Docsity
Docsity

Prepare for your exams
Prepare for your exams

Study with the several resources on Docsity


Earn points to download
Earn points to download

Earn points by helping other students or get them with a premium plan


Guidelines and tips
Guidelines and tips

PSICOPATÍA: ANÁLISIS CRIMINOLÓGICO DEL COMPORTAMIENTO VIOLENTO ASOCIADO Y ESTRATEGIAS PARA EL INTERROGATORIO , Lecture notes of Criminology

En el presente artículo se abordará la psicopatía desde una perspectiva criminológica que sea de interés para el investigador, agrupando los distintos desajustes en función del área de la personalidad afectada como paso previo y necesario para facilitar su estudio y análisis criminológico.

Typology: Lecture notes

2017/2018

Uploaded on 01/25/2018

victor-manuel-hern-1
victor-manuel-hern-1 🇪🇸

4 documents

1 / 25

Toggle sidebar

This page cannot be seen from the preview

Don't miss anything!

bg1
Psicopatología Clínica, Legal y Forense, Vol. 14, 2014, pp.125-149.
ISSN: 1576-9941
PSICOPATÍA: ANÁLISIS CRIMINOLÓGICO DEL
COMPORTAMIENTO VIOLENTO ASOCIADO
Y ESTRATEGIAS PARA EL INTERROGATORIO
Rosalina Rodríguez González1
Cuerpo Nacional de Policía
David González-Trijueque
Tribunal Superior de Justicia de Madrid
Resumen
El concepto de psicopatía, a pesar de sus controversias en el contexto clínico, ha
resultado de enorme interés en el ámbito de la psicopatología criminal y forense al
mostrarse, tras la evidencia científica acumulada, como un factor predictor de
primera magnitud de la conducta transgresora de la normativa social y legal.
La alta tasa de reincidencia delictiva y la posibilidad que la personalidad
psicopática tiene de involucrarse en delitos violentos, despertó el interés de los
autores en la importancia que tiene que todo investigador sea capaz de detectar los
principales rasgos de este tipo de personalidad en los individuos con los que
interactúan, con el fin de adecuar su interacción a ellos y sacar el máximo
beneficio al interrogatorio y, en consecuencia, a la investigación criminal.
PALABRAS CLAVE: psicopatía, estrategias, interrogatorio, investigación
criminal
Abstract
Despite its controversy in the clinical context, the concept of psychopathy has
been of great interest in the field of criminal and forensic psychopathology,
having proven, according to the accumulated scientific evidence, to be a primary
predictor of offending behaviour of the social and legal norms.
The high rate of recidivism and the psychopathic personality’s possibility of
becoming involved in violent crimes aroused the interest of the authors in the
importance of every researcher being able to detect the main features of this type
of personality in people with whom they interact in order to adapt their interaction
to them and obtain the greatest benefit from the interrogation and therefore, from
the criminal investigation.
KEY WORDS: psychopathy, strategies, interrogation, criminal investigation

1Correspondencia: Inspectora del Cuerpo Nacional de Policía. Licenciada en Psicología por la
UCM. Máster en Psicología clínica, legal y forense.
Correo electrónico: rosalina.rodriguez@policia.es
Fecha de recepción del artículo: 03-09-2014.
Fecha de aceptación del artículo: 25-10-2014
pf3
pf4
pf5
pf8
pf9
pfa
pfd
pfe
pff
pf12
pf13
pf14
pf15
pf16
pf17
pf18
pf19

Partial preview of the text

Download PSICOPATÍA: ANÁLISIS CRIMINOLÓGICO DEL COMPORTAMIENTO VIOLENTO ASOCIADO Y ESTRATEGIAS PARA EL INTERROGATORIO and more Lecture notes Criminology in PDF only on Docsity!

Psicopatología Clínica, Legal y Forense, Vol. 14, 2014, pp.125-149. ISSN: 1576-

PSICOPATÍA: ANÁLISIS CRIMINOLÓGICO DEL

COMPORTAMIENTO VIOLENTO ASOCIADO

Y ESTRATEGIAS PARA EL INTERROGATORIO

Rosalina Rodríguez González^1

Cuerpo Nacional de Policía

David González-Trijueque

Tribunal Superior de Justicia de Madrid

Resumen El concepto de psicopatía, a pesar de sus controversias en el contexto clínico, ha resultado de enorme interés en el ámbito de la psicopatología criminal y forense al mostrarse, tras la evidencia científica acumulada, como un factor predictor de primera magnitud de la conducta transgresora de la normativa social y legal. La alta tasa de reincidencia delictiva y la posibilidad que la personalidad psicopática tiene de involucrarse en delitos violentos, despertó el interés de los autores en la importancia que tiene que todo investigador sea capaz de detectar los principales rasgos de este tipo de personalidad en los individuos con los que interactúan, con el fin de adecuar su interacción a ellos y sacar el máximo beneficio al interrogatorio y, en consecuencia, a la investigación criminal. PALABRAS CLAVE: psicopatía, estrategias, interrogatorio, investigación criminal

