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Antagonistas Colinérgicos: Farmacología Básica y Clínica, Apuntes de Farmacología

Fundamentos terapéuticos de la farmacología

Tipo: Apuntes

2023/2024

Subido el 09/09/2024

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- Antagonistas colinérgicos: Farmacología básica y clínica.
Bloqueadores del receptor muscarínico
Farmacología básica
Farmacocinética:
a) Absorción: Los alcaloides naturales y la mayoría de los fármacos anntimuscarínicos terciarios se absorben
bien en el intestino y las membranas conjuntivales. Cuando son aplicados en el vehículo adecuado, algunos
son absorbidos vía transdérmica. De una dosis de fármaco antimuscarínico cuaternario, solo 10-30% se
absorbe después de la administración oral.
b) Distribución: La atropina y los otros agentes terciarios se distribuyen ampliamente en el cuerpo. Se alcanzan
niveles significativos en el SNC en 30 minutos a una hora. La escopolamina se distribuye rápida y
completamente en el SNC. Los derivados cuaternarios son mal captados por el cerebro, y por tanto, son
relativamente libres, en dosis bajas, a efectos sobre el SNC.
c) Metabolismo y eliminación: Después de la administración, la eliminación de la arropina de la sangre ocurre en
dos fases: la semivida de la fase rápida es dos horas y la de la fase lenta tiene un aproximado de 13 horas.
Cerca de 50% de la dosis se excreta sin cambios en la orina. La mayoría del resto aparece en la orina como
productos de la hidrólisis y la conjugación. El efecto del fármaco sobre la función parasimpática disminuye
rápidamente en todos los órganos, excepto en el ojo. Los efectos sobre el iris y el músculo ciliar persisten
durante más o igual 72 horas.
Farmacodinámica:
La atropina causa bloqueo reversible de acciones colinomiméticas en receptores muscarínicos; es decir, el bloqueo
con una pequeña dosis de la atropina se puede superar con una concentración mayor de la acerilcolina o un agonista
muscarínico equivalente. Cuando la atropina se une al receptor muscarínico, evita acciones como la liberación de
trifosfato de inositol y la inhibición de adelil ciclasa que son causadas por agonistas muscarínicos. Los tejidos más
sensibles a la atropina son las glándulas salivales, bronquiales y sudoríparas. La secreción de ácido por las células
parietales gástricas es la menos sensible. La atropina es altamente selectiva para los receptores muscarínicos. Su
potencia en los receptores nicotínicos es mucho menor, y las acciones en receptores no muscarínicos por lo general
no son detectables clínicamente. La mayoría de los fármacos antimuscarínicos sintéticos son considerablemente
menos selectivos que la atropina en las interacciones con los receptores no muscarínicos.
Efectos en el SNC: en las dosis generalmente utilizadas, la atropina tiene efectos estimulantes mínimos sobre el SNC,
en especial los centros medulares parasimpáticos, y un efecto sedante más lento y duradero en el cerebro.La
escopolamina tiene efectos centrales más marcados, produciendo somnolencia cuando se administra en las dosis
recomendadas y amnesia en personas sensibles. En dosis tóxicas, la escopolamina y, en menor grado, la atropina,
pueden causar excitación, agitación, alucinaciones y coma. Efectos en el ojo: el músculo constrictor de la pupila
depende de la activación del receptor colinérgicos muscarínico. Esta activación es bloqueada por atropina tópica y
otros fármacos antimuscarínicos terciarios, y da como resultado una actividad dilatadora simpática sin oposición y
midriasis. También estos fármacos debilitan la contracción del músculo ciliar o cicloplejía, y reducen la secreción
lagrimal. Efectos en el sistema cardiovascular: las dosis terapéuticas, de moderadas a altas, de la atropina causan
taquicardia en el corazón inervado que late espontáneamente mediante el bloqueo de la ralentización vagal. Sin
embargo, las dosis más bajas con frecuencia dan lugar a una bradicardia inicial antes de que se manifiesten los
efectos del bloqueo vagal periférico. En concentraciones tóxicas, los fármacos pueden causar bloqueo de conducción
intraventricular que se han atribuido a una acción anestésica local. Efectos en el sistema respiratorio: la administración
de la atropina puede causar algo de broncodilatación y reducir la secreción. Los fármacos antimuscarínicos se usan
con frecuencia antes de la administración de anestésicos inhalantes para reducir la acumulación de secreciones en la
tráquea y la posibilidad de laringoespasmo. Efectos sobre el tracto gastrointestinal: efectos sobre la secreción salival,
boca reseca. La secreción gástrica se bloquea de manera menos efectiva, la secreción basal se bloquea de forma
más efectiva que la estimulada por los alimentos, la nicotina o el alcohol. Hay afectación en la motilidad del músculo
liso gastrointestinal desde el estómago hasta el colon. En el tracto genitourinario la atropina ralentiza la micción. En
