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Características y impacto de las TIC en la sociedad, Resúmenes de Pedagogía

Este documento analiza las tecnologías de la información y comunicación (tic) como herramientas de la cultura digital, sus características, el acceso a la información, la comunicación interpersonal y la utilización de las tic en españa. Además, se discuten los efectos de la web 2.0 en la producción, difusión y consumo de la información y la cultura.

Tipo: Resúmenes

2023/2024

Subido el 17/02/2024

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Los libros y textos impresos.
La democratizacn del conocimiento.
Afinales del siglo XV, Gutenberg creó un artefacto que tuvo un poderoso impacto
sociocultural en el desarrollo de la cultura occidental: la imprenta. Esta tecnología
ofrecía la posibilidad de reproducir mecánicamente un número amplio de ejemplares
iguales del mismo texto y, en consecuencia, de difundir dicha obra a gran escala entre
muchas personas. La imprenta encontró el caldo de cultivo para su expansión en la
Europa central de esa época.
La pequeña burguesía de comerciantes y artesanos reclamaba un nuevo espacio de
poder alternativo al de los señores feudales, exigía normas y leyes claras que fueran
respetadas por todos (incluidos los nobles). Por otra parte, Lutero rompió con la
estructura de la Iglesia oficial de Roma y su doctrina requería un culto basado en la
lectura de las Sagradas Escrituras por parte de cada individuo. Asimismo, los textos
dejaron de escribirse en latín para ser escritos en cada lengua nacional. Todos estos
fenómenos favorecieron que, en pocas décadas, la tecnología de la imprenta se
extendiera por todo el orbe europeo desplazando a los libros manuscritos o códices.
La imprenta representó una tecnología que ayudó a enterrar el oscurantismo cultural
del feudalismo y a democratizar el conocimiento. A lo largo de los siglos XVI, XVII y
XVIII, los libros fueron un producto cultural que circuló por toda Europa, distribuyendo
las ideas liberales y progresistas. Estas obras, a diferencia de los libros manuscritos,
podían ser reproducidas en tiradas de varios cientos de ejemplares, podían ser leídas
en la intimidad del hogar y podían transportarse fácilmente de un lugar a otro.
Por otra parte, la imprenta generó la aparición de los conceptos de autor y público
lector de la obra. El hecho de que la edición impresa registrase en todos y cada uno
de los ejemplares publicados el nombre del autor del texto supuso el salto del
anonimato de la cultura oral a la legitimación y dignificación del creador de la obra
como un acto intelectual de primer orden. Paralelamente, surgió un nuevo espacio, a
modo de reverso, de la cultura impresa: el representado por el público que con el paso
del tiempo iría cobrando mayor relevancia en cuanto objeto de influencia de las ideas
de los autores, creadores o propietarios de los medios.
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Los libros y textos impresos.

La democratización del conocimiento.

A finales del siglo XV, Gutenberg creó un artefacto que tuvo un poderoso impacto sociocultural en el desarrollo de la cultura occidental: la imprenta. Esta tecnología ofrecía la posibilidad de reproducir mecánicamente un número amplio de ejemplares iguales del mismo texto y, en consecuencia, de difundir dicha obra a gran escala entre muchas personas. La imprenta encontró el caldo de cultivo para su expansión en la Europa central de esa época. La pequeña burguesía de comerciantes y artesanos reclamaba un nuevo espacio de poder alternativo al de los señores feudales, exigía normas y leyes claras que fueran respetadas por todos (incluidos los nobles). Por otra parte, Lutero rompió con la estructura de la Iglesia oficial de Roma y su doctrina requería un culto basado en la lectura de las Sagradas Escrituras por parte de cada individuo. Asimismo, los textos dejaron de escribirse en latín para ser escritos en cada lengua nacional. Todos estos fenómenos favorecieron que, en pocas décadas, la tecnología de la imprenta se extendiera por todo el orbe europeo desplazando a los libros manuscritos o códices. La imprenta representó una tecnología que ayudó a enterrar el oscurantismo cultural del feudalismo y a democratizar el conocimiento. A lo largo de los siglos XVI, XVII y XVIII, los libros fueron un producto cultural que circuló por toda Europa, distribuyendo las ideas liberales y progresistas. Estas obras, a diferencia de los libros manuscritos, podían ser reproducidas en tiradas de varios cientos de ejemplares, podían ser leídas en la intimidad del hogar y podían transportarse fácilmente de un lugar a otro. Por otra parte, la imprenta generó la aparición de los conceptos de autor y público lector de la obra. El hecho de que la edición impresa registrase en todos y cada uno de los ejemplares publicados el nombre del autor del texto supuso el salto del anonimato de la cultura oral a la legitimación y dignificación del creador de la obra como un acto intelectual de primer orden. Paralelamente, surgió un nuevo espacio, a modo de reverso, de la cultura impresa: el representado por el público que con el paso del tiempo iría cobrando mayor relevancia en cuanto objeto de influencia de las ideas de los autores, creadores o propietarios de los medios.