Abstract Despite its controversy in the clinical context, the concept of psychopathy has been of great interest in the field of criminal and forensic psychopathology, having proven, according to the accumulated scientific evidence, to be a primary predictor of offending behaviour of the social and legal norms. The high rate of recidivism and the psychopathic personality’s possibility of becoming involved in violent crimes aroused the interest of the authors in the importance of every researcher being able to detect the main features of this type of personality in people with whom they interact in order to adapt their interaction to them and obtain the greatest benefit from the interrogation and therefore, from the criminal investigation. KEY WORDS: psychopathy, strategies, interrogation, criminal investigation

(^1) Correspondencia: Inspectora del Cuerpo Nacional de Policía. Licenciada en Psicología por la

UCM. Máster en Psicología clínica, legal y forense. Correo electrónico : rosalina.rodriguez@policia.es Fecha de recepción del artículo: 03-09-2014. Fecha de aceptación del artículo: 25-10-

Introducción

La personalidad psicopática tiene una elevada probabilidad de vulnerar la normativa social y, por tanto, de entrar en colisión con el sistema judicial, de ahí su interés criminológico y forense (Vaughn, Howard y DeLisi, 2008). Las importantes repercusiones jurídico-sociales de un error en la detección de la personalidad psicopática hacen necesario que se conozcan bien sus características más significativas, así como contar con herramientas fáciles para su reconocimiento y confeccionar técnicas policiales adecuadas que, junto a la competencia del personal encargado de realizarlo, controlen la situación de interrogatorio. En el presente artículo se abordará la psicopatía desde una perspectiva criminológica que sea de interés para el investigador, agrupando los distintos desajustes en función del área de la personalidad afectada como paso previo y necesario para facilitar su estudio y análisis criminológico. Se pretende, desde este sentido, conseguir una mejor comprensión de la estructura de personalidad psicopática y su vulnerabilidad hacia la conducta antisocial. En este artículo se aplican los conocimientos de la Psicología y del estudio de la personalidad psicopática para realizar una propuesta de sencillas estrategias a utilizar durante el interrogatorio policial con individuos que muestran los rasgos de personalidad propios de este trastorno, con el objetivo de dotar a los futuros investigadores de conocimientos, habilidades y actitudes que les permitan enfrentarse a este tipo de interrogatorio con adecuadas expectativas de autoeficacia.

La psicopatía: características clínicas

El constructo “psicopatía” hace referencia a un conjunto de signos y síntomas psicopatológicos relacionados (Andrews y Bonta, 1994; Blair et al., 2006; García-López y González-Trijueque, 2014; Hare, 2003). Sin embargo, no se encuentra recogido en las clasificaciones internacionales de los trastornos mentales (DSM-IV-TR; CIE 10). Pese a ello, podemos entender la psicopatía como “un trastorno de la estructura de personalidad fruto de una conformación anómala de rasgos temperamentales y caracteriales que puede expresarse con desajustes comportamentales diversos” (Muñoz-Vicente, 2011). Podría decirse que la principal controversia técnica existente en la actualidad versa sobre las características clínicas definitorias de la psicopatía (Skeem, Poythress, Edens, Lilienfeld y Cale, 2003). Aunque existe acuerdo en considerar que son los rasgos de personalidad de base los que mayoritariamente caracterizan este trastorno, sin embargo no existe acuerdo a la hora de valorar el

Los datos empíricos apuntan a dos grandes áreas de desajustes a este respecto en las personalidades psicopáticas: por un lado, disfunciones en el procesamiento de la información emocional y por otro, limitaciones severas para ser condicionados con el castigo^2 (Muñoz, Navas y Fernández, 2003; Alcázar, Verdejo y Bouso, 2008). La investigación neuropsicológica acumulada durante estos años de experimentación evidencia disfunciones en la estructura y funciones cerebrales (afectación en el córtex frontal, ventromedial y mecanismos límbicos) que nos hace poner el énfasis en los factores biológicos frente a la incidencia del proceso de socialización en la etiología del trastorno psicopático de personalidad, en contraposición a otras personalidades antisociales donde el acento en su explicación se coloca en la vivencia de un proceso socializador deficitario (Lykken, 2000). Estas disfunciones afectivas tendrán las siguientes expresiones conductuales:

  • Inadecuado manejo de la ira. En el psicópata pueden darse dos tipos de manifestaciones de ira (Cornell, Warren, Hawk, Stafford, Oram y Pine, 1996):

o Una ira visceral que será provocada ante la percepción de ataques a su persona o autoridad (hipersensibilidad a la crítica) o por impedimentos para la consecución de sus deseos (baja tolerancia a la frustración). Este tipo de respuestas descontroladas de violencia en el psicópata son de aparición súbita y de una intensidad desproporcionada. o Una ira instrumental como táctica de control, intimidación y sometimiento del otro. En ese supuesto, el psicópata representa el estado emocional de hostilidad (con signos externos evidentes) pero su nivel de activación psicofisiológico real es normalizado.

(^2) Se hace alusión a la Teoría de Gray , quien hace un replanteamiento del modelo de personalidad de Eysenck y elabora un modelo en el que postula la existencia de dos dimensiones de personalidad fundamentales: la ansiedad y la impulsividad. Para Gray las diferencias entre individuos extravertidos e introvertidos son debidas a diferencias en la susceptibilidad al castigo y la recompensa. De acuerdo con esta teoría, los extrovertidos están más influidos por la recompensa, los introvertidos por el castigo. Los individuos psicópatas presentarían severas limitaciones para ser condicionados con el castigo.

o Falta de empatía. Para una adecuada comprensión de esta característica dentro de la dinámica de personalidad psicopática debemos aludir a los modelos multidimensionales de la empatía (Hoffman, 2000) que establecen tres componentes en la respuesta empática: los dos primeros cognitivos y el tercero afectivo: 1) la habilidad para identificar el estado emocional de otra persona, 2) la capacidad para asumir la perspectiva y el rol del otro, y 3) la capacidad de experimentar la misma emoción que el otro está sintiendo (reactividad emocional). El psicópata tendría exacerbados los componentes cognitivos (posee una inusual destreza para percibir el estado emocional del otro e incluso puede asumir su perspectiva) lo que le pone en una situación privilegiada para identificar a los sujetos vulnerables (víctimas propiciatorias). Sin embargo, carece de la capacidad para experimentar la emoción que el otro está sintiendo (componente afectivo). En definitiva, el psicópata es capaz de comprender las consecuencias de sus actos pero es incapaz de sentir los efectos de los mismos, por lo que la probabilidad de expresión de conductas violentas severas es muy alta (insensibilidad a las señales de dolor y sufrimiento de la víctima).

  • Falta de remordimiento por su conducta. La tendencia a la reiteración en la violación de los derechos de los otros y la racionalización de sus actos desentonan con sus verbalizaciones de arrepentimiento. Parafraseando a Hare (2003): “los criminales en la cárcel aprenden muy pronto que remordimiento es una palabra muy importante”.

Disfunciones en el área interpersonal

La actividad interpersonal del psicópata se caracteriza por dos aspectos fundamentales:

  • Establecimiento de relaciones de poder y control sobre los demás. El psicópata cuenta con amplio repertorio de habilidades de manipulación. Son personas dotadas de una gran capacidad interpretativa, con carácter seductor y persuasivo. En palabras de Caballo y López (2004): “con el fin de obtener lo que desean, estimulan la compasión del otro, lo seducen y dicen lo que quiere oír o lo que les va a llegar al corazón”. En este sentido, su marcado

despreocupación por su seguridad, etc.); y en el social (p.ej.: incumplimiento de acuerdos contractuales, de préstamos bancarios, etc.).

Como ya se ha señalado, psicopatía no es sinónimo de criminalidad. A pesar de esta afirmación es de especial interés el análisis, cuando se produce, de la conducta antisocial en los sujetos psicopáticos. Dicha conducta se caracterizará por: 1) ser de inicio precoz (antecedentes de delincuencia juvenil),

  1. su versatilidad (comisión de distintas tipologías delictivas), 3) su alto índice de reincidencia (consolidada carrera criminal), 4) su resistencia al cambio (ineficacia al tratamiento), y 5) alta probabilidad de componentes violentos severos en su expresión (elevado riesgo). En definitiva, la conducta criminal del delincuente psicópata es cualitativa y cuantitativamente diferente a la del resto de infractores.

