Docsity
Docsity

Prepara tus exámenes
Prepara tus exámenes

Prepara tus exámenes y mejora tus resultados gracias a la gran cantidad de recursos disponibles en Docsity


Consigue puntos base para descargar
Consigue puntos base para descargar

Gana puntos ayudando a otros estudiantes o consíguelos activando un Plan Premium


Orientación Universidad
Orientación Universidad

AGITACION PSICOMOTRZ, Resúmenes de Medicina

resumen del tema antes mencionado

Tipo: Resúmenes

2024/2025

Subido el 12/06/2025

lit-diane
lit-diane 🇪🇨

10 documentos

1 / 2

Toggle sidebar

Esta página no es visible en la vista previa

¡No te pierdas las partes importantes!

bg1
Paciente agitado o violento: abordaje en emergencias
Introducción
La presencia de un paciente agitado, generalmente, hostil, suele generar reacciones en el personal, existe
una tendencia a atribuirles inmediatamente una etiología psiquiátrica. No obstante, su origen se puede
atribuir a trastornos orgánicos, los cuales pueden representar un peligro para la vida del paciente. Los
pacientes agitados o alterados son de alto riesgo porque pueden representar una amenaza para el personal
y para sí mismos, por lo que el médico de emergencias debe contener rápidamente estos comportamientos
e identificar y tratar su etiología, sin olvidar proteger los derechos y la integridad de los pacientes.
Definición
La agitación psicomotriz se define como un estado de hiperactividad motora sin una intencionalidad
aparente. Es necesario distinguir entre el paciente agitado y el paciente violento, ya que la violencia es el
uso intencional de la fuerza o el poder físico, de hecho, o como amenazas, contra uno mismo, otra persona
o un grupo. Sin embargo, los pacientes agitados, también, pueden presentar conductas violentas.
Contención verbal:
Es la primera pauta de actuación. La literatura describe 10 dominios de desescalada verbal: 1. Respete el
espacio personal. 2. No sea provocador. 3. Establezca contacto verbal: solo una persona debe dialogar con
el paciente, si interactúan varios, el individuo puede confundirse y aumentar la agitación. 4. Sea conciso. 5.
Identifique deseos y sentimientos. 6. Escuche atentamente lo que el paciente está diciendo. 7.Esté de
acuerdo o acepte estar en desacuerdo: el fogging (empañamiento) es un comportamiento empático en el
que se encuentra algo sobre la posición del paciente con lo que se puede estar de acuerdo. 8. Establezca la
ley y fije límites claros: es crítico que el paciente esté claramente informado sobre los comportamientos
aceptables. 9.Ofrezca oportunidades y optimismo: debe ser asertivo y proponer rápidamente alternativas a
la violencia. 10. Informe al paciente y al personal: hay que explicarle al paciente por qué la intervención era
necesaria y permitir que el paciente explique los eventos desde su perspectiva. Si las técnicas verbales no
tienen éxito y se produce una escalada, el clínico debe excusarse y pedir ayuda.
Contención física: Esta medida, aunque poco deseable, se hace necesaria si el paciente se convierte en
un peligro paramismo o para otros y, sobre todo, cuando se precisa realizar una exploración física o
pruebas complementarias para un abordaje etiológico del caso. Las indicaciones para la restricción de
emergencia incluyen las siguientes: Daño inminente a los demás. Daño inminente al paciente. Perturbación
significativa de un tratamiento importante o daño al medio ambiente. Continuación de un programa de
tratamiento del comportamiento efectivo y continuo.
Contención farmacológica: Si el paciente sigue sin colaborar a pesar de la contención mecánica y esto
impidiera una mínima exploración, se recurrirá a medicamentos. No deben quitarse las contenciones
físicas, salvo en presencia del personal adecuado. En el caso de los pacientes gravemente violentos que
requieren sedación inmediata, administre un antipsicótico de primera generación (típico) de acción rápida,
una benzodiazepina sola o una combinación de un antipsicótico de primera generación y una
benzodiacepina, por ejemplo, droperidol con midazolam o haloperidol con lorazepam. En el caso de
pacientes con agitación por la intoxicación o la abstinencia de drogas, administre una benzodiacepina.
Conclusiones
La agitación psicomotriz se define como un estado de hiperactividad motora sin una intencionalidad
aparente y constituye una urgencia frecuente. Además, los pacientes agitados pueden presentar conductas
violentas y representar un riesgo para ellos mismos o los demás. Como primera medida, hay que tener en
cuenta la seguridad de las personas involucradas y calmar al paciente lo suficiente como para permitir una
evaluación completa. Con esta finalidad, se puede recurrir a la contención verbal, mecánica o
farmacológica, esta última mediante medicamentos como benzodiacepinas, antipsicóticos o anestésicos.
Posterior al control de la agitación, se puede completar la evaluación médica, incluyendo historia clínica,
examen mental, examen físico y pruebas complementarias, que contribuyan a clarificar el diagnóstico entre
causas orgánicas y psiquiátricas. Finalmente, se debe valorar la actitud a seguir que corresponda en cada
caso, ya sea continuar con el abordaje en el servicio de emergencias, hospitalizar o referir a los servicios
que fuera necesario.
Alvarado Ferllini, M. (2021). Paciente agitado o violento: abordaje en emergencias. Revista De La Facultad De Medicina De La
Universidad De lberoamérica, 3(2). https://doi.org/10.54376/rcmui.v3i2.65
MD. DIANE GARCÍA
pf2