Uno de los efectos socioculturales más destacables de la tecnología impresa fue la necesidad de organizar los procesos educativos alrededor del libro. La escolaridad, es decir, la educación institucionalizada dirigida a toda la población, es un fenómeno histórico relativamente reciente que aparece en Europa a mediados del siglo XIX, en plena revolución industrial. En aquel momento era importante alfabetizar a la mano de obra trabajadora y transmitir a toda la población una serie de elementos culturales comunes que sirvieran como señas de identidad nacionales. Para lograr tales fines pedagógicos era imprescindible desarrollar una habilidad instrumental de primer orden: saber leer y escribir, es decir, conocer y dominar los códigos del lenguaje textual. El acceso al conocimiento y a la cultura exigían estas habilidades. La institución escolar y los libros de texto cumplieron a la perfección esta tarea. En definitiva, la imprenta desarrolló un modelo de cultura basada en la lectura individual de un texto reproducido en caracteres impresos con la intencionalidad de comprender sus mensajes. Esta tecnología implantó un determinado modo de organizar la información y el conocimiento, tanto en su almacenamiento como en su decodificación por parte de los lectores: el modelo de organización lineal de la información basado en la utilización de los símbolos del alfabeto escrito. Este canon de la cultura es el que ha estado vigente hasta el siglo XXI. El final del siglo XIX y el comienzo del XX fue una época fecunda de descubrimientos y creaciones tecnológicas: el telégrafo, la radio, la fotografía, el fonógrafo, la cinematografía… Por vez primera en la historia, el ser humano era capaz de manipular los átomos de la energía para transformarlos en datos con significado. De este modo, la información pudo independizarse del soporte físico o material que la vehiculaba (es decir, del papel, del papiro, del barro, de la piedra). Por una parte, se inventaron los medios basados en la transmisión y manipulación de ondas como la radio, el teléfono o la televisión. Por otra, se crearon nuevos soportes físicos que se basan en la transformación de la materia mediante procesos químicos como las películas, las placas fotográficas o las cintas magnéticas. Estos avances en el hardware tecnológico implicaron nuevas formas de representación de la información que podían imitar o asemejarse de forma fiel a la realidad utilizando el sonido y la imagen. La innovación cultural que representaron estas tecnologías consistió en que la información no se codificaba en símbolos de naturaleza abstracta, como es la escritura, sino mediante signos similares a los que perciben nuestros sentidos en la realidad. La fotografía permitía captar un instante o escena de la realidad con mayor grado de realismo o isomorfismo que la pintura. Las grabaciones discográficas reproducían con una fidelidad desconocida cualquier sonido. El telégrafo, el teléfono y sobre todo la radio permitían que ese sonido fuera enviado y recibido a distancia.

La cultura audiovisual.

Imágenes en movimiento.