Psicopatía y criminalidad

La enfermedad mental ha sido un factor asociado tradicionalmente a la delincuencia pues existen determinados comportamientos criminales que pueden relacionarse o atribuirse a anomalías mentales. No obstante, es preciso tener en cuenta, tal y como afirman Garrido y López (2006), “ que alguien desafíe los principios esenciales que regulan nuestra vida social, no es una prueba o una razón suficiente para pensar que sean locos, enfermos o degenerados”. Ahora bien, la conformación de la personalidad psicopática tiene alta probabilidad de vulnerar la normativa social y, por tanto, de entrar en colisión con el sistema de Justicia; en palabras de Hare (2003), “el psicópata tiene tres veces más de probabilidades de reincidencia delictiva y el doble de probabilidad de riesgo de criminalidad violenta”. No obstante, antes de analizar el comportamiento violento del psicópata, siguiendo a Otín (2009), debemos tener presente las siguientes puntualizaciones para no cometer errores de atribución:

  • No todos los delincuentes son psicópatas****. Como ya se hemos comentado, es un error identificar psicopatía con delincuencia, si bien es muy fácil caer en este error si atendemos casi en exclusiva a la conducta antisocial (propia de los delincuentes) dejando de lado los aspectos interpersonales y afectivos que han sido comentados. Esta confusión lleva en numerosas ocasiones a diagnosticar como psicópatas a criminales que no lo son.
  • No todos los psicópatas caen en la delincuencia. A pesar de que los psicópatas suelen ser muy destructivos, muchos de ellos son capaces de

pasar por la vida sin realizar comportamientos claramente identificables como delictivos. Siguiendo a Vicente Garrido (2003), serían personas que tienen un grado medio o bajo de psicopatía y que logran integrarse en la sociedad, “ auténticos camaleones capaces de adoptar el camuflaje social más conveniente a sus intereses en cada momento, abusando emocionalmente en muchas ocasiones de las personas de su entorno para así lograr sus deseos sin tener que recurrir a actos delictivos ”.

  • No todos los psicópatas son criminales violentos. Es un error muy frecuente pensar que los psicópatas delincuentes son necesariamente violentos, ya que muchos de ellos son típicos “delincuentes de cuello blanco”, si bien es cierto que aquellos psicópatas que encuentran la violencia como una eficaz herramienta para obtener sus deseos se convierten en el grupo de los criminales más peligrosos.

Las características o rasgos esenciales que definen la psicopatía (egocentrismo, narcisismo, impulsividad, falta general de inhibiciones comportamentales y necesidad de poder y control) constituyen, según señala Hare (2003), la fórmula perfecta para los actos antisociales y criminales. Visto así, podría decirse que los psicópatas presentan, en esencia y por sus rasgos definitorios, una mayor propensión que las demás personas a la realización de actos antisociales, siendo unos candidatos perfectos para delinquir (Romero, 2011). Si bien es cierto que los psicópatas son responsables de una gran cantidad de crímenes violentos y desasosiego social (Moltó y Poy, 1997), no debemos aceptar, sin más, la idea generalizada de que éstos son unos criminales en potencia. No todos estos individuos llegan a tener un contacto formal con la ley. Sin embargo, en el caso de los psicópatas criminales, se ha demostrado que existe una íntima relación conceptual entre la violencia y la psicopatía, ya que en muchas de las características que son importantes para la inhibición de las conductas violentas y antisociales (empatía, capacidad para establecer vínculos profundos, miedo al castigo y el sentimiento de culpa) se encuentran seriamente disminuidas o simplemente ausentes en los psicópatas (Patrick, 2000). El psicópata está capacitado para conocer las normas sociales en uso; de hecho, las conoce y adopta una actitud respecto a ellas. De lo que carece el psicópata es de la capacidad para asumir el orden social establecido y los principios por los que éste se rige (Jiménez-Díaz y Fonseca, 2006). Para estos sujetos, lo que están haciendo es correcto de acuerdo a su valoración de las normas: es correcto para su propio código, ya que ellos tienen sus propias normas (Romero, 2011).

forma súbita, sin tener un propósito real o como respuesta a una situación concreta que le incomode.

  • Es extremadamente cruel y despiadado. En numerosas ocasiones ejecutan los más crueles crímenes con una escalofriante tranquilidad, careciendo de las emociones que se presentan en la violencia ejercida por el resto de las personas.
  • Es indiscriminado, pues cualquier persona puede ser el blanco de estos individuos, sin importarles en absoluto cualquier circunstancia de la víctima que pueda suponer indefensión.
  • Se manifiesta de múltiples formas e intensidades. La violencia que ejerce el individuo psicópata tiene una muy variada forma de expresión, pudiendo pasar desde una sutil humillación psicológica hasta el asesinato más sádico que podemos imaginar.