las glándulas sudoríparas la atropina suprime la sudoración termorreguladora.
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  • Antagonistas colinérgicos: Farmacología básica y clínica. Bloqueadores del receptor muscarínico Farmacología básica Farmacocinética: a) Absorción: Los alcaloides naturales y la mayoría de los fármacos anntimuscarínicos terciarios se absorben bien en el intestino y las membranas conjuntivales. Cuando son aplicados en el vehículo adecuado, algunos son absorbidos vía transdérmica. De una dosis de fármaco antimuscarínico cuaternario, solo 10-30% se absorbe después de la administración oral. b) Distribución: La atropina y los otros agentes terciarios se distribuyen ampliamente en el cuerpo. Se alcanzan niveles significativos en el SNC en 30 minutos a una hora. La escopolamina se distribuye rápida y completamente en el SNC. Los derivados cuaternarios son mal captados por el cerebro, y por tanto, son relativamente libres, en dosis bajas, a efectos sobre el SNC. c) Metabolismo y eliminación: Después de la administración, la eliminación de la arropina de la sangre ocurre en dos fases: la semivida de la fase rápida es dos horas y la de la fase lenta tiene un aproximado de 13 horas. Cerca de 50% de la dosis se excreta sin cambios en la orina. La mayoría del resto aparece en la orina como productos de la hidrólisis y la conjugación. El efecto del fármaco sobre la función parasimpática disminuye rápidamente en todos los órganos, excepto en el ojo. Los efectos sobre el iris y el músculo ciliar persisten durante más o igual 72 horas. Farmacodinámica: La atropina causa bloqueo reversible de acciones colinomiméticas en receptores muscarínicos; es decir, el bloqueo con una pequeña dosis de la atropina se puede superar con una concentración mayor de la acerilcolina o un agonista muscarínico equivalente. Cuando la atropina se une al receptor muscarínico, evita acciones como la liberación de trifosfato de inositol y la inhibición de adelil ciclasa que son causadas por agonistas muscarínicos. Los tejidos más sensibles a la atropina son las glándulas salivales, bronquiales y sudoríparas. La secreción de ácido por las células parietales gástricas es la menos sensible. La atropina es altamente selectiva para los receptores muscarínicos. Su potencia en los receptores nicotínicos es mucho menor, y las acciones en receptores no muscarínicos por lo general no son detectables clínicamente. La mayoría de los fármacos antimuscarínicos sintéticos son considerablemente menos selectivos que la atropina en las interacciones con los receptores no muscarínicos. Efectos en el SNC: en las dosis generalmente utilizadas, la atropina tiene efectos estimulantes mínimos sobre el SNC, en especial los centros medulares parasimpáticos, y un efecto sedante más lento y duradero en el cerebro.La escopolamina tiene efectos centrales más marcados, produciendo somnolencia cuando se administra en las dosis recomendadas y amnesia en personas sensibles. En dosis tóxicas, la escopolamina y, en menor grado, la atropina, pueden causar excitación, agitación, alucinaciones y coma. Efectos en el ojo: el músculo constrictor de la pupila depende de la activación del receptor colinérgicos muscarínico. Esta activación es bloqueada por atropina tópica y otros fármacos antimuscarínicos terciarios, y da como resultado una actividad dilatadora simpática sin oposición y midriasis. También estos fármacos debilitan la contracción del músculo ciliar o cicloplejía, y reducen la secreción lagrimal. Efectos en el sistema cardiovascular: las dosis terapéuticas, de moderadas a altas, de la atropina causan taquicardia en el corazón inervado que late espontáneamente mediante el bloqueo de la ralentización vagal. Sin embargo, las dosis más bajas con frecuencia dan lugar a una bradicardia inicial antes de que se manifiesten los efectos del bloqueo vagal periférico. En concentraciones tóxicas, los fármacos pueden causar bloqueo de conducción intraventricular que se han atribuido a una acción anestésica local. Efectos en el sistema respiratorio: la administración de la atropina puede causar algo de broncodilatación y reducir la secreción. Los fármacos antimuscarínicos se usan con frecuencia antes de la administración de anestésicos inhalantes para reducir la acumulación de secreciones en la tráquea y la posibilidad de laringoespasmo. Efectos sobre el tracto gastrointestinal: efectos sobre la secreción salival, boca reseca. La secreción gástrica se bloquea de manera menos efectiva, la secreción basal se bloquea de forma más efectiva que la estimulada por los alimentos, la nicotina o el alcohol. Hay afectación en la motilidad del músculo liso gastrointestinal desde el estómago hasta el colon. En el tracto genitourinario la atropina ralentiza la micción. En las glándulas sudoríparas la atropina suprime la sudoración termorreguladora.