Los actuales chips de silicio han transformado a las computadoras en unos objetos pequeños, poderosos y populares que han penetrado no solo en las grandes instituciones y organizaciones, sino también en los hogares y en la vida cotidiana de jóvenes y adultos. Hace casi veinte años se produjo un salto cualitativo – cuasi revolucionario– en el funcionamiento, utilidad y desarrollo de la informática. Ocurrió con la aparición y expansión de las redes telemáticas y de telecomunicaciones, cuya máxima expresión es Internet. Aunque esta red de redes mundial empezó a gestarse a finales de los años sesenta en Estados Unidos con el proyecto de origen militar denominado ARPANET, no fue hasta mediados de los años noventa del pasado siglo cuando se produjo la explosión a nivel planetario de la World Wide Web (WWW) como sistema de enlace y navegación de unos documentos a otros. Asimismo, las interfaces gráficas basadas en iconos y menús han facilitado la interacción humano-máquina y, en consecuencia, su uso por parte de cualquier usuario. Las TIC o Tecnologías de la Información y Comunicación (ordenadores, dispositivos personales multimedia, telefonía móvil, redes sociales, Internet, televisión digital, sistemas de navegación digital, ebooks…) las podríamos definir como herramientas tecnológicas para la elaboración, almacenamiento y difusión digitalizada de información basadas en la utilización de redes de telecomunicación multimedia. Dicho en pocas palabras, las TIC podríamos entenderlas como la fusión de tres tecnologías que ya existían separadas (las audiovisuales, las de telecomunicaciones y las informáticas), pero que ahora convergen en la producción, almacenamiento y difusión digitalizada de cualquier tipo de dato. La evolución e innovación tecnológica permanente es uno de los signos de nuestro presente. Conceptos como Web 2. 0 , computación en la nube, teléfonos inteligentes o smartphones, realidad aumentada, redes sociales, Internet de las cosas, tabletas digitales, etc., que hace poco tiempo eran conceptos experimentales o de ciencia ficción, empiezan a ser parte de la vida diaria de los ciudadanos de este nuevo milenio. Estas tecnologías configuran lo que se llama «cultura digital», que implica nuevas formas de organización y de procesamiento del conocimiento más flexibles, interactivas y que reclama, a su vez, nuevos modelos de enseñanza y de materiales didácticos. Estas tecnologías digitales presentan una serie de rasgos (cuadro 1. 1 ) que las diferencian netamente de las impresas (libros, fichas, enciclopedias, cómics…).

Podríamos decir que la digitalización de la información basada en la utilización de tecnología informática y de las redes de telecomunicaciones es la gran revolución técnica, económica y sociocultural del inicio del siglo XXI. El uso generalizado de las TIC en las transacciones económicas y comerciales, en el ocio y el tiempo libre, en la gestión interna de empresas e instituciones, en las actividades profesionales, en la comunicación entre las personas…, es un hecho evidente e imparable desde hace casi dos décadas. Los hipertextos, los gráficos en 3 D, los mundos virtuales, los videoclips, las simulaciones, la comunicación en tiempo real y simultánea entre varios sujetos a través de un ordenador, la videoconferencia, los mensajes y correos escritos a través de telefonía móvil o de Internet, la navegación a través de la WWW, la presentación multimedia mediante diapositivas digitales, entre otras muchas formas, representan un caleidoscopio de códigos expresivos y acciones comunicativas bien diferenciadas de lo que es la comunicación a través de la escritura y de la lectura en documentos de papel. Cuadro 1. 1 Características de las tecnologías digitales

Características de las TIC

como herramientas de la cultura

Frente a las limitaciones y dificultades de acceso Permiten el acceso a una gran cantidad de información a la información que imponen los libros o los vídeos ya que estos tienen que estar disponibles físicamente, la información en Internet está disponible y almacenada de forma casi ilimitada, susceptible de ser accesible desde cualquier lugar o en cualquier momento con facilidad. Los recursos digitales integran las modalidades simbólicas de los distintos lenguajes de La información se representa en forma multimedia comunicación: los textos, las imágenes, los sonidos, los gráficos. Ello redunda en el aumento de la motivación de los usuarios, ya que este formato de presentación de la información suele ser más atractivo y facilita la comprensión de los mensajes. Frente a las formas tradicionales de acceso a la El formato de información que son secuenciales (por ejemplo, la visualización de una película o la lectura de un organización y (^) libro), las llamadas tecnologías digitales manipulación de la (^) almacenan la información de modo tal que no información es (^) existe una única secuencia de acceso a la misma, hipertextual (^) sino que las distintas unidades o segmentos de información están entrelazados a través de nodos similares a una red.

África 1.037.524.058 4.514.400 118.609.620 11.4 2.527,4% 5, Asia 3.879.740.877^ 114.304.000^ 922.329.554^ 23.8^ 706,9%^ 44. Europa 816.426.346^ 105.096.093^ 476.213.935^ 58.3^ 353,1%^ 22. Oriente Medio 216.258.843 3.284.800^ 68.553.666^ 31.7^ 1.987,0%^ 3. Norteamérica 347.394.870^ 108.096.800^ 272.066.000^ 78.3^ 151,7%^ 13. Latinoamérica / Caribe 597.283.165 18.068.919 215.939.400 36.2 1.037,4% 10. Oceanía / Australia 35.426.995 7.620.480^ 21.293.830^ 60.1^ 179,4%^ 1. Total mundial 6.930.055.154 360.985.492^ 2.095.006.005^ 30.2^ 480,4%^ 100.