Una grave expresión de la violencia psicopática la constituye, en muchas ocasiones, la violencia doméstica. Algunas conductas típicas de los maltratadores en el ámbito familiar encajan a la perfección con el comportamiento del psicópata violento: La familia para el psicópata únicamente tiene un sentido utilitario, siendo algo que sirve a sus fines, sean éstos económicos, sexuales o acomodaticios. El individuo psicópata violento utiliza su agudo sentido de detección de los puntos débiles del prójimo para seleccionar la víctima, momento en el que despliegan todos sus encantos para conquistar a su pareja para después, acabar mostrando su verdadera personalidad. Pondrán en marcha diferentes estrategias para conseguir una absoluta dependencia psicológica de su víctima y su aislamiento social, lo cual imposibilita todo intento y posibilidad de huida. Procederá asimismo a la destrucción completa de la autoestima de su pareja mediante una constante humillación y desvalorización de sus actos, inculcando sentimientos de culpabilidad que convenzan a la víctima de que ella es la única culpable de su infeliz situación. Si el sometimiento psicológico no funciona o no lo hace al ritmo deseado, no dudará en utilizar la violencia física necesaria para fortalecerlo. El resultado final de la violencia doméstica del psicópata es en muchas ocasiones la muerte de su cónyuge. Muchos de estos crímenes son cometidos por individuos que han sido abandonados o cuyos cónyuges se han separado de hecho o legalmente de ellos, desafiando su sensación de poder omnipotente; otros surgen de forma imprevista como respuesta a una reacción defensiva de la víctima en el transcurso de un episodio de violencia, o simplemente por hastío, cuando el asesino decide que está harto de su pareja y por lo tanto quiere acabar con su vida.

Otro crimen típicamente psicopático es el que podríamos denominar homicidio absurdo , aquel cometido sin motivo aparente y para el cual sus autores aportan razones tan vagas como la curiosidad o el aburrimiento, argumentos recurrentes y propios del psicópata y, especialmente del psicópata joven^3. Esta razón para el asesinato está íntimamente ligada con la necesidad de excitación continua que tienen estos individuos, esa incesante búsqueda de emociones nuevas que es uno de los puntos de referencia de la vida del psicópata y que comienza a despuntar en la etapa adolescente, período por el que se encuentran pasando los autores de muchos de estos asesinatos. Otro de los motivos aducidos en ocasiones para crímenes sin sentido es la búsqueda de la fama^4_._ Esta tendencia a delinquir para adquirir notoriedad caracteriza también a muchos psicópatas, que ven en la gran repercusión mediática de sus crímenes la vía perfecta para colmar sus ansias de vanidad. Otros crímenes son justificados por simple irritación. En estos casos, más que la satisfacción del deseo de sentir nuevas emociones se trasluce ese sentimiento de superioridad manifiesta tan característico del psicópata y, que le “autoriza” a decidir sobre la vida y la muerte en función de sus peculiares apetencias. En este sentido, la autora del presente artículo considera de gran relevancia ejemplificar lo inmediatamente comentado con un fragmento (escalofriante como poco) del diario de Javier Rosado –el asesino del rol, como comúnmente es conocido-. Se transcribe literalmente:

“Salimos a la una y media. Habíamos estado afilando los cuchillos, preparando los guantes y cambiándonos. Nos pusimos ropa vieja en previsión de la que llevaríamos quedaría sucia. Quedamos en que yo me lanzaría desde atrás y agarraría a la víctima mientras mi compañero le debilitaba con un gran cuchillo. El mío era pequeño pero muy afilado, fácil de disimular y manejar, ya que debía cortarle el cuello. Yo sería quien matase la primera víctima.

(^3) Un ejemplo muy famoso es el caso del “asesino de la katana”. Su autor, el adolescente José Rabadán, declaró a la policía con enorme frialdad haber asesinado a su familia con una espada de samurái, según sus propias palabras, “ para saber qué sensación me producía estar solo en el mundo”. 4 Tampoco debemos retroceder mucho en el tiempo para encontrar un ejemplo cercano: recordemos el caso del “asesino de la baraja” quien, tras conocer la repercusión mediática que tuvo lugar el hallar una carta junto al cuerpo sin vida de su primera víctima, decidió continuar con sus crímenes y hacer suyo aquel “sello de clase”, llegando a manifestar que sus hechos eran una nueva experiencia que le permitiría hacerse famoso.

compañero le pareció acojonante, y yo lamenté no poder verme a mí mismo o hacerme una foto. Uno no puede pensar en todo…”.