Vista previa parcial del texto

¡Descarga AGITACION PSICOMOTRZ y más Resúmenes en PDF de Medicina solo en Docsity!

Paciente agitado o violento: abordaje en emergencias

Introducción La presencia de un paciente agitado, generalmente, hostil, suele generar reacciones en el personal, existe una tendencia a atribuirles inmediatamente una etiología psiquiátrica. No obstante, su origen se puede atribuir a trastornos orgánicos, los cuales pueden representar un peligro para la vida del paciente. Los pacientes agitados o alterados son de alto riesgo porque pueden representar una amenaza para el personal y para sí mismos, por lo que el médico de emergencias debe contener rápidamente estos comportamientos e identificar y tratar su etiología, sin olvidar proteger los derechos y la integridad de los pacientes. Definición La agitación psicomotriz se define como un estado de hiperactividad motora sin una intencionalidad aparente. Es necesario distinguir entre el paciente agitado y el paciente violento, ya que la violencia es el uso intencional de la fuerza o el poder físico, de hecho, o como amenazas, contra uno mismo, otra persona o un grupo. Sin embargo, los pacientes agitados, también, pueden presentar conductas violentas. Contención verbal: Es la primera pauta de actuación. La literatura describe 10 dominios de desescalada verbal: 1. Respete el espacio personal. 2. No sea provocador. 3. Establezca contacto verbal: solo una persona debe dialogar con el paciente, si interactúan varios, el individuo puede confundirse y aumentar la agitación. 4. Sea conciso. 5. Identifique deseos y sentimientos. 6. Escuche atentamente lo que el paciente está diciendo. 7.Esté de acuerdo o acepte estar en desacuerdo: el fogging (empañamiento) es un comportamiento empático en el que se encuentra algo sobre la posición del paciente con lo que se puede estar de acuerdo. 8. Establezca la ley y fije límites claros: es crítico que el paciente esté claramente informado sobre los comportamientos aceptables. 9.Ofrezca oportunidades y optimismo: debe ser asertivo y proponer rápidamente alternativas a la violencia. 10. Informe al paciente y al personal: hay que explicarle al paciente por qué la intervención era necesaria y permitir que el paciente explique los eventos desde su perspectiva. Si las técnicas verbales no tienen éxito y se produce una escalada, el clínico debe excusarse y pedir ayuda. Contención física: Esta medida, aunque poco deseable, se hace necesaria si el paciente se convierte en un peligro para sí mismo o para otros y, sobre todo, cuando se precisa realizar una exploración física o pruebas complementarias para un abordaje etiológico del caso. Las indicaciones para la restricción de emergencia incluyen las siguientes: Daño inminente a los demás. Daño inminente al paciente. Perturbación significativa de un tratamiento importante o daño al medio ambiente. Continuación de un programa de tratamiento del comportamiento efectivo y continuo. Contención farmacológica: Si el paciente sigue sin colaborar a pesar de la contención mecánica y esto impidiera una mínima exploración, se recurrirá a medicamentos. No deben quitarse las contenciones físicas, salvo en presencia del personal adecuado. En el caso de los pacientes gravemente violentos que requieren sedación inmediata, administre un antipsicótico de primera generación (típico) de acción rápida, una benzodiazepina sola o una combinación de un antipsicótico de primera generación y una benzodiacepina, por ejemplo, droperidol con midazolam o haloperidol con lorazepam. En el caso de pacientes con agitación por la intoxicación o la abstinencia de drogas, administre una benzodiacepina. Conclusiones La agitación psicomotriz se define como un estado de hiperactividad motora sin una intencionalidad aparente y constituye una urgencia frecuente. Además, los pacientes agitados pueden presentar conductas violentas y representar un riesgo para ellos mismos o los demás. Como primera medida, hay que tener en cuenta la seguridad de las personas involucradas y calmar al paciente lo suficiente como para permitir una evaluación completa. Con esta finalidad, se puede recurrir a la contención verbal, mecánica o farmacológica, esta última mediante medicamentos como benzodiacepinas, antipsicóticos o anestésicos. Posterior al control de la agitación, se puede completar la evaluación médica, incluyendo historia clínica, examen mental, examen físico y pruebas complementarias, que contribuyan a clarificar el diagnóstico entre causas orgánicas y psiquiátricas. Finalmente, se debe valorar la actitud a seguir que corresponda en cada caso, ya sea continuar con el abordaje en el servicio de emergencias, hospitalizar o referir a los servicios que fuera necesario. Alvarado Ferllini, M. (2021). Paciente agitado o violento: abordaje en emergencias. Revista De La Facultad De Medicina De La Universidad De lberoamérica , 3 (2). https://doi.org/10.54376/rcmui.v3i2. MD. DIANE GARCÍA