Las TIC ya son un fenómeno de masas

(sobre todo entre los jóvenes). Algunos

datos a nivel mundial y de España

Actualmente podemos decir que el acceso a la tecnología ya no es un fenómeno de minorías privilegiadas de las sociedades más desarrolladas, sino un fenómeno de masas que se extiende a lo largo de todo el planeta. Desde hace más de una década se está controlando estadísticamente el número de usuarios de Internet. Una de las fuentes más citadas y referenciadas es Internet World Stats (http://www.internetworldstats.com/ stats.htm). En sus últimas referencias estadísticas correspondientes a marzo de 2011 se señalaba que en el planeta ya hay más de 2. 000 millones de individuos con acceso a Internet. Hace diez años, esa cifra era sola- mente de 360 millones de personas, concentradas fundamentalmente en Europa, la cuenca asiática del Pacífico y América del Norte (tabla 1. 1 ). Tabla 1. 1 Estadísticas mundiales de Internet y de la población Fuente: Éxito Exportador, Estadísticas mundiales de Internet, en www.exitoexportador.com/stats.htm Regiones P^ oblación ( 2011 Est) Usuarios Dic 31, 2000 Usuarios %P oblación Marzo 31, 2011 (Penetración) Crecimiento (2000-11) %Uso mundial

En España también existen distintos datos y estadísticas que atestiguan un importante crecimiento y generalización no solo del acceso a Internet, sino en la utilización habitual de las diferentes tecnologías digitales en distintos ámbitos: el trabajo, el hogar, el ocio, el consumo, las comunicaciones sociales, etc. Uno de los referentes más citados en la evolución del uso de Internet en España es la encuesta que trimestralmente realiza la Asociación para Investigación en Medios de Comunicación (AIMC). En su publicación correspondiente a los datos obtenidos en el período febrero-marzo 2011 , sobre la audiencia de Internet en el Estudio General de Medios (EGM), podemos observar cómo ha evolucionado el porcentaje de usuarios españoles en los últimos 15 años: en 1996 apenas representaba el 1 %,alcanzando en la actualidad el 56 , 2 % (gráfico 1. 1 ). Otros estudios, como el Informe sobre la sociedad de la información de la Fundación Telefónica correspondiente a 2010 , ofrecen datos un poco más halagüeños, como se refleja en el gráfico 1. 2 , donde el número de ciudadanos españoles usuarios de Internet es del 64 %. Llama la atención que la media de uso de Internet en España es menor que la media europea, tanto con relación a los individuos como al hogar, pero es superior en el ámbito empresarial. Gráfico 1. 1 Evolución de usuarios de Internet. Porcentaje de individuos 1996

  1. 3
  2. 1

4 5.

  1. 3 51.^3
  2. 9
  3. 8 5 6. 19 9 7 1998 1999 2000 2001 2002 20 0 3 2004 2005 2006 20 07 2 008 2 009 Fe b

.^ / Ma r. 2 010 Ab r. / M ay . 2010 O ct .^ /^ N ov . 2 (^010) Fe b .^ / Ma r. 2011 %de individuos *individuos en miles Fuente: Asociación para la Investigación de Medios de Comunicación (2011): Audiencia de Internet en el EGM, en http://www.aimc.es//-Audiencia-de-Internet-en-el-EGM-.html