Otra de las manifestaciones de la violencia psicopática, quizá la más grave y, sin duda la más compleja, es el asesinato y la agresión sexual en serie. De los asesinos en serie conocidos, los psicópatas conforman el grupo más peligroso, tanto cualitativa como cuantitativamente. Y si coinciden en la misma persona la psicopatía y alguna desviación sexual, aparece la combinación más peligrosa. Al asesino en serie psicópata se le identifica como organizado, ya que del análisis de su modus operandi se desprende una cierta preparación previa antes de cometer el crimen, pero los crímenes de los asesinos en serie surgen, en realidad, de la improvisación impuesta por la necesidad de matar que ellos mismos dicen experimentar. En ocasiones esa improvisación tendrá tiempo suficiente para convertirse en un asesinato premeditado, pero en otras será una rápida reacción, más o menos afortunada desde el punto de vista criminal, derivada de su carácter depredador ante la primera oportunidad que se presente. El asesino en serie psicópata de carácter sexual se considera un cazador en el más puro sentido de la palabra^5. La pregunta acerca del motivo de la conducta violenta del individuo psicópata es recurrente a lo largo de la historia. Ante esta cuestión no existe una respuesta contundente y única, pero lo que sí está claro y conocemos hasta la fecha es que el comportamiento violento del psicópata no es producto de una única causa. En resumen, el perfil general del psicópata “puro” será el de un varón de entre 20 y 40 años, locuaz y aparentemente encantador, por lo que en sus primeros contactos con los demás puede ser muy bien aceptado y caer bien. Se cree mejor y más listo que los que le rodean, quienes le parecen inútiles o incapaces. Miente descaradamente y lo hace sin mostrar signos externos que lo indiquen. Si se le coge en una de sus mentiras, buscará justificaciones y razones de todo tipo, pero no mostrará culpa ni arrepentimiento. A base de mentiras, presiones y chantajes manipulará y explotará a todo el que pueda y sirva a sus propios intereses. Se mostrará como una persona que no tiene sentimientos fuertes (salvo quizá cuando se enfada y muestra una hostilidad inmensa). Parece una persona inteligente que sabe detectar los puntos vulnerables de los demás y hacer daño donde más les duele. Con los demás puede llegar fácilmente a ser

(^5) Ejemplo de la improvisación y aprovechamiento de la oportunidad, puede ser el asesinato de dos

policías en prácticas en Barcelona, ocurrido en 2005. El asesino se cruzó con una de las policías, la siguió y amenazándola entró en su domicilio. La violó y la mató, asesinando también a la compañera de habitación, ambos crímenes cometidos con gran frialdad y crueldad.

cruel y despiadado. No soporta el aburrimiento y gusta de actividades que le hagan subir la adrenalina. No tiene problema para tomar drogas y de éstas, prefiere las estimulantes. No es capaz de soportar nada durante mucho tiempo, ni trabajo, ni pareja, ni amigos (de éstos sólo busca el interés y lo bien que le puedan venir para satisfacer sus necesidades). Tendrá una historia amplia de relaciones personales cortas, incluso podrá haber contraído matrimonio, teniendo con frecuencia infidelidades. Se muestra impulsivo y carente de control emocional. Seguramente su vida está marcada de antecedentes delictivos que se remontan a su minoría de edad. Carece de metas realistas a corto o medio plazo, llevando un estilo de vida totalmente parasitario y utilitario.

El interrogatorio policial del psicópata

Desde los orígenes de la investigación criminal, posiblemente la herramienta más utilizada haya sido el interrogatorio policial, constituyendo uno de los pilares básicos de aquélla. En algunos momentos históricos, toda la

Psicología y otras ciencias sociales que puedan dotar a los futuros investigadores de competencias (conocimientos, habilidades y actitudes) que les permitan enfrentarse al interrogatorio con adecuadas expectativas de autoeficacia. El objetivo es lograr detectar si nos encontramos ante individuos que presentan personalidad psicopática o importantes rasgos de la misma, de forma que podamos adecuar nuestra interacción a ellos y sacar el máximo partido al interrogatorio y, en consecuencia, a la investigación criminal.