Farmacología clínica

  • Indicaciones terapéuticas e interacciones farmacológicas. Trastornos del sistema nerviosos central:
  1. Enfermedad de Parkinson: la mayoría de los fármacos antimuscarínicos promovidos para esta aplicación se desarrollaron antes de que la levodopa estuviera disponible.
  2. Enfermedad del movimiento (cinetosis): ciertos trastornos vestibulares responden a fármacos antimuscarínicos. La escopolamina es uno de los remedios más antiguos para el mareo y es tan eficaz como cualquier agente introducido más recientemente. Se puede administrar por inyección, por vía oral o como parche transdérmico. Trastornos oftalmológicos: la medición precisa del error de refracción en pacientes que no cooperan, por ejemplo, niños pequeños, requiere parálisis ciliar. Además, la midriasis facilita mucho el examen oftalmológico de la retina. Por tanto, los agentes antimuscarínicos, administrados tópicamente como gotas para los ojos o ungüentos, son muy útiles para realizar un examen completo. Para adultos y niños mayores, se prefieren los fármacos de acción más breve. Los fármacos antimuscarínicos nunca deben usarse para midriasis a menos que se requiera cicloplejía o acción prolongada. Un segundo uso oftalmológico es prevenir la formación de sinequia en la uveítis y la iritis. En los trastornos respiratorios, el uso de la atropina se convirtió en parte de la medicación preoperatoria de rutina cuando se han usado anestésicos, como el éter, debido a que estos anestésicos irritantes aumentaban notablemente las secreciones de las vías respiratorias y se asociaban con episodios frecuentes de laringoespasmos. La inyección preanestésica de la atropina o la escopolamina podía prevenir estos efectos peligrosos. La escopolamina también produce amnesia significativa para los eventos asociados con la cirugía y el parto obstétrico, un efecto adverso que se consideró deseable. Los pacientes con COPD, se benefician de los broncodilatadores, en especial los agentes antimuscarínicos. El ipratropio y el tiotropio también se usan como fármacos inhalables en el asma. En trastornos gastrointestinales, los agentes antimuscarínicos pueden proporcionar cierto alivio en el tratamiento de la diarrea común del viajero y otras condiciones de hipermotilidad leves o autolimitadas. En trastornos urinarios, se han utilizado para proporcionar alivio sintomático en el tratamiento de la urgencia urinaria causada por trastornos inflamatorios menores de la vejiga. Se usan también contra el envenamiento colinérgico por insecticidas inhibidores de la colinesterasa o en la guerra química. Para revertir los efectos muscarínicos, se debe utilizar un fármaco de amina terciaria para tratar los efectos del SNC así como los efectos periféricos de los inhibidores de organofosforados. Los antimuscarínicos también son utilizados en caso de intoxicación por hongos.
  • Efectos secundarios. El tratamiento con la atropina o sus congéneres dirigidos a un sistema orgánico casi siempre induce efectos induce efectos indeseables en otros sistemas orgánicos. Por tanto, la midriasis y la cicloplejía son efectos adversos cuando se usa un agente antimuscarínico para reducir la secreción o la motilidad gastrointestinal, a pesar de que son efectos terapéuticos cuando el fármaco se usa en oftalmología. En concentraciones más alta, la atropina causa bloqueo de todas las funciones parasimpáticas. Las personas intoxicadas manifiestan boca seca, midriasis, taquicardia, piel caliente y enrojecida, agitación y delirio durante una semana. La temperatura corporal es frecuentemente elevada. La atropina debe considerarse un fármaco altamente peligroso cuando se produce una sobredosis en bebés o niños. Cuando se considera necesaria la fistogimina para revertir los efectos de sobredosis por atropina, se administran pequeñas dosis por vía intravenosa lentamente. El envenenamiento causado por altas dosis de fármacos antimuscarínicos cuaternarios se asocia con todos los signos periféricos del bloqueo parasimpático pero pocos o ninguno de los efectos de la atropina en el SNC. Sin embargo, estos fármacos más polares pueden causar un bloqueo ganglionar significativo con una marcada hipotensión ortostática. El tratamiento de los efectos antimuscarínicos, si es necesario, se puede llevar a cabo con un inhibidor cuaternario de la colinesterasa como la neostigmina. El control de la hipotensión puede requerir la administración de un fármaco simpaticomimético como la fenilefrina. La evidencia reciente indica que algunos fármacos de acción central con acciones antimuscarínicos afectan la memoria y la cognición en pacientes mayores. Los fármacos antimuscarínicos están contraindicados en pacientes con glaucoma, especialmente glaucoma de ángulo cerrado. Deben evitarse en pacientes con antecedentes de hiperplasia prostática. Los agentes antimuscarínicos pueden aumentar los síntomas en pacientes con úlcera gástrica. Los agentes antimuscarínicos no selectivos nunca deben usarse para tratar la enfermedad acidopéptica.