El informe del observatorio Nokia titulado Los jóvenes, los móviles y la tecnología ( 2011 ) también confirma estos datos, evidenciándose que los adolescentes y los jóvenes se conectan en un 80 % diariamente a estas redes sociales (gráfico 1. 4 ). En otras palabras, Internet para los adolescentes y los jóvenes es fundamentalmente una plaza o espacio público para comunicarse e interaccionar socialmente con sus amigos. Podríamos seguir citando datos sobre el uso de los videojuegos, de las redes sociales o de la navegación por la web en esta franja de edad (gráfico 1. 5 ). Hay abundantes evidencias de que los actuales niños, adolescentes y jóvenes representan una generación con características distintas y bien diferenciadas de las generaciones adultas respecto a lo que representa el uso de la tecnología digital y las formas culturales que la acompañan. Gráfico 1. 2 Penetración de Internet en España y Europa. En porcentaje. 2010 Gráfico 1.4 Frecuencia con la que accede a una red social. En porcentaje. 2011 Fuente: Sánchez, A. y Fernández, Ma P. (2010): Informe Generación 2.0 2010. Hábitos de los adolescentes en el uso de las redes sociales. Estudio comparativo entre comunidades autónomas. Universidad Camilo José Cela, en http://www.slideshare.net/ucjc/generacin- 20 - hbitos-de-los-ad Fuente: Observatorio Tendencias Nokia (2011): Los jóvenes, los móviles y la tecnología. Nokia Connecting. Las conozco y las utilizo Las conozco pero no las utilizo No las conozco Diario Semanal Mensual Menos frecuencia No accede

80% (^) 8% 2% 10%

En este sentido, se les ha denominado de distintos modos: «generación Internet», «generación interactiva», «generación de las pantallas» y similares. Sin embargo, el término que quizás mayor éxito y extensión ha te- nido en el contexto internacional fue la división establecida por M. Prensky (2001) entre los «nativos digita- les» (en referencia a la generación nacida en medio de la revolución de las Tecnologías de la Información y Comunicación) y los «emigrantes digitales» (los adultos que procedemos del ámbito de la cultura impresa y nos hemos encontrado ya de mayores con las TIC). Subir mis videos a la red En mi propio blog Patricipar en blogs Comentar fotos, videos Descargas (Películas, música) Redes sociales Chats y foros Juegos online Messenger Web educativas 0% 10% 20% 30% 40% 50% 60% 70% Fuente: Sánchez, A. y Fernández, Ma P. (2010): Informe Generación 2.0 2010. Hábitos de los adolescentes en el uso de las redes sociales. Estudio comparativo entre comunidades autónomas. Universidad Camilo José Cela, en http://www.slideshare.net/ucjc/generacin- 20 - hbitos-de-los-ad Nada Gráfico 1.5Utilización de aplicaciones de Internet. En porcentaje. 2010 Mucho Bastante Poco

En consecuencia, muchos de los infantes se crían en un ambiente caracterizado por no tener ningún hermano con quien jugar, o como mucho uno, y en un entorno vital marcado por el asfalto. Por ello, las distintas máquinas (televisión, videojuegos, teléfono y ordenador) se convierten en el «amigo» con quien jugar en el hogar. Poco a poco está abriéndose una brecha o distancia entre los comportamientos comunicativos y formas de ocio de estos niños, adolescentes y jóvenes con relación a las pautas culturales que poseían sus padres y abuelos. En este sentido, los adolescentes y jóvenes son conscientes de que su dominio de la tecnología es un tipo de conocimiento y habilidad que no poseen muchos adultos – bien sean sus padres, bien sus profesores–. Este hecho podemos sugerir que es único en la historia, en el sentido de que los jóvenes saben más en un determinado dominio o ámbito relevante de la sociedad actual, como es la tecnología, que sus predecesores o educadores. Esto, guste o no, supone una cierta pérdida de «autoridad» del adulto sobre el joven. Y, en consecuencia, puede representar un relevante potencial de conflictos, incomunicaciones o desajustes generacionales.

Cambios culturales y TIC:del

conocimiento sólido a la información

líquida

En 2004 , Zigmunt Bauman publicó un libro, de amplia difusión en los circuitos intelectuales europeos, titulado Modernidad líquida. En esa obra, Bauman contraponía lo sólido a lo líquido de la siguiente forma: «En el lenguaje simple, todas estas características de los fluidos implican que los líquidos, a diferencia de los sólidos, no conservan fácilmente su forma. Los fluidos, por así decirlo, no se fijan al espacio ni se atan al tiempo. En tanto los sólidos tienen una clara dimensión espacial, pero neutralizan el impacto – y disminuyen la significación– del tiempo (resisten efectivamente su flujo o lo vuelven irrelevante), los fluidos no conservan una forma durante mucho tiempo y están constantemente dispuestos (y proclives) a cambiarla; por consiguiente, para ellos lo que cuenta es el flujo del tiempo más que el espacio que pueden ocupar. En cierto sentido, los sólidos cancelan el tiempo; para los líquidos, por el contrario, lo que importa es el tiempo. Estas razones justifican que consideremos que la “fluidez” o la “liquidez” son metáforas adecuadas para aprehender la naturaleza de la fase actual – en muchos sentidos nueva– de la historia de la modernidad». Es una metáfora potente, ilustrativa y caracterizadora de la época actual, que se asemeja más a un tiempo de fluidos cambiantes que de certezas sólidas. Dicha metáfora permite contraponer la «cultura sólida» (el peso) del siglo XX con la «información líquida» (la levedad) que está emergiendo en este siglo XXI impulsada por la digitalización.