Estrategias a emplear durante el interrogatorio policial

Mentira patológica

Como hemos comentado, la mentira es uno de los rasgos capitales de los individuos psicópatas, constituyendo el engaño una parte esencial en sus interacciones con los otros, máxime cuando se enfrentan con una situación en la que pueden resultar perjudicados, tal como es una situación de interrogatorio policial. El individuo psicópata hace uso de aclaraciones contundentes, excusas y promesas generalmente inconsistentes con su conducta, destacando su gran habilidad para mentir y el aparente desparpajo con que las sostiene a pesar de confrontarle con la realidad de los hechos. Estos individuos son capaces de construir elaboradas historias acerca de su pasado a sabiendas de que éstas pueden ser contrastadas con facilidad. Cuando esto ocurre y al individuo se le coge en una mentira, o cuando es desafiado con la verdad durante el interrogatorio, raramente está avergonzado o tan siquiera sorprendido, procediendo a modificar su relato de manera que parezca consecuente con lo que ha relatado. La condición esencial que proporciona mayores garantías de éxito al investigador es sin duda la adecuada preparación del interrogatorio, y en especial el contar y conocer al detalle todas las circunstancias e información relativas a la investigación y al interrogado. Si nosotros como interrogadores policiales poseemos todos los hechos conocidos y los datos disponibles concernientes a todos los aspectos del delito que estemos investigando, podremos detectar con más facilidad las mentiras que dice el individuo. No debemos nunca olvidar que el individuo con personalidad psicopática miente de forma reiterada y sin escrúpulos, usando sus mentiras como coartada o encubrimiento de la verdad, o simplemente como un medio para impresionar a los demás, por lo que no debemos dar como válidas sus respuestas. Si el individuo consigue mentir con éxito, perderemos la necesaria ventaja psicológica que pudiéramos tener sobre él y el interrogatorio se verá abocado al fracaso.

La forma de confrontar lo que el individuo dice con la realidad de los hechos es analizar exhaustivamente y de forma pormenorizada la información disponible hasta el momento sobre el hecho y sobre el interrogado. Datos sobre el hecho como la fecha, hora, lugar, dinámica comisiva, consecuencias, testigos, intervinientes, etc., que deben constar en nuestra “carpeta” junto a los atestados, informes, declaraciones, fotografías, tomas videográficas, informes periciales, etc., obtenidos hasta el momento. En relación a los datos sobre el individuo interrogado, es de suma importancia conocer sus antecedentes policiales, el posible móvil, enfermedades, patología, personalidad (por ejemplo, ciertos rasgos que conforman la personalidad psicopática), relaciones familiares y sociales, situación laboral y económica, vicios y aficiones; en general, cualquier dato que permita descubrir sus vulnerabilidades. Dicha información puede obtenerse de diferentes fuentes tales como archivos policiales, fuentes documentales abiertas y cerradas, entrevistas personales, etc. El investigador policial, ante la más mínima sospecha de que el individuo esté mintiendo, puede utilizar estas mentiras y aprovecharlas más adelante durante el interrogatorio para que incurra en contradicciones y así imputarle los hechos por los que se le acusa. No obstante, rebatir directamente las mentiras al psicópata puede resultar contraproducente, especialmente en la fase de negociaciones. Por todo ello se hace necesario adaptarse a las necesidades de cada momento y considerar hacer uso de una u otra estrategia, según la reflexiva decisión del interrogador.

Personalidad manipuladora

Otro de los rasgos característicos de estos individuos es la manipulación usada en sus interacciones con la sociedad, como consecuencia de sus deseos de obtener ganancias personales sin valorar los efectos sobre los demás, mostrando un alto grado de insensibilidad o falta de empatía. El psicópata posee una especial habilidad para detectar los puntos débiles y vulnerabilidades de las demás personas y procurar el aprovechamiento para su propio beneficio, para lo cual muestran un alto poder de persuasión y manipulación. Estos individuos, durante el interrogatorio, suelen mostrarse bastante dispuestos e impacientes por describir sus actividades como personas importantes y determinantes dentro de la sociedad; su gran locuacidad y encanto superficial puede en ocasiones hacernos caer en sus redes de convicción por lo que debemos desconfiar de tales datos y tratar de contrastarlos con otras informaciones disponibles.

circunstancias presentes y, en su caso, su condición de detenido es el resultado de la mala suerte, causado por personas que les han “fallado” o la consecuencia de un sistema de justicia criminal indigno e ineficaz, percibiéndose a ellos mismos como víctimas. A pesar de ello, este tipo de individuos no creen que su futuro se vea afectado de forma negativa y son capaces de expresar planes absolutamente inalcanzables. Durante el interrogatorio policial estos individuos pueden actuar y hablar como si estuvieran en una conferencia de prensa, usando expresiones con cierto halo de superioridad como “no comento” o “esa pregunta es improcedente” o “no estoy preparado para contestar esta pregunta ahora”. Se encuentran cómodos hablando sobre su estatus y reputación (tanto si la merece como si no). Suelen pretender que durante el desarrollo del interrogatorio les mostremos respeto, temor, admiración, etc. Nosotros, como investigadores, podemos hacer uso de este rasgo a nuestro favor procurando una “buena relación” con el interrogado; podría llegar a aportarnos detalles de los hechos que sólo pueden conocer los autores de los mismos y usarlos como prueba de confesión e imputarle así dichos delitos. Al ser el psicópata un sujeto necesitado de estimación social, mostrar credulidad e incluso adulación por las “hazañas” del individuo durante el transcurso de su relato puede sernos de gran utilidad pero, eso sí, comprobando sistemáticamente sus afirmaciones. La actitud de superioridad siempre responde a una pobre valoración del interrogador por parte del psicópata, que busca la superioridad psicológica. Es interesante destacar que esa valoración que hace el psicópata es debida a la percepción de su supuesta experiencia, intelectual, e incluso social. El interrogador policial no ha de dejarse impresionar, mostrando indiferencia y cierto cinismo; puede ser demoledor utilizar la fuerza de los hechos para disimular ínfulas excesivas.

Falta de remordimiento y culpabilidad

Como ya se ha expresado, el individuo psicópata muestra una falta general de interés por las consecuencias de sus actos y carece por completo de sentimientos de culpabilidad, no sintiendo remordimiento alguno ante el dolor y la destrucción que han causado. Por otro lado, los psicópatas a veces verbalizan cierto remordimiento, pero después se contradicen con sus acciones o incluso con declaraciones posteriores. Aprenden muy pronto que la palabra “remordimiento” es muy importante, cuando en realidad no saben lo que es experimentarlo. Esta falta de remordimiento o culpa está asociada con su notoria habilidad para racionalizar su conducta y así zafarse de la responsabilidad de sus

acciones. Prácticamente en todos los casos causan tormento a sus familias, amigos, compañeros y, por supuesto, a sus víctimas, pero ante esa evidencia, presentan excusas y, en algunos casos, niegan que haya sucedido nada. Durante el interrogatorio policial, es necesario tener mucho cuidado cuando se evalúa lo que el individuo ha dicho. Pueden existir destacadas diferencias entre lo que el individuo siente y lo que dice, ante lo que el entrevistador debería estar especialmente atento. Una estrategia es hacerle sentir que lo que nos cuenta acerca de sus sentimientos sobre los hechos es estrictamente confidencial y que no supone un perjuicio para él si carece de sentimientos profundos por lo ocurrido. Preguntas relativas a la gravedad de su conducta o sus consecuencias para él mismo y los otros proporcionarán mayor información. Los datos sobre el caso contenidos en los archivos policiales hasta el momento, pueden contener información de entrevistadores previos, entrevistas con la junta de tratamiento en la prisión, etc., donde puede que se recojan expresiones previas de remordimientos y culpabilidad que no fueron seguidas de un cambio importante en la frecuencia o gravedad de la conducta antisocial y criminal, o bien de una actitud de mayor colaboración durante el transcurso de la investigación. El psicópata pretenderá hacer creer en su inocencia o, si ello no fuera posible, disminuir su culpa tanto como le sea posible a costa de agravar las responsabilidades de otros partícipes en el hecho o atribuirle la culpa directamente a la víctima, a cualquier otra persona o a las circunstancias. El interrogador o negociador policial puede aprovechar este rasgo para ganarse la confianza del psicópata, hacerle ver que le apoya cuando el psicópata echa la culpa a otras personas, justificando sus malas acciones. Esto permitirá que el psicópata hable y cuente detalles que pueden ser relevantes para la investigación criminal, ofreciendo información importante e incluso una actitud de mayor colaboración.

Escaso control de la conducta e impulsividad

El individuo psicópata como ya hemos visto, no suele pasar mucho tiempo sopesando los pros y los contras de realizar una acción o considerando las posibles consecuencias. “Lo hice porque así lo sentía” es una respuesta típica de estos individuos. Más que muestras de temperamento, sus actos impulsivos son el resultado de una motivación que juega un papel fundamental en la conducta del psicópata: la de conseguir una satisfacción, un placer o un alivio inmediato. Además de ser impulsivos, los psicópatas reaccionan muy rápidamente a lo que pueden percibir como insultos o desaires. La mayoría de nosotros tenemos poderosos controles inhibitorios sobre nuestra conducta; incluso si