Importancia de la formación en técnicas de desescalado para la prevención y

tratamiento de los episodios de agitación

La agitación psicomotriz es un síndrome inespecífico, de etiología multifactorial y que conlleva una alteración del comportamiento motor y un estado de hiperactividad física y mental descontrolada e improductiva, asociada a tensión interna. La agitación puede conducir a conductas violentas, verbales o físicas hacia sí mismos o hacia sus familiares, personal sanitario y entorno. Este frecuente cuadro clínico, de extrema gravedad, se presenta la mayoría de las veces de forma rápidamente progresiva. Debe considerarse que existen señales de alarma o signos prodrómicos, que por lo general preceden a la agitación. Entre estos síntomas, encontramos un discurso hostil o suspicaz, un acercamiento desproporcionado al contexto o una expresión facial tensa y enfadada. La evaluación de la gravedad de la agitación y la predicción de un posible comportamiento agresivo, mediante la detección y abordaje de las señales de alarma, pueden permitir el control de un comportamiento potencialmente peligroso. Por lo tanto, esta evaluación debe guiar las decisiones terapéuticas, intentando promover el uso de aquellas herramientas que puedan resultar beneficiosas para el paciente. Sin embargo, existen medidas coercitivas como la contención mecánica y la reclusión que por el contrario son potencialmente negativas para la relación terapéutica y perjudiciales tanto para los pacientes como para el personal sanitario, si bien se utilizan cuando la vida del paciente está en riesgo y mientras se espera una respuesta terapéutica. El tratamiento de la agitación incluye el uso de fármacos y de técnicas no farmacológicas. Podría decirse que se ha estudiado suficiente sobre tratamiento psicofarmacológico en pacientes agitados. Por el contrario, hasta ahora ha habido poca discusión sobre técnicas de desescalado verbal y a pesar de la creciente evidencia de su eficacia, a lo largo de la formación sanitaria en nuestro medio, no disponemos de un aprendizaje reglado en técnicas de desescalado ni en el manejo del paciente agitado más allá del tratamiento psicofarmacológico. Las pautas del Proyecto «Mejores prácticas en la evaluación y tratamiento de la agitación» buscan estandarizar las técnicas de desescalado verbal para que se realicen con las mejores garantías, y de la mejor manera posible. Estas técnicas, tienen el potencial de disminuir los niveles de inquietud y agitación, así como de reducir la potencial violencia asociada. Además, aportan beneficios en términos de seguridad, resultados y satisfacción del enfermo, y son claramente beneficiosas para la relación médico-paciente, entre otros motivos, porque llevan a una reducción en el número de contenciones mecánicas. Se ha visto que la disminución por sí misma en el uso de contenciones mecánicas sin un entrenamiento específico puede llevar a un aumento de los ataques contra pacientes y personal. En este sentido, es necesaria una formación específica en las distintas unidades y centros sanitarios para aumentar el conocimiento de los factores que conducen a la agitación, la enseñanza de intervenciones lo menos restrictivas posibles y el aprendizaje de reacciones seguras a la violencia del paciente para que la aplicación de la técnica sea eficaz. Se recomienda que la formación en gestión de emergencias conductuales y agitación, análoga a la formación avanzada para el soporte vital cardiovascular, sea periódica, a poder ser anual. Debería incluir, no solamente el aprendizaje en un aula o un libro, sino también la puesta en práctica de habilidades. En este sentido, las técnicas de desescalado pueden aprenderse mediante «role playing» o pueden practicarse encuentros simulados con pacientes. Hay que destacar que todos los miembros del personal del hospital, no solamente los sanitarios que trabajan en psiquiatría, pueden aprender técnicas de desescalado y usarlas con éxito si están bien entrenados y adoptan un determinado conjunto de habilidades. En conclusión, el personal clínico de los departamentos de urgencias y de otros dispositivos de la red de salud mental debería formarse en técnicas de desescalado, así como en prevención y manejo de la conducta agitada y agresiva, por lo que recomendamos la implantación de programas de formación en desescalado verbal. Consideramos que esta formación es aplicable en nuestro medio y tiene el potencial de mejorar el manejo de los episodios de agitación, aumentando a su vez la satisfacción del usuario con todo el proceso terapéutico. Salazar de Pablo, G., González-Pinto, A. (2019). Revista de Psiquiatría y Salud Mental. 13(1). DOI: 10.1016/j.rpsm.2019.02. MD. DIANE GARCÍA