¿Qué significa o a qué se refiere la denominada «cultura sólida»? En primer lugar, podemos definir la cultura de estos dos últimos siglos como sólida porque existían certezas o conocimientos estables que se transmitían de una generación a otra sin que hubiera cuestionamientos o replanteamientos relevantes. Era conocimiento sólido porque su transformación era un proceso que requería muchos años y su generalización hasta convertirse en hegemónico tardaba varias décadas. Era la solidez de las verdades – bien reveladas, bien razonadas– frente a la ligereza o relativismo de las opiniones. El conocimiento generado en tiempos decimonónicos se basaba en la certidumbre, en la seguridad de poseer la razón de los argumentos, en la certeza de ser una civilización superior. En segundo lugar, podemos hablar de cultura sólida porque la información era guardada y almacenada en soportes físicos, es decir, en un objeto sólido. Por ejemplo, en libros, cuadernos, legajos o cualquier otro sopor- te de papel. Con el paso de los años se crearon otros soportes como las películas, las cintas, los discos de vinilo o el CD-Rom. La información era algo físico, o al menos estaba vinculada indisociablemente a lo material, a los átomos que constituyen el producto cultural. Esto supuso, entre otras cuestiones, que surgiera una industria cultural que producía, en gran escala, dichos soportes y que requería un alto coste económico tanto para su fabricación como para su distribución. El autor o creador de la información necesitaba de forma ineludible de fabricantes de estos objetos culturales sólidos si quería que la misma llegara al público. El escritor necesitaba de la editorial, el músico de la discográfica y el cineasta de la productora. En tercer lugar, el proceso de creación, producción y difusión de la obra cultural era lento y requería un tiempo largo desde la idea inicial hasta su difusión al gran público. La cultura era sólida porque adoptaba el formato de obra cerrada, definitiva, inalterable. Producir cultura, fuera en su versión libro, obra musical o audiovisual, era un proceso que consumía mucho tiempo y esfuerzo no solo intelectual, sino también organizativo, logístico y económico. Por ello, cuando se generaba la obra, esta ya difícilmente podía ser modificada, revisada, rehecha o transformada. Evidentemente, en el ámbito de lo impreso existe el concepto de «edición revisada», o de nuevas versiones grabadas de una canción, pero lo sustantivo o fundamental de la obra sigue intacto. Este tipo de cultura de lo sólido utilizó dos instituciones para su conservación y difusión, las cuales cumplieron de modo más o menos concertado– su papel reproductor: las bibliotecas (fueran de ámbito público o privado) y el sistema educativo (tanto el escolar como el universitario). Por una parte, convirtieron al libro en canon cultural de referencia u objeto de cultura por antonomasia. Por otra, enfatizaron su función guardadora de las esencias culturales del pasado para transmitírselas a las generaciones futuras. Las bibliotecas y las escuelas fueron dos instituciones sociales que se necesitaron, que se complementaron mutuamente. Las bibliotecas ofrecían los libros y las escuelas formaban a los lectores.

En este sentido, las TIC han alcanzado tal grado de penetración y omnipresencia en nuestra vida que nuestra identidad como sujeto será incompleta si carecemos de visibilidad en los mundos de comunicación virtuales. Hoy en día, el joven o el profesional que no tiene un espacio propio y reconocible en Internet – un blog, una web, una cuenta en una red social, una lista de distribución de correo electrónico…– no existe en el ciberespacio y, en consecuencia, está aislado y sin identidad en el ecosistema de comunicación digital. Por esta razón, las TIC no solo hemos de definirlas como herramientas o artefactos a través de los cuales eje- cutamos distintas tareas o acciones (como buscar información, redactar un texto, almacenar datos, elaborar una presentación multimedia, oír música o ver una película), sino también como un espacio para la comunicación e interacción con otros individuos y grupos sociales. Las TIC son, en este sentido, uno de los principales escenarios de la socialización de un sujeto del siglo XXI y requieren ciudadanos que se formen permanente- mente a lo largo de la vida debido a que la cultura digital está en constante transformación, tanto de sus contenidos como de sus formas. Por ello, a pesar de que es habitual referirnos al tiempo actual como la «sociedad del conocimiento», distintos expertos también empiezan a acuñar el concepto de «sociedad de la ignorancia» (Mayos y Brey, 2011 ), en el sentido de que la acelerada transformación tecnológica y los gigantescos cambios sociales, económicos y comunicativos que conllevan generan también bolsas de analfabetos socioculturales.

