edificios. Anagrama de profesión de fe.