La Red invade nuestra existencia:

las metáforas sobre la Web 2. 0

Existe una amplia literatura que ha intentado definir y caracterizar qué es la Web 2. 0 y sus efectos en múltiples planos de nuestra cultura. Se señala que es una realidad excesivamente difusa, cambiante e inestable como para ser acotada en una definición precisa. En el artículo primigenio sobre la Web 2. 0 , Tim O´Reilly ( 2005 ) ya enunció algunas de sus características más destacables: la Web 2. 0 es más una plataforma de ser- vicios que de software, es una arquitectura de participación, escalabilidad del coste-beneficio, transformaciones y remezclas de datos y de sus fuentes, software no atado a un único dispositivo y aprovechamiento de la inteligencia colectiva. Desde nuestro punto de vista, la Red, es decir, el estadio actual de desarrollo de las telecomunicaciones y de la WWW, conocida genéricamente como la Web 2. 0 , se puede caracterizar en función de seis grandes parámetros o dimensiones de producción, consumo y difusión de la cultura que son coexistentes, se entrecruzan y se desarrollan de forma paralela.

Es decir, la Web 2. 0 es, simultáneamente, una biblioteca universal, un mercado global, un gigantesco puzle de piezas informativas conectadas hipertextualmente, una plaza pública de encuentro y comunicación de personas que forman comunidades sociales, un territorio donde prima la comunicación multimedia y audiovisual, así como la diversidad de entornos virtuales interactivos (cuadro 1. 2 ). La información en la Red es abundante, multimedia, fragmentada y construida socialmente en entornos tecno- lógicos. Lo digital es líquido y, en consecuencia, requiere nuevas alfabetizaciones a los ciudadanos del siglo XXI que les capaciten para actuar como sujetos autónomos, críticos y cultos en el ciberespacio. Cuadro 1. 2 Características de la Web 2. 0 La biblioteca universal Mercado global Entornos virtuales interactivos Puzzle contenidos fragmentados Redes sociales Comunicación multimedia y audiovisual

Pero también es muy relevan- te la formación o alfabetización del cliente, del usuario, del consumidor de los productos on-line, de modo que conozca sus derechos y formas de actuar en las web. En consecuencia, la alfabetización también es la formación de los trabajadores de la industria digital y de los ciudadanos como consumidores responsables.

Fragmentación de la cultura:

el triunfo del microcontenido

La cultura de la Web 2.0 es fragmentada, es como un puzle de microcontenidos, donde el individuo debe construir su propio relato de experiencia en los entornos digitales. La cultura vehiculada a través de las redes está hecha de piezas cortas, breves, separadas unas de otras, pero entrelazadas mediante vínculos para su consumo rápido. Cada unidad u objeto cultural (una canción, un post, un comentario en un foro, un vídeo, un texto, una foto, etc.) puede ser consumido por el usuario de forma aislada del contexto en el que lo produjo el autor otorgándole, en consecuencia, otro significado del original, puede ser remezclada con otras piezas generadas por otros autores configurando de este modo una experiencia única y personal por parte del sujeto que navega. Componer una página web, un blog o una wiki se parece más al proceso de armar un collage que al de elaborar una obra cohesionada y cerrada en sí misma. La comunicación en la Web 2.0 está provocando la extensión y consolidación de la «cultura del telegrama», potenciada por las características de interacción social de la telefonía móvil, de los blogs y de las redes sociales.

Referencia:

Fundación Telefónica. (2012). Alfabetización digital y competencias informacionales. Recuperado 24 de enero de 2 023, de: https://publiadmin.fundaciontelefonica.com/media/es/que_hacemos/media/publicaci ones/alfabetizacion_digital1